“Hermanos; esos mejores amigos que no tuvimos que escoger”AnónimoCuando Anna despertó, aún estaba entre los brazos de Arthur. No era un sueño. Esta vez no. Había cumplido su deseo de estar con él.—Buenos días —le comentó ella, cuando él abrió los ojos y se encontró en el hotel.Al igual que Anna, Arthur necesitaba cerciorarse de que no era un sueño. La abrazó y besó por enésima vez para sentir el sabor de sus besos y su humedad.—Eres maravillosa, Anna.—Tú me haces maravillosa. Nunca pensé que todo lo que me había imaginado contigo, fuese posible.Él la mira y sonríe:—¿De verdad me pensabas como yo a ti?—No sé desde cuándo, tú comenzaste a pensarme, pero yo desde el primer momento que te vi en el café, sentí algo muy especial, incluso irracional. Por algunos momentos soñé siendo tuya y hoy lo soy, hoy te pertenezco Arthur Venzon.—¿No te ofrece esto, una locura? Soy mucho mayor que tú. Podrías ser mi hija o la novia de Fred.—No pienses en nuestra edad. Las almas no tienen edad,
“El amor busca dar felicidad en lugar de ser feliz”.Ralph ConnorEl día siguiente transcurre sin que Anna reciba una respuesta de Arthur, por minutos se siente sola y abandonada.Se levanta de la cama, toma lo poco que le queda del adelanto que le dio Arthur por las clases de piano de Felipe. Se arregla el cabello, se cambia el camisón de dormir, se pone una minfalda de jeans, tenis y suéter con capucha. El día estaba nublado, posiblemente lloverá esa tarde.Sale de su habitación, cierra la puerta, camina sin rumbo fijo. Entra al supermercado, parece una autómata, paga en la caja. Sale del supermercado, cruza la calle, entra a la cafetería del frente, pide un capuccino y croissant para desayunar.Se sienta en una de las mesas de afuera para tener que pensar y ver el rostro del resto de las personas que al igual que ella, están repletos de angustias y ansiedad.Saca su celular, lo deja sobre la mesa mientras toma el capuccino y muerde el croissant. Aún no entiende la despiadada y fría
“y cuando por fin, crees que el amor, lo puede todo; te das cuenta que no es suficiente”A. K. MDe regreso a la ciudad, Arthur llevó a Anna hasta la residencia, se despidieron con un beso furtivo para evitar inconvenientes con Doña Cira. Anna abrió la puerta, entró a la residencia; en la sala arrumada en una esquina estaban la maleta de Anna y en una caja sus libros. Asombrada por ello, fue hasta su habitación, introdujo la llave y no consiguió abrir, Doña Cira había cambiado la cerradura. Enardecida, Anna fue hasta la parte de atrás de la residencia, en busca de una explicación, pero la mujer al verla, la atacó verbalmente sin darle chance de nada.—Te largas inmediatamente de mi residencia, aquí no acepto a ninguna ramera. Te lo advertí, antes de ayer y aún así no tomaste en serio mis palabras. Vete con el sugar Daddy que te conseguiste y dile que te busque un hotel para llevarte. O si de verdad quiere algo contigo, que te lleve a su casa —dejó escapar una carcajada, mientras Anna
“El verdadero amor es eterno, infinito y siempre como él mismo. Es igual y puro, sin manifestaciones violentas: se ve con canas y siempre es joven de corazón”.Honoré de BalzacArthur pasa toda la noche en vela, pensando en Anna. ¿Qué debía hacer? Tal vez ella pensaba que él estaba siendo injusto con ella o que solo se aprovechó de su vulnerabilidad.Mas para un hombre de cuarenta años, el amor es algo que no esperaba, no estaba preparado para enfrentarlo como lo hubiese hecho a sus veinte años. Pero el amor, no es uma decisión de las personas. No se escoge amar. El amor nos escoge.Arthur baja por un vaso de agua. Aún es de madrugada. Entra a la cocina, toma un vaso del estante, abre la nevera, llena el vaso y lo bebe. Cuando escucha detrás de él, un ruido, voltea rápidamente y se topa con Elvira.—¿Qué haces despierta, mujer? —le pregunta impresionado.—Lo mismo que usted. ¡Por lo visto no puede dormir! —responde Elvira sonriendo.—Sí, no sé qué me pasa. Llevó horas dando vueltas en
