Cuando llegó el momento de la cristiana sepultura, Úrsula tuvo ganas de desaparecer en cuanto el féretro descendía despacio hacia la fosa que guardaría por siempre los restos del cuerpo de Rebeca, pero se quedó allí mirando, tan rígida como una estatua de piedra, era consiente de que Carolina y Augusto lloraban desconsolados al igual que sus hermanos, Úrsula ni siquiera sabía si ella lloraba igual o más que ellos, cuando finalmente la tierra cubrió la ataúd de su amada, odio con todo su ser a los que osaron hacer esa labor tan desagradable.
Cuándo todo terminó y el cemento cubrió toda la superficie del sepulcro, Úrsula no era capaz de marcharse, ni siquiera cuando las personas congregadas allí comenzaron a marcharse, Úrsula no hizo el menor intento de retirarse, por ese motivo tuvo que ser arrastrada de ahí por sus suegros que la llevaron a casa.-Te podemos hacer compañía está noche si gustas – le ofreció Carolina – o bien puedes ir nuestra casa por unos días.-MuchaFrustrada y sin más que hacer, se quedó observando a Úrsula como le lloraba y después de calmarse, vio como le quitaba la pijama con cuidado y le vestía con un bonito vestido en color crema con estampados de colores vivos, cuando terminó de hacer esto, la miro sacar su estuche de maquillaje para comenzar a aplicárselo con dedicación y esmero, hasta dejarla como una muñeca.Rebeca estaba estremecida por lo que miraba, sentía deseos enormes de abrazarla y de consolarla, pero seguramente no podría tocarla, era la nada y fue entonces que entendió a Úrsula, estaba por fin en sus zapatos, a pesar de saber que no sería palpable, Rebeca se acercó a Úrsula y la rodeó con sus brazos, pero era tan etérea que no fue capaz de sentir nada, frustrada se alejo de Úrsula, ahora se arrepentía de no sentir nada, de tanto desear no sentir dolor, ahora no sentía ni lo uno ni lo otro.Rebeca estuvo presente en todo lo que sucedía alrededor de ella tras su muerte, vio a su familia llegar y llo
Los seres vivos hemos existido por miles y miles de años, en cualquier forma de vida o especie, pero siempre existentes, que con el paso del tiempo fueron evolucionando y con esto nuevos seres que se hicieron llamar hombres pensantes, iniciando la domesticación y caza de animales y el descubrir de un sinfín de cosas, tanto buenas como malas.Poco a poco el mundo que alguna vez fuera dominado en un principio por tan solo bestias y animales fue tomando forma, claro que evolucionar hasta la era actúal tomó años, miles de años, pero el renacer de un nuevo mundo trae consigo consecuencias, maldad, enfermedades, ambición de poder y avaricia, hicieron la guerra, la esclavitud, el racismo, pero también crearon leyes para hacer la vida un poco más justa, aunque en ocasiones fuera imposible, también crearon religiones a quienes les dieron un dios que nadie había visto y solo se rumoraba que existió hacía miles de años pero que nadie en la actualidad lo había visto.Solo aque
Sin duda los síntomas del vómito eran una de las otras tantas causas que conllevaba el tratamiento contra el cáncer, había todavía aún más cosas que podrían pasarle a Rebeca como que le diera diarrea o bien se estriñera, su cuerpo se sentiría cansado y debería descansar, sí, pero tampoco debía de pasar todo el tiempo en cama, el paciente debía de tener una vida lo más normal que pudiera y que realizará sus actividades del diario a lo permitido físicamente. También debía de comer bien y saludable, beber agua más de dos litros, no salir demasiado al sol, ni comer cosas demasiado dulces, evitar las cosas irritantes y con demasiadas grasas.Cuando Rebeca despertó de sus siesta se sintió un poco mejor, se levantó de la cama y salió de su habitación en busca de su familia a quien encontró reunidos en la m
