AJAX
—Descansen niñas. Escucho y las mujeres se van como si de un rebaño de ovejas tímidas se tratará, el objetivo es la hija de Maranello por lo que no entiendo que hace la hija de un hombre así sirviendo se supone que a Dios pero está de empleada de estas mujeres y por lo visto con una jefa nada dulce como se supone son las religiosas. La iglesia tiene un aire colonial, puedo reconocer lo bueno y las pinturas tienen filos de oro, la estructura es de ladrillo y me doy cuenta que solo he ido a la iglesia cuando era niño y la profesora me llevaba de las orejas, no tengo problemas con Dios pero sería muy hipócrita de mi parte decir que soy devoto cuando le saque el corazón a un desconocido a los 15 años, nací y moriré en el mundo de la mafia. La mujer mayor nos advierte de mil maneras que solo estaremos aquí hasta que nos recuperemos y si tenemos problemas con la familia o amigos le encomendemos nuestras almas al santísimo, la cantaleta sigue hasta no sé dónde carajos nos lleva y finalmente vemos dos porquerías que según ella son una cama. —Es lo que humildemente el señor y nosotras podemos ofrecer— quiero mi cama king size plus— por favor les pido que estén lo más alejado de las jóvenes. —¿Por qué?— interrogó— es decir no estamos aquí para hacerle daño a nadie— Italo me mira y le quiero pegar— estamos agradecidos. —Eso es bueno muchacho, pero tengamos en cuenta que estás niñas están bajo mi cuidado y del señor— toma su crucifijo— sus familias confían en nosotros para llevarlas por el buen camino, los hombres no están permitidos aquí. Eso último sonó como una advertencia y no sabe que no le hago caso ni a mi mamá pero lo dejo pasar porque necesitamos estar acá, la mujer se va y nos sentamos en estas cosas dónde seguro ni un perro entra, las ganas de ir por Maranello me invaden y reviso lo que me imaginaba, no tengo el celular conmigo por lo que esto no podría ser peor o quizá sí. Mi amigo es como una mujer con la menstruación, si yo soy quejoso este está peor porque me sigue acusando de haber estrellado el avión y si no me doliera tanto la pierna ya lo hubiese pateado. —¿Qué haces genio?. — No me pienso quedar aquí a jugar al pobrecito, no entro ni sentado en eso que llaman colchón. Me encamino con cuidado sabiendo que han pasado varias horas desde que estamos acá, tengo el plano del convento bien estudiado y me muevo lento llegando al pasillo donde están las novicias, por la edad de la italiana, ella aún debe estar en ese rango e Italo me cubre las espaldas ante cualquier situación. La pierna duele pero si estar en un convento no me detiene, eso menos. Me queda claro que no es necesario tener un puma aquí, la seguridad es grande al ver esos portones de roble y me jode pero no hay marcha atrás, me toca treparme aprovechando mi 1.92 estirandome para buscar a esa mujer por las ventanillas con barrotes. —Una cárcel sería mejor que esto. Reniego con todo porque hay muchas puertas, apenas he podido verla y el impacto del celeste en sus ojos regresa a mi cabeza teniendo en cuenta que seguramente es lo que más destaca en ella y sus aburridas compañeras que duermen en esos catres. —¿La viste bien?— susurra. —Más o menos. Estoy fastidiado, el tifón tiene razón al decir que los monstruos no nacimos para estar encerrados y esto es una prisión, me trepó en la ventana número ya perdí la cuenta hasta que creo haber dado en el clavo. —Creo que la encontré. Esa habitación tiene luz, es de velas y me parece increíble la necesidad de vivir en este estado pero qué más da, me trepó bien no sin antes preparar el arma con el silenciador, escondimos todo bien y la granada que tengo me ayudara a explotar los barrotes que me impiden ir por mi presa. Me sostengo con la izquierda, estos son