Cuando llegó la noche su amigo Nikolai se retiró dejando a Lukyan algo ebrio en su casa. El Alfa se dirigió a la cama, acostado miró por la ventana la hermosa luna llena en el cielo y su lobo se comenzó a alterar.
Estaba muy inquieto, sentía la urgente necesidad de tomar su forma lobuna y correr por en medio de los árboles sin pensarlo, sin poder dormir y tampoco poder ignorar sus sentimientos no logró dominar su lado lobuno, tomó su forma de lobo alfa y saltó por su ventana.
Se limitó a dejarse guiar por su alma que pedía encontrar a su alma gemela. Lukyan pudo olfatear un aroma muy familiar, él jamás había sentido antes algo parecido pero parecía que su instinto de lobo le decía que debía ir en busca de alguien, que debía darse prisa porque alguien lo esperaba cruzando el bosque.
Tenía años de no estar libremente como un lobo alfa, así corría feliz a gran velocidad siguiendo el aroma que lo había vuelto loco desde que lo percibió.
*En el campamento:
Liz estaba muy intranquila sin poder dormir decidió levantarse porque sentía la necesidad de ir a buscar a alguien en el bosque, sin pensarlo más salió de la casa de acampar cobijada con una frazada gruesa roja.
Se sentó en un tronco que había cerca del fuego, tomó una taza de café y acompañó a Raziel en su turno.
—¿No puedes dormir?— le preguntó suavemente.
—No, estoy incómoda y no dejo que Yelena esté tranquila así que mejor vine a acompañarte— respondió Liz sin darle importancia.
—Oh vaya ojalá y cuando termine mi turno podamos ir a dormir juntos y ahora sí puedas descansar— le dijo. Raziel tímidamente.
Ella se quedó mirando a su alrededor contemplando la quietud y oscuridad del bosque, mientras escuchaba los sonidos que hacían los animales nocturnos eso le encantaba entonces entre los arbustos y árboles vio algo.
—¿Viste eso?— preguntó emocionada.
—¿Qué?— dijo Raziel confundido.
—Ese animal blanco mira por ahí, se atravesó entre los árboles— le respondió Liz.
—No yo no ví nada— le dijo restándole importancia.
—Con la luz de la luna llena parece hasta brillar, creo que es un lobo— le dijo Liz insistiendo.
—No hay lobos blancos aquí, es imposible— le respondió incrédulo.
Liz estaba muy segura de lo que había visto y no se quedaría con la curiosidad de saber que era aquel animal, se quedó pensando si debía o no seguirlo para averiguarlo.
—Tengo que saber qué fue eso— hablo en voz baja y se puso de pie.
Raziel sólo miró como Liz caminaba alejándose de él, sin entender que hacía pensó que no tardaría en regresar.
Por otro lado Lukyan había encontrado el rastro que buscaba desesperadamente y sin notarlo se había acercado mucho al lugar donde acampaba Lizbeth, al verla de cerca de inmediato supo que era ella quien causaba estos sentimientos y es dueña del aroma que lo enloquecía.
Quedó cautivado observando a su mujer sin entender porqué la sentía muy familiar, le parecía muy hermosa pero no de la misma manera que el resto de mujeres que había visto en su vida ella era muy diferente.
Estaba tan concentrado en Liz que no se percató que se había expuesto y ella lo vió, eso no estaba bien pues él debía permanecer ocultó su sóla existencia no debería ser descubierta ya que se supone que los seres como él no existen.
Rápidamente sin dudar se escondió detrás de los árboles, en la oscuridad para que su peculiar color no lo delatará.
Liz estaba buscándolo tan ensimismada que no ponía atención en su alrededor ni tenía cuidado por dónde caminaba, así se acercó demasiado al escondite del lobo que por curiosidad dejó que lo encontrará.
Al encontrarlo a Lizbeth le pareció ver al mismo lobo que ha visto una y otra vez en sus sueños desde que era niña, Lukyan sintió el impulso de salir y ser tocado por ella así que se mostró frente a esa mujer.
Lizbeth al ver que ahora el lobo se acercaba a ella tuvo un recuerdo de su infancia, dónde ella huía de un lobo blanco y comenzó a huir creyendo que él si la mataría.
Iba corriendo en la oscuridad del bosque y tropezó, el terreno es peligroso por la nieve y se resbaló por una bajada llena de nieve en deshielo las duras ramas la golpeaban en todo el cuerpo, su ropa se atoró en un árbol y la terminó por tumbar, lo que la hizo rodar varias veces y finalmente caer al río que tenía una fuerte corriente que la arrastró inconsciente.
De inmediato el lobo se metió al agua helada para rescatar a la jovencita, con la fuerza de su mandíbula la sacó del agua fácilmente.
Agitado cargando el cuerpo de Lizbeth llegó a una la montaña dónde estaban cabañas viejas, la dejó un momento en el suelo para tomar su forma humana.
Tenía que quitarle la ropa mojada para que su cuerpo pudiera tomar calor otra vez, la comenzó a desvestir con la mayor calma y cuidado que su mente le permitía pues no le era fácil concentrarse. Agradeció que estuviera inconsciente pues de otro modo no podría controlar sus instintos.
