Dana no podía creer el recibimiento de su gente.Todos parecían eufóricos cuando ella tomó el mando y no podía sentir más satisfacción pero cuando le comentaron el trato que Owen había estado teniendo con los suyos se le rompió el corazón.Ni siquiera descansó cuando llegó, necesitaba que su manada volviera hacer lo que era antes de que sus padres fueran asesinados y poco a poco lo estaba logrando.—Gobernante, todo está listo para esta noche —habló Brent sacándola de sus pensamientos y Dana asintió para él.—No me gustaría hacer una fiesta en medio del caos pero es lo que se debe hacer. Es la ley de las manadas cuando alguien toma el mando.Brent suspiró acercándose a ella.No se habían separado desde que habían llegado al Oeste y Dana estaba profundamente agradecida por eso.—Dana. Tú más que nadie se merece esta fiesta de coronación. Has luchado por tu manada, nunca dejaste de hacerlo y todos lo saben. Todos en la manada están felices de que estés de vuelta.Dana asintió feliz antes
Dana observó que los tres probablemente habían estado almorzando porque había comida sobre una manta extendida pero Kian y sus cachorros ahora estaban sumidos en un entrenamiento que ella se quedó mirando atontada.—Muy bien, pequeña. Eres fuerte pero si te enfrentas a alguien que tenga el poder de penetrar su escudo, ¿Qué harás?La Omega contuvo el aliento ante el pensamiento lógico de Kian. Si ellos poseían el poder de crear un escudo, probablemente habría otro lobo con el poder de destruir su defensa.“¿Por qué no pensé en eso antes?”—Cuando esté cerca de ti te mantendré protegida pero habrá momentos en los que no estaré a tu alrededor y quiero que seas capaz de defenderte sola —añadió el Alfa cuando Devanie se quedó atónita con su pregunta. —¿Qué harías tú, cachorro? Tu escudo es diferente al de Devanie y al mío. Solo podemos proteger a los que estén cerca de nosotros pero tú puedes proyectar el escudo a quien quieras proteger. —Atacaría —respondió Kieran sin lugar a la vacilac
—¿Quién te dio el permiso para entrenar a mis cachorros? ¡Podrías haberlos lastimado!Kian tuvo que controlar la sonrisa que empezaba a bordear sus labios. Le gustaba muchísimo Dana en su papel de madre. Jamás la había visto tan posesiva sobre algo, aunque estaba un poco celoso de que aquella posesividad no aplicara para él. —Nuestros cachorros y ellos fueron los que vinieron a mí. No sé quién les dijo que estaba aquí, simplemente llegaron. Además ¿Cómo crees que los lastimaría? Quizás sientan un poco de dolor pero eso es para fortalecerlos. No puedo entrenarlos y hacerlos más fuertes si…Dana se sintió traicionada de que Devanie y Kieran no fueran a verla a ella para pedirles que los entrenaran. Que hubieran tenido más confianza en Kian le rompía el corazón.—Pero yo no quiero que los entrenes, me los llevaré y tú deberías volver al Norte. No sé qué haces aquí de todas maneras —gruñó fulminándolo con la mirada.Kian se acortó la distancia entre ambos mirándola a los ojos, cada día q
—Ven con nosotros. Como no estás en el Norte obviamente no te llegó la carta de invitación para la fiesta de posesión y coronación. Necesitas darte un baño y arreglarte. No puedes aparecerte así —dijo Dana dándole la espalda para que la siguiera después de hacer una mueca despectiva.Aunque lo cierto era que aunque Kian tenía un par de días sin afeitarse la barba se veía mucho más sexy con ese aspecto salvaje.Él enseguida se puso a su lado caminando a la par.—¿Estás ofreciéndote para ayudarme con el baño, compañera? Ante su tono seductor Dana casi se detuvo en seco. Jamás había visto a Kian parecer tan relajado a su alrededor y debía decir que eso la sorprendía. Sin embargo, no dudó en fulminarlo con la mirada haciendo que él se riera entre dientes.—No volveré a tocarte Kian, para con eso.—Ya veremos, princesa.—No hay nada que ver.—Piénsalo así, tú y yo desnudos en tu baño…—¿Cómo aquella vez cuando yo era tu doncella? No, gracias —refunfuñó Dana apartando la mirada aunque podía
