ELLA-¿Es necesario esto?. - la voz de Meyer me llegó fuerte, mientras caminaba entre la basura y pedazos de cristales en el suelo. Miraba aquí y allá revisando los daños. Las zapatillas pisaban los cristales y hacían un crujido muy particular. Llevaba las manos dentro de las bolsas del pantalón.Ragnar se había mantenido distante desde el incidente; me gustaría pensar que esto se solucionaría pero había un enorme elefante en la habitación con nosotros.-Señor Meyer, deje de preocuparse. Yo estoy bien, además debería preocuparme de los demás; ellos están atrapados conmigo. - Levante el rostro hacia él con una enorme sonrisa.-No me refiero a eso, si no que vino sin escolta y sin hablarlo con el Rey Alfa; él me gusta, ¿sabe?. ¿Puede dejar de ser una niña berrinchuda y arreglarlo?. - me detuve, saqué las manos de las bolsas e hice una expresión de inconformidad.“El tiene razón, realmente lo arruine. Hice un escándalo por algo que pude solucionar hablandolo, pero decidí hacer un berrinc
ELEstaba en la casa privada de Camellia viendo a todos enloquecidos corriendo de un lado a otro, ya no había silencio; parecía el maldito infierno.Maxim seguía gritando en un idioma diferente a Sergei que solo estaba ahí parado completamente ausente de su cuerpo.Yo no podía creerlo, ¿cómo llegamos a este punto?. Camellia tenía más de 28 horas desaparecida y aunque los 3 guardias Askin que iban con ella mantenían contacto e informes constantes; algo dentro de mí me tenía nervioso.-¡Ya basta!, dejen de discutir. - Maxim y Sergei voltearon a verme, yo estaba sentado en la silla trono de Camellia, la de colores pasteles que tanto le gustaba.Zhara incluso vestía ropa de cacería, con arneses en su pecho para sujetar unas dagas y llevaba el cabello recogido, había salido toda la noche a la ciudad a seguir el rastro de ubicaciones que los Askin le habían enviado, con la única meta de saber que estaban haciendo. -Es un hecho que están cazando a alguien porque están dejando un rastro de
ELLACuando por fin mi cuerpo comenzó a sanar y purgar el veneno del metal de las esquirlas, pude ponerme de pie con trabajos. Ragnar seguía intentando ser amable y eso me molestaba de sobremanera, pero estaba muy cansada para pelear; solo quería darme un largo baño caliente y descansar. No me importo que estuviera en el baño conmigo, me termine de quitar la ropa interior y me metí bajo la regadera para lavar la sangre y suciedad. Tardé una eternidad en quitarme las cosas adheridas a mi cabello; cuando finalmente salí solo me deslice dentro del agua caliente y cerré los ojos esperando que al abrirlos todo mejorará. Escuché la botella destaparse y abrí los ojos.Ahí estaba Ragnar sentado en el suelo, recargando la cabeza en el mismo mueble donde había estado yo hace un rato.-¿Por qué sigues aquí?. - me daba curiosidad.-¿Dónde más estaría?. - estaba inquieto, le dio un trago a la botella y la puso junto a mi.-En tu oficina, trabajando. - volví a cerrar los ojos cansada, suspire esper
ELLARegresé por una cazadora para completar mi atuendo y lo vi; el muy infeliz estaba revisando mis cajones. Luego llegó el aroma a curiosidad, una ligera fragancia a dulce con notas burbujeantes. Pasaba sus dedos por los compartimentos le resultaba nuevo todo lo que estaba viendo; arriba y abajo en donde almacenaba todo lo que hacía juego.Me dio risa verlo completamente fuera de sus cabales, levantó algo y estaba intentando buscarle lógica al bralette que tenía entre manos, incluso hizo una enorme “oh” con la boca.“Es lo mas lindo que he visto”, me quedé viéndolo hasta que sacó un babydoll y lo olió.-¿Te gusta?. - lo vi brincar de la sorpresa pero no lo soltó, solo giró mirándome con los ojos bien abiertos. - ¿También planeas chuparlo?. - Él realmente estaba dudoso, lo vi sonreír nervioso detrás del babydoll.Olía a deseo y mucho pasión, como el chocolate oscuro cuando se funde; se me hizo agua la boca.-Te juro que no planeo nada y no es lo que parece.- me pareció divertido su
