— Gracias, señor Ortiz… — Asintió Walter. — Creo que es todo, ¿no? — Walter le sonrió a Nicole con tristeza y nostalgia en los ojos. — Te felicito, tienes una hermosa familia… — Señaló a Olivia que estaba más atrás, esperando a su hija con los trillizos saltando. — Y veo que vienen más en camino… — Walter detalló la barriguita de Nicole. — Sí, así es y yo… — No tienes que decirme nada, Nicole… Te deseo de corazón toda la felicidad del mundo, incluso deseo que la felicidad que la vida tenga reservada para mí en un futuro, la tengas tú, porque te mereces todo… — Walter… — Nicole sonrió auténticamente conmovida. — Siempre serás el verdadero amor que nunca aprecié… Adiós, Nicole. — La voz de Walter sonó en un hilo y luego se dio la media vuelta, marchándose. * Nicole y Patrick dejaron a las bebés más pequeñas en sus respectivas cunas cuando por fin las chiquillas se durmieron, Valentina y Valeria eran dos pequeñas con carácter fuerte, quienes eran muy capaces de no dejar dormir
— ¿Hacia…?, ¿Hacía una isla desierta? — Preguntó Nicole, confundida, dejándose envolver entre los brazos de Patrick. — Cariño, eso no suena muy romántico o tentador… De hecho, creo que da algo de miedo… — ¿No te gustaría perderte conmigo en un pequeño pedazo de tierra apartado en el medio del mar, sin nada, ni siquiera ropa, solos tú y yo juntando nuestros cuerpos desnudos entre las olas del mar…? — Explicó Patrick al tiempo que sus manos se deslizaban como los tentáculos de un pulpo bajo la pijama de Nicole, haciéndole perder la noción de lo que hablaban. — Cielos… Sí… Sabes que iría a donde sea contigo… Hasta el fin del mundo… — Balbuceó Nicole, cerrando los ojos, al tiempo que se entregaba al placer que le ofrecían las caricias de Patrick. — Así me gusta… Donde sea y cuando sea… Hasta el fin del mundo… — Repitió Patrick en un gruñido al pie del oído de Nicole, para luego mordisquearle el lóbulo, causándole un estremecimiento, haciéndole soltar un pequeño y muy seductor gemido.
¿Se podía ser más feliz? Nicole derramaba destellos de alegría por dónde quiera que pasaba, pues su padre le acababa de dar una inesperada noticia que, para ella, era un sueño hecho realidad.Para fusionar sus empresas y crear una gran corporación, las familias Matthew y Gibson habían hecho un acuerdo, arreglando un matrimonio entre sus primogénitos, Nicole y Walter.Un matrimonio arreglado era algo que a cualquiera no le gustaría, pero para Nicole significaba su mayor anhelo cumplido.Pues Walter Gibson, su futuro esposo, no solo era su mejor amigo, el único hombre que había sido cercano y amable con ella desde la infancia, sino que también era el hombre del que Nicole estuvo enamorada en secreto desde que recordaba.Apenas se enteró de la noticia, emocionada y llena de ansiedad, Nicole se dirigió a la mansión Gibson, para hablar con su futuro esposo, seguro que él tampoco se esperaría esa noticia, pero al ser tan buenos amigos, quizás Walter estaría satisfecho con la decisión de
La familia Matthew cenaba escuchando la animada conversación de Henry, el padre de Nicole y cabecilla de la familia, él solo parloteaba de lo satisfecho que estaba con el próximo matrimonio de su hija.Al tiempo que Nicole bajaba el rostro cada vez más con cada palabra dicha por su padre.Olivia, la esposa de Henry y madre de Nicole, había notado que su hija no estaba bien, el brillo de sus ojos se había apagado, su blanco rostro se veía algo enrojecido e hinchado, ella no podía dejar de pensar en que algo le había pasado a Nicole.—Hija… ¿Te encuentras bien? — De pronto, en medio de las palabras de su esposo auto alabándose, Olivia lo interrumpió.—¡Olivia!, ¡¿qué falta de respeto tan grande es esa?!, ¡¿por qué me interrumpes, mujer?! — Voceo Henry arrugando el entrecejo. Olivia lo ignoró concentrándose en su hija.—Yo… Este… — Balbuceó Nicole casi atragantándose con el bocado que tenía en la boca.—¡¿Qué si está bien?! — Interrumpió Henry. — ¡Ja! ¡Por su puesto que está bi
El día de la boda llegó muy pronto, todos estaban emocionados, era un matrimonio muy importante que unía a dos grandes familias acaudaladas, la prensa estaba por todas partes y todos los invitados eran de la más alta alcurnia.Nicole era quien estaba más nerviosa entre todos, no había vuelto a ver a Walter desde aquel día en que él le mostró su negativa a casarse y ella le prometió cancelar la boda.Pues su padre no la había dejado salir para evitar que hiciera alguna tontería, ella ni siquiera había podido ver a su amiga, Amanda.Prácticamente, estaba prisionera de su padre.El corazón parecía que iba a salirse de su pecho, todo el cuerpo le temblaba, en pocos minutos Nicole estaría frente a Walter, vestida de blanco y, ¿qué pensaría él?Sí, seguro Walter ahora estaría más convencido que nunca, que ella había orquestado todo este matrimonio, ahora mismo, de seguro él pensaba lo peor de ella y la odiaría.Nicole suspiró afligida, ¿ahora cómo podría convencerlo de que no era así?