Dana guió a Kian a la habitación siendo seguida por la mirada de todos. El Alfa también estaba centrado en ella pero no como lo hacían los demás.Sus ojos estaban clavados en su glorioso cuerpo y en la manera en que se movía, Dana era elegante y sensual. Cada momento que pasaba cerca de ella se sentía más tentado en reclamarla ante todos.—Entra —dijo ella volviéndose a él observándolo con desconfianza.Casi sonrió divertido por esto.Al pasar cerca de su cuerpo rozó con su hombro suavemente su pecho y se giró a mirarla notando el aturdimiento de su compañera. Estaba tan hermosa con los labios entreabiertos que deseó lanzarse a su boca carnosa, sin embargo, logró contenerse a tiempo.—Esta será tu habitación —añadió ella cerrando la puerta a sus espaldas.Kian no dudó en examinar rápidamente el lugar dándose cuenta de que aquella habitación probablemente fuera de alguien del servicio. Estuvo a punto de carcajearse.Si Dana creía que lo haría sufrir enviándolo a esta habitación estaba
Dana mentiría si dijera que no era satisfactorio ver al Alfa del Norte arrodillado frente a ella sintiendo la necesidad de complacerla. Eso la hacía sentir poderosa, pero no tanto como la mirada que Kian le estaba dedicando.En silencio él le alzó el vestido y ella terminó quitándoselo por encima de su cabeza. Kian gruñó suavemente deleitándose con la vista de sus pechos turgentes. Enseguida llevó sus manos cubriéndolos con caricias suaves.Dana se mordía el labio inferior contemplándolo con ojos entrecerrados de placer.—Ah, Kian…Cerró los ojos dificultándole la respiración. Kian cerró su boca cálida alrededor de su pezón chupando y lamiendo a su antojo al mismo tiempo que su mano se deslizaba a lo largo de su vientre llegando a su clítoris por encima de sus bragas.—Mi dulce Dana, cada día es un infierno lejos de ti —murmuró él con voz aterciopelada pero Dana abrió la boca sin saber qué decir.El cosquilleo en su vientre se intensificó.Kian aprovechó su desconcierto para arrancarl
Kian se tensó al verla alejarse de él.Estaba jodidamente duro ¿y ella lo dejaría así?Él había cometido errores en el pasado que Dana necesitaba saber o todo seguiría igual y no era eso lo que quería.Él necesitaba a su familia, toda completa.Kian apoyó su cabeza contra la almohada mirando al techo mientras su pecho desnudo subía y bajaba con cada respiración. El verla derretida antes por su toque solo le ponía las cosas más difíciles. —Estás siendo mala ahora, princesa.Dana no ocultó su sonrisa porque ya él no la estaba mirando. Devoró su cuerpo masculino admirando sus músculos tensos y como se apretaban sus pantalones en la zona de su miembro. La peor tortura para un hombre era tentarlo y dejarlo con las ganas.“Bien merecido lo tiene, eso ni siquiera es lo mínimo ante lo que tú me hiciste. Además, yo no soy la mala, estoy luchando contra mí misma y si no me voy de aquí terminaré perdiendo. No puedo seguir haciendo esto.”—Dana, antes de que te vayas necesito que sepas algo.—N
Clara contempló con horror la prueba de lo que llevaba sospechando desde hace mucho. Sus ojos se llenaron de lágrimas y contuvo un sollozo.—¿Estás bien, niña? ¿De quién es esa criatura que viene en camino?Clara tragó saliva antes de negar con la cabeza.—Y-yo…Al ver la incomodidad de la loba, la mujer habló una vez más.—Clara. A partir de ahora no puedes hacer trabajos pesados. Hablaré con el Beta para pedirle que te ponga trabajos más suaves. Ahora que estás preñada…—¡No! Por favor, nana —ella apresuradamente tomó las manos de la mujer que la había cobijado después de la muerte de sus padres.Nana había cuidado también de Román y Zakia cuando la madre de ambos había muerto. Clara había crecido con ambos en la casa de la manada bajo su ala.Pero aunque sus acciones fueran nobles no eran las que Clara necesitaba en ese momento.Si ella le comentaba al Beta este se lo diría a Román, entonces él se enteraría que ella estaba embarazada y rápidamente entendería que era suyo. No podía