Los desayunos siempre le gustaron a la familia en general, era el único momento del día, donde todos estaban juntos, era su tradición más preciada, en un mundo de mafiosos, negocios, nada claros y la traición latente de incluso el empleado más leal, el desayuno era la forma de guardar un último recuerdo si las cosas se torcían, si alguno de ellos no regresaba ese día; sin embargo, en esta ocasión Renzo odio el desayuno, nunca había sido bueno para esperar, pues era un Bach, y como tal había sido criado para que todo fuese a su manera, lo queria lo tenía, nada de esperas, pero aun así, se abstuvo de decir ni media palabra, porque Huang estaba haciendo su mejor esfuerzo para levantar el ánimo de su hijo Suh-Hee, además de cargar con la inquietud de que Harú tampoco estaba allí.— Deja de intentarlo papá. — soltó en medio de un bufido el líder del clan. — Este hijo tuyo solo sonreirá cuando su esposa regrese… si es que no me abandona. — un rastro de desolación paso por los ojos de Suh-He
Harú recibió el mensaje de Andrea en su teléfono móvil, y una sonrisa se dibujó en su rostro, valió la pena todo el espectáculo mediático del aeropuerto.— Ya tengo mi equipaje en orden. — decía el mensaje, haciendo referencia a Melisa. — Como lo pactamos, me iré en el avión privado de Richard. Tú y tu esposo deberán regresar en el avión privado de los Zhao.Harú se levantó de su asiento y se dirigió a su esposo, Richard, que estaba sentado en un sofá, leyendo un libro.— Cariño. — canturrio la castaña y Richard la vio de inmediato. — Andrea esta de camino a casa, creo que es hora de regresar, extraño a nuestro pequeño. — dijo con un mohín en los labios y Richard no se resistió y la beso.— Lo que desees pequeña, sabes que siempre es lo que tú quieres. — aseguro el mayor. — Pero ¿Y qué hay de los agentes que están ocultos en el bar 'Le Coq Rouge'? incluso si nos marchamos ahora, ellos sabrán que estuviste aquí, serás un blanco fácil, cuando noten la ausencia de esa agente. — eso la ha
Mia corría por el bosque, la vegetación producía sombras y luces, gracias a los rayos de sol que atravesaban las copas de los árboles, detrás de ella un cachorro lanudo y de gran tamaño ladraba, tratando de morder el dobles de su falda, una risilla de nervios escapo de ella y acelero aún más su trote.— Conejito, se supone que el cachorro es para que cuide a nuestra princesa, no para que corra todo el día tras de ti, para eso estoy yo.La voz de Takashi la detuvo, ¿nuestra princesa? Se dijo aun sorprendida, y sin importar que el cachorro masticara su falda, siguió la voz de Takashi, o mejor dicho su risa, y la de alguien más, una vocecita que era muy dulce, infantil e inocente, y cuando al fin salió del bosque los vio, Takashi tenía en voladas a una pequeña rubia, de ojos negros que reía porque el mayor giraba sin descanso.— ¿Takashi? — lo llamo sin comprender nada.— Mira, hasta que al fin mamá decide jugar con nosotros.— Mami, Mami. — grito con jubiló la pequeña, y el corazón de M
Melisa se descubrió atada en un asilla, pero su cerebro no le permitió pensar en ello o en que Andrea la había engañado, el miedo era mucho mayor y su cabeza solo pensaba en lo que sus ojos le mostraban.— Tu. — dijo como si con esa misera palabra se le fuera el alma. — Es imposible, estas muerto. — aseguro temblando, aunque la soga estaba tan apretada a su alrededor que poco pudo moverse su cuerpo.— Eso… — dijo Yong mostrando una sonrisa casi siniestra. — Creo que tu mejor que nadie sabe que siempre se puede declarar muerta a una persona, aun si no hay cuerpo, es lo que hiciste con mi cuñada ¿no? — las palabras de Yong chocaron el entendimiento en Melisa, y la última conversación que tuvo con Andrea en el avión llego a ella.— No, esto no puede ser. — murmuró casi perdiendo la cordura ante su realidad, bajo la atenta mirada del jefe del clan, quien la veía como sí fuese mierda.— Mi esposa. — dijo Suh-Hee, solo para que le quedara claro a esa mujer que tanto la había cagado. — Realm
