—Todo saldrá bien, el Alfa Zek nos está respaldando. No pudo enviar a sus hombres a ayudarnos en la frontera porque se darían cuenta de quienes eran y sabía que éramos suficientes para traerte sana y salva aquí pero contamos con su apoyo total.—Bien, después de que hable con él podremos hacer una alianza.Dana vio extrañada el silencio de Zakia y miró a la loba con curiosidad.—¿Zakia, estás bien?La loba sonrió burlonamente y asintió con la cabeza.—Claro que lo estoy, tenía rato que no me divertía tanto. Me gusta causar problemas.Dana casi correspondió a aquella sonrisa suya pero su cara estaba entumecida. De repente creyó percibir que varios machos de la manada observaban con sorpresa a Zakia pero debía ser imaginaciones suyas.Dana caminó con la cabeza alta sosteniendo firmemente el cuerpo pequeño de su hija hasta que se detuvo frente a aquel imponente macho sentado en el trono. A su lado había otro macho más joven mirándola fijo y Dana no pudo evitar estremecerse.—Bienvenida a
Kian frunció el ceño dejándose caer al borde de aquel río que dividía tres reinos. El Oeste, el Norte y el Sur. Introdujo las manos en el agua cristalina lavando su cara. El sol era bastante fuerte.Sus ojos inconscientemente miraron el anillo sobre su dedo recordando cuando Asling se lo había dado.—Te amé desde el primer momento. No pude olvidarte, siempre esperé por ti.A decir verdad él sentía lo mismo pero no era la cara de ella la que veía en sus días más oscuros como ese. Sino la de Dana.Aquella maldita hembra que se había burlado de él. Aquella a quien día tras día no podía dejar de preguntarse dónde estaba. Durante tres años no había dejado de buscarla. Incluso Owen lo había hecho en el Oeste. Era como si la tierra se la hubiera tragado para siempre.Kian apretó la mandíbula pensando en la muerte de la Omega por el recuerdo de su sangre pero algo dentro de él se negaba a dejarla ir. Se negaba a creer que aquella hembra tan fuerte y decidida pudiera morir tan fácilmente.—Te
—Devanie tu mamá…—¡No le digas que estaba aquí! Zakia se rió de la astucia de la pequeña, físicamente era demasiado parecida a Dana salvo por el color de sus ojos que como su personalidad eran muy parecidos a los de Kian, solo que más sonriente y definitivamente dulce y cariñosa como su madre.—¿Por qué volviste a ir hacia ese lugar? Te dije que era muy peligroso —la voz tensa de Dana provocó que ambas dieran un pequeño salto—. No me gusta que sigas escapando Devanie.Zakia miró a su amiga admirándola, Dana se había convertido en toda una Omega guerrera digna de gobernar. Ni siquiera ella que tenía sangre de Alfa podía escucharla acercarse. —Bueno querida chica, al parecer has sido pillada. —¡No te vayas madrina!Zakia se rió burlonamente guiñándole un ojo.—Te daré el mejor regalo que tendrás hoy, no te preocupes. —¿Qué será? —los ojos de Devanie brillaron con interés y Dana bufó mientras que Zakia soltaba otra risita escabulléndose por el bosque.—Lo siento mami.La pequeña hiz
Dana secaba el cabello rizado de su hija mirándola pensativamente mientras que Devanie seguía parloteando cosas sin sentido mientras reía.Ese día siempre sería el mejor y el peor para Dana. Siempre tenía que fingir estar totalmente feliz para su hija cuando su corazón estaba dividido en dos pensando en cómo lo estaría pasando su hijo.Solo tenía un consuelo.Kieran estaba vivo.Dana tenía un par de infiltrados en el Norte que le daban información continua sobre su hijo y eso era lo único que no la había hecho volverse loca.—Cariño, tengo otro regalo para ti —murmuró algo tensa Dana y enseguida Devanie se giró a mirarla emocionada.—¡¿Otro?! ¡¿Qué es mami?!—Bueno… no es un regalo mío sino de alguien muy especial para ti.Durante todo el día había pensado en dárselo pero nadie más que Devanie se merecía aquello. Dana siempre se había sentido inquieta por aquel absurdo regalo que Kian le había dado antes de huir así que su hija era la única que merecía llevarlo.Dana se levantó de la
