Mi padre, el hombre que jamás debió de decepcionarme de esta forma, comienza a regañarme entre dientes para que las personas cerca de nosotros, no escuchen lo que dice, mientras nos acercamos al altar.
— No puedo entender en que fallé contigo. Siempre tuviste lo que querías y me recordaste el amor que deseabas de tu esposo. Tienes un hombre que está dispuesto a darte ello, así que, ¿Por qué actúas tan infantil? — pregunta mi padre agarrándome con fuerzas.— No puedo entender porque haces algo así, padre. Mi vida era perfecta como estaba. Así que, ¿Por qué me obligas a hacer esto? — pregunto molesta.— Sonríe, Day. Debes sonreír y ser agradecida porque aunque noto que no lo mereces, te estoy dejando en las mejores manos. — dice mi padre con frialdad y yo rompo nuestras manos entrelazadas.— Entonces, elijo ser una desagradecida. No voy a casarme con ese anciano. — digo enojada.— Entonces, vete, Day. Pero, recuerda esto, cada dinero que poseo, será entregado a quien sería tu esposo, como pago por esta ofensa. Por lo que, no solo quedarás sin la posibilidad de tener tarjetas de crédito y casas lujosas, si no que, tendrás que trabajar para costear tu propia comida y vivienda.— No puedes hacerme esto. — digo enojada.El recuerdo de lo feliz que soy cuando voy de compras con mis amigas o las fiestas descontroladas y magnificas que he hecho, hacen que me detenga. Me gusta esa vida donde las discotecas son mi hogar y el licor es mi bebida más increíble. Esos recuerdos comienzan a romperse y es reemplazado por una mujer idéntica a mí, pero, con el cabello desordenado, ropa vieja y limpiando pisos de un baño asqueroso. El solo pensar en ello, hace que me petrifique en el lugar.‘No puedo caer en ese punto, mi padre no sería capaz de hacer algo así. Solo debe estar bromeando.’ Me digo mentalmente.Decidida a hacerlo cambiar de opinión como antes siempre lo he hecho, comienzo a humedecer mis ojos y mi padre sonríe.— Entonces, eso es lo que has decidido, cancelaré la boda y comenzaré con el trámite para el señor Volkova. — dice mi padre caminando hacia el altar sin mí.Aturdida, intento preguntarme porque esta vez no lo pude convencer, pero, no dudo en moverme, porque sé que si llega hasta donde mi prometido esta, quedaré pobre. Así que, corro tomando su brazo y negándole.— Me casaré. Realmente me casaré. — digo y mi padre camina conmigo hacia el altar, sin decir algo más.— Como siempre, no dejas de sorprenderme. Esa fue una caminata al altar un tanto única, como todo lo tuyo, ¿no es así, querida? — pregunta el hombre vestido de blanco.— Terminemos con esto pronto.— Haremos la boda rápido, mi prometida está ansiosa porque seamos esposos, espero que entiendan. — dice el hombre sonriendo como si fuera un chico tímido.Todos ríen por su comentario, mientras yo me ruborizo por la idea errónea que ha dado, por eso, me giro intentando negar lo que él ha dicho, pero, la sonrisa de ellos y como esperan expectantes, me hace callar.Hacer un espectáculo en el altar, no es necesario, cuando eso solo va a dañar lo que tanto me costó tener. Soy la chica más famosa de la universidad, no puedo hacer un ridículo para impedir una boda que me dejará en la ruina.— Estoy agotada, espero que entiendan mi lugar, este vestido pesa por tanta decoración en oro y los zapatos me están matando. Así que, disfrutemos de esto rápido y vayamos a celebrar esta unión.— Como diga, señora Volkova. — dice el hombre a mi lado, abrazándome con un brazo.Algo que me hace estar demasiado pegado a su cuerpo, uno tan caliente que siento que me relaja un poco. Después de todo, el calor es lo que más me gusta. Por lo que, por dos segundos, disfruto de su calor, hasta que recuerdo donde me encuentro y porque estoy cerca de él.— ¿Qué…?— Estas cayendo en mi encanto. Es decepcionante que eso suceda tan rápido… querida. — dice el hombre con una voz que me hace erizar la piel.— Aléjese de mí, señor. — digo con frialdad, apartándome de su lado.El sacerdote aparece y saluda con una sonrisa al hombre a mi lado, para después comenzar con la ceremonia, que si no es porque me estoy casado con un desconocido, lo disfrutaría, porque la ceremonia es tan bonita, que me transporta al momento en que mi padre y yo íbamos a la iglesia y aplaudíamos en las alabanzas donde yo era una de las coristas.— Acepto. — dice la persona a mi lado y yo reacciono.