—Dana, para. No puedes irte así, tenemos mucho de que hablar —murmuró Kian interponiéndose en su camino cuando Devanie y Kieran volvieron a caminar.Dana apretó su mandíbula enviándole una mirada casi venenosa.—No hay nada más importante para mí ahora que recuperar el tiempo perdido con mi cachorro y mi manada.—Está bien —él fingió calma aunque su afirmación le había dolido—. Hablaremos después de que tomes posesión del Oeste.Kian acortó la distancia entre ambos reduciéndola a simples milímetros ocasionando que Dana apartara la mirada por el nerviosismo que inevitablemente le ocasionaba.—Pero déjame decirte que no puedo estar más feliz. Ahora que nuestro cachorro está con nosotros y que sé sobre ellos, lo único que completaría esto que estoy sintiendo es tenerte de vuelta.—Kian, para con esto. —Dana…Ella trató de ignorar su tono dolido.¿Cuántas veces se había sentido ella lastimada por su trato? ¿Cuántas veces lloró? Pero a él no le había importado.—Tú y yo nunca vamos a esta
—Dana, tengo que volver al Sur, pasó algo.Al ver la cara de preocupación de Román, Dana sintió que su vientre se apretaba.—¿Qué pasó? ¿Necesitas ayuda…?—No. Debo solucionar esto por mi cuenta. Iba a acompañarte al Oeste y no quiero dejarte sola pero…—No, tienes que ir. Tú y tu familia siempre han hecho tanto por mí, si necesitas ayuda, cualquier cosa…Román negó con la cabeza sintiéndose aturdido, no podía dejar pensar en lo que le habían avisado.—Lo harás bien, tú no necesitas a nadie para tomar las riendas de tu manada. Nos vemos.Kian vio el momento en el que Román tomó el rostro de Dana y lo alzó depositando un beso en su frente que provocó que él gruñera.Incluso el beso más casto significaba que él la había tocado.No quería a ningún hombre merodeándola. Mucho menos ese que se proclamaba su prometido.—¿Esa hembra es… tú compañera? —preguntó con suavidad su madre.Él no apartó los ojos de ambos a punto de ir a separar a Dana de Román. Cada segundo que pasaba se estaba convi
—¿Qué pasará con Dana? —preguntó Zakia caminando al lado de Kian.El macho apretó sus puños.No había podido dejar de pensar en Dana. Estaba decidida a casarse con Román y eso estaba calando profundo en su corazón. Ni siquiera sabía cómo demonios actuar.Jamás había querido tanto a alguien, entonces ¿Qué debía hacer?—La recuperaré —afirmó y Zakia no pudo evitar burlarse de él.Ella había sido la primera en darse cuenta de la atracción de Kian por Dana y por eso se había puesto tan celosa de ella, aunque después temió por el descontrol de las emociones de Kian.—Te queda un largo camino, ¿Qué harás? ¿Te irás al Norte?—No quiero hacerlo. Por primera vez en mi vida quiero algo por encima de mi manada. Mi padre me enseñó que lo primero era mi manada pero… no me gusta la idea de vivir lejos de mis cachorros y sobre todo de Dana. Estos cuatro años lejos de ella fueron un infierno. Tendrán que matarme para alejarme de ella.—Así que estás decidido. ¿Ya le hablaste del pasado? ¿Le contaste
Dana no podía creer el recibimiento de su gente.Todos parecían eufóricos cuando ella tomó el mando y no podía sentir más satisfacción pero cuando le comentaron el trato que Owen había estado teniendo con los suyos se le rompió el corazón.Ni siquiera descansó cuando llegó, necesitaba que su manada volviera hacer lo que era antes de que sus padres fueran asesinados y poco a poco lo estaba logrando.—Gobernante, todo está listo para esta noche —habló Brent sacándola de sus pensamientos y Dana asintió para él.—No me gustaría hacer una fiesta en medio del caos pero es lo que se debe hacer. Es la ley de las manadas cuando alguien toma el mando.Brent suspiró acercándose a ella.No se habían separado desde que habían llegado al Oeste y Dana estaba profundamente agradecida por eso.—Dana. Tú más que nadie se merece esta fiesta de coronación. Has luchado por tu manada, nunca dejaste de hacerlo y todos lo saben. Todos en la manada están felices de que estés de vuelta.Dana asintió feliz antes
