Más tarde, desde la Torre Lennox, James miraba su móvil sobre la mesa, calculando si debía hacer esa llamada, o no.Hacía casi semana y media del incidente de Mikel y sabía de buena fuente que él ya estaba en casa, así que, era hora de ajustar cuentas.Antes no habría sido apropiado, pero ahora no podía perder más tiempo, así que, tragando grueso y respirando profundo, y a pesar de lo que Mikel le inspiraba, que no era en nada bueno, intentó dejar de lado sus sentimientos y marcó su número.— ¿James?— Mikel, sí, soy yo… quería saber cómo sigue tu salud… — Dijo buscando la manera de sonar natural.— Pues, estoy mejorando, gracias — intentando ser cortés.— Eso es bueno, ya pronto volverás al negocio.— Eso espero, ¿En qué te puedo ayudar? — Mikel no dejó dilatar la conversación. James no era hombre de cortesías gratuitas, había una razón para esa llamada, así que mejor que la soltara de una vez, no había razón para retrasar lo inevitable. Seguramente iba a darle la fecha límite para p
Él se dio una ducha y se cambió de ropa, quería verse formal, después de todo el almuerzo seguía siendo de negocios, y la apariencia dice mucho del negociador, quería proyectar confianza y tranquilidad a Mikel, alejarlo de las dudas y las suposiciones que pudieran afectar sus planes, y los de Isabella.Salió al pasillo y revisó su reloj, faltaban cinco minutos para ponerse en movimiento o el tráfico de medio día les jugaría en contra.Se acercó dos veces a la puerta de Isabella y estuvo a punto de tocar, pero simplemente no fue capaz, ella había dicho media hora, entonces, la molestaría después de esa media hora.Justo cuando él se dio la vuelta, la puerta se abrió y la mujer salió.La mandíbula de James cayó por completo. Ella traía puesto un vestido blanco ajustado a sus prominentes curvas, que le llegaba a media pierna, pero tenía una abertura ligeramente pronunciada y dejaba ver una de sus piernas mucho más arriba a de la rodilla cuando daba el paso al caminar.El escote delantero
Isabella se apoyó en el brazo de James y luego este la tomó por la mano.— Tranquila, puedes con esto, Isa, estoy aquí, no me iré de tu lado — James le susurró al oído — Sigue caminando.Ella no podía dejar de mirar al niño a la cara.— ¿Vamos a la mesa con mi papá?La mujer sacudió la cabeza e inspiró profundo antes de contestar.— Eh… ¡Claro, cariño! Vamos — ella le dijo y tomó su manita con la mano libre.James sintió una especie de situación premonitoria al ver las manos de los tres unidas, como si fueran una…— ¡Qué bonita familia tiene, señor! — Una mujer de cabello cano, entrada en años y sentada sola en una mesa, le dijo al pasar — La familia es la riqueza más importante de la vida, ¿No lo cree?James apenas asintió con la cabeza gentilmente, y totalmente sorprendido miró su mano sujetando la de Isabella, y la suya sujetando la Mat.¿Sería posible alguna vez?¡Algo en su pecho se sintió tan bien!« Podría ser feliz con esto, ¡Nada más, solo esto! », le dijo una voz en su pecho
Mikel sonrió, no le quedaba de otra, no le diría nada a su padre hasta que todo estuviera funcionando, aunque dudaba de que sus matones no le informaran antes, pero se arriesgaría, necesitaba salvar ese negocio a cómo diera lugar.— ¡Trato hecho! — alargando la mano hacia James.James tomó la mano de Mikel y cerraron el trato como caballeros.— Haremos los ajustes necesarios en Lennox y Lennox para recibir la producción, necesito a tus Ingenieros Químicos mejor preparados en mi oficina mañana temprano, y muestras de lo que se ha hecho hasta ahora, muestras aleatorias, Mikel, pero bien identificadas de cada lote al que pertenecen, necesitamos revisar si toda la producción se vio afectada, o solo una fracción, y partir de ahí.— Comprendo, es lo mejor, no podemos desechar todo sin haber estudiado bien la situación, las pérdidas no nos favorecen.— Es cierto, pero la mala fama tampoco, de manera que seguiré los protocolos yo mismo, si quieres, puedes unirte a este trabajo, incluso, puedo
