FLAVIANA

—Ajax, yo no…

—El maravilloso ángel que no tiene miedo de quemarse en mi mundo, ¿Sabes lo que eso significa?.

Me pregunta y tiemblo pero definitivamente ya no por miedo, eso es lo último que puedo sentir cuando yo misma me estoy entregando con nombre, apellido, cuerpo, alma y vida a todo lo que él me ofrece y no me arrepiento.

Lo de santa siempre me quedo grande, ahora soy una mujer que se derrite por el sexo que le ofrece su hombre, el padre de su hijo y el asesino despiadado que no le tiene miedo a nada, definitivamente de angel ya no tengo nada, su sola presencia me lo grita cuando se acomoda, toma mi cintura, aprieta mis nalgas y hace que me siento en su rostro, si siento vergüenza pero todo se nubla porque el morbo es mas grande.

—¡Dios mío!— se me va la cabeza hacia atrás.

Sus manos grandes se adueñan de mi trasero mientras su lengua vuelve a chupar mis labios vaginales, cuando creo que nada más me puede sorprender el calor me llena con otra posición que me preocu