“Nosotros, predestinados el uno al otro. Hechos el uno para el otro. Una pena. Aquel o aquellos que nos crearon el uno para el otro deberían haberse preocupado de algo más.”Andrzej Sapkowski—Quiero que vayas a vivir a la mansión. —le dijo sonriendo.—¿Qué dices? Es una broma. —Anna pregunta sorprendida.—No, jamás me jugaría con eso. —acaricia sus mejillas y la mira fijamente— Solo necesito pedirte un favor.—Sí, dime. —responde ella, curiosamente.—Dame tiempo para decirle sobre todo a Fred, lo nuestro.—¿Piensas que me rechazará? —lo mira con recelo.—No lo sé, el tiene un carácter algo difícil. —refiere él tratando de no confundir a Anna—¡Jajaja! Salió igual a ti —responde ella, jocosamente.—¡Jajaja! ¿De verdad me consideras un ogro? —enarca una ceja.—No, para nada.—Felipe por lo que veo, se la lleva muy bien contigo, pero Fred ya es un hombre y sé que algo dirá para contradecirme.—Está bien, mi amor. No hay problema. Cuando tú decidas, se lo diremos. Lo que menos deseo es p
“Si buscas amor verdadero, renuncia a los amores mediocres que te encuentres.”Paulo CoelhoEs la hora del almuerzo, Anna baja, en la mesa ya está Frlipe, quien al verla se emociona y va a su encuentro.—Llegaste muy temprano Anna, ¿vas a almorzar con nosotros?—Sí, Felipe. Y… te tengo una gran noticia. —le comenta Anna.—Sí, dime. ¿Cuál? —pregunta emocionado.—Voy a estar algunos meses aquí, con ustedes. —Felipe no reacciona como Anna esperaba.—Papá te contrató por más tiempo, imagino. —dice en un tono algo desanimado—Sí, pero me refiero a que voy a vivir un tiempo aquí, en la mansión —la sonrisa y emoción del chico se hace evidente y abraza a Anna con fuerza.—Es la mejor noticia que he recibido en mucho tiempo. ¡Wow! ¿Dónde está papá? Quiero agradecerle por esto. —responde emocionado, Felipe.—No vendrá a almorzar, tiene que irse de viaje hoy mismo. Así que digamos, seré una especie de baby sitter para ti —ella ríe y Felipe la secunda.A pesar de que Felipe, ya está algo grande p
“Y cuando crees que eres feliz, con lo que tienes, la vida te muestra otra posibilidad irresistible”A.K.MEsa tarde, Anna se ocupó en trabajar arduamente con Felipe, él debía presentar sus evaluaciones trimestrales y aprobar las asignaturas con las que había tenido inconvenientes.La amistad entre ellos se solidifica cada vez más.—Sabes que Adaline vino a verme. —le comenta Felipe.—¡Wow! Me alegra mucho por ti, sé que te gusta esa chica ¿Y que pasó con Verónica? —pregunta Anna, con curiosidad.—Nada. Seguimos siendo buenos amigos, aunque ahora no como antes, creo que está molesta conmigo desde que comencé con Adaline. —responde encogiéndose de hombros.—O sea que ya son novios —afirma Anna.—No, aún no. Bueno no sé, chateamos siempre, ella es muy agradable, pero cuando estuvimos en casa, no sé la noté diferente ¿por qué son tan complicadas las mujeres?—¡Jajajaja! —Anna ríe a carcajadas con el comentario del chico.— Realmente no somos tan complicadas, lo que ocurre es que tal vez,
"Una mentira no es grande por lo que contienen sus palabras, sino por el poder de convencimiento de quien la profiere."A.K.MLa invitada especial de Felipe, llega a su cita. El adolescente entusiasmado se acerca para recibirla.—Ven, quiero que conozcas a alguien muy especial para mí. —abre la puerta de la biblioteca, donde Anna lee un libro de autoayuda que encontró de Wayne Dyer “Tus zonas erróneas”—Anna, ella es Adaline —la adolescente se acerca pero mira a Anna con cierto recelo. Le parece joven y muy bonita para ser su profesora. Mas no le preocupa que Felipe se interese en ella, sino Fred.—Hola Adaline. Un placer conocerte, Felipe me ha hablado mucho de ti. Y creo que se quedó corto porque eres muy linda —saluda amablemente Anna a la joven, quien parece poco cautivada con sus palabras.—Gracias. —responde parcamente.— También eres joven y bonita.—¡Gracias! —contesta Anna sonriente. —Felipe quieren algo de tomar, yo puedo ir a avisarle a Elvira que les traiga algo.—No, yo vo