Capítulo188
El Rey Benito no dijo nada. ¿Cuál era la diferencia entre ser mariscal, príncipe o Rey?

—¿Por qué el príncipe esperaba aquí? —preguntó Isabella.

Benito volvió en sí.

—Solo quería saber si mi madre te había puesto en aprietos. No es fácil de tratar, ¿verdad? Pero no te preocupes. Una vez que estés en la villa, ya no podrá actuar a su antojo como en el palacio. Allí, la gente me obedece a mí… y también a ti. No necesariamente a ella.

Isabella sonrió:

—No ha sido difícil lidiar con ella. Intentó molestarme, sí, pero… sus métodos fueron algo toscos. Muy fáciles pues de manejar.

Benito ladeó la cabeza.

—¿Métodos toscos? Sí, es una buena descripción. Mi madre nunca ha sabido de intrigas. Fue criada con caprichos. Cada vez que se enoja o hace un berrinche, siempre hay alguien dispuesto a poner el pecho por ella.

—Recuerdo que, cuando aún vivíamos en el palacio, el gesto más extremo que usó fue en contra de la dama imperial, señora Mencía, quien en esos momentos estaba a punto de parir a mi sé
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