La oscuridad de la habitación parecía cerrarse sobre Melisa como una trampa mortal, la luz de la luna se filtraba a través de las pequeñas ventanas, pero solo servía para iluminar la desesperación que se reflejaba en su rostro, estaba sola, estaba tras las líneas enemigas, estaba en el mismo lugar donde tiempo atrás había dejado a Andrea.— Andrea por favor, tu no eres así. – dijo con la voz estrangulada, y su examiga solo la vio con una ceja en alto.— ¿No lo soy? — indago con despreocupación.— Brisa no querría esto, a tu hermana no le gustaría nada esto.— Es curioso que traigas a mi hermana a colación, cuando sabes que ella murió por basuras como tú.— ¿De qué hablas? ¿Qué te han hecho en este lugar? Andrea mírame, soy yo, Melisa, tu mejor amiga, recuerda Brisa y como cuidaba de nosotras. — las manos de Andrea se hicieron puños, y Naoki le dio una mirada a Akira, quien solo negó con la cabeza, su cuñada necesitaba dejar el pasado atrás, para poder avanzar y ellas les darían la opo
Mia se despertó a primera hora del día, la costumbre podía más que el cansancio, pues Takashi la agotaba, no solo físicamente, su esposo estaba generando alguna obsesión o compulsión como hacer comer a cada momento, y luego de cada platillo, Takashi la devoraba a ella, era casi bochornoso que en todo esos días ella pasara más tiempo desnuda que vestida, por lo que cuando despertó y se dio cuenta que su esposo no estaba, respiro con un poco de alivio, pues Takashi no solo le hacia el amor luego de cada comida, también a despertar y antes de dormir, incluso recordaba que la noche anterior se había dormido con el pene de Takashi dentro de ella.— Podria morir de esta forma, y sería un abuena muerte, con mi espada guardada en ti, la funda justa.Dioses, de solo recordar lo que le había dicho antes de que perdiera el conocimiento la avergonzaba.— Buenos días, mi señora. —dijeron las mujeres al ingresar en su cuarto y Mia exhalo con fuerza.— Por favor, ya no. — dijo en medio de una exhala
Huang y Renzo compartieron una mirada significativa, y con delicadeza, Huang se marcho tras las mujeres, y Renzo se quedó con los hombres.— Ve lo que provocas cabron. — se quejó Francisco. — La serpiente se enojó conmigo y yo ni pio dije. — Se lamento dejando caer la cabeza entre sus manos.— ¿Por qué tu estomago es tan débil? — se quejó Yaozu. — Porque no imaginas que estas destripando a alguien y listo, ¿sabes lo que me costará calmar a Emily ahora? — no, si Yaozu ya se veía de rodillas suplicando por una mirada de Emily.— Tu hermana no llora, y lo sabes, esto no es por el embarazo, esto es porque tu esposa se le hace tierna, ¿por qué no pudiste conseguir una mujer como la de Suh-Hee? alguien igual que tú, sin corazón. — se quejó Song y Suh-Hee, chasqueo la lengua.— Andrea tiene corazón, solo es selectiva con quien entra en él. — refuto la cabeza del tigre.— ¿Y por qué se fue si tu tampoco hiciste nada? — pregunto Richard que también había quedado solo.— Por la misma razón por
No soy yo, eres tú, dijo Takashi ese día en medio de la cocina, para luego agregar, solo seremos ambos mi conejito, seremos nuestros cachorros y nosotros.Mia lloro en sus brazo, lloro tanto, que Takashi sentía que moriría, aun así, no dijo nada, solo la abrazo, allí en la cocina y luego en la cama, la abrazo aún mas fuerte, mientras sus grandes manos acariciaban su espalda, y cuando se durmió, no dejo de acariciarla, era como si quisiera aliviar su alma, el alma de una joven, que habían torturado, que habían despedazado y aun así, Mia brillaba como un sol, no solo para Takashi, era toda la familia Zhao, no era pena, mucho menos lastima, porque ante los ojos de este clan de mafiosos, Mia era resiliencia, Mia era fuerza y voluntad, Mia era alguien digno de respetar, como un náufrago que logra llegar a destino, como un explorador perdido que al fin a encontrado el camino, como lo que era, una persona que siguió adelante, aun sintiendo que ya nada tenía, ni para dar, ni para recibir, aun
