Diez horas después
Arnold sale del baño completamente satisfecho mientras yo me pregunto quién soy y porque razón lo disfruté todo cuando solo debí mantenerme inmóvil o mostrar desagrado ante el hombre que tanto me ha humillado.Es entonces, que comprendo lo perdida que estoy y no solo porque quiero tanto a Arnold que mi cuerpo no lo rechaza si no que, fácilmente puedo convertirme en una ninfómana, ya que, fueron once orgasmos los que tuve en diez horas.Mi cuerpo ya no puede más, siento que algo se dañó en mi cuerpo y lo peor de todo es que me agradó que fuera así, porque con tanto estrés, tener un momento de disfrute es lo mejor que puede pasarnos antes de desaparecer.— Lo hiciste muy bien, realmente me sorprendiste que soportaras tanto. Bueno, la realidad es que me sorprendió como ambos cuerpos respondieron tan positivamente. — dice ArnoArnold se acerca a los chicos que tiemblan y yo observo todo sentada esperando que el mentiroso salga a la luz, porque aunque la actitud de los chicos es sospechoso, lo que sí es bastante extraño es que Arnold parece no saber de esos videos, como si no fuera él cuando es evidente que si lo es.— Tienen exactamente dos minutos para decirme que sucede aquí o les sacaré la información a golpes.— ¡Su esposa es una mentirosa! ¡Nos ha tendido esta trampa, pero, nosotros somos inocentes! ¡Ha actuado como una víbora! — gritan los chicos y yo sonrío.— Sin duda, yo puse la puesta en la escena y me mostré yo misma los videos para después eliminarlos, ¿no es así? Porque yo tengo mucho acceso a la tableta, ¿verdad, Arnold?El hombre que observa con desconfianza, regresa su mirada a los hombres que tiemblan, pero, claramente son culpables. Por
No puedo evitar sentir dolor, porque había comenzado a sentir por él demasiado, pero, nadie muere porque alguien que uno quiere lo decepciona y yo no seré la excepción. Así que, miro a Arnold enfrentándolo de la mejor forma posible.— Ya no tienes poder sobre mí, porque tus ofensas son sin importancia al venir de un hombre que no tiene ética, moral ni mucho menos sabe lo del respeto.— No soy yo, pero, hablaré seriamente con esa perra. Porque yo no voy a permitir que me calumnien.— Pero, a mí sí pueden calumniarme, ¿no es así?— Lo tuyo es diferente. — dice Arnold mirándome con tanto desprecio que lo único que puedo hacer es negar lentamente.‘Es un bastardo en todo el sentido de la palabra.’ Me digo mentalmente.— Tienes ojos y no ves. Tu ceguera no tiene límites, pero, no voy a discutir con un
Tres días despuésNo le doy importancia al auto, solo me concentro en usar la tableta para reunir información del edificio, desde las calles que están cerca del edificio destruido como los negocios que hay cerca.Aunque la realidad, lo que estoy haciendo es buscar rutas de escape usando como excusa el edificio, también, averiguo sobre personas para la remodelación y acuerdo reunirme con ellos en casa cuando solo me interesa tener información de lo que sucede fuera.Sé perfectamente que Arnold no es tonto y toda persona que llega es investigada por él, seguramente después de que se reúnan conmigo, deben hablar con él, por eso, debo escoger bien las palabras adecuadas para no levantar sospechas y fingir que solo me preocupa el viejo edificio que mi esposo me dio para humillarme.Es evidente que yo sigo siendo su prisionera, pero, tengo herramientas que antes se me habían nega
Un mes despuésHe reunido mucho dinero, de eso no tengo dudas, además, he podido reunirme con varios arquitectos para saber lo que debería o no tener mi edificio, pero, hoy es que puedo salir, porque aunque Arnold me ha permitido hacerlo, con tantos escoltas me cohíbo de mirar mucho hacia algún lugar y delatar mi ubicación.Pero, hoy es diferente, después de tantas salidas con más escoltas que el presidente, puedo ir solo con dos chicas que cantan mientras nos dirigimos al edificio como hago todos los días en donde Arnold no llega a tener sexo conmigo.— Hoy es un buen día, ¿no es así, jefa? — pregunta la chica número cinco y yo me limito a asentir.— ¿Trajeron el cemento que solicité? Tienen muchas cosas que reparar. — pregunto aunque poco me importa el cemento.Para continuar con la fachada, he tenido que gastar dinero en materia
