ELLAEra una mezcla de sentimientos que no podía definir; estaba excitado, avergonzado, molesto, triste y preocupado. Él quería hacer lo correcto pero no sabía cómo.Pero eso solo ponía mi sangre más caliente, quería sentirlo dentro y fuera de mi cuerpo, en todas las formas posibles.-Quiero dejar de sentirme así, tus emociones son tan fuertes y confusas. - sentía el hormigueo por mi piel cada vez que me miraba, yo solo deseaba que la marca se calmara. La mirada de Ragnar estaba nublada por el deseo, sus pupilas estaban dilatadas y seguramente estaba así por el licor; pero podía ayudarlo, solo un poco.-Tus emociones me afectan mucho, todo tu orgullo, arrogancia y poder. Siento que puedo destruir el mundo si lo deseo. Pero no lo quiero, quiero salvar a mi gente. -me detuve a un paso de distancia, extendí la mano; señalando con mi dedo su pecho. - ábrete la camisa. -Con movimientos torpes, sin fuerzas lo vi abrir su camisa y mostrar la marca enrojecida. Cerré el puño clavando las uña
ELLAEstaba sorprendida de ver a la Madre Alfa en la habitación, buscando hablar, sabía que no estaba de acuerdo con el trato que teníamos y cualquier madre con sentido común lo haría. Pelearía por la mejor opción para su descendencia.Mi madre lo había hecho y la amé por eso me dio la oportunidad de conocer un vasto mundo fuera de los muros del castillo; aprendí a pelear, a usar la lanza, la magia, viajar e incluso estudiar. Luego mi padre vio mi felicidad y formó parte de eso; me volvió unida a él.“Debes ver a las criaturas por lo que son, fragmentos pequeños de un enorme universo del que todos formamos parte. Tomamos sólo lo necesario para vivir y lo retribuimos. Los vampiros debemos volver a conectar con nuestra humanidad, ya perdimos muchas vidas en esta absurda lucha contra la nada.”Lo recordé parado ahí en su estudio, con los brazos atrás de su espalda usando un traje con saco tipo talar, su cabello largo y pálido recogido en una coleta alta, tenía unos ojos rojizos muy herm
ELLALos amplios pasillos jamás fueron tan largos ni fríos para hacerme sentir insignificante o incapaz de llevar el peso de toda una raza sobre mis hombros. Durante su caminata por el pasillo exterior del palacio hacia el bosque vistiendo solo leggins y top deportivo fue corto, había aprendido hacía mucho que correr sin zapatos en el bosque me generaba una sensación de paz que rara vez podía encontrar en otras cosas.Todos los aromas se mezclaban con fuerza y era abrumador la sobrecarga de sensaciones, aromas y emociones.Mi séquito estaba combinado por mandato de Ragnar; Zhara encabezaba la comitiva seguida de Sergei y Leo; detrás de mí iban 3 guerreros de la furia de la confianza de Ragnar y 3 Askin. Olían a incomodidad pero con un rastro de confianza y orgullo, me gustaba su olor en especial el del más pequeño, era a mantequilla y jarabe de maple.Cuando me lo presentaron, sonreí; era un chico agradable que lucía como un enorme oso grizzly, había un brillo en su mirada y una sonr
ELLa tenía sentada en mi erección, intentaba por todos los medios reprimir el creciente deseo de tomarla así como estaba; tenía sus piernas rodeando mi cintura, le pase las manos por las piernas hasta el trasero y se lo apriete.Es tan carnosa y se desborda de todos los lugares correctos que casi es un crimen tenerla escondida en el bosque. Pero luego recordé a los hombres desnudos del palacio y como me interpuse entre ellos. No quería que nadie la viera, “ella es mía”; estaba celoso aunque lo niegue.-No quiero lastimarte, tomarte con ese cuerpo tan pequeño solo podría herirte. - le masaje el trasero con suavidad, estaba muy calmada. - ¿No dirás nada?.-Ella solo me miraba con esos enormes ojos dorados, su labio inferior regordete era como una manzana acaramelada, brillaba seductoramente, buscando que la mordiera.-Besame Rey Alfa. - me pasó las manos por el cabello y levantó el rostro hasta pegar su frente a la mía. No dejaba de provocar, pasando su mejilla por la mía y sus manos p