los momentos en los que agradezco más que papá me haya arrastrado a entrenar desde los 7 años, los músculos me ayudan y tengo habilidad para con la derecha apuntar a mi objetivo, la luz es escasa pero la luna da un brillo adicional al crucifijo que veo tiene en las manos y sostiene con fervor, está de rodillas con los codos apoyados en la cama, rezando con los ojos cerrados, tiene el hábito y sigue totalmente cubierta pero se ve su perfil, la piel es muy clara y las mejillas rosadas, su perfil es delicado e Italo sigue me mueve la pierna diciendo que alguien puede venir, tiene razón, afiló bien mi puntería, pero se pone de pie para persignarse y de espaldas lo primero que hace es quitarse esa cosa de la cabeza, desordenando los ganchos que tiene y dejando caer la cascada de cabello rubio, es ondeado, el viento entra por la otra ventana y se mueve como seda. —¿Te vas a quedar ahí toda la noche?. Por supuesto que no pero aún cuando me quiero bajar, intentó concluir con lo mío pero el viento agita mas todo, la tela de la falda larga se mueve y esa chica se esta quitando todo, claro que soy un pervertido, me encanta el sexo pero no se supone que el misterio de los Maranello tenga una figura como la que veo, el hábito se lo quita y lo dobla con mucho cuidado, lo coloca en la silla y suspira cansada. El sostén es blanco y las panties casi de abuela pero con todo y eso la definición de su cintura es magnífica, sus nalgas redondas y caderas prominentes pero nada exagerado, es delgada con la piel blanca y lisa, es una estupidez y aún más grande cuando la saliva se me aligera y se empina intentando cerrar la ventana donde entra el aire dejándome apreciar su trasero. —La lujuria es un pecado. El jardinero está aquí, Italo a punto de atacar y me dejó caer con el dolor de la pierna y la vergüenza de la entrepierna que se me ha hinchado, el hombre mayor nos mira a los dos con reprendiendo nuestras acciones y guardó el arma con total rapidez, me siento un pendejo absoluto porque acabó de complicar todo por andar viendo lo que no se me ha perdido. —Yo no— intento justificarme pero alza la mano para que me calle. —¿No entendieron que no deben estar cerca de las jóvenes?. —Sí pero… No tengo palabras, son pocas las veces que me pasa esto pero está pasando y no hay marcha atrás, tocará matar al metiche que no debería estar aquí, una lastima porque fue amable pero nos acercamos y colocamos un alto diciendo que entiende que es difícil alejarse de la curiosidad y los placeres indignos de la carne pero no dirá nada ya que somos jóvenes e irrespetuosos. —Lo sentimos, solo queríamos saber que más había por aquí— yo no hablo, es mi amigo— creo que mejor nos vamos— me mira muy mal y yo también lo haría, la jodí. —Comprendo, la carne es débil en ocasiones— palmea mi espalda y nos empuja para salir de aquí— y ese ángel, es el más bonito de este paraíso. No le pienso prestar atención, quiero terminar con esto de una vez y la idea de romper su cuello no está mal, el viejo da unos pasos hacia adelante y espera que lo sigamos pero sacó el arma dispuesto a actuar con rapidez, menos de un metro separa una bala de su cabeza. —Terminemos con esto de una vez… —¿Pasa algo?— escuchamos la voz de una mujer— ¿Les puedo ayudar en algo?.AJAX—¿Sebastián?— La voz es muy delicada— ¿Qué pasa?.—Todo bien angelito. Guardo nuevamente la pistola y los tres damos la vuelta para ver a quien tenemos al frente, el camisón que lleva es horrible pero el celeste que tiene en la cara no adorna a un estropajo, Italo me codea y no necesita hacerlo, ni soy ciego ni fue mi imaginación, la vi bien y ahora la miro mejor. —Ve a descansar niña. Le pide el viejo pero no lo hace, su celeste se ha quedado metido en el marrón de los míos, claramente no estoy diciendo nada del otro mundo, pero, hasta este mafioso escucha a su madre, ella me ha enseñado a reconocer las cosas y está mujer puede tener el hábito encima o un camisón pero su belleza es irónicamente angelical y sobresaliente ante cualquiera. Su mirada inocente solo se compara a la pureza que grita este lugar, tiene una bata ancha pero ya ví lo que hay debajo de ella y me reprendo porque la sangre se me empieza a calentar más aún cuando agacha la cabeza pero me mira de tanto en ta