Por fortuna, sobreviví a su desconfianza con mi táctica de mujer inocente, pero, dudo que pueda caer en mi mentira durante toda la velada. Es por eso, que intento soltarme de él sin importarme que eso complique mi escape.— Un momento, tú no puedes venir aquí y fingir que todo es perfecto cuando no es así. Tú y yo hemos pactado algo y no puedes venir aquí como si yo fuera un chiste o algo peor. — digo con desagrado.— Voy a pagarte bien.— No voy a ir, tengo que ocuparme de mi edificio hoy. — digo sabiendo que debo escaparme hoy antes que las cosas empeoren.Durante estos días he analizado cada detalle en el área que pueda servirme como ruta de escape, así que, no puedo desaprovechar una oportunidad tan buena solo porque a él se le antojó venir aquí un día que no le correspondía.‘Los planes están, tengo e
Camino rumbo a mi casa, he terminado tan tarde el trabajo que no hay autobuses que pueda usar y los taxis están fuera de mi presupuesto. Por eso, con mucho miedo camino por las calles de Nueva York implorando que no sea una de las miles de mujeres que aparecen muertas y no saben porque.Sin embargo, aún estoy lejos de mi destino cuando escucho unos disparos que me hacen correr aunque me siento extremadamente agotada. El miedo, me hace ver cosas que no son y las ganas de vivir son tan grandes que corro más rápido de lo que estoy acostumbrada.Pero, la suerte no parece estar de mi lado. Porque choco con alguien que huele a pólvora y sangre. Por la rapidez con la que corría, el impacto me hace rebotar y caer al suelo. El hombre me observa sorprendido y yo retrocedo con temor al ver como de sus brazos sale sangre y ni siquiera así suelta sus armas.— Perfecto. — dice él acercándose a mí.— Por favor, no me haga daño. — digo intentando correr, pero, él me agarra con brusquedad y me pega a
Me he concentrado tanto en mi trabajo que cuando llego a mi casa grito al ver aún a mi visita inesperada acostada en mi cama.— ¡¿Qué pasó?! — grita él apuntándome para después suspirar profundo.— ¿Qué haces aquí? — pregunto molesta.— ¿Me estás echando acaso?— Debes marcharte, este es mi espacio y contigo aquí no tengo donde dormir.— Puedes dormir a mi lado.— ¿Eres mi esposo, señor? Porque solo los esposos duermen juntos.El hombre que parece muy cómodo en mi casa, me sonríe, pero, no se molesta en alejarse de mi cama o marcharse, porque se acomoda más como si no estuviera herido.— Entonces eres virgen. — dice él en tono burlón.— Si soy o no virgen no es tu problema.— Tienes razón, no es mi problema. Parece que estás molesta porque me encuentre aquí.— No te conozco y es evidente que eres alguien peligroso, por eso no te quiero aquí. Si vienen tus enemigos, nos matarán y nadie podrá salvarnos.— No te preocupes, ya vamos a marcharnos, solo te estaba esperando.— ¿Marcharnos? ¿
Yo sí quiero saber en qué planeta, dimensión desconocida o realidad alterada yo soy su mujer, porque en esta sin duda no lo es. Pero, no tengo tiempo para aclarar algo así, porque los disparos no se hacen esperar y el hombre despiadado que no le preocupa que este en medio de los disparos continua con el enfrentamiento que reafirma el hecho que soy su mujer.— ¡No apunten a Arnold, maten a la maldita mujer! — grita el hombre.— Pero, ¿yo que culpa tengo? Yo no he pedido que se maten entre sí. — digo llorando.— No se preocupe, señora Krick, nosotros la protegemos. — dice uno de ellos y si pudiera me quitara el zapato para golpearle la cabeza.— ¡Yo no soy la señora Krick! — grito levantándome con enojo, pero, rápidamente Arnold me hace agacharme solo para observar cómo perforan la pared porque varias personas apuntaron hacia el mismo lugar.‘Así hubiese quedado mi cabeza por haber sido tan imprudente.’ Me quejo mentalmente.Agradezco a Dios por tener la oportunidad para vivir un poco m