“Es difícil creer en la coincidencia, pero es aún más difícil creer en cualquier otra cosa.”John GreenAnna permaneció perpleja ante la imagen de Adolfo. ¿Cómo podía parecerse a su padre? Escucho los pasos regresando a la sala, se sentó para no parecer curiosa cuando apenas comenzaba a trabajar en aquel lugar.—Anna, vas a disculpar a Cloe, no creo que sea conveniente que hables con ella ahora. Está de muy mal genio.—No se preocupe. No hay apuro, ya tendré oportunidad de conversar con ella.—Gracias por ser tan comprensiva. —se sentó en el sillón que estaba frente a Anna.— ¿A qué te dedicas realmente querida? Creo que no eres profesora como tal o me equivoco.—No, la verdad no soy profesora, mas es algo que se me da bastante bien. Yo soy pianista, mi mayor sueño ser una gran concertista de piano.—¿De verdad te gusta el piano?—Sí, estuve por varios años en el Conservatorio Hoch.—Siempre me gustó la música y mi instrumento favorito era el piano, pero no tuve como estudiarlo, y como
“El pasado es un retrato de lo que fuimos y que solo existe sobre el lienzo desdibujado en el presente”A.K.MAnna despertó muy temprano, por lo que salió de su habitación y fue hasta la cocina para preparar café y dejar todo listo para cuando Edelmira despertase. Aunque no estaba allí para ello, Anna no se sentía cómoda, esperando por la aceptación de Cloe para poder trabajar. Además estaba de por medio, la confianza que Elvira había depositado en ella para sentirse comprometida y no dejar mal parada a la ama de llaves de los Venzon por su recomendación.Preparó el café, los brötchen con mermelada, huevo y queso. Edelmira despertó con el olor del café, bajó para ayudar a Anna.—Buen día querida.—Buen día, siéntese ya tengo listo el café. —Anna sirve la taza de café y coloca sobre el mesón de mármol— ¿Azúcar o edulcorante? —preguntó, mientras Edelmira le señala el recopiente cristalino con azúcar.—No tenías que ocuparte en esto. No te traje para que estés ocupada con cosas de la cas
“Siempre se paga demasiado. Sobre todo por las promesas. No existe promesa que sea una ganga.”Cormac McCarthy—Es mi trabajo como artista plástico. —comenta Edelmira a Anna, quien mira boquiabierta todos los cuadros que están a su alrededor.Anna se deleita visualmente con aquellos cuadros, para ella resultan toda una obra de arte. Mas, le llama poderosamente la atención uno en especial. Ella siente curiosidad por ver que contiene el cuadro cubierto con la tela blanca. Aún así, no quiere ser impertinente con su pregunta, por lo que continúa viendo el resto del trabajo de Edelmira.—Con todo esto, podría hacer una exposición, es un trabajo muy prolijo.—¿De verdad lo crees? —pregunta Edelmira, un tanto dudosa de su propio talento.—Claro, es maravilloso. ¿Quién es la niña de ese cuadro?Edelmira baja la mirada, Anna no habia querido que le mostrara el cuadro cubierto, y sin embargo, había cometido una impertinencia al preguntar por el rostro recurrente en sus cuadros.—Disculpe, no qu
"Y es ahí, justo en ese momento, cuando te das cuenta de que las cosas solo ocurren una vez, y que por mucho que te esfuerces, ya nunca volverás a sentir lo mismo."AnónimoAl llegar a Frankfurt, Arthur le pidió a Elvira que prepárase la habitación de él para recibir a Julia. Había muchas cosas que asumir, una de ellas era que debían dormir juntos. A pesar de que habían sido amantes, en aquel entonces, él deseaba a Julia como mujer. Sólo que ahora, él amaba a Anna. No sé sentiría bien estando con ella, sin desearla.Al principio, quiso usar como excusa que dormirían separados mientras, ella se recupera. Pero Julia, no quiere estar lejos de él. Se niega a aceptar esa absurda idea y con un poco de astucia y manipulación, trata de convencerlo con algunas lágrimas.—No quiero estar lejos de ti, por ti estoy viva, para amarte y ser tu mujer, hasta que Dios me lleve junto a él. —lo abraza y se refugia en su pecho.—No digas eso, no te vas a morir. —le acaricia el cabello, tratando de tranqu
