Sin imaginarlo logré tener una oportunidad más para seguir amándolo una vida nueva, así pasó muchísimo tiempo hasta que el turno de mi alma se volvía a repetir y podía volver a reencarnar. Animada viví mi segunda vida, luego la tercera, cuarta, quinta y etcétera.
Una y otra vez durante cientos de años mi vida y la de él Alfa se juntaban, el hilo rojo del destino lograba reencontrarnos y podíamos seguir amándonos.
Mi nueva vida siempre era tan distinta a la anterior al principio no importaba, pues mi esencia seguía siendo la misma y volvíamos a enamorarnos pero cada vez nos costaba más reencontrarnos, parecía que debíamos vagar por el mundo para hayarnos y amarnos cada vez costaba más.
No obstante nuestras almas siempre se encontraban entre la multitud y de manera inconsciente mi alma gemela y yo al vernos entendíamos que nos deseábamos el uno al otro, hasta ahora hemos logrado vencer los obstáculos.
Ya perdí la cuenta de las veces que he pasado por el mundo como una simple humana y él siempre renace como un hombre lobo igual que la primera vez que nos conocimos, pero sin importar qué en cada una de las vidas la maldición de mi alma me arrebataba la vida al llegar la misma fecha.
Cada vez que moría mi alma se rompía un poco más y para mí se agota el tiempo, mientras le rompía más su corazón a mi Alfa al perderme una y otra vez.
Sin remedio alguno nos teníamos que separar mientras mi Alfa vuelve a repetir su ciclo de vida, yo volvía a vagar por el Inframundo entre las almas perdidas, mientras él tiempo para renacer vuelve a llegar y volvamos a luchar para estar juntos.
***En la actualidad:
Mi nuevo nombre es Lizbeth ahora tengo 23 años, nací en una familia normal que me ama y protege, aunque siempre he sentido que no encajo bien en ella.
Cada año mi madre y yo visitamos a mi abuela Viktoria que vive en Rusia, esté año decidimos mudarnos a su casa para cuidar de ella pues mi abuelo ha fallecido y no queremos que esté sóla cuidando de su granja.
Aunque mi madre intentó convencerla de mudarse con nosotros mi abuelita no accedió, yo sin dudarlo vine hasta el pueblo lejano dónde vive mi abuelita, ella es la única persona que me entiende y alienta mi amor por el arte.
Aquí tengo amigos que hice desde niña al visitarla cada verano, con ellos solía jugar en el bosque. Antes de regresar a la escuela decidimos ir a acampar porque nos parecía una buena aventura para recordar viejos tiempos.
—¿Estás lista Liz?— preguntó apurada Katherina.
—Si creo que sí, ¿Sólo faltó yo?— respondió Liz tomando su maleta.
—Ajam vámonos anda rápido, que hay que aprovechar el tiempo solo es un fin de semana— le dijo Katherina jalando la mano de Liz.
—¡Adiós mamá! vuelvo en 3 días te aviso por si no hay señal haya en el bosque si— despidiéndose corriendo.
Su madre la detuvo antes de que ella pudiera irse, Lizbeth sabía que debía despedirse bien de ella así que regresó.
—¿Hija llevas puesto tú collar?— buscando en su cuello.
—Si mamá nunca me lo quito, mamá ya estoy grande y no haré nada malo, lo prometo. ¿Puedes confiar un poquito más en mí?— le pidió retirando las manos de su madre —Dejame ir por favor, volveré pronto. Adiós mamá— la abrazó fuertemente un momento.
—¡Adiós abuela!— la abrazó y besó su mejilla.
—Adiós mi Malishka— se despidió Viktoria.
—¡Si adiós Liz, cuídate mucho hija no te vayas a alejar de tus amigos!— le gritó su madre.
—Prometo cuidarla mucho señora no se preocupe— le respondió Katherina.
A pesar de no estar muy convencida de dejarla ir Franka dejó que su hija se divirtiera con sus amigos, ella siempre tenía miedo de que los lobos le arrebataran a Lizbeth como intentaron cuando era una niña.
Subieron a la camioneta donde las esperaban sus demás amigos, tomaron rumbo a la montaña para según ellos pasar 3 días acampando, explorando y escalando. Sin imaginar que el viaje no sería lo que ellos esperaban, Liz era la única que presentía que algo malo pasaría.
Desde pequeña se dió cuenta de que era capaz de ver o sentir cosas que los demás no, miraba por la ventana el paisaje boscoso lleno de creaturas mágicas.
—Ya casi llegamos, faltan cómo 15 minutos nada más— dijo Hanzel quien conducía.
—Que bueno ya me cansé de estar sentada, quien fuera Liz ella hasta se quedó dormida— habló Yelena estirándose en su asiento.
—No está dormida, sólo está disfrutando de la vista— aclaró Raziel.
—Mmm pues como siempre Liz— comentó Katherina.
—¿Eh, me hablaban?— contestó al escuchar su nombre.
Los jóvenes llegaron al lugar donde habían planeado pasar la noche, Hanzel y Katherina son novios así que ellos prepararon su cama juntos.
