Capítulo 6 — Miedo

Por primera vez en la vida, Patrick tomaba un vuelo comercial en asiento turista y se sintió extraño, su familia tenía aviones privados, helicópteros y en casos excepcionales, o alquilaban un avión o viajaban en primera clase.

Pero a pesar de lo peculiar del asunto, Patrick se sentía entusiasmado. Lo que estaba haciendo parecía una locura, pero él lo veía más como una aventura y una oportunidad para hacer algo bueno, así mantendría ocupada su mente.

Además, la compañía de Nicole resultaba agradable.

Ella conversaba con él, le comentaba algunos datos de su familia, de las empresas que manejaban y de su esposo, pero datos vagos, Nicole no mencionaba casi nada de su vida personal, lo que despertaba todavía más la curiosidad de Patrick.

En realidad, ¿qué la había llevado a hacer esto?, ¿a contratar un gigoló para que finja ser su novio?, él lo quería saber todo, pero no se le daba bien preguntarle y hacer el papel de chismoso.

Eso no era de caballero y además, él sabía que, en algún momento, la misma Nicole se lo contaría.

Llegaron a la ciudad y de inmediato ella acompañó a Patrick a lo que sería el hotel en el que él se alojaría, no era nada lujoso y la habitación estaba bastante sencilla, no era a lo que estaba acostumbrado, pero estaría bien.

— Es muy tarde… — Musitó Nicole en la puerta, cuando ya se iba, ella había tenido la amabilidad de ayudar a Patrick a desempacar e instalarse. — Mañana en la mañana, iré a ver a mi esposo y vendrás para acompañarme…

— Está bien. — Asintió Patrick, acercándose a ella. De inmediato, Nicole se sonrojó, ¿qué le pasaba a esa mujer que a cada momento se ponía colorada?

— Eh… Yo pasaré por ti… Temprano… Iremos a la empresa. — Balbuceó Nicole aturdida.

Patrick se había puesto lo que Nicole suponía, era una pijama, una fina camiseta blanca que transparentaba marcando cada uno de sus impresionantes músculos.

Completando con un mono que caía desde su cintura y resaltaba sus perfectos y redondeados glúteos.

«¡Por Dios!», Nicole pasó saliva como si la provocarán con un postre. «¿Es que no se da cuenta de lo que hace?», se preguntó, sintiendo como las mejillas se le encendían cuando Patrick se acercó.

— Claro, te estaré esperando. — Patrick le sonrió amablemente.

— Bue… Buenas noches. — Nicole se alejó apresuradamente.

Era hora de volver a casa, aquella casa en la que su esposo la había dejado prácticamente abandonada, durmiendo sola casi todas las noches y que seguramente, al firmar el divorcio, le quitaría.

Pero eso no la iba a deprimir, eso no la iba a derrumbar, se inspiraba Nicole, cuando sin darse cuenta, ya estaba llorando en la oscuridad de su recámara.

Si Walter la echaba de esa casa, la única opción que quedaba era irse a vivir con sus padres de nuevo y Nicole no se quería ni imaginar, como se pondría Henry cuando la viera llegar con las maletas, de regreso en su casa.

Todo lo que tendría que soportar Nicole después de eso, ella sintió un escalofrío recorrer su cuerpo de solo imaginárselo.

¿Qué iba a hacer?, ¿qué sería de ella?, Nicole tenía tanto miedo y se sentía tan frágil y desesperada, ella no era una mujer empoderada, Brenda estaba equivocada, ella no podía, no podía con todos estos problemas y todo este dolor, sola…

Los pensamientos negativos comenzaron a envolverla y en medio de tantos escenarios catastróficos, con lágrimas en los ojos, Nicole se quedó profundamente dormida en la madrugada.

*

Patrick se había levantado muy temprano como Nicole le había indicado, pero ella no llegaba, ¿podría ser que se hubiera arrepentido?, ¿y si lo dejó allí botado?

«No, ella no es esa clase de chicas», se dijo Patrick a sí mismo, recostado en la cama y recordando a Nicole en aquella noche en el bar: la sinceridad en sus palabras, la transparencia en su mirada, la ternura en sus sonrojos.

«No, ella no puede ser esa clase de persona» volvió a repetirse Patrick, acomodándose en la cama y cerrando los ojos, quizás ella tardaría y tendría sus razones para hacerlo, pero él estaba seguro de que llegaría.

Un momento después, sonó un suave golpeteo en la puerta, tenía que ser ella, pero Patrick no contestó, un momento después, Nicole ya estaba usando su llave de respaldo para entrar en la habitación, ella vio a Patrick dormido, estaba arreglado, eso quería decir que la había estado esperando.

Nicole lo observó por un rato, nunca antes había visto a un hombre tan atractivo y perfecto en su vida y posiblemente, nunca más lo volvería a ver, así que por ese ratito, ella solo quiso deleitarse al por lo menos observarlo.

Luego, caminando con mucho cuidado de no hacer ningún ruido, Nicole dejó sobre la mesa de noche algo, un paquete junto a un papel, para después marcharse en silencio.

La puerta sonó cuando se cerró y Patrick de inmediato abrió los ojos, ¿qué había dejado ella?

Sobre la mesa, estaba la llave de respaldo de la habitación que Nicole tenía, un paquete que Patrick abrió y contenía dinero, seguramente era el pago por sus servicios, pero, ¿cuáles?, si todavía no había hecho nada.

Así que revisó rápidamente el papel que contenía un escrito.

“Lo siento, te traje hasta aquí y finalmente, no usaré tus servicios, pensé que podía hacerlo, pero si te soy sincera, me da miedo.

Lamento haberte hecho hacer este viaje, te dejaré tu pago, no es tu culpa que no hayas cumplido con el trabajo.

Gracias por todo, Patrick, fuiste… Eres muy amable”

Patrick gruñó una mald!ción y salió disparado tras ella.

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