— Señorita Creswell, ¿acepta usted a este hombre, para amarlo más allá de la muerte, estar con él en la salud y la enfermedad, apoyarlo en todo momento y ser ese complemento que juntos los ayudará a crecer teniendo claro que pasos a seguir para recibir la bendición de Dios?Me quedo en silencio, ¿debo amarlo más allá de la muerte? ¿Realmente ni siquiera muerta podré ser libre? Esto es demasiado, es un atropello en todo el sentido de la palabra. — Yo…— ¿Debo repetir la pregunta?— No es necesario, yo voy a… — dice mi padre haciendo una señal para llamar a su abogado.— Padre… — digo en voz suplicante.— Puedes decir que no, de todas maneras, se convertirá en un sí. — dice el hombre a mi lado, en un susurro que me congela por completo.‘¿No vas a hacer algo, padre? Tu hija está siendo obligada a casarse con un animal que probablemente la matará si lo hace enojar? ¿Es esta la vida llena de dolor que quieres para tu hija?’ me pregunto mentalmente mirando a mi padre.Pero, la mirada firme de mi padre, me dice que no hay posibilidad de que él cancele la boda y con la amenaza que me ha dado, yo tampoco puedo hacerlo. Así que, me he quedado en una encrucijada desagradable, donde la única salida que hay, no me gusta.— Parece que la novia está muy nerviosa. — bromea uno de los padrinos de boda.— No es para menos, está casándose con el amor de su vida. — dice una de las damas de honor que ni siquiera conozco.‘Amor de mi vida mi trasero, ¿Qué va a ser ese hombre el amor de mi vida, tonta?’ le pregunto mentalmente molesta.— Acepto.— ¿Qué aceptas, cariño? — pregunta ese hombre a mi lado con sus hoyuelos notorios, por su gran sonrisa.— Acepto casarme contigo, cariño. — digo con una mirada fría que parece agradarle.— Pase rápido al beso, quiero sellar nuestro amor. — dice el hombre a mi lado.Pero, el sacerdote no ha terminado la frase, cuando sus labios se apoderan de los míos en un beso pasional que me roba el aliento.El ataque es extraño e invasivo, pero, no molesto. Había estado besando a varios chicos, pero, ninguno había sido así de pasional, ¿Sera por la experiencia de sus años? No entendía como podía poseerme y tomar el control de todo, sin que yo pueda hacer algo al respecto.Pero, lo estaba haciendo, mientras todos reían y aplaudían, sin que yo pudiera alejarme de sus labios, porque quería comprender el ritmo y así, controlar al que parece que no cede o pierde ante nadie.Sin embargo, por más que intento comprender lo que sucede con él, termino perdiendo en ese ritmo que no comprendo y por ello, me apodero de sus labios y con fuerzas lo muerdo, para después, soltar estos lentamente.Aunque siento sus manos firmes en mi cintura, no hay algo más que me diga que le duele, porque ni siquiera mordiéndolo me hace soltarlo. Confundida, miro sus labios preguntándome si no lo mordí con fuerza y es cuando una gota de sangre cae sobre su ropa, dañando el perfecto esmoquin blanco.‘Lo he mordido con fu
Apenas salgo, escucho el disparo de cañones de donde salen muchas cosas brillantes y pétalos de rosas que me hacen retroceder, por fortuna, cuando me tambaleo, algo fuerte me sostiene y yo agradezco que la pared este justamente en el momento en el que lo necesito.— Gracias a Dios. — Tranquila, cariño. Yo estoy aquí para protegerte. — dice el hombre que tiene la misma alianza que la mía.— Todos suspiran emocionados por el hombre que me abraza y me ayuda a avanzar hacia una limosina con varios muñecos alusivos al matrimonio.— ¿Cuándo hiciste todo esto? — pregunto cuando entro a la limosina, donde incluso hay un pastel de bodas en la limosina.Cada detalle en el interior de la limosina, hace que me sienta conmovida. Si estuviera casándome con alguien que amo, sería la mujer más feliz del mundo, porque se nota todo el esfuerzo y dedicación para que el vehículo sea cómodo para ambos.Pero, mi realidad es diferente, mi ahora esposo es un anciano que no quiere ni mucho menos conozco. Un
El auto no se marcha, por lo que, Ryan baja del auto, lo rodea y el auto se va, mientras él me rodea con fuerzas, para posteriormente, besarme y así, causar que todos aplaudan, ignorando que intento alejarme de él.‘¿Acaso el vestido de negro y mi enojo al estar casándome no les dice que me están obligando a este martirio?’ me pregunto mentalmente, mientras me alejo de Ryan, quien em sonríe.— Pórtate bien, nena. Volveré pronto, cariño. — dice Ryan, para después, besar mi frente y después marcharse.A nadie le resulta extraño que mi prometido se vaya, por lo que, en medio de aplausos y fotografías, soy recibida, mientras ellos me permiten entrar a una fiesta que parece el concierto más grande de la historia. Incluso, veo personas de otras universidades con las que hablé una o dos veces, sonreír y felicitarme por mi boda. Hay muchas personas, pero, la mayoría son conocidas mías, otras, son amigos de mi padre y un grupo reducido, parecen ser invitados de Ryan.Aunque siendo sincera, to