La morada de la familia Ferrante era fácil de identificar, ya que era una de las más pobres y descuidadas del asentamiento, era una pequeña choza de madera y cartón, con plástico en lugar de chapas o losa y una puerta que parecía a punto de caerse.Lizbeth Zhao, se bajó del vehículo siempre custodiada por los hombres de confianza de Shen y se acercó a la choza, donde justo una mujer de baja estatura salía.— Oh. — dijo quién era la madre de Mia.— Hola señora Sara, mi nombre es Lizbeth Zhao y estoy aquí a pedido de Mia, su hija. — la mujer dio un paso atrás, tomando su pecho y sus ojos se cubrieron de lágrimas.— Mi niña, mi Mia, no me diga… ¿la encontraron? ¿Dónde está? La señora policía dijo que el señor Mirko se la llevo, dígame que no es así, por favor, dígame que ella escapo. — la mujer temblaba de pies a cabeza, y su voz era tan elevada por el miedo, que pronto su esposo e hijos salieron de la choza.— ¿Qué ocurre? — indago Manolo, colocando detrás suyo a Sara.— Encontraron a M
Sara observo por los cristales entintados el bello paisaje de esas tierras extrañas donde la vida la había llevado, nunca había visto un verde tan verde en las copas de los árboles, el aire de lugar, incluso le parecía más aromático, puro, limpio, aunque su corazón palpitaba con ansiedad, preguntándose como estaría su niña, recordaba aquella última vez que la vio, tan pálida y ojerosa, piel sobre huesos, y todas esas heridas en su blanquecina piel, no parecía su hija, más se asemejaba a una muñeca maltrecha, y así su mente la torturo, durante todo el largo camino en automóvil, pues ella iba en uno con la señora Lizbeth, sus hijas iban en otro y su hijo y esposo en un tercero, claro que ellos no iban solo en los automóviles, un grupo de hombres armados los acompañaba, y Sara se inquietaba aún más, el nuevo esposo de su hija era un mafioso, eso había dicho la señora Lizbeth, pero ¿hacia la diferencia? Aun recordaba que ella trato de hacerse a la idea de que con el señor Mirko su hija es
Sus ojos verdes la observaban con detenimiento, como quien compra un automóvil y quiere cerciorarse que valga lo que se pagara por él; el estómago de Mia se retorcía y su vista cayó al piso lustrado, cualquier lugar era mejor que verlo a él. No queria estar allí, aunque sus hermanas estaban felices de ser las afortunadas de desfilar para ese hombre.— Si. Es ella la que quiero. — aseguro parado frente a ella, que solo podía ver sus zapatos lustrados. — Esas piernas y ese pecho, no lo olvidaría ni en mil años.Asqueroso, depravado, ¿quién le dio el derecho de verla de esa forma? o si, sus costumbres, sus ancestros, esos que vestían a las jóvenes de forma provocadora, pero claro que no decían que era para seducir, claro que no, se le llamaba cazar a un buen esposo, debería estar resignada, incluso no debería sentirse mal, sus hermanas no lo estaban, al menos antes de que él la escogiera a ella, ahora la veían con envidia; pero Mia era distinta, desde niña, siempre cuestionando todo y es
La familia de Takashi era peculiar, asesinos, sicarios, empresarios, mafiosos, tenías para escoger lo que más te gustara y así como sus oficios eran variados, sus integrantes no podían ser menos, casi la mitad de la familia estaba compuesta por personas que no eran familia, si, así era, su árbol genealógico era una locura, pero sin hondar mucho en ello, y si nos centramos en la familia directa de Takashi Zhao… era igual de complicado, si bien todos eran mafiosos, no tenía un núcleo normal, por decirlo de alguna manera, ya que ellos tenían dos padres, padre Renzo y papá Huang, si, sus padres eran gay y habían acudido a un vientre de alquiler, donde en teoría debían concebir solo un hijo de cada uno, pero resultaron siendo ocho, si, ocho hijos, tres de Renzo y cinco de Huang.— Hola papá. — el mayor que ya ostentaba algunas canas, pero aun con la vista más aguda que cualquier otra persona, le dedico una pequeña sonrisa cuando volteo a verlo. — ¿Cómo estás? — pregunta estúpida se dijo Ta