"El camino que nos toca recorrer está lleno de sorpresas. Nunca vas a estar preparado para las que te toquen a ti, sean dichosas o sombrías..."AnónimoDicen que el mundo es un pañuelo, y debe ser cierto, esa tarde Anna aprovechó que Edelmira había ido con Cloe a sus clases de teatro. Llamó a Elvira para decirle que necesitaba buscar su piano. Con todo el corre que habían tenido aquella noche y la mañana en que Anna se fue de la mansión de los Venzon, ella no se percató de que le faltaba su fiel amigo. Tomó su celular y llamó al teléfono de los Venzon, en cierta forma anhelaba escuchar la voz de Arthur y por qué no, la de Fred. Pero para su sorpresa, escuchó la voz de una mujer, cortó la llamada rápidamente, se imaginó que podía ser Adaline, y justamente era con quien menos deseaba hablar.Buscó en la libreta digital que Edelmira tiene cerca del mesón de la cocina y buscó el número de celular. Llamó nuevamente:—Hola, Elvira. ¿Cómo estás? —preguntó entusiasmada.—Hola, querida ¡Yo, bi
“Cuando una puerta se cierra, otra se abre. Pero a menudo vemos durante tanto tiempo y con tanta tristeza la puerta que se cierra, que no notamos otra que se ha abierto para nosotros.”Alexander Graham Bell—Anna, ¿Qué te ocurre? —pregunta Elvira visiblemente preocupada, al ver el rostro de la joven palidecido.—Nada, nada. Estoy bien, no te preocupes. ¡Ya me está pasando! —responde, mientras se sostiene de la mesa con fuerza.—No debí decirte esto. Ahora siento que no era mi deber hacerlo. —se cubre la boca con ambas manos.—Sí me consideras tu amiga, es lógico que quieras mi bienestar. Yo tengo que agradecerte por lo que hiciste por mí, es la verdad. —Anna intenta levantarse, pero aún está mareada.—Toma, un vaso de agua con azúcar te hará bien. —la chica, sujeta el vaso en sus manos, bebe poco a poco el contenido.Respira profundamente. Aquello era la peor noticia que habia recibido después de la muerte de sus padres. De una u otra forma, era una especie de pérdida para ella. Arthu
"Había la dureza de los senos, el hábito de la ternura, pero conservaba intacta la locura del corazón."Gabriel García Márquez—Señor, no está bien, lo que estamos haciendo no está bien. Alguien puede venir, si me ven me despi… —Fred la besa impidiendo que diga alguna palabra más.Carmen se estremece con sus besos, su lengua puntiaguda juega con la de él, sus labios hambrientos se dejan llevar por su voraz deseo.—¿Quieres que me detenga? —pregunta él, mirándola a los ojos—No, no, no hay nada más que desee como esto. Quiero, necesito sentirme suya. —responde entre jadeos y voz entrecortada.—Vamos a mi habitación, nadie está allá arriba. Tampoco quiero que pierdas tu empleo por culpa mía. —ella asiente, él sube primero y luego ella, las piernas le tiemblan como gelatina fuera del congelador.Sube rápidamente las escaleras a pesar del uniforme de vestido verde que lleva puesto. Entra a la habitación, Fred cierra la puerta con llave, y continúa besándola, dejando que sus manos continúe
"En el fondo, nadie sabe por qué ni lo que quiere. Si como se dice, la libertad es un misterio, la voluntad es un monstruo ciego."Franz TamayoFred siente que su relación con Carmen es realmente fascinante, es ternura y comprensión, además de amor incondicional. Sin embargo, no deja de pensar en Anna.La mañana siguiente, luego de aquel ardiente encuenntrio con Carmen, lleno de serotonina y con la adrenalina a mil, pensando ser descubiertos, Fred siente la necesidad de aclarar sus sentimientos. Necesita ver a Anna y saber como reacciona su cuerpo y su alma frente a ella.Despierta muy temprano, baja a la cocina, Elvira lo recibe, le sirve el café.—¿Vas a salir tan temprano? —pregunta Elvira.—Sí, debo resolver algunas cosas antes de ir a la universidad. —deja la carpeta sobrevla mesa, mientras toma la taza de café— Por cierto, ¿no has sabido de Anna?. —preguntó con curiosidad.—No, no he sabido de ella, sabrá Dios cómo estará. —respondió evasivamente.—Pensé que la habrías visto, te
