"Y es ahí, justo en ese momento, cuando te das cuenta de que las cosas solo ocurren una vez, y que por mucho que te esfuerces, ya nunca volverás a sentir lo mismo."AnónimoAl llegar a Frankfurt, Arthur le pidió a Elvira que prepárase la habitación de él para recibir a Julia. Había muchas cosas que asumir, una de ellas era que debían dormir juntos. A pesar de que habían sido amantes, en aquel entonces, él deseaba a Julia como mujer. Sólo que ahora, él amaba a Anna. No sé sentiría bien estando con ella, sin desearla.Al principio, quiso usar como excusa que dormirían separados mientras, ella se recupera. Pero Julia, no quiere estar lejos de él. Se niega a aceptar esa absurda idea y con un poco de astucia y manipulación, trata de convencerlo con algunas lágrimas.—No quiero estar lejos de ti, por ti estoy viva, para amarte y ser tu mujer, hasta que Dios me lleve junto a él. —lo abraza y se refugia en su pecho.—No digas eso, no te vas a morir. —le acaricia el cabello, tratando de tranqu
"No puedes nadar a nuevos horizontes hasta que tienes el coraje de perder la vista de la costa."William FaulknerCon la llegada de Julia a casa de los Venzon, los cambios son inminentes; comenzando porque Adaline ahora es parte de la familia y se siente con libertad de ir y venir a su antojo por toda la casa.Arthur debe reintegrarse a su trabajo, contrata a Leyla, una enfermera que se encargará exclusivamente de Julia, sus cuidados, dieta y medicamentos.—Cuídate mucho y cumple con el tratamiento, yo debo ir a la empresa, por más que tenga personal de confianza, hay negocios que tengo que hacerlos yo, directamente.—Voy a extrañarte mi amor. Estos días a tu lado han sido los mejores de mi vida —suspira profundamente. —sostiene su mano con dulzura, sin apartar sus ojos de los suyos.Arthur le da un beso en la frente y se sale de la habitación. En el pasillo se topa con Fred, quien va saliendo a la universidad.—Hola papá. Necesito que hablemos. ¿Cuándo tendrás unos minutos para habla
"El camino que nos toca recorrer está lleno de sorpresas. Nunca vas a estar preparado para las que te toquen a ti, sean dichosas o sombrías..."AnónimoDicen que el mundo es un pañuelo, y debe ser cierto, esa tarde Anna aprovechó que Edelmira había ido con Cloe a sus clases de teatro. Llamó a Elvira para decirle que necesitaba buscar su piano. Con todo el corre que habían tenido aquella noche y la mañana en que Anna se fue de la mansión de los Venzon, ella no se percató de que le faltaba su fiel amigo. Tomó su celular y llamó al teléfono de los Venzon, en cierta forma anhelaba escuchar la voz de Arthur y por qué no, la de Fred. Pero para su sorpresa, escuchó la voz de una mujer, cortó la llamada rápidamente, se imaginó que podía ser Adaline, y justamente era con quien menos deseaba hablar.Buscó en la libreta digital que Edelmira tiene cerca del mesón de la cocina y buscó el número de celular. Llamó nuevamente:—Hola, Elvira. ¿Cómo estás? —preguntó entusiasmada.—Hola, querida ¡Yo, bi
“Cuando una puerta se cierra, otra se abre. Pero a menudo vemos durante tanto tiempo y con tanta tristeza la puerta que se cierra, que no notamos otra que se ha abierto para nosotros.”Alexander Graham Bell—Anna, ¿Qué te ocurre? —pregunta Elvira visiblemente preocupada, al ver el rostro de la joven palidecido.—Nada, nada. Estoy bien, no te preocupes. ¡Ya me está pasando! —responde, mientras se sostiene de la mesa con fuerza.—No debí decirte esto. Ahora siento que no era mi deber hacerlo. —se cubre la boca con ambas manos.—Sí me consideras tu amiga, es lógico que quieras mi bienestar. Yo tengo que agradecerte por lo que hiciste por mí, es la verdad. —Anna intenta levantarse, pero aún está mareada.—Toma, un vaso de agua con azúcar te hará bien. —la chica, sujeta el vaso en sus manos, bebe poco a poco el contenido.Respira profundamente. Aquello era la peor noticia que habia recibido después de la muerte de sus padres. De una u otra forma, era una especie de pérdida para ella. Arthu