Debía ayudarla a limpiar las heridas, cuando quitaba cada prenda y va descubriendo más de la tersa y delicada piel de esa mujer más se inquieta. Trataba de mantener la calma, pues moría por tocar esa deliciosa piel y marcarla, le temblaban las manos y se le hacía agua la boca, tragaba saliva y se mordía los labios para acallar sus ansias de morder a su presa. Su lobo interno lo dominó y clavó levemente sus colmillos en ella pero su conciencia impidió que dejará marca.
Finalmente después de desvestirla, la tomó en brazos y la llevó hasta un asiento hecho de madera donde descansaban los trabajadores de la mina. Aún necesitaba limpiar sus heridas para evitar la infección, para eso requería agua del río, así que volvió a tomar su forma lobuna y salió a buscar con que hacer una fogata para ayudarla a entrar en calor y secar su ropa.
Después de unas horas y bastante esfuerzo Lukyan por fin tenía una fogata encendida y había limpiado las heridas de Liz. Incluso logró encontrar con que cubrirla y ahora ella estaba descansando tranquila y el lobo estaba sentado enfrente del fuego entrando en calor.
El lobo la observaba dormir y con atención contemplaba los rasgos de Lizbeth.
Tenía el cabello lacio, largo y castaño, piel bonita que se coloreaba de rosa por el frío, ojos color avellana y al estar cerrados eran adornados por unas largas pestañas, nariz pequeña, carnosos y rosados labios. Era pequeña, de complexión delgada y figura delineada con hermosos detalles que aún cuando no debía ya había visto y grabado en su memoria, sus piernas bien torneadas y pies pequeños
Siguió sus instintos que lo estaban dominando y decidió permanecer en su forma de lobo para cuidar de Lizbeth y dar rondas de vigilancia en los alrededores, la llevaría a su casa cuando ella despertara Lizbeth no había perdido la conciencia solamente dormía, como es costumbre soñó con sus vidas pasadas que ella creía que sólo eran sueños. ***En los sueños de Lizbeth: Despertaba y a su lado estaba un gran lobo blanco durmiendo junto a ella, al parecer afuera de su hogar había una gran tormenta pero al ser cobijada y protegida por el lobo ella no sentía frío. Al voltear a su costado vio a 2 niños dormir abrazados entre si, a pesar del mal clima ellos descansaban pacíficamente. Él lobo la acercaba más y lamía su cara lo que la hizo sentir cosquillas, ella permitía que ese lobo la aprisionara y la acomodará para tenerla lo más cerca posible. —Estoy bien no hace falta que me asfixies— le habló al lobo cariñosamente —No tengo frío y los cachorros están bien tampoco pasan frío, ¿Podría
Al amanecer los amigos de Liz no encontraron rastro de ella y tampoco de Raziel, al buscarlos por los alrededores vieron al joven completamente confundido caminando sin rumbo. —¿Qué pasó Raziel, y Liz ella donde está?— le hablo Hanzel. —Ella desapareció— le respondió sin ánimos. —¿Qué dónde, cómo que desapareció?— le preguntó alterada Katherina. —En el río, yo estaba esperando su regreso y como tardaba la empecé a buscar entonces la ví— dijo tratando de calmar su agitada respiración para continuar —Pero ella cayó al río y antes de que pudiera hacer algo el lobo blanco entró al agua, cuando salió se la llevó en el hocico hacia la montaña me dió demaciado miedo y no le dije a nadie porque ni yo podía creerlo— agregó a la explicación. —¡¿Qué?!— todos los presentes quedaron en shock, nunca imaginaron que algo así pasaría. —¡¿Y qué más qué pasó con mi amiga?!— le preguntó Yelena desesperada. —Solo ví que corrió montaña arriba con ella colgando— contestó triste sin poder creerlo —Los
Él no podía dejar de verla intentando reconocerla, le parecía haberla visto antes y todo en Liz era familiar. Su aroma que acababa de oler lo volvía loco como si fuera su olor favorito, su rostro bonito le parecía haberlo visto en fotos viejas, su voz dulce creía tenerla grabada en su mente llamándolo y busco en su cuello como si ahí debería estar su marca en cambio encontró un collar peculiar. No entendía pero no le importaba ahora la tenía con él y eso lo hacía sentir feliz, ella lograba hacerlo sentir paz como nadie más. Al despertar al ver a su lado al lobo intentó volver a ponerse de pie. —No hace falta huir pequeña te prometo que estás segura conmigo, descansa o sí quieres tu ropa ya está aquí podrías vestirte si así lo deseas— habló con voz baja para no asustarla él sabía que en ocasiones podía sonar muy dominante. —Si me gustaría vestirme ¿Me darías mi ropa, por favor?— le respondió tímidamente. Él tomó las prendas, las acomodó y las dejó a su lado, ella lo miró llena de