El enojo me invade, no me agrada que sea mi esposo y mucho menos me agrada que haya aparecido justamente, cuando voy a hablar con el hombre que si quería como mi esposo.‘Ojalá pudieran cambiar papeles. Desearía mucho que Max fuera mi esposo y Ryan… Ryan solo fuera un compañero de la universidad. Solo eso.’ Me digo mentalmente.— Aléjate de mí, por favor. — digo intentando apartarme de Ryan.— No puedo hacerlo, querida. Debemos tomarnos fotos con los invitados y eso, debemos hacerlo como esposos. — dice él alejándome de Max.Pero, Max toma mi mano impidiendo que me marché y eso solo me hace estar en medio de dos hombres que parecen bastantes serios.— Suelta a mi esposa. — ordena Ryan.— Señor, debería…— Sí, soy un señor para ti, niñito. Así que, respeta a tus mayores y r
Horrorizada, llevo mis manos a mi rostro y vuelvo a gritar cuando la mano con la que toqué esa parte de su cuerpo, tocó mis labios. Por lo que, grito y doy pequeños saltos como si fuera un ratón estuviera corriendo por la habitación.— ¡Ah! ¡Una serpiente! — grito horrorizada.— Day, espera un momento.— ¡¿Por qué tienes esa manguera así?! —grito corriendo de un lado al otro de la habitación.— Detente un momento para hablar contigo. Vas a golpearte si sigues así. — dice Ryan.— ¿Crees que me importa siquiera un poco si me caigo? ¿Cómo es posible que tú en estos momentos estes así? — pregunto señalando eso que él no se molesta en ocultar.Había escuchado mucho de que las chicas sienten placer con la entrepierna del hombre y que con eso, piden ‘que
Termino mi ducha, pero, no puedo con ello calmar esto que tantas sensaciones me causa, por lo que, sabiendo que no puedo quedarme aquí eternamente a resolver una curiosidad molesta, miro a mi alrededor en busca de algo con que cubrir mi desnudez, mientas deseo que Ryan no esté cerca.‘No, lo mejor es que no esté en la habitación. Ya me he tardado lo suficiente para que él se vista y marche. Probablemente no esté ya aquí.’ Me digo mentalmente para calmarme.— Las cosas estarán bien, solo debo salir y enfrentarlo. Ya no soy una niña, puedo con esto. — me digo buscando la toalla.Pero, mi mala suerte aparece al no encontrar alguna. Nuevamente busco, pero, no me es posible encontrarlo, incluso hallar un compartimiento es complicado para mí, porque esta tan alto que solo levantando lo suficientemente alto mi mirada podría encontrarlo.‘¿A qué loco s
El aire se queda concentrado en mis pulmones, mientras yo observo al hombre musculoso con el que me he casado, mirarme completamente. Su mirada va desde mi rostro hasta mis pies y regresa de nuevo hasta quedar en mis ojos.— Cúbrete con la toalla, Day. Hazlo si no quieres que te folle. — dice Ryan en un tono tan bajo y ronco, que muestra cuanto sufre, pero, no sé la causa de ello.‘¿Acaso le duele algo? He escuchado que muchos ancianos sufren de enfermedades o dolores que complican que puedan o no hacer alguna actividad, ¿será eso lo que le sucede?’ me pregunto mentalmente.Su mirada se concentra en la mía, el tiempo parece detenerse a nuestro alrededor y la música, deja de escucharse, porque es reemplazado por nuestras respiraciones agitadas.‘Debería reaccionar y cubrir mi desnudez, pero, no me es posible. No puedo siquiera moverme. Es como si su mirada bloqueara todo posible
No sé qué es lo que estoy diciendo o haciendo, pero, no quiero realmente alejarlo de mí, así que, me giro para ver al hombre que no sé qué es lo que me hace sentir. Porque aunque no apruebo este matrimonio, tengo mucha curiosidad por este hombre.— ¿Qué es lo que quieres, Day? Dime que es lo que deseas realmente y yo actuaré de acuerdo con tus deseos.— No lo sé. Es esa mi respuesta, no sé qué es lo que deseo. — susurro.— Entonces… — dice Ryan acercándose peligrosamente a mí — ¿Quieres descubrirlo?— Quiero hacerlo. — susurro sin saber que hacer o decir.Ryan lleva su mano libre al inicio de mi cuello y con sus largos dedos, delinea mi mandíbula, para posteriormente, acariciar mi labio inferior. El toque, es extasiante y no puedo entender porque lo es si me está tocando alguien que no m