"Había la dureza de los senos, el hábito de la ternura, pero conservaba intacta la locura del corazón."Gabriel García Márquez—Señor, no está bien, lo que estamos haciendo no está bien. Alguien puede venir, si me ven me despi… —Fred la besa impidiendo que diga alguna palabra más.Carmen se estremece con sus besos, su lengua puntiaguda juega con la de él, sus labios hambrientos se dejan llevar por su voraz deseo.—¿Quieres que me detenga? —pregunta él, mirándola a los ojos—No, no, no hay nada más que desee como esto. Quiero, necesito sentirme suya. —responde entre jadeos y voz entrecortada.—Vamos a mi habitación, nadie está allá arriba. Tampoco quiero que pierdas tu empleo por culpa mía. —ella asiente, él sube primero y luego ella, las piernas le tiemblan como gelatina fuera del congelador.Sube rápidamente las escaleras a pesar del uniforme de vestido verde que lleva puesto. Entra a la habitación, Fred cierra la puerta con llave, y continúa besándola, dejando que sus manos continúe
"En el fondo, nadie sabe por qué ni lo que quiere. Si como se dice, la libertad es un misterio, la voluntad es un monstruo ciego."Franz TamayoFred siente que su relación con Carmen es realmente fascinante, es ternura y comprensión, además de amor incondicional. Sin embargo, no deja de pensar en Anna.La mañana siguiente, luego de aquel ardiente encuenntrio con Carmen, lleno de serotonina y con la adrenalina a mil, pensando ser descubiertos, Fred siente la necesidad de aclarar sus sentimientos. Necesita ver a Anna y saber como reacciona su cuerpo y su alma frente a ella.Despierta muy temprano, baja a la cocina, Elvira lo recibe, le sirve el café.—¿Vas a salir tan temprano? —pregunta Elvira.—Sí, debo resolver algunas cosas antes de ir a la universidad. —deja la carpeta sobrevla mesa, mientras toma la taza de café— Por cierto, ¿no has sabido de Anna?. —preguntó con curiosidad.—No, no he sabido de ella, sabrá Dios cómo estará. —respondió evasivamente.—Pensé que la habrías visto, te
"Tú no sabías lo que era un beso, le preguntaste a mi lengua y hallaste la respuesta."David CotosAnna camina hacia él, frota sus manos con nerviosismo.—¡Hola! —le dice Fred sonriente.—¡Hola! —responde ella.—Siéntate —le ofrece él, ella se sienta.La brisa es fría, el viste de suéter manga larga, pero ella está descubierta. La piel se eriza, ante la sensación de dejarse llevar por sus instintos y caer en las redes de aquella pasión inmesurable.—¿Trajiste el libro? —pregunta ella, de forma cortante.—¡Sí! Por supuesto. Está en mi auto. —hace una pausa— ¿Solo viniste por eso? —le pregunta algo desmotivado.—Fue lo que acordamos. Además Salí sin dar mucha explicación. —le responde ella, consciente de su realidad como empleada de Edelmira.—¿Debes darla? —insistió él en preguntarle. A lo que ella, sin dudar respondió:—No, pero debo ser respetuosa, vivo en esa casa.—Anna yo necesito que hablemos. —la toma de las manos— Ella siente su cuerpo encenderse rápidamente.—¿De qué quieres q
"Un hombre está dispuesto a creer aquello que le gustaría que fuera cierto."Francis BaconElvira llamó a emergencia, minutos después llegó la ambulancia, subieron a Felipe con cuidado de no lesionar sus vértebras, se había golpeado fuertemente.Frederick no podia creer que aquello estuviese pasando. Él no podia ser el culpable, de que su hermano estuviese lastimado y que aquel golpe le hubiese provocado algún daño, irreversible.Arthur sube a la ambulancia, mientras Fred sube hasta su habitació, Elvira regresa a su cuarto, cuando pasa por el cuarto de Carmen, escucha su llanto. Toca la puerta un par de veces, pero la chica no le abre. Decide entrar, la puerta estaba sin seguro. Encuentra a Carmen tirada boca a bajo llorando desconsoladamente.—¿Qué te pasa, muchacha? ¿Qué fue lo que ocurrió?—Fred, quedamos de vernos y cuando fui, estaba con la novia de su hermano besándose.—Esa chica va a ser la desgracia de esta familia.Carmen se incorpora, no entendía lo que Elvira estaba dicien