Narrado por Leonel BrownLa boda del año fue la que estuvo planeando Leonor para Clara y yo. Un acontecimiento pomposo y lejos de los gustos de la novia y el novio, sin embargo, a los gustos de la organizadora estrella. Fueron días estresantes con mi abuela queriendo invitar a un montón de personas a nuestro matrimonio, organizando una luna de miel exótica y haciendo que Clara se probase vestido, tras vestido de novia.Solíamos charlar entre la burla y la preocupación sobre los preparativos. Una sesión particularmente intensa fue la de unos días antes de la boda. Compartiendo mi cama, no habíamos vuelto a acostar, no fue planificado, solo se dio. Clara reposaba su rostro en mi pecho y yo acariciaba el brazo que tenía sobre mi abdomen.—Escuché a la señora Rosa decir que estaba embarazada y por eso era el matrimonio así de rápido — refunfuño ofendida Clara.Me reí de su queja. No es como si nos hubiésemos protegido, pero tampoco era como si hubiese hecho el mandado dentro de ella. Las
Hace algunos mesesSeco la lágrima que se desplaza por mi rostro con el dorso de mi mano. Rechazo el pañuelo desechable que la enfermera me ofrece, y me vuelvo a concentrar en ella, mi abuela que estaba recibiendo un tratamiento de quimioterapia en esta sala.Estoy en la esquina de la habitación y alejada de su campo de visión. Últimamente no estaba soportando verla en esta condición, por eso esta vez le están acompañando Leandro y Luciano. Uno sosteniendo su mano y el otro tratando de contar una experiencia agradable.¿Qué experiencia agradable puede surgir cuando estás muriendo lentamente? Hace 9 años le extrajeron un tumor de uno de sus ovarios y la sometieron a una histerectomía. Ahora, se enfrentaba a un cáncer de esófago agresivo. Por su edad y condición le daban una esperanza de vida de un año.Mi abuela gira su cabeza cansada en mi dirección, como para comprobar que no me he ido, le saludo con una breve sonrisa de brazos cruzados. Ella se calma y vuelve a soportar ese líquido
Narrado por Leonel BrownClara era madre soltera, y por lo tanto supe que una de mis primeras metas era la de hacer sentir a su hija cómoda y segura. En nuestras negociaciones, o más bien diría que mis chantajes, notaba el interés y la prioridad que Sara era para la vida de Clara.Y en ello me enfoqué, no es un secreto que, para ganarse a una mujer, la vía de acceso más simple es la de sus hijos. Fui generoso con la niña y estaba dispuesto a soportar uno que otro berrinche de su parte. Por algún motivo me esperaba que Sara fuese una niña diferente a la que en realidad es.Sara terminó siendo curiosa, alegre, astuta y con la manía de fingir pensar como una adulta cuando seguía teniendo una mente de 9 años. Su edad me gustaba porque hubiese sido peor lidiar con una niñas más pequeña y escandalosa, pero también su edad me dolía en el orgullo. Para ella tener dicha edad, Clara debió embarazarse poco después de acabar lo de nosotros.Pero igual recordaba que no era como si esta personita s
Narrado por Leonel BrownLos niños son inquietos por naturaleza, se caen, golpean y vuelven a levantarse. Pero ver a Sara llorando con la frente sangrando es más de lo que mi calma y lógica puede soportar. Tampoco puedo soportar muy bien escucharla quejándose ya en el taxi camino a la clínica. Le estaba limpiando la sangre de su frente con una toalla limpia que tenía en el bolso. Ella seguía enfocada en su dolor, y yo era un desastre con la camisa blanca con uno que otro manchón de rojo.—Estarás bien, no tienes que estar asustada — la consuelo tragándome los nervios.—Me-me duele Leo — lucha contra sus lágrimas y mocos — no-no me gusta la sangre.—Sé que te duele, pero en lo que lleguemos te dejará de doler. Te lo prometo ¿si? — digo limpiándole la nariz con mi propia mano.Sara deja de hipar y luego comienza a temblar.—Tengo frío — me comenta.Tanta fue la rapidez en la que la metí en el auto y busqué algo para limpiarle la cabeza, que no me fije en que seguía con su traje de baño