"No puedes nadar a nuevos horizontes hasta que tienes el coraje de perder la vista de la costa."William FaulknerCon la llegada de Julia a casa de los Venzon, los cambios son inminentes; comenzando porque Adaline ahora es parte de la familia y se siente con libertad de ir y venir a su antojo por toda la casa.Arthur debe reintegrarse a su trabajo, contrata a Leyla, una enfermera que se encargará exclusivamente de Julia, sus cuidados, dieta y medicamentos.—Cuídate mucho y cumple con el tratamiento, yo debo ir a la empresa, por más que tenga personal de confianza, hay negocios que tengo que hacerlos yo, directamente.—Voy a extrañarte mi amor. Estos días a tu lado han sido los mejores de mi vida —suspira profundamente. —sostiene su mano con dulzura, sin apartar sus ojos de los suyos.Arthur le da un beso en la frente y se sale de la habitación. En el pasillo se topa con Fred, quien va saliendo a la universidad.—Hola papá. Necesito que hablemos. ¿Cuándo tendrás unos minutos para habla
"El camino que nos toca recorrer está lleno de sorpresas. Nunca vas a estar preparado para las que te toquen a ti, sean dichosas o sombrías..."AnónimoDicen que el mundo es un pañuelo, y debe ser cierto, esa tarde Anna aprovechó que Edelmira había ido con Cloe a sus clases de teatro. Llamó a Elvira para decirle que necesitaba buscar su piano. Con todo el corre que habían tenido aquella noche y la mañana en que Anna se fue de la mansión de los Venzon, ella no se percató de que le faltaba su fiel amigo. Tomó su celular y llamó al teléfono de los Venzon, en cierta forma anhelaba escuchar la voz de Arthur y por qué no, la de Fred. Pero para su sorpresa, escuchó la voz de una mujer, cortó la llamada rápidamente, se imaginó que podía ser Adaline, y justamente era con quien menos deseaba hablar.Buscó en la libreta digital que Edelmira tiene cerca del mesón de la cocina y buscó el número de celular. Llamó nuevamente:—Hola, Elvira. ¿Cómo estás? —preguntó entusiasmada.—Hola, querida ¡Yo, bi
“Cuando una puerta se cierra, otra se abre. Pero a menudo vemos durante tanto tiempo y con tanta tristeza la puerta que se cierra, que no notamos otra que se ha abierto para nosotros.”Alexander Graham Bell—Anna, ¿Qué te ocurre? —pregunta Elvira visiblemente preocupada, al ver el rostro de la joven palidecido.—Nada, nada. Estoy bien, no te preocupes. ¡Ya me está pasando! —responde, mientras se sostiene de la mesa con fuerza.—No debí decirte esto. Ahora siento que no era mi deber hacerlo. —se cubre la boca con ambas manos.—Sí me consideras tu amiga, es lógico que quieras mi bienestar. Yo tengo que agradecerte por lo que hiciste por mí, es la verdad. —Anna intenta levantarse, pero aún está mareada.—Toma, un vaso de agua con azúcar te hará bien. —la chica, sujeta el vaso en sus manos, bebe poco a poco el contenido.Respira profundamente. Aquello era la peor noticia que habia recibido después de la muerte de sus padres. De una u otra forma, era una especie de pérdida para ella. Arthu
"Había la dureza de los senos, el hábito de la ternura, pero conservaba intacta la locura del corazón."Gabriel García Márquez—Señor, no está bien, lo que estamos haciendo no está bien. Alguien puede venir, si me ven me despi… —Fred la besa impidiendo que diga alguna palabra más.Carmen se estremece con sus besos, su lengua puntiaguda juega con la de él, sus labios hambrientos se dejan llevar por su voraz deseo.—¿Quieres que me detenga? —pregunta él, mirándola a los ojos—No, no, no hay nada más que desee como esto. Quiero, necesito sentirme suya. —responde entre jadeos y voz entrecortada.—Vamos a mi habitación, nadie está allá arriba. Tampoco quiero que pierdas tu empleo por culpa mía. —ella asiente, él sube primero y luego ella, las piernas le tiemblan como gelatina fuera del congelador.Sube rápidamente las escaleras a pesar del uniforme de vestido verde que lleva puesto. Entra a la habitación, Fred cierra la puerta con llave, y continúa besándola, dejando que sus manos continúe