Terminando de platicar con la señora Ivanna se quedó pensando triste, por alguna razón que no comprendía la noticia sobre Lizbeth lo había dejado preocupado. Sin saber que hacer decidió no decirle nada de lo que habló con su chamán y fue a buscarla, ahora sentía más la necesidad de estar con ella. —¿Cuándo me llevarás de regreso?— pregunto sería. —Cuando te hayas recuperado— le respondió. —Aaasi claro tienes razón— hablo desanimada. La idea de no marcharse no le emocionaba pero tampoco sufría por estar con él, ella le pasaba algo extraño su alma parecía querer estar junto a Lukyan. Lukyan recibió la llamada de Nikolai pidiéndole ayuda para realizar asuntos de la empresa de sus familias, así que tenía que dejar a Lizbeth a cargo de la señora Ivanna y los empleados de la mansión que son lobos de su manada. —Pide cualquier cosa que quieras o necesitas— le dijo poniéndose de pie. —Si está bien ¿A dónde vas?— le pregunto preocupada. —No te vayas, quédate descansando, tengo que se
Durante la cena Nikolai comenzó a hablar con Lizbeth, le contaba anécdotas de la infancia de Lukyan hasta que él se enojó. —Bueno cambiando de tema, ¿A qué familia pertenece señorita?— curioso preguntó el apellido de Lizbeth. —Mi apellido es Tremblay— respondió sin comprender la importancia. —¡¿Qué es humana?!— habló sorprendido al no reconocer ese apellido como algún clan mágico. —¿Eh?— confundida. —Quise decir que es extranjera— intentando disimular —Es que su forma de hablar Ruso parece muy natural— agregó sincero. —Bueno en realidad soy mestiza pues mi madre sí es nativa pero mi padre es Canadiense, nací aquí pero llevó el apellido de él— le explicó —Crecí en Canadá y sólo visitaba a mis abuelos una o dos veces al año, pero hace poco vine para quedarme a vivir aquí— agregó algo desanimada al recordar a su familia. —No quería ser grosero, disculpe mi indiscreción señorita— todavía sorprendido. Nikolai miró a su amigo molesto pues no le comentó nada acerca de ese detalle, los
Al llegar la hora de dormir Lukyan la guío a Lizbeth a la habitación principal de la mansión, él planeaba pasar la noche juntos quizá si las cosas se daban podría marcarla, la presión por la pronta separación lo estaba desesperando. —¿En qué habitación dormiré?— preguntó inocentemente Liz. —Aquí mismo— respondió mientras se desvestía. —¡¿Quieres que pasemos la noche juntos?!— sonrojada se cubrió la cara Ante la timidez de Liz el Alfa siguió insistiendo, él realmente desea que ella sea su mujer y quería que nadie pueda interponerse. —Tomaré un baño antes de dormir— se dirigió a ella —Ven un baño te ayudará a relajarte— le comenzó a desabrochar los botones. —¡¿Qué?!— se alarmó —No puedo tomar un baño contigo— le detuvo sus manos con las de ella. —Ya te he bañado antes Kroshka, tendré el mismo cuidado— le terminó de quitar el abrigo ligero. —Pero es diferente, ahora puedo hacerlo yo sóla— se aferró al vestido. —Aún estás herida así que te ayudaré— sujetó su cintura y bajó el cie
Gracias a la pastilla Lizbeth pudo dormir profundamente, pero en lugar de un sueño normal vio recuerdos vagos y confusos de sus vidas pasadas como si de una película se tratará. *En los sueños de Lizbeth: Estaba tranquila en el bosque recolectando frutos, cuando fue rodeada por varios lobos que la amenazaban gruñendo y ladrando. Con cuidado pero sin miedo se ponía de pie y intentaba caminar pero antes de poder hacerlo el líder de los lobos intervenía, él lobo blanco se acercaba a ella olfateando y examinando su cuerpo. Se agachaba para ver los ojos del lobo y notó que eran idénticos a los de Lukyan, al verse reflejada en esos ojos que la veían con alivió y amor ella también sintió mucha nostalgia y la necesidad de quedarse con él. —No pensaba huir Rurik— le habló al lobo esperando que él la entendiera. Él lobo parecía haber comprendido y le ladró a sus acompañantes, al parecer les ordenó dejarlos solos y los demás lobos obedecieron. Ella lo abrazó con fuerza y frotaba su pelaje
Lizbeth tomó la píldora y espero el desayuno que le traería Ivanna, mientras tanto pudo notar que Lukyan la observaba desde la puerta pero no entraba ni le hablaba él no quería molestarla. Reflexionó las palabras de la señora Ivanna pensando en que ella tenía razón, después de todo aunque Lukyan aparenta ser un hombre normal no deja de ser un hombre lobo y sus instintos lo dominan. Mientras más lo pensaba más notaba comportamientos caninos de Lukyan, como que le encante que le acaricie el cabello y detrás de las orejas, esa manía de estar casi encima de ella y lo feliz que es cuando lo alimenta en la boca. Era más que obvio que también tendría hábitos salvajes, como cualquier otro lobo y era parte de sus enormes diferencias entre ambos. Después de desayunar el efecto del medicamento le provoca sueño y se volvió a quedar dormida, mientras que en la mansión un lobo arrepentido caminaba desesperado de un lado a otro. Lukyan estaba muy seguro de que su lobo reclamaba a Lizbeth como par