Ni el diario estaba en mi habitación, allí donde le guarde según recuerdo a la perfección. Ni mi hija estaba en la piscina, allí donde la mire hace un rato a la perfección. La angustia me hace un ser temeroso. Camino apresuradamente a la mesa donde deje mi celular cargando anoche, lo desconecto y marco a Leonel.Tenía que estar en otra parte del hotel, no podía salir de aquí sin avisarme. Le había dado permiso para una mañana de piscina no más. Mi miedo incrementa con que este maldito hombre no me conteste. Pisoteo con desespero y me sabe a bledo la paciencia, tomo la llave de la habitación y bajo como alma que lleva el diablo al área de la piscina.Mi vista está al pendiente de casi todo mi alrededor en el trayecto por si están rondando el edificio. Mis esfuerzos son en vano, no veo a ninguno de los dos. Es más agonizante que tampoco me los consiga en los alrededores de la piscina. Casi que estoy corriendo a la zona en donde les vi juntos.Aunque está vacía la mesa cercana, tiene ras
¿Qué tipo de magia o más bien brujería hacia Leonel en mí? Era un debate en el cual no podía llegar a una conclusión. Creía que era capaz de contener mis bajos instintos, había sido un ejemplo de ello durante los últimos diez años. Solo lo justo, solo medido, solo aquellas interacciones que yo permitía tras mucho análisis.Sin embargo, estar con Leonel es perder el control de mi propia contención. Se sentía humillante, pero al mismo tiempo, excitante. Así que, un buen resumen de mi visita a esta habitación era que no había resultado como quisiera.Y ese no hubiese resultado como quisiera era un tanto explícito.Después de besarme como se le pegó la gana, Leonel me condujo a su cama, se acostó en ella y me invito a acostarme encima de él. No para que lo besara, sino que me guío para hacerlo dirigiendo mis pies hacia su rostro estando boca abajo.Una posición vergonzosa más a la lista, una que igual para mi martirio estoy gozando. ¿Para qué negar ya que me agrada que masajee mis nalgas
El descaro que sostienen algunos hombres sobre su cabeza es perturbador e irritante. Como el que está mostrando el señor Leonel Brown desde anoche con su actitud de víctima. Resulta que, en todo el camino al aeropuerto, en todo el vuelo de regreso y ahora en casi todo el trayecto en taxi a la mansión, no me ha dirigido la palabra. Considerando que sabía lo que había hecho, él debería ser el último insultado.Deseaba llegar ya para no estar viéndolo a mi lado con su rostro largo y enfocado en su lado de la puerta. Me concentro en mi lado y me trago la irritación.—¿Están molestos o qué? — nos pregunta Sara a los dos.Mi hija complementa su pregunta viéndonos de extremo a extremo, y es que se encontraba sentada en medio de las dos.—¿Por qué crees eso? Tú mamá y yo no estamos molestos — sonríe con amabilidad Leonel a mi niña, luego me mira con dureza a mí — ¿no Clara?Míralo nada más. ¿Qué le pasaba? ¿La idiotez lo había terminado de controlar?—No estamos peleados ni nada así cariño —
¿Quién diría que en los siguientes días la mansión Brown se convertiría en un hospital cualquiera? Esa era la impresión que más o menos me daba con la salud deteriorada de Leonor, enfermeras venían e iban, al igual que algunas veces su doctor. También su habitación se convirtió en un constante sitio al cual visitar por los empleados, no era extraño ver a uno que otro asomándose mientras permanecía despierta para saludarla.No solo que Leonor dejase a los empleados saludarla era una muestra de su carácter, sino también que algunos de ellos salían llorando de la habitación. ¿Tan mal estaba? Ciertos días estaba peor que otros.Había un aura muy extraña sobre este sitio, más de lo que ya era de por sí. Como es de esperarse, me falta garra para escarbar en el pasado de una mujer moribunda, así que, en la última semana me he dedicado a lo de mi negocio y a estar con Leonor cuando es posible.Últimamente está recibiendo tantas visitas, no nada más de los empleados, sino de su amigos, hijos y