FLAVIANA—Le juro que no es lo que parece, madre. —¡De pie!. Grita la madre superiora y yo se que soy medio tonta pero ahora mismo me he pasado y siento que la cara me quema de vergüenza, el horror en la cara de ella me da tanta pena como haber caído encima de él que no solo es un hombre sino que está lastimado y su pierna sangra. No hay un solo día de mi vida en que no confirme las palabras de mamá, soy torpe, realmente creí que iba a morir cayendo desde ahí pero gracias a Dios estoy viva pero he lastimado al joven de ojos oscuros. —Fue un accidente— estoy a punto de llorar y el rubio lo ayuda a ponerse de pie— por favor perdón. —¡Vete!. Me grita la madre y no sé dónde meter la cabeza, jamás podría juzgar las decisiones del señor pero a veces me preguntó cómo es que puedo tener tan mala suerte, corro a mi habitación y veo como mi hábito blanco tiene algo de líquido vital, por supuesto es sangre y me echo a llorar entendiendo que son solo los castigos que merezco, mi vida se ha
AJAX —¿Entonces?. —Por favor se debe sentar. La escucho y me río porque su actitud es ridícula, tenemos prácticamente la misma edad y ella me habla de tú cuando hace un minuto andaba mirándome y diciendo que me va a ayudar. Tomo asiento, me duele pero disfruto esto que no tiene sentido, mi curiosidad de querer entender porque los Maranello han dejado a su única heredera en un convento sólo aumenta ya que se reconocer las cosas, con la cara que ella tiene y el cuerpo que esconde bajo ese hábito, podría tener a más de un poderoso hombre a su lado y así tener lo que a mí familia le quieren quitar, sin embargo, a la gente le gusta joder. —¿Tienes Parkinson?— pregunto con fastidio porque no deja de temblar— te estoy hablando— me da rabia que no me mire— no creo que me puedas ayudar. Me aburre, jamás pensé estar metido en un convento interactuando con una monja, mucho menos una que actúa como un muñeco sin emociones, con lo interesante que es la vida, solo imagino que puede estar esco
FLAVIANA Hay momentos de la vida que parecen tormentas, bueno toda la mía se ha sentido así pero ahora es peor, ese un huracán que está arrasando con lo bueno que pensé había en mi. Yo sé que no soy culpable de la muerte de mi hermano, ni siquiera había nacido, eso es una mentira dolorosa, sin embargo, no tengo poder para refutar, ni ante mis papás ni ante nadie, yo no pero el si, la satisfacción de ver la vergüenza en la madre superiora me atropella y las mejillas me arden no solo por sus bofetadas si no por el calor que se me sube a la cabeza haciéndome sentir tan hipócrita como nunca imaginé, la mujer que se siente perfecta con sus correcciones y cargo esta siendo rependida por el hombre más atractivo que han visto mis ojos y eso que crecí entre muchos, una mujer como yo no debería de sentir nada de esto, pero no lo puedo evitar, si Dios perdona el pecado suplico que me perdone porque nunca me había sentido protegida, seguramente son solo migajas de su lastima pero me conformo co
