La Santa del Mafioso
La Santa del Mafioso
Por: Alessisalazar
El Inframundo

AJAX

Amo mi vida y definitivamente no la cambiaría por nada en el mundo, haber nacido y crecido entre el mundo oscuro de la mafia y la otra cara de la moneda estando en el proceso de convertirme en abogado es tan irónico cómo excitante, sentir el poder debatido entre los legal e ilegal, lo honesto y deshonesto es disfrutar del control que puedo y tengo a mi alcance e insisto no lo cambiaría ni volviendo a nacer.

El viento golpea mi cara disfrutando de la época que más me gusta, el otoño, el mismo que es una mezcla entre el inmenso sol y la llegada del frío invierno, es la definición de lo que siento es mi vida, siempre en constante evolución, recorriendo caminos interesantes que me dan la visión de saber que puedo y quiero seguir creciendo, por mi, por mi organización y por supuesto mi familia.

La familia de monstruos con genes bendecidos, no lo digo yo, lo dice cada mujer que disfruta en mi cama cuando así lo elijo, lo dice mi padre que a pesar de su carácter arisco e introvertido se desvive por la belleza e inteligencia de la hermosa princesa que me trajo al mundo, lo dice el magnetismo y el poder de embrujo que tiene mi preciosa hermana y eso es precisamente lo que nos trae al gran salón en el que he reunido a Italo mi mejor amigo, Gianna mi hermana mayor y dos de mis mejores hombres.

—Explicame la situación— le pido a la mujer de cabello negro y ojos dorados que está sentada mientras a los estúpidos se les cae la baba mirándola— ¡Hey!— alejo sus miradas de ella— es un tema serio y es mi hermana.

—Mayor— recalca— Ajax por favor necesito que entiendas, no le vas a declarar la guerra a los italianos por mentiras de un viejo asqueroso— habla tranquila y revisa su manicure— Giovanni Maranello me pretendió en más de una ocasión pero vamos, no tengo el complejo de Electra tan desarrollado como para meterme con un tipo que casi me triplica la edad— me mira— estás exagerando.

—En primer lugar no exagero— me pone de malas— en segundo lugar me lo debiste decir antes— gira los ojos— y en tercer lugar. ¿Crees que se trata solo de eso?.

—Por supuesto, solo eres un hermano celoso— me manda un beso— que le gusta andar haciendo explotar el mundo y eso no es necesario, hablaré con ese tipo y le romperé la cabeza para espantar los sueños que tiene de tener algo conmigo.

Se ríe y los estúpidos le aplauden el chiste pero a mí no me causa gracia, Gianna es el tipo de persona que sabe lo que tiene, entre sus muchas cualidades está su seguridad pero no creo que entienda que aunque papá y mamá hagan lo imposible para que el mundo sea lo que nos dé la gana, eso siempre será así.

La pendeja de mi hermana no nos dijo a nadie que ese viejo idiota la estaba molestando, porque en el caso de querer cortejarla lo cual también me parece enfermo, seguirla por tres países es de lo más anormal, que se haya quedado callada es imperdonable porque ella sabe que siempre puede contar conmigo y yo con ella.

—Quizá estás exagerando— me dice Italo— tu hermana tiene razón— es más imbécil de lo normal cuando se trata de la coqueta que sonríe— Gianna es única.

—Gianna es única— lo remedo por estúpido— ¡Me hartas!— me exaltó porque ya perdí la paciencia y todos me miran— pues entérate muñequita, eso no es todo— les tiro los documentos e informes que tengo— Giovanni Maranello ya no es más un aliado, ese italiano idiota está lanzando rumores de que te le ofreciste y en revancha a eso los vamos a acusar de robarnos— su cara ya no es de felicidad— han organizado un chisme de viejas para que quedemos como unos imbéciles, hablamos de que nuestra organización tambalea y tu imagen— se pone de pie rabiosa— estará por lo suelos solo porque no me dijiste que ese cretino asqueroso te quería meter a su cama.

Está histérica y no es para menos, lo pacífica que se que no es ha despertado a la mensajera del infierno, aunque lamento ser yo quien de tan deplorables mensajes ahora mismo su confianza se ha ido por un tacho y no porque ella no tenga control, es su desesperación porque aquí todos tenemos una imagen que cuidar y lo primero que hace es preguntar si papá lo sabe.

—El Tifón se lo dijo— está pálida.

—Por Dios que es mentira, no puede ser— sus ojos se llenan de lágrimas y me da más rabia— mi papi va a pensar lo peor de mi, mi Tifón, mamá, te juro que no es verdad Ajax— me agarra la camisa— jamás me metería con ese fósil asqueroso— ¡Nunca!.

—¡Basta Gianna!— la voz de mi papá nos hace poner en alerta— respira— su asma ya no es como antes pero en momentos como estos es mejor prevenir— retirense— ordena a los demás y se van— ¿Qué es lo que pasa?.

—Te juro que no es verdad papi— no llora pero lo quiere hacer— yo nunca me metí con ese viejo, es asqueroso, debí decir que me acosaba y ahora lo que diga serán mentiras que ponen en peligro todo lo nuestro y yo— le tiemblan los labios— no es verdad.

No sé calma y solo la abrazo con mucha fuerza cuando se echa en mi pecho a llorar, seré el menor pero es mi hermanita y es intocable, Gianna es lo que le sigue de demente pero sería incapaz de meterse con un tipo así, ella no necesita una verga para escalar y mucho menos una flácida que está mirando muy alto, me las va a pagar y se que no solo el único que piensa así.

—Estas muy mal si crees que por mi cabeza paso la posibilidad que le hayas dado oportunidad a ese dinosaurio de m****a.

La voz de papá la hace mirarme para luego ir con el gigante que nos engendró y se le ilumina todo, es una consentida que se le tira encima, está avergonzada y no debería, se lo hago saber y papá también.

—Mis hijos nunca se esconden— le levanta la cara— Maranello y toda su descendencia se van a arrepentir de haber nacido— limpia sus lágrimas y le jala el cabello— mi hija necesitando un viejo impotente para tener poder— bufa con sarcasmo— que estupidez.

—Que hermoso cuadro— mamá está aquí— ya me enteré de todo y lo primero que tienes que saber— le habla a mi hermana que está pegada como garrapata a mi papá— es que no debiste de quedarte callada porque sabes muy bien que siempre puedes contar con nosotros— y tú— me mira— explícame porque estás investigando a Flaviana Maranello, ella está en un convento, es una monja.

—Pureza que no hay en este mundo y menos si se trata de ese animal— respondo sonriente y amenazante— iré por el.

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