El enojo me invade porque estoy sola, mi bebé solo cuenta conmigo para protegerlo y yo no dudaré en hacerlo, aunque mis manos se manchen de sangre. Por fortuna, mi cuerpo actúa mejor cuando está bajo presión, porque mis practicas con dardos y todo lo demás a lo que no le di importancia, es lo que me ayuda a ser decidida y tener buena puntería.
Aunque bueno, con una distancia tan reducida es complicado fallar en mi objetivo. Por lo que, disfruto no haberme equivocado y ver como el hombre se queja del dolor.— ¡¿Qué mierda está sucediendo, Eva?!— Este bastardo me faltó al respeto, me besó como si fuera su puta y nadie quiso ayudarme, ni siquiera el perro que tienes para que me cuide. — digo enojada.— Jefe, no es así.— Toma entonces de lo que preparó para mí. — digo agarrando el vaso y extendiéndolo a ArnolTodo se tensiona por el golpe de William a su hija, incluso Arnold se sorprende, por lo que, pienso que las cosas se han tornado complejas, en especial, al ver la mirada herida de la perra que no sabe dejarnos en paz.‘Esto se ha hecho más complejo.’ Me digo mentalmente.— Padre… — dice ella herida.— Vamos a tener mucho de qué hablar en casa. — dice William para después girarse hacia mí.— Lo entiendo, padre. — dice ella bajando su mirada al suelo.— Llévensela. — ordena William y Arnold niega.— Aun no. Mi esposa es quien decide lo que sucederá y eso no está en negociación. — dice Arnold con seriedad.‘Finalmente está actuando como un esposo que cuida a su mujer.’ Me digo mentalmente.Pero, eso no me hace olvidar mi plan, ya que, Arnold sigue siendo un peligro para mi hijo y para mí,
Si creía que podríamos retomar nuestra relación porque me estaba defendiendo, él acaba de confirmarme que no hay manera de que eso ocurra, porque solo me estaba defendiendo porque iba a obtener un beneficio.‘Para él solo soy un medio, únicamente eso.’ Me digo mentalmente.Duro varios minutos donde todos me observan extraño y yo salgo solo para ver como Arnold esta tan ebrio que no me observa con odio, si no, con burla mientras las mujeres tocan todo a su paso.Ni siquiera me afecta, no estoy interesada en defender lo que nunca me ha pertenecido, así que, solo me acerco a él para decirle que quiero hacer, aunque eso no sea cierto.— Quiero salir a cambiarme de ropa, ¿es eso posible?— Si eso es lo que quieres, hazlo, no me importa. — dice Arnold.— ¿Debo llevarme uno de tus perros? — pregunto y él suspira profundo.— D
Arnold no me ama, él no es una persona que sabe realmente eso y por ello, su forma de demostrar cariño es tan enfermiza y molesta. Pero, es el jefe de la mafia, no puedo solo sacarlo a patadas de mi vida.‘Solo ten paciencia, no puedes revelar tu plan.’ Me digo mentalmente con el teléfono metido en mis bolsillos para que él no lo note.— Para ti soy lo peor de este mundo, así que, ¿Por qué me tratas tan mal? ¿Por qué razón te aferras a mí si no soy una buena persona?— Ese es el problema, eres una buena persona, pero, una mujer infiel.— ¿Eso no me hace una mala persona? — pregunto con molestia.— Sabes porque te escogí, eres una chica amable, incluso lo eres con quien no lo merecía como lo mostraste anteriormente, pero, no tomé en cuenta que no es lo mismo ser amable que ser fiel.‘Mierda, ¿Por
Estábamos bien, fuimos felices, tan felices que vivimos cosas magnificas de las que ahora no sé si fueron solo producto de su imaginación. Algo de lo que no debo aferrarme, por eso, presiono el botón para que las puertas se cierren y con tristeza, miro a mi peor pesadilla, una de la que me enamoré.‘Que tonta fuiste.’ Me digo mentalmente.Me siento decepcionada, no hay manera de que yo me quede cuando mi hijo me necesita y su padre si sabe de él lo asesinará. Por eso, retrocedo y me quedo implorando en mi mente que este escape salga bien.Por fortuna, puedo llegar hasta el auto donde me dijeron que estaría todo, sin embargo, la duda de que ellas me ayuden, me impiden tomar las cosas tan fácilmente y por ello, abro la puerta del auto, tomo el dinero, reviso que no haya algo diferente al dinero y lo subo a mi auto que puede abrirse con mi huella.Sin perder el tiempo, quito el rastreador que