En su cuerpo tampoco había vello, también se había caído de a poco, en la vena del brazo dónde circulaba el tratamiento lucía amoratada, y todo esto junto la hacía sentir fea, no podía creer lo mucho que su aspecto físico había cambiado, sus labios permanecían resecos la mayor parte del tiempo y por ese motivo siempre llevaba una barra de labios especial para su condición.Rebeca a solas en su habitación se miraba en el espejo y comenzaba a compararase con una fotografía en dónde ella era toda vitalidad, dándose cuenta de que no se parecía nada a la de antes, quizá sólo se sintiera más cómoda con su peso actual, pero no más, le era tan extraño mirarse así misma delante del espejo, comenzó a llorar, se sintió infeliz y llena de miedo, miedo a morir, se sentía apagada y sin vida, sintién
¿En qué te has entretenido? – le preguntó aquella grave y serena voz a la muerte cuando volvió a su deber, él ya lo sabía todo pero quería escucharlo de propia voz de la muerte – ¿cuál es el motivo de tus retrasos? Nunca en toda tu larga existencia te habías retrasado, siempre exacta y sin expresiones.- He encontrado a alguien que ha llamado mi atención – le respondió, sabía que no tenía caso ocultarle algo, lo veía todo.- Me sorprende viniendo de ti, sólo espero no cometas algo que vaya contra lo establecido – le advirtió.Aquel ser sabía todo, pero no le reprendio por sus retrasos, se lo dejo pasar pues nunca se había tomado pausas en sus largos días y noches en que debía pescar vidas, ella era la más fría, triste, callada y solitaria que vagaba por el mundo día
-Rebeca ¿y tú?-Úrsula – respondió de inmediato, pues había pasado días pensando en un nombre para darle a Rebeca y al final decidió dejarse aquél mismo que le dijera aquella noche.-¿Eres de por aquí? – continuó Rebeca – No te había visto por este rumbo, por lo regular conozco de vista a la mayoría de las personas que entran a la librería o pasan por aquí.-Eres muy observadora – le dijo la muerte – acabo de llegar a esta ciudad.-¿Vives por aquí cerca?- No, para nada. Llegue aquí por casualidad cuando solo caminaba para conocer la ciudad.Rebeca se giró de nuevo hacia la estantería llena de llibros, busco por unos instantes entre ellos, tomó uno y se lo mostró a Úrsula, quién no dejo de observarle ni un segundo, le fascinaba ver cada uno de sus movimientos
-¡A mí! ¿a mí me han traído rosas? – preguntó extrañada tomando las rosas que le entregaba su madre y que llevaban una nota dentro.-¿Quién te las ha mandado? – preguntó su madre tan llena de emoción como Rebeca.-Son de Úrsula – dijo Rebeca sonriendo – se está disculpado conmigo por no poder venir el día de hoy, es debido a su trabajó.-Parece que el universo a conspirado a tu favor, no querías que te viera así ¿no es cierto?- Si y no, es algo muy raro. En verdad quería verla, pero no me siento bien como para atenderla – y sonrió – Creo que es mejor que sea mañana. Quizás me sienta menos agobiada.-¿A qué se dedica tu amiga?- No lo sé, no le he preguntado aún, sólo se que acaba de llegar a esta ciudad.Cuando Rebeca d
- Si, me ha gustado mucho y cuando me pongo a leer no quiero dejar de hacerlo, me atrapa. Si mañana tengo tiempo te lo llevo.- Me encantaría eso. Gracias ¿no tienes miedo de que no te lo regrese?- No, no tengo miedo. Yo se que me lo regresaras, confío en tí – dijo mirándola a los ojos.-¿De qué color son tus ojos? – le preguntó de repente Rebeca mirándo fijamente con curiosidad los ojos de Úrsula que se quedó pensativa y un tanto preocupada ante la pregunta.-¿De qué color los miras tú? – le preguntó tanteando el terreno, la verdad es que ni ella misma sabía de que color eran sus ojos pues nunca se había reflejado en algo, mucho menos mirando en un espejo, le daba miedo saber que vería de si misma, por eso quería escuchar de los labios de Rebeca de que color los miraba ella.-Son muy confusos, p