«Me esperaré unos minutos y si no llega, me iré», se dijo Nicole tomándose un trago de su copa para llenarse de valor, cuando al voltear, vio al hombre más impresionante que había visto en toda su vidaEra altísimo, de amplia espalda y con un pecho y perfecto abdomen que se marcaba a la ajustada franela, aunque era una lástima que no podía ver los músculos de sus enormes brazos porque usaba chaqueta.Pero ese hombre, era toda una visión, de cabello corto y claro, mirada sería e intimidante, mandíbula fuerte y definida, nariz recta y unos labios, tan perfectos…Nicole reaccionó repentinamente, ¿qué le pasaba?, un poco más y babea el piso, ella nunca había visto a ningún hombre de esa manera, excepto por Walter, su marido.Ese hombre tenía que ser, él tenía que ser el gigoló que Brenda, su amiga, había llamado.Luego de beberse lo que quedaba en la copa de un golpe, Nicole tragó grueso y lentamente, con pasos cortitos, se acercó a ese atractivo hombre que se había sentado al otro l
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