Camino rumbo a mi casa, he terminado tan tarde el trabajo que no hay autobuses que pueda usar y los taxis están fuera de mi presupuesto. Por eso, con mucho miedo camino por las calles de Nueva York implorando que no sea una de las miles de mujeres que aparecen muertas y no saben porque.Sin embargo, aún estoy lejos de mi destino cuando escucho unos disparos que me hacen correr aunque me siento extremadamente agotada. El miedo, me hace ver cosas que no son y las ganas de vivir son tan grandes que corro más rápido de lo que estoy acostumbrada.Pero, la suerte no parece estar de mi lado. Porque choco con alguien que huele a pólvora y sangre. Por la rapidez con la que corría, el impacto me hace rebotar y caer al suelo. El hombre me observa sorprendido y yo retrocedo con temor al ver como de sus brazos sale sangre y ni siquiera así suelta sus armas.— Perfecto. — dice él acercándose a mí.— Por favor, no me haga daño. — digo intentando correr, pero, él me agarra con brusquedad y me pega a
Me he concentrado tanto en mi trabajo que cuando llego a mi casa grito al ver aún a mi visita inesperada acostada en mi cama.— ¡¿Qué pasó?! — grita él apuntándome para después suspirar profundo.— ¿Qué haces aquí? — pregunto molesta.— ¿Me estás echando acaso?— Debes marcharte, este es mi espacio y contigo aquí no tengo donde dormir.— Puedes dormir a mi lado.— ¿Eres mi esposo, señor? Porque solo los esposos duermen juntos.El hombre que parece muy cómodo en mi casa, me sonríe, pero, no se molesta en alejarse de mi cama o marcharse, porque se acomoda más como si no estuviera herido.— Entonces eres virgen. — dice él en tono burlón.— Si soy o no virgen no es tu problema.— Tienes razón, no es mi problema. Parece que estás molesta porque me encuentre aquí.— No te conozco y es evidente que eres alguien peligroso, por eso no te quiero aquí. Si vienen tus enemigos, nos matarán y nadie podrá salvarnos.— No te preocupes, ya vamos a marcharnos, solo te estaba esperando.— ¿Marcharnos? ¿
Yo sí quiero saber en qué planeta, dimensión desconocida o realidad alterada yo soy su mujer, porque en esta sin duda no lo es. Pero, no tengo tiempo para aclarar algo así, porque los disparos no se hacen esperar y el hombre despiadado que no le preocupa que este en medio de los disparos continua con el enfrentamiento que reafirma el hecho que soy su mujer.— ¡No apunten a Arnold, maten a la maldita mujer! — grita el hombre.— Pero, ¿yo que culpa tengo? Yo no he pedido que se maten entre sí. — digo llorando.— No se preocupe, señora Krick, nosotros la protegemos. — dice uno de ellos y si pudiera me quitara el zapato para golpearle la cabeza.— ¡Yo no soy la señora Krick! — grito levantándome con enojo, pero, rápidamente Arnold me hace agacharme solo para observar cómo perforan la pared porque varias personas apuntaron hacia el mismo lugar.‘Así hubiese quedado mi cabeza por haber sido tan imprudente.’ Me quejo mentalmente.Agradezco a Dios por tener la oportunidad para vivir un poco m
Los disparos poco a poco cesan porque nos movemos lejos del caos entre ellos, porque en mi mente hay un caos más grande del que hubo cuando Noé se marchó en su arca dejando a los incrédulos sufrir por el diluvio.‘Esto no puede estar pasándome, Dios. ¿Por qué tuve que cruzarme con un lunático?’ me quejo mentalmente.— Señor Krick, entienda algo: usted no me interesa como hombre.— Ohh…— dicen los escoltas que nos acompañan en el auto y eso hace él que suspire profundo.— No sabía que tenías tan terrible gusto para no interesarte.Lo reconozco, este hombre es atractivo, mide más de dos metros, tiene muchos músculos, su cabello es negro como la noche y aunque sus ojos son de un azul hermoso, parecen los de un lobo con ojos rojos feroces.Su rostro tan simétrico y perfecto podría hacerlo pasar por modelo… uno de los más hermosos y no como el mafioso que es, además, notando su ropa diría que es adinerado, así que, si me dejo llevar solo por el físico, es totalmente mi tipo, de ese que sol