"Tú no sabías lo que era un beso, le preguntaste a mi lengua y hallaste la respuesta."David CotosAnna camina hacia él, frota sus manos con nerviosismo.—¡Hola! —le dice Fred sonriente.—¡Hola! —responde ella.—Siéntate —le ofrece él, ella se sienta.La brisa es fría, el viste de suéter manga larga, pero ella está descubierta. La piel se eriza, ante la sensación de dejarse llevar por sus instintos y caer en las redes de aquella pasión inmesurable.—¿Trajiste el libro? —pregunta ella, de forma cortante.—¡Sí! Por supuesto. Está en mi auto. —hace una pausa— ¿Solo viniste por eso? —le pregunta algo desmotivado.—Fue lo que acordamos. Además Salí sin dar mucha explicación. —le responde ella, consciente de su realidad como empleada de Edelmira.—¿Debes darla? —insistió él en preguntarle. A lo que ella, sin dudar respondió:—No, pero debo ser respetuosa, vivo en esa casa.—Anna yo necesito que hablemos. —la toma de las manos— Ella siente su cuerpo encenderse rápidamente.—¿De qué quieres q
"Un hombre está dispuesto a creer aquello que le gustaría que fuera cierto."Francis BaconElvira llamó a emergencia, minutos después llegó la ambulancia, subieron a Felipe con cuidado de no lesionar sus vértebras, se había golpeado fuertemente.Frederick no podia creer que aquello estuviese pasando. Él no podia ser el culpable, de que su hermano estuviese lastimado y que aquel golpe le hubiese provocado algún daño, irreversible.Arthur sube a la ambulancia, mientras Fred sube hasta su habitació, Elvira regresa a su cuarto, cuando pasa por el cuarto de Carmen, escucha su llanto. Toca la puerta un par de veces, pero la chica no le abre. Decide entrar, la puerta estaba sin seguro. Encuentra a Carmen tirada boca a bajo llorando desconsoladamente.—¿Qué te pasa, muchacha? ¿Qué fue lo que ocurrió?—Fred, quedamos de vernos y cuando fui, estaba con la novia de su hermano besándose.—Esa chica va a ser la desgracia de esta familia.Carmen se incorpora, no entendía lo que Elvira estaba dicien
"No tomes una decisión permanente cuando te encuentres en una situación emocional temporal."AnónimoArthur fue hasta la habitación de Felipe para despedirse de él, iría a su casa a ducharse para luego volver a la clínica.Cuando entró a la habitación, sintió la tension que había entre su hijo y Adaline, dudó entonces en irse, pero, Felipe le pidió que lo hiciera. Se veía ojeroso y desaliñado, nada que ver con el apuesto, elegante y prolijo Arthur Venzon.—Ve a casa papá, yo estaré bien. ¡Te Amo!Convencido por las palabras de su hijo, Arthurregresó esa tarde a la casa, necesitaba cambiarse y descansar un poco.De igual forma, el médico ya le había informado que le harian había los últimos chequeos esa tarde, por lo que su presencia no era necesaria por lo menos por el resto de la tarde. Dependiendo del resultado, Felipe podía ser dado de alta al día siguiente.Fred baja las escaleras apresuradamente, al ver a su padre bajando del Uber y va, a su encuentro.—¿Papá cómo está Felipe? —
“No existe algo más volátil, que dos deseos mirándose frente a frente”A.K.MLos exámenes que el Dr. Graff le realizó a Felipe, afortunadamente descartaban cualquier posibilidad de haber heredado alguna condición genética que lo hiciera propenso a ser un paciente de algún tipo de cáncer.Arthur está feliz, su hijo amado está sano.—Mañana temprano, podrán regresar a su casa. Me alegra que el joven no haya presentado alguna anomalía, sin embargo, es bueno que eventualmente le realice sus chequeos de rutina.—¡Gracias Dr. Graff! No sabe lo feliz que estoy de saber que mi hijo está sano.—Es mi trabajo, no tiene que agradecer.Arthur sale del consultorio, regresa a la habitación de su hijo, para darle la noticia de que mañana volverán a casa. Había algunos temas que no quería tocar con su hijo, pero que debía enfrentar esa situación de una vez.Mientras tanto, aquel beso que Fred le había dado a Anna, provocó sensaciones inigualables entre ellos, sus manos dieron rienda suelta a sus inst