ELEstaba al borde de un arranque de furia cuando vi al más pequeño de los hermanos colgado del cuello de Camellia.-¡Oye, oye!, suelta a mi compañera. - la expresión en la cara del joven no cambió mucho, olía a sorpresa; pero aun así la apretó y le pegó su mejilla a la de ella.-Podrá ser tu compañera, pero es mi hermanita. - luego le dio un beso en la mejilla. - No te enojes conmigo, ahora somos familia.-Voltee a ver a Camellia que tenía los ojos en blanco.-Calmate Donovan, no me gusta que molesten a Ragnar. - le jalo la oreja al chico.-¡Ay!, ¡Ay!, si, si; ya. - lo vi soltar a Camellia y bajar la mirada. -Lo lamento. - “Que mierda esta pasando”, no entendía qué carajo significaba que fueran hermanos.-¿Realmente es tu hermano?. - me puse las manos en la cintura y el joven me miró detenidamente.-¡Vaya!, Zhara no mentía cuando dijo que era una bestia. - pero Camellia no le permitió reírse, lo agarró por la oreja y le dio un fuerte tirón; se dio la vuelta llevándose consigo al jo
ELNo había muchas cosas que me sacaran de mis casillas, pero sin duda Samuel era una de ellas; de cierta forma le concede el beneficio de la duda al joven llamado Donovan por que crei que realmente era un mocoso. Pero ahora luciendo como Omar, algo en mi se puso en alerta.-¿Pero qué mierda es eso?. - mi voz tenue, estaba sorprendido y asqueado, busqué explicaciones en Camellia pero ella solo tenía la cabeza echada atrás mientras exhalaba cansada. Ella también estaba pensando lo mismo. Ahora había dos Samuels.-Largo, ambos. - Camellia regreso su vista el frente completamente derrotada. -Vuelvan cuando su edad mental sea superior a su edad física. - les hizo una seña con el dedo hacia la puerta para que se fueran pero los dos la miraron con una expresión de indignación exagerada. Cuando el cuerpo de Donovan volvió a ser el de un adolescente apenas arriba de sus 15’s se acomodó el saco y las mangas de la camisa y se sentó a tomar su té en silencio. Samuel lo siguió, bajando sus pies d
ELLAPodía sentir un cálido cobijo, estaba tan cómoda que cuando me gire sentí la brisa fría corriendo por mi espalda y me estremecí; busqué a tientas la frazada que Zhara dejaba para mi, las almohadas estaban estorbando el paso y las empuje, pero no se movieron, empuje mas fuerte pero no paso nada.Me gire en la cama pero sentía los párpados pesados y seguía somnolienta, cuando me estire le di un golpe a algo que se quejo fuerte. Así que me enderece, me tomó un momento darme cuenta que estaba Ragnar mirando documentos recostado en la cama a mi lado, solo llevaba un pantalón de pijama; tenía el ceño fruncido y me miraba encima de los documentos.-¿Es necesario golpearme?. - me senté en la cama frotándome la cara.-¿Estoy soñando?. - mi voz parecía entrecortada seguramente por el esfuerzo de vomitar; lo vi sonreír calmadamente.-La última vez que alguien me preguntó eso tuvimos que limpiar mucha sangre. No me quejo pero prefiero no hacer enojar a Zhara. -Sentía que todo era irreal. -¡
ELLA La enorme caja de madera labrada tenía teñida una rosa carmesí en la tapa,las hermosas filigranas cubiertas en oro representaban a una bestia enfrentándose a otra. La cerradura tenía un rubí, que apenas asomaba de un diseño en forma de capullo. Era en realidad una llave de sangre. Acaricie la tapa hasta llegar al capullo, tenía miedo de tocarlo. Sabía que la llave de sangre era un compromiso de por vida. El monstruoso hombre que me lo envió como regalo sabe que estoy entre la espada y la pared. - Señora…..- la voz a mi espalda fue apenas un susurro. Cuando gire, me encontre con una pequeña mujer de cabello castaño que vestia de negro, era apenas un sencillo vestido negro con un fajo del que colgaba un hermoso reloj de bolsillo. - ¿A qué nos enfrentamos Zhara? - dije después de un suspiro. - A una bestia hambrienta de sangre y sexo; que en lo personal no me molesta Mi Señora.. - la sonrisa de la joven era contagiosa, una travesura implícita. Se me escapó una risita también.