La oscuridad de la habitación parecía cerrarse sobre Melisa como una trampa mortal, la luz de la luna se filtraba a través de las pequeñas ventanas, pero solo servía para iluminar la desesperación que se reflejaba en su rostro, estaba sola, estaba tras las líneas enemigas, estaba en el mismo lugar donde tiempo atrás había dejado a Andrea.— Andrea por favor, tu no eres así. – dijo con la voz estrangulada, y su examiga solo la vio con una ceja en alto.— ¿No lo soy? — indago con despreocupación.— Brisa no querría esto, a tu hermana no le gustaría nada esto.— Es curioso que traigas a mi hermana a colación, cuando sabes que ella murió por basuras como tú.— ¿De qué hablas? ¿Qué te han hecho en este lugar? Andrea mírame, soy yo, Melisa, tu mejor amiga, recuerda Brisa y como cuidaba de nosotras. — las manos de Andrea se hicieron puños, y Naoki le dio una mirada a Akira, quien solo negó con la cabeza, su cuñada necesitaba dejar el pasado atrás, para poder avanzar y ellas les darían la opo
Mia se despertó a primera hora del día, la costumbre podía más que el cansancio, pues Takashi la agotaba, no solo físicamente, su esposo estaba generando alguna obsesión o compulsión como hacer comer a cada momento, y luego de cada platillo, Takashi la devoraba a ella, era casi bochornoso que en todo esos días ella pasara más tiempo desnuda que vestida, por lo que cuando despertó y se dio cuenta que su esposo no estaba, respiro con un poco de alivio, pues Takashi no solo le hacia el amor luego de cada comida, también a despertar y antes de dormir, incluso recordaba que la noche anterior se había dormido con el pene de Takashi dentro de ella.— Podria morir de esta forma, y sería un abuena muerte, con mi espada guardada en ti, la funda justa.Dioses, de solo recordar lo que le había dicho antes de que perdiera el conocimiento la avergonzaba.— Buenos días, mi señora. —dijeron las mujeres al ingresar en su cuarto y Mia exhalo con fuerza.— Por favor, ya no. — dijo en medio de una exhala
Huang y Renzo compartieron una mirada significativa, y con delicadeza, Huang se marcho tras las mujeres, y Renzo se quedó con los hombres.— Ve lo que provocas cabron. — se quejó Francisco. — La serpiente se enojó conmigo y yo ni pio dije. — Se lamento dejando caer la cabeza entre sus manos.— ¿Por qué tu estomago es tan débil? — se quejó Yaozu. — Porque no imaginas que estas destripando a alguien y listo, ¿sabes lo que me costará calmar a Emily ahora? — no, si Yaozu ya se veía de rodillas suplicando por una mirada de Emily.— Tu hermana no llora, y lo sabes, esto no es por el embarazo, esto es porque tu esposa se le hace tierna, ¿por qué no pudiste conseguir una mujer como la de Suh-Hee? alguien igual que tú, sin corazón. — se quejó Song y Suh-Hee, chasqueo la lengua.— Andrea tiene corazón, solo es selectiva con quien entra en él. — refuto la cabeza del tigre.— ¿Y por qué se fue si tu tampoco hiciste nada? — pregunto Richard que también había quedado solo.— Por la misma razón por
Sus ojos verdes la observaban con detenimiento, como quien compra un automóvil y quiere cerciorarse que valga lo que se pagara por él; el estómago de Mia se retorcía y su vista cayó al piso lustrado, cualquier lugar era mejor que verlo a él. No queria estar allí, aunque sus hermanas estaban felices de ser las afortunadas de desfilar para ese hombre.— Si. Es ella la que quiero. — aseguro parado frente a ella, que solo podía ver sus zapatos lustrados. — Esas piernas y ese pecho, no lo olvidaría ni en mil años.Asqueroso, depravado, ¿quién le dio el derecho de verla de esa forma? o si, sus costumbres, sus ancestros, esos que vestían a las jóvenes de forma provocadora, pero claro que no decían que era para seducir, claro que no, se le llamaba cazar a un buen esposo, debería estar resignada, incluso no debería sentirse mal, sus hermanas no lo estaban, al menos antes de que él la escogiera a ella, ahora la veían con envidia; pero Mia era distinta, desde niña, siempre cuestionando todo y es