“Y cuando crees que eres feliz, con lo que tienes, la vida te muestra otra posibilidad irresistible”A.K.MEsa tarde, Anna se ocupó en trabajar arduamente con Felipe, él debía presentar sus evaluaciones trimestrales y aprobar las asignaturas con las que había tenido inconvenientes.La amistad entre ellos se solidifica cada vez más.—Sabes que Adaline vino a verme. —le comenta Felipe.—¡Wow! Me alegra mucho por ti, sé que te gusta esa chica ¿Y que pasó con Verónica? —pregunta Anna, con curiosidad.—Nada. Seguimos siendo buenos amigos, aunque ahora no como antes, creo que está molesta conmigo desde que comencé con Adaline. —responde encogiéndose de hombros.—O sea que ya son novios —afirma Anna.—No, aún no. Bueno no sé, chateamos siempre, ella es muy agradable, pero cuando estuvimos en casa, no sé la noté diferente ¿por qué son tan complicadas las mujeres?—¡Jajajaja! —Anna ríe a carcajadas con el comentario del chico.— Realmente no somos tan complicadas, lo que ocurre es que tal vez,
"Una mentira no es grande por lo que contienen sus palabras, sino por el poder de convencimiento de quien la profiere."A.K.MLa invitada especial de Felipe, llega a su cita. El adolescente entusiasmado se acerca para recibirla.—Ven, quiero que conozcas a alguien muy especial para mí. —abre la puerta de la biblioteca, donde Anna lee un libro de autoayuda que encontró de Wayne Dyer “Tus zonas erróneas”—Anna, ella es Adaline —la adolescente se acerca pero mira a Anna con cierto recelo. Le parece joven y muy bonita para ser su profesora. Mas no le preocupa que Felipe se interese en ella, sino Fred.—Hola Adaline. Un placer conocerte, Felipe me ha hablado mucho de ti. Y creo que se quedó corto porque eres muy linda —saluda amablemente Anna a la joven, quien parece poco cautivada con sus palabras.—Gracias. —responde parcamente.— También eres joven y bonita.—¡Gracias! —contesta Anna sonriente. —Felipe quieren algo de tomar, yo puedo ir a avisarle a Elvira que les traiga algo.—No, yo vo
“La muerte es dulce; pero su antesala, cruel.”Camilo José CelaCuando el Dr.Trembley salió de la sala de quimioterapia, llevó a Arthur hasta su oficina. Necesitaba ponerlo al tanto de la situación real de Julia.—¿Cómo está ella, doctor?—Realmente es una mujer muy fuerte, ha resistido la cuarta terapia que le hemos aplicado ya. Sin embargo, debo serle muy sincero. El nivel del cáncer está algo avanzado, a pesar de ello, tenemos la opción de desistir o intentar salvarla. Creo que todos estamos de acuerdo en ello, imagino.—Sí, por supuesto. Ahora lo único importante es que Julia salga de esta situación tan difícil para ella.—Si desea, puede pasar a verla. Creo que necesita todo su apoyo emocional. En minutos la llevarán a su habitación.—Gracias doctor —Arthur se levanta, estrecha la mano del hombre y sale de la oficina.Aunque trató de parecer fuerte, no podía negar lo mal que se sentía al saber que Julia estaba a punto de morir. Caminaba de un lado a otro de la sala de espera. Pen
"Nada puede estar oculto durante mucho tiempo, menos si se trata del amor"AnónimoCuando Anna supo que Arthur había hablado con Elvira, se sintió algo decepcionado. Ella había estado esperando toda la noche su llamada. Debía contarle lo ocurrido entre Felipe y Fred, ya que a pesar de evitar que ambos hermanos se agredieran físicamente, ella estaba preocupada porque aquel problema no trascendiera.Luego que Felipe fue hasta la habitación donde Adaline estaba, ella fue para conversar con la chica.—Felipe por favor, me das unos minutos para hablar con Adaline. —le pide amablemente Anna.Felipe a pesar de lo ocurrido, sabía que Anna era su amiga, por lo que confío en ella y regresó a su habitación.—Regreso en un momento mi amor. —se levantó de la cama y salió del cuarto.Anna estaba indignada por el comportamiento de Adaline, ella había notado el interés de la afolescente por Frederick. No estaba dispuesta a aplaudir lo que había hecho, si era de quitarle la máscara de mosquita muerta