Raziel, Yelena y Liz dormirían en otra casa de acampar, todo fue velozmente alistado por el par de hombres quiénes ya tenían experiencia haciéndolo pues era un hobbie en su familia.
—¿Están seguros que aquí estaremos a salvó?— preguntó preocupada Liz.
—Confía un poco más en mi novio, él tiene experiencia y deja de tener miedo amiga— le pidió Katherina.
—Además estaremos con Raziel, nada nos va a pasar— la reconfortó Yelena.
—Si yo te voy a proteger Liz, no te preocupes— habló Raziel mirando tiernamente a Liz.
Todos sabían que él está enamorado de ella, la única que no lo nota es la despistada de Lizbeth que no tenía el mínimo interés en tener pareja.
—Gracias no es que no confíe en ustedes, pero me dan miedo los lobos— les aclaró rápido.
—En está área no hay lobos y los osos están invernando todavía, no hay de que preocuparse— le dijo Hanzel creyendo que su miedo eran los depredadores.
Ni la misma Lizbeth sabía porque su madre siempre le decía que se alejará de los lobos, pero ella no les tenía miedo al contrario siempre se sintió cómoda entre ellos.
Habían pasado el día ocupados en alistar su pequeño campamento y luego hicieron una fogata para cocinar sus alimentos, platicaron anécdotas de su infancia y se pusieron al día pues tenían tiempo de no ver a su amiga Lizbeth ella vivía del otro lado del mundo.
Se quedaron cerca de la fogata para mantenerse calientes en el frío del bosque, mientras las mujeres dormían plácidamente el par de hermanos tomaron turnos de vigilancia hasta el amanecer.
*Nota: La palabra rusa Malishka es usada cariñosamente, se puede traducir a querida.
El clan de hombres lobo de Simeón continuaron su legado volviéndose una manada numerosa y poderosa, permaneciendo como líder el primogénito de cada macho Alfa, así el Clan se dividió en la familia principal que mantenía la jerarquía superior por lo tanto los mayores beneficios y la familia secundaria que se mantenía al servicio del Alfa quién hereda el poder. Llegaron a ser la familia mágica que dominaba más territorio de la taiga siberiana, ganándose el respeto y temor de los lugareños. Mantuvieron su poder asociándose y sometiendo por la fuerza a otras familias mágicas, en el mundo sobrenatural tienen muchos enemigos siendo uno de los clanes que representa más peligro para la humanidad. Hace no mucho tiempo fueron prácticamente extinguidos por la iglesia apoyados por la monarquía Rusa que los orilló a seguir sus reglas, juraron mantenerse en el anonimato en su territorio y actualmente para las personas comunes solamente son una de las familias más adineradas e influyentes del mund
Cuando llegó la noche su amigo Nikolai se retiró dejando a Lukyan algo ebrio en su casa. El Alfa se dirigió a la cama, acostado miró por la ventana la hermosa luna llena en el cielo y su lobo se comenzó a alterar. Estaba muy inquieto, sentía la urgente necesidad de tomar su forma lobuna y correr por en medio de los árboles sin pensarlo, sin poder dormir y tampoco poder ignorar sus sentimientos no logró dominar su lado lobuno, tomó su forma de lobo alfa y saltó por su ventana. Se limitó a dejarse guiar por su alma que pedía encontrar a su alma gemela. Lukyan pudo olfatear un aroma muy familiar, él jamás había sentido antes algo parecido pero parecía que su instinto de lobo le decía que debía ir en busca de alguien, que debía darse prisa porque alguien lo esperaba cruzando el bosque. Tenía años de no estar libremente como un lobo alfa, así corría feliz a gran velocidad siguiendo el aroma que lo había vuelto loco desde que lo percibió. *En el campamento: Liz estaba muy intranquila s
Siguió sus instintos que lo estaban dominando y decidió permanecer en su forma de lobo para cuidar de Lizbeth y dar rondas de vigilancia en los alrededores, la llevaría a su casa cuando ella despertara Lizbeth no había perdido la conciencia solamente dormía, como es costumbre soñó con sus vidas pasadas que ella creía que sólo eran sueños. ***En los sueños de Lizbeth: Despertaba y a su lado estaba un gran lobo blanco durmiendo junto a ella, al parecer afuera de su hogar había una gran tormenta pero al ser cobijada y protegida por el lobo ella no sentía frío. Al voltear a su costado vio a 2 niños dormir abrazados entre si, a pesar del mal clima ellos descansaban pacíficamente. Él lobo la acercaba más y lamía su cara lo que la hizo sentir cosquillas, ella permitía que ese lobo la aprisionara y la acomodará para tenerla lo más cerca posible. —Estoy bien no hace falta que me asfixies— le habló al lobo cariñosamente —No tengo frío y los cachorros están bien tampoco pasan frío, ¿Podría