Nicole se quedó por un instante paralizada, era la primera vez, en dos años de matrimonio, que Walter la llamaba a su teléfono personal.Brenda la hizo reaccionar con un gesto, para que su amiga agarrara el teléfono y con las manos temblorosas, Nicole contestó.—Ho… ¿Hola?—Nicole… — Se escuchó al otro lado de la línea la gruesa voz de su esposo, Walter.—¿Sí?… Walter… — Casi exhaló ella con el corazón acelerado y la emoción a flor de piel.—Tengo entendido que terminaste lo que estabas haciendo en el extranjero, ¿no? — El tono de voz de Walter era seco y hosco.—Sí, mis estudios, como te dije en mi mensaje, terminé una especialización y…—No me importa… — La interrumpió Walter tajante. ¿Qué no le importaba?, el corazón de Nicole se arrugó, pero entonces, ¿no la llamaba para felicitarla? — ¿Volverás esta noche?—Eh… No… Volveré pasado mañana… Primero tengo que arreglar los papeles…—Lo que tengas que hacer, no es mi problema… — Volvió a interrumpirla Walter. — Solo te
«Me esperaré unos minutos y si no llega, me iré», se dijo Nicole tomándose un trago de su copa para llenarse de valor, cuando al voltear, vio al hombre más impresionante que había visto en toda su vidaEra altísimo, de amplia espalda y con un pecho y perfecto abdomen que se marcaba a la ajustada franela, aunque era una lástima que no podía ver los músculos de sus enormes brazos porque usaba chaqueta.Pero ese hombre, era toda una visión, de cabello corto y claro, mirada sería e intimidante, mandíbula fuerte y definida, nariz recta y unos labios, tan perfectos…Nicole reaccionó repentinamente, ¿qué le pasaba?, un poco más y babea el piso, ella nunca había visto a ningún hombre de esa manera, excepto por Walter, su marido.Ese hombre tenía que ser, él tenía que ser el gigoló que Brenda, su amiga, había llamado.Luego de beberse lo que quedaba en la copa de un golpe, Nicole tragó grueso y lentamente, con pasos cortitos, se acercó a ese atractivo hombre que se había sentado al otro l
Por primera vez en la vida, Patrick tomaba un vuelo comercial en asiento turista y se sintió extraño, su familia tenía aviones privados, helicópteros y en casos excepcionales, o alquilaban un avión o viajaban en primera clase.Pero a pesar de lo peculiar del asunto, Patrick se sentía entusiasmado. Lo que estaba haciendo parecía una locura, pero él lo veía más como una aventura y una oportunidad para hacer algo bueno, así mantendría ocupada su mente.Además, la compañía de Nicole resultaba agradable.Ella conversaba con él, le comentaba algunos datos de su familia, de las empresas que manejaban y de su esposo, pero datos vagos, Nicole no mencionaba casi nada de su vida personal, lo que despertaba todavía más la curiosidad de Patrick.En realidad, ¿qué la había llevado a hacer esto?, ¿a contratar un gigoló para que finja ser su novio?, él lo quería saber todo, pero no se le daba bien preguntarle y hacer el papel de chismoso.Eso no era de caballero y además, él sabía que, en algún