ELLA“Estos dramas son lo mejor del día”, estaba sentada en mi sillón trono con los dedos entrelazados bajo mi mentón; completamente fascinada por cómo estaban pasando las cosas.Me gustaba la idea de ver a Maxim confundido y fuera de control, era como recibir regalos, por eso invitaba a los mellizos cada vez que había oportunidad.“Eso me recuerda a alguien”, saque mi móvil y busque el número de Donovan.“Donny a sus servicios mi amadísima hermanita”-¿Estás en casa?. - levanté la vista a Ragnar.“Justo estoy estacionando la SUV afuera. ¿Quieres que meta el regalo?”.-Si. -colgué la llamada ante la mirada atónita de todos. - Todos dedujimos que las manadas del norte tenian que ver, sus miembros y quizas alguno que otro idiota sin sentido comun que creyo poder contra nosotros. ¿Pero la verdad es que ninguno siquiera pensó en la posibilidad de que fueran pícaros o exiliados?, porque yo no. - me puse de pie y caminé hacia la entrada.Donovan entró arrastró por el pie a un hombre que dej
ELLAVi a Ragnar salir de la sala ondeando victorioso mis bragas, no le dije absolutamente nada, tampoco los demás; era un hombre con una misión y nadie lo haría desistir.-Apresurense, ¡quiero regresar antes de que se ponga el sol!. - grito apurado y Donovan volteo a ver la prenda, luego a mi y finalmente a Zhara.-Parece que a alguien ya lo perdonaron. - Zhara le dio un fuerte puñetazo en el brazo antes de salir detrás de su rey. Espere hasta que subieron al vehículo y se marcharon para volver a ver a Samuel.-La mujer. - la expresión de Samuel fue de terror.-Le juro Reina que no sabía nada de ella, lo descubrí demasiado tarde. - le creía, su olor a preocupación y temor lo delataban.-Te creo, ¿está viva?. - lo vi mover la cabeza. - ¿La puedes mover?. - volvió a moverla apresurado.- Bien, iras por ella y la llevaras a las instalaciones médicas. Si algo malo le sucede te haré directamente responsable a ti. - le clavé mi uña en el pecho y para cuando se percató de lo que había hecho
ELLAHabía visto este edificio tantas veces que no estaba segura de si encontraría algo nuevo ahora.Entre caminando con la mirada en alto mientras todos los presentes comenzaban a murmurar si yo realmente era la Señora de la Raza.Al llegar a la recepción encontré a la mujer que muchas veces me dieron ganas de matar, pero esta vez no llegué a hablar con ella. Avance dejándola con la palabra en la boca, seguí mi camino hacia la oficina de Damian; la pude escuchar gritando mi nombre, como si fuéramos viejas amigas. Levanté la mano para callarla y Sergei la tomó del cuello apartándola.-Cierra la boca sucia conversa. - la arrojó lejos del camino mientras la gente se amontonaba para ver el escándalo. Al final del pasillo pude ver la puerta de madera del despacho de Damian, Maxim corrio hacia ella golpeándola con el hombro y la derribó sin esfuerzo. Me dio la mano para pasar por encima de ellas y entre al despacho de un sorprendido Damian que tenía a una mujer demasiado operada sobre sus
ELLA“Hazlo, pídemelo”, le dije y lo vi casi perder el juicio, así que lo provoque más. Lo tome del rostro y pegue mi mejilla a la suya obligándolo a ver hacia Damian.-Miralo, es un idiota; pero fue mi amigo muchos años antes de ser mi prometido, jamas fue un hombre real para mi, nisiquiera me regalo flores en mi cumpleaños, lo odio por ser un abusivo y robar dinero a mi raza para vivir su vida de libertinaje y exceso. - separe mi mejilla y pegue mis labios a su oído. -Luego llegaste tú y me hiciste sentir viva; mi sangre fluye caliente otra vez. Muy caliente -Lo solté cuando me volteo a ver, tenía la mirada perdida en el deseo.-¿Qué quieres que haga?. - le sonrei calmadamente, sin presionarlo; solo esperando que él encontrará su equilibrio.-Exprimelo, sacale toda la información y no quiero volver a verlo en mi palacio. - cuando apretó los puños con ira casi rasga los guantes. - Ni cerca de mi mujer. - Me puse de pie para caminar hacia Damian, tenía los ojos desorbitados de miedo