UN AÑO DESPUÉS:—¿Has estado bien? Estos últimos días te he visto muy pensativa.El Alfa Zek caminaba a su lado rompiendo el silencio entre los dos.—Solo ansiosa por volver a mi tierra.La Omega se quedó repentinamente en silencio pero el Alfa sabía cuál era la verdadera razón de aquella ansia.Su cachorro.Él mismo había vivido años lejos de la suya por sus errores pero para Dana era mucho peor pues ni siquiera una vez había podido tener en brazos a su cachorro, al niño que llevaba años anhelando. —Muchas cosas están pasando, espero que tengas sabiduría.Dana sonrió a medias sabiendo que su destino estaba en juego, aquel poder de la premonición que se le había otorgado no era sencillo de controlar, a veces el destino era impredecible incluso para los que podían ver a través de él. Las líneas del destino eran distintas y todo podía cambiar en un segundo gracias a las distintas posibilidades. Ella lo había notado y eso era algo que en secreto le preocupaba por lo que debía tomar las
Dana miró con orgullo el despliegue de su tropa.La gran cantidad de machos Omegas que había en la manada del Sur había ido en aumento, todos estaban siendo entrenados y liderados por la gobernante real.Dana manejaba a los machos con mano de hierro y la ayuda del Alfa Zek y su hijo Román era fundamental. La manada del Sur y la del Oeste indirectamente estaban estrechando lazos sin que Owen lo supiera y era ahí donde Dana iba a aprovechar para destruirlo.—Todos estamos listos para seguirte, gobernante Dana.La voz enronquecida de Román sonó cerca y Dana se giró para encontrarlo a unos centímetros detrás de ella. Tuvo que alzar la cabeza para contemplarlo.Su contextura dura intimidaba a cualquiera pero ella podía ver detrás de aquella masa de músculo y aquel macho era encantador.—¿Nerviosa?La sonrisa que le dio provocó que Dana quisiera sonreír también pero eso era algo que poco hacía la loba, salvo con su cachorra.—Ansiosa, esa sería la palabra correcta.Román amplió su sonrisa ap
—Solo atacaremos a los que sirvan a Owen en batalla. Mi pueblo no será lastimado por ese bastardo.Los lobos a su lado asintieron sintiendo el poder emanar del cuerpo de Dana.Ella caminaba al frente justo al lado de Román mientras que Brent estaba un poco detrás de ella y los lobos que ella misma había entrenado sumados a los guerreros del Sur los precedían.—¿Así que te has unido a mi enemigo? —se burló Owen rodeado de Omegas traidores.Aquellos hombres tenían el alma tan podrida como su tío así que no era de extrañar que cuidaran sus espaldas, quizás qué era lo que su tío les había prometido.—Pero has hecho la sumatoria mal, no están en posición de ganar Dana.La risa burlona y siniestra de su tío no la hizo vacilar. Dana no era la misma niña que hace casi cinco años atrás él había intentado matar.Owen no tenía ni idea de lo letal que Dana podía llegar a ser.—Basta de charlas. Comienzas a aburrirme —le dijo ella con fastidio ocasionando que Owen enfureciera.No le gustaba la act
Kian sentía aquella conexión instantánea nada más al percibir a aquella loba blanca luchando con una destreza admirable.Su lobo gruñó lleno de posesividad dentro de su interior gimoteando cómo quería marcarla para completar aquel vínculo que años atrás no habían completado.La necesidad por tenerla casi lo cegó hasta el punto en el que se detuvo frente a ella después de ver impresionado como Dana se convertía en una loba roja que todos hace años creían extinta.El Alfa quiso hablarle, estrecharla contra su pecho. La había buscado por tantos años que el alivio que había experimentado al verla de nuevo seguía en su cuerpo.—Dana…Ronroneó en su cabeza pero al no ser de la misma manada ella no podía oírlo.Dana se agachó mostrándole los colmillos en señal de amenaza clara.Si otra persona hubiera hecho eso Kian se sentiría profundamente irritado pero al ser ella, el deseo caliente se arremolinó dentro del macho.La anhelaba más de lo que quería admitir y Kian sabía el porqué. De hecho,