Dana observó que los tres probablemente habían estado almorzando porque había comida sobre una manta extendida pero Kian y sus cachorros ahora estaban sumidos en un entrenamiento que ella se quedó mirando atontada.—Muy bien, pequeña. Eres fuerte pero si te enfrentas a alguien que tenga el poder de penetrar su escudo, ¿Qué harás?La Omega contuvo el aliento ante el pensamiento lógico de Kian. Si ellos poseían el poder de crear un escudo, probablemente habría otro lobo con el poder de destruir su defensa.“¿Por qué no pensé en eso antes?”—Cuando esté cerca de ti te mantendré protegida pero habrá momentos en los que no estaré a tu alrededor y quiero que seas capaz de defenderte sola —añadió el Alfa cuando Devanie se quedó atónita con su pregunta. —¿Qué harías tú, cachorro? Tu escudo es diferente al de Devanie y al mío. Solo podemos proteger a los que estén cerca de nosotros pero tú puedes proyectar el escudo a quien quieras proteger. —Atacaría —respondió Kieran sin lugar a la vacilac
—¿Quién te dio el permiso para entrenar a mis cachorros? ¡Podrías haberlos lastimado!Kian tuvo que controlar la sonrisa que empezaba a bordear sus labios. Le gustaba muchísimo Dana en su papel de madre. Jamás la había visto tan posesiva sobre algo, aunque estaba un poco celoso de que aquella posesividad no aplicara para él. —Nuestros cachorros y ellos fueron los que vinieron a mí. No sé quién les dijo que estaba aquí, simplemente llegaron. Además ¿Cómo crees que los lastimaría? Quizás sientan un poco de dolor pero eso es para fortalecerlos. No puedo entrenarlos y hacerlos más fuertes si…Dana se sintió traicionada de que Devanie y Kieran no fueran a verla a ella para pedirles que los entrenaran. Que hubieran tenido más confianza en Kian le rompía el corazón.—Pero yo no quiero que los entrenes, me los llevaré y tú deberías volver al Norte. No sé qué haces aquí de todas maneras —gruñó fulminándolo con la mirada.Kian se acortó la distancia entre ambos mirándola a los ojos, cada día q
—Ven con nosotros. Como no estás en el Norte obviamente no te llegó la carta de invitación para la fiesta de posesión y coronación. Necesitas darte un baño y arreglarte. No puedes aparecerte así —dijo Dana dándole la espalda para que la siguiera después de hacer una mueca despectiva.Aunque lo cierto era que aunque Kian tenía un par de días sin afeitarse la barba se veía mucho más sexy con ese aspecto salvaje.Él enseguida se puso a su lado caminando a la par.—¿Estás ofreciéndote para ayudarme con el baño, compañera? Ante su tono seductor Dana casi se detuvo en seco. Jamás había visto a Kian parecer tan relajado a su alrededor y debía decir que eso la sorprendía. Sin embargo, no dudó en fulminarlo con la mirada haciendo que él se riera entre dientes.—No volveré a tocarte Kian, para con eso.—Ya veremos, princesa.—No hay nada que ver.—Piénsalo así, tú y yo desnudos en tu baño…—¿Cómo aquella vez cuando yo era tu doncella? No, gracias —refunfuñó Dana apartando la mirada aunque podía
Dana guió a Kian a la habitación siendo seguida por la mirada de todos. El Alfa también estaba centrado en ella pero no como lo hacían los demás.Sus ojos estaban clavados en su glorioso cuerpo y en la manera en que se movía, Dana era elegante y sensual. Cada momento que pasaba cerca de ella se sentía más tentado en reclamarla ante todos.—Entra —dijo ella volviéndose a él observándolo con desconfianza.Casi sonrió divertido por esto.Al pasar cerca de su cuerpo rozó con su hombro suavemente su pecho y se giró a mirarla notando el aturdimiento de su compañera. Estaba tan hermosa con los labios entreabiertos que deseó lanzarse a su boca carnosa, sin embargo, logró contenerse a tiempo.—Esta será tu habitación —añadió ella cerrando la puerta a sus espaldas.Kian no dudó en examinar rápidamente el lugar dándose cuenta de que aquella habitación probablemente fuera de alguien del servicio. Estuvo a punto de carcajearse.Si Dana creía que lo haría sufrir enviándolo a esta habitación estaba