Al amanecer los amigos de Liz no encontraron rastro de ella y tampoco de Raziel, al buscarlos por los alrededores vieron al joven completamente confundido caminando sin rumbo. —¿Qué pasó Raziel, y Liz ella donde está?— le hablo Hanzel. —Ella desapareció— le respondió sin ánimos. —¿Qué dónde, cómo que desapareció?— le preguntó alterada Katherina. —En el río, yo estaba esperando su regreso y como tardaba la empecé a buscar entonces la ví— dijo tratando de calmar su agitada respiración para continuar —Pero ella cayó al río y antes de que pudiera hacer algo el lobo blanco entró al agua, cuando salió se la llevó en el hocico hacia la montaña me dió demaciado miedo y no le dije a nadie porque ni yo podía creerlo— agregó a la explicación. —¡¿Qué?!— todos los presentes quedaron en shock, nunca imaginaron que algo así pasaría. —¡¿Y qué más qué pasó con mi amiga?!— le preguntó Yelena desesperada. —Solo ví que corrió montaña arriba con ella colgando— contestó triste sin poder creerlo —Los
Él no podía dejar de verla intentando reconocerla, le parecía haberla visto antes y todo en Liz era familiar. Su aroma que acababa de oler lo volvía loco como si fuera su olor favorito, su rostro bonito le parecía haberlo visto en fotos viejas, su voz dulce creía tenerla grabada en su mente llamándolo y busco en su cuello como si ahí debería estar su marca en cambio encontró un collar peculiar. No entendía pero no le importaba ahora la tenía con él y eso lo hacía sentir feliz, ella lograba hacerlo sentir paz como nadie más. Al despertar al ver a su lado al lobo intentó volver a ponerse de pie. —No hace falta huir pequeña te prometo que estás segura conmigo, descansa o sí quieres tu ropa ya está aquí podrías vestirte si así lo deseas— habló con voz baja para no asustarla él sabía que en ocasiones podía sonar muy dominante. —Si me gustaría vestirme ¿Me darías mi ropa, por favor?— le respondió tímidamente. Él tomó las prendas, las acomodó y las dejó a su lado, ella lo miró llena de
Terminando de platicar con la señora Ivanna se quedó pensando triste, por alguna razón que no comprendía la noticia sobre Lizbeth lo había dejado preocupado. Sin saber que hacer decidió no decirle nada de lo que habló con su chamán y fue a buscarla, ahora sentía más la necesidad de estar con ella. —¿Cuándo me llevarás de regreso?— pregunto sería. —Cuando te hayas recuperado— le respondió. —Aaasi claro tienes razón— hablo desanimada. La idea de no marcharse no le emocionaba pero tampoco sufría por estar con él, ella le pasaba algo extraño su alma parecía querer estar junto a Lukyan. Lukyan recibió la llamada de Nikolai pidiéndole ayuda para realizar asuntos de la empresa de sus familias, así que tenía que dejar a Lizbeth a cargo de la señora Ivanna y los empleados de la mansión que son lobos de su manada. —Pide cualquier cosa que quieras o necesitas— le dijo poniéndose de pie. —Si está bien ¿A dónde vas?— le pregunto preocupada. —No te vayas, quédate descansando, tengo que se
Durante la cena Nikolai comenzó a hablar con Lizbeth, le contaba anécdotas de la infancia de Lukyan hasta que él se enojó. —Bueno cambiando de tema, ¿A qué familia pertenece señorita?— curioso preguntó el apellido de Lizbeth. —Mi apellido es Tremblay— respondió sin comprender la importancia. —¡¿Qué es humana?!— habló sorprendido al no reconocer ese apellido como algún clan mágico. —¿Eh?— confundida. —Quise decir que es extranjera— intentando disimular —Es que su forma de hablar Ruso parece muy natural— agregó sincero. —Bueno en realidad soy mestiza pues mi madre sí es nativa pero mi padre es Canadiense, nací aquí pero llevó el apellido de él— le explicó —Crecí en Canadá y sólo visitaba a mis abuelos una o dos veces al año, pero hace poco vine para quedarme a vivir aquí— agregó algo desanimada al recordar a su familia. —No quería ser grosero, disculpe mi indiscreción señorita— todavía sorprendido. Nikolai miró a su amigo molesto pues no le comentó nada acerca de ese detalle, los
Al llegar la hora de dormir Lukyan la guío a Lizbeth a la habitación principal de la mansión, él planeaba pasar la noche juntos quizá si las cosas se daban podría marcarla, la presión por la pronta separación lo estaba desesperando. —¿En qué habitación dormiré?— preguntó inocentemente Liz. —Aquí mismo— respondió mientras se desvestía. —¡¿Quieres que pasemos la noche juntos?!— sonrojada se cubrió la cara Ante la timidez de Liz el Alfa siguió insistiendo, él realmente desea que ella sea su mujer y quería que nadie pueda interponerse. —Tomaré un baño antes de dormir— se dirigió a ella —Ven un baño te ayudará a relajarte— le comenzó a desabrochar los botones. —¡¿Qué?!— se alarmó —No puedo tomar un baño contigo— le detuvo sus manos con las de ella. —Ya te he bañado antes Kroshka, tendré el mismo cuidado— le terminó de quitar el abrigo ligero. —Pero es diferente, ahora puedo hacerlo yo sóla— se aferró al vestido. —Aún estás herida así que te ayudaré— sujetó su cintura y bajó el cie