“Las personas ofenden antes a los que aman que a los que temen”MaquiaveloAnna escucha su nombre con insistencia detrás de ella.—Anna, detente por favor, aguarda un momento.Voltea y ve a Elvira corriendo para alcanzarla. Se detiene a esperarla. Elvira le pone la mano en el hombro, Anna se voltea de frente a ella y se refugia en los brazos de Elvira.Aquella extraña mujer, le brindaba un afecto especial.—No llores Anna. Debes calmarte hija, por Dios.—No entiende, Elvira. ¿Ahora que voy a hacer? Arthur no regresa aún y así regresara mañana mismo, yo no me sentiría bien aquí. Felipe no quiere verme más y Fred, se decepcionó pensando que estoy con su padre por interés, eso no va a ser fácil para Arthur. Él ama a sus hijos.—Pero también, te ama a ti. Y de verdad te pido perdón, creí que diciendo la verdad, ellos aceptarían que tenias que quedarte y fue peor. Por eso quiero ofrecerte me ayuda. —Anna asiente, se limpia las lágrimas y la escucha— A pocos minutos de esta urbanización, vi
“Cuando todo sea puedra, ¡tira la primera flor”Autor desconocidoAnna no logró dormir durante toda la noche, se sentía devastada con todo lo que había ocurrido. Como en un view máster, sus recuerdos pasan uno tras otro, su primer encuentro con Arthur, su primer beso, su primera vez, la discusión con Fred, su disculpa posterior, su sonrisa, la tarde en que escogieron la ropa para Felipe, las risas y miradas, su cuerpo semi desnudo aferrado al suyo y ahora su mirada de desprecio.Todo en tan corto tiempo, todo con absoluta rapidez. Cada día una emoción, cada instante se refleja en su mirada con un destello y brillo diferente. Finalmente se quedó dormida.Cuando amaneció, apenas llevaba un par de horas de haberse dormido, escuchó el agua cayendo en el lavabo, se giró para ver donde estaba, Elvira sale del baño.—Buen día, Anna. ¿Cómo amaneciste?—Buen día, la verdad dormí poco —se incorpora y bosteza.—Puedes seguir durmiendo, son apenas las 5:30 de la mañana.—No creo poder dormirme de
“Es difícil creer en la coincidencia, pero es aún más difícil creer en cualquier otra cosa.”John GreenAnna permaneció perpleja ante la imagen de Adolfo. ¿Cómo podía parecerse a su padre? Escucho los pasos regresando a la sala, se sentó para no parecer curiosa cuando apenas comenzaba a trabajar en aquel lugar.—Anna, vas a disculpar a Cloe, no creo que sea conveniente que hables con ella ahora. Está de muy mal genio.—No se preocupe. No hay apuro, ya tendré oportunidad de conversar con ella.—Gracias por ser tan comprensiva. —se sentó en el sillón que estaba frente a Anna.— ¿A qué te dedicas realmente querida? Creo que no eres profesora como tal o me equivoco.—No, la verdad no soy profesora, mas es algo que se me da bastante bien. Yo soy pianista, mi mayor sueño ser una gran concertista de piano.—¿De verdad te gusta el piano?—Sí, estuve por varios años en el Conservatorio Hoch.—Siempre me gustó la música y mi instrumento favorito era el piano, pero no tuve como estudiarlo, y como
“El pasado es un retrato de lo que fuimos y que solo existe sobre el lienzo desdibujado en el presente”A.K.MAnna despertó muy temprano, por lo que salió de su habitación y fue hasta la cocina para preparar café y dejar todo listo para cuando Edelmira despertase. Aunque no estaba allí para ello, Anna no se sentía cómoda, esperando por la aceptación de Cloe para poder trabajar. Además estaba de por medio, la confianza que Elvira había depositado en ella para sentirse comprometida y no dejar mal parada a la ama de llaves de los Venzon por su recomendación.Preparó el café, los brötchen con mermelada, huevo y queso. Edelmira despertó con el olor del café, bajó para ayudar a Anna.—Buen día querida.—Buen día, siéntese ya tengo listo el café. —Anna sirve la taza de café y coloca sobre el mesón de mármol— ¿Azúcar o edulcorante? —preguntó, mientras Edelmira le señala el recopiente cristalino con azúcar.—No tenías que ocuparte en esto. No te traje para que estés ocupada con cosas de la cas