EL

Estaba a punto de traspasar todos los límites de los que ella me había hablado, lo que definía a su raza y la mía no era más que la alimentación; esto ya no sería un contrato para un matrimonio político. Estaba saliéndose de control todo, en el momento que le azote el culo mi polla brinco pidiendo liberación. Y olerla solo empeoro, estaba mojada esperando por mi. Justo como aquella vez.

-He dicho, desnudate. Ahora. - esos ojos obsidianos que parecían devorarme el alma, tenían un pequeño destello dorado nadando en su interior.

-No .- apenas susurro.

“Me pregunto si funciona para ambos” y baje la mano hasta apretarme las bolas, eche la cabeza atrás perdido en las sensaciones de placer. Y cuando regresé la vista a ella, la vi apretando con fuerza los muslos.

Tenía un rubor carmesí en sus mejillas y orejas, pero sus labios; esos derramaban un rojo caramelo que pedía a gritos ser lamido, me pase la lengua por los labios secos. Y ella apenas contuvo un gemido doloroso.

La recordé en aqu