AJAX—¿Ese es tu plan, cogerte a la monja?. —Estas loco— Italo me sorprende y me río por su cara de espanto— por supuesto que no. —Leviatán— me llama por mi apodo en la mafia— hijo de Satán— lo miro— sé quienes somos, pero los límites existen. —No en mi mundo. Respondo al insoportable que desde hace unos días actúa como si no fuese un asesino, su estupidez me harta y voy directo a la habitación que nos han dado, una buena porque tienen las posibilidades y ese es el problema con los hipócritas que detesto, actúan como santos cuando están más podridos que cualquiera. — Ajax, esa chica es una monja, hay cosas que no puedes traspasar, cuando hablamos de mancillar el honor de los Maranello no era esto, solo la íbamos a secuestrar. —¿Y quién dice que será diferente?. —Tu y tus acciones— lo ignoro— te vi, ¿Te gusta no?. —Que imbécil eres. — Ella te gusta— empieza a ponerme de mal humor— es muy hermosa pero está prohibida. —Y aburrida— explotó— a mi esa tonta no me gusta y no me la
GIANNA NEW YORK —No puedo creerlo, ha pasado casi un mes desde que Ajax se fue, creí que las cosas serían más fáciles aunque para ser honesta, nunca entendí del todo el plan de mi hermano, juraba que iría a volar ese lugar para traer a esa mujer, la llevamos a Italia ante su padre y él reconocería ante los demás que está siendo un malnacido mentiroso pero no es así. ¿Y si mi hermano no está bien?. Pregunto a mis padres interrumpiendo en su habitación, gracias al cielo están vestidos, papá me mira con su cara de siempre pero no hago caso y me tiró a la cama de ellos como en los viejos tiempos. El Satán me dice que no crió a una engreída pero mamá dice que eso es una gran mentira, que tengo 24 años y aunque él no lo diga, me adora, se que es así y por eso le lleno la cara de besos que se limpia como si yo tuviera lepra. —¡Papá!— me siento— hablo en serio, necesito saber dónde está mi hermano. —No soy religioso pero compadezco y le pido al cielo y al infierno por la pobre alma que
FLAVIANA —Gálatas 44, las obras de la carne son evidentes, inmoralidad, impureza, libertinaje y cosas semejantes que nos hacen enemigos del señor. ¿Alguien aquí tiene un pecado que confesar?. La voz de la madre se mete a mi cabeza haciéndome sentir vergüenza, estoy en el limbo, es como si sus ojos que ahora me miran con dulzura me dijeran que se apiada de mi alma, sin embargo, se siente como tener a un lado el cielo y en el otro el infierno, el mismo que representa el hombre que está en la otra esquina de la capilla. Mi garganta se seca tanto como mis labios, los mismos que no he podido dejar de apreciar cada vez que el recuerdo del pecado invade mi mente, nunca antes había besado a un hombre y saber lo que se siente es un abismo, uno diferente a todos los que me he enfrentado, porque a diferencia de mi camino, no se a lo que me enfrentó. Estamos reunidos todos en este sagrado lugar, la madre da un discurso que teniendo la conciencia sucia como la tengo me aniquila porque mis acci
AJAX—Esa mujer está totalmente enferma, no he leído la biblia pero dudo mucho que hayan dicho que la penetración es dolorosa y todo lo que dijo no tiene sentido— escucho a Italo.—Ella nos vio— le confieso— yo bese a Flaviana y la monja nos vio.Reveló la verdad y el drama me atropella, mi amigo empieza a verse como mi enemigo porque me harta que repita que todo está mal, dice que no puede creer lo bajo que estoy cayendo y me meto a la ducha aburrido de escucharlo.Efectivamente las cosas no tenían que ser así, soy una mierda y me siento orgulloso de eso, sin embargo, me molesta haber dejado de sentir repudio por la enemiga de mi familia y no olvidar sus labios inexpertos y ese maldito sueño que me sigue atormentando.Los ojos celestes aparecen todas las noches para decirme que el capricho y la venganza están jugando sucio, jamás olvidaría que la lacra de su padre acosaba a mi hermana, que quiere joder a mi familia pero tampoco he podido olvidar sus labios.—Cada día aquí es una tort