Isabella y Más aparecieron por la puerta, venían riendo y jugando el uno con el otro. Ambos hombres hicieron silencio y se la quedaron viendo. James inspiró profundo y le pareció una escena de los más tierna, con ella, hermosa y fresca, con esa sonrisa de felicidad que le quedaba incluso mejor que el vestido que traía puesto.Y Mikel, él pensó que, si una mujer como esa fuera su esposa, su casa sería un verdadero hogar. ¡Cuán equivocado estaba en aquellos tiempos en los que se atrevió a seguirle la cuerda a Astrid para casarse con ella!Siempre pensó que Astrid era la mujer indicada para él, y lo habría sido de no tener un hijo. Ambos eran el uno para el otro, mentirosos, calculadores, fríos para los sentimientos, pero ardientes como tizones en la cama, ¿Qué más hubiera querido? ¡Nada más! Pero estaba su hijo, el hijo de Elisa, y él no tenía la culpa de estar en el medio.Suspiró, nada de eso tenía arreglo ya.— Se ven muy contentos — James comentó y no pudo evitar mirarla con ojos d
Isabella se desvaneció en los brazos de James, qué asustado, intentaba hacerla volver en sí.— Isa… ¡Isabella! — le dijo sacudiéndola y comprobando su respiración — Vamos Isabella, ¡Reacciona!Isabella se vio hundido en el fondo de un pozo, oscuro y húmedo, se abrazó a sí misma cuando sintió el viento helado golpearla con fuerza. Vio a lo lejos una ventana abrirse, y al otro lado estaba su reflejo, pero ya no era ella, no como era ahora, tenía mucho más peso, estaba desarreglada y pálida, las ojeras oscuras bajo sus ojos le daban un aspecto maltrecho y de haber estado llorando mucho.Era Elisa, y estaba de pie frente a la puerta del tribunal.Necesitó respirar hondo antes de entrar, recordaba ese día, en el que se decidía si Maty viviría con ella o con su padre.Pero las cosas no estaban a su favor, todas las pruebas apuntaban contra ella como culpable de haber cometido adulterio, así que, su abogado ya le había advertido que era poco probable que fallaran a su favor.Se llenó de valo
— Isabella, ¡Isabella! — James seguía sacudiéndola para que volviera en sí — Por favor, Isabella ¡Dime algo!La mujer abrió los ojos muy despacio y clavó la vista en los profundos ojos grises de su falso hermano.— James…— ¿Estás bien? Me asustaste mucho… — a ella le pareció que se preocupaba genuinamente por ella.— Es que… estoy muy presionada con el tema del viaje de Maty al exterior.— Isa… ya te dije que lo pensaremos juntos, no estás sola en esto.Ella desvió la mirada con tristeza.— Parece que tus intereses están en otra parte, James, no podría obligarte a engancharte con mis problemas, tú debes estar también enfocando tu vida en otro rumbo y yo…— Isabella, no digas eso, yo solo tengo un rumbo a seguir…— Creo que mejor nos vamos a casa — le dijo interrumpiéndolo sin dejarlo terminar la frase, no estaba interesada en falsas esperanzas ni en alegrones de tísico, ¿Para qué? Para que le cortara las alas a la primera de cambio.— Como quieras…James condujo hasta la mansión, bue
En la mañana, Isabella abrió los ojos y notó el fuerte brazo de James sobre ella en un abrazo.Si no fuera por lo decepcionada que estaba de él con sus juegos con la pelirroja, se habría alegrado. Era reconfortante tenerlo a su lado, sentir su respiración y el calor de su cuerpo tan cerca, pero no podía tomarlo como un halago, sino más bien como una ofensa.¿Cómo se atrevía a acostarse en su cama medio desnudo después de lo que había hecho?, ella no era un juguete con el que podía jugar cada vez que quisiera, cada vez que tuviera ganas de ella.Inspiró profundo y tranquilizó sus nervios, no podía negarse a sí misma que descubrirlo dormido a su lado, con nada más que su pantalón de seda de dormir no le provocaba pensamientos non sanctos. Los odiaba por eso, y se odiaba a sí misma por sentirse de ese modo.Decidió que corría peligro de caer en algo que deseaba con cada célula de su cuerpo, pero que rechazaba con todo lo que tenía de razón. No podía dejarse vencer por el instinto animal,