CAPÍTULO 82: ELLA ESTÁ EN PELIGROThane se encontraba en las profundidades de la prisión, con los grilletes de plata apretados alrededor de sus muñecas y tobillos, quemándole la piel con un dolor constante e insoportable. Respirar era una lucha, y el aire de la celda le asfixiaba lentamente. Su cuerpo estaba agotado, pero su lobo no dejaba de agitarse. Sentía un malestar profundo, un vacío que lo consumía por dentro, y un presentimiento que no podía ignorar: Akira estaba en peligro.Intentó calmarse, escuchar con claridad lo que su lobo le quería decir, pero la angustia era cada vez más intensa. Los gruñidos en su interior se volvieron más desesperados, y pronto el dolor físico pasó a un segundo plano frente al miedo que lo invadía. Su lobo estaba seguro de una cosa: Akira necesitaba su ayuda.Con un gruñido gutural, Thane tiró de las cadenas, sintiendo cómo la plata se incrustaba más en su piel. El dolor era insoportable, pero la desesperación por encontrar a Akira superaba cualquier
CAPÍTULO 83: NO DEJARÉ QUE LA LASTIMESLa noche en la montaña se había vuelto una batalla de voluntades y fuerza. Thane se encontraba frente a su padre sabiendo que la única manera de salvar a Akira era enfrentarlo. La tensión que había en esa cueva era opresiva, y aunque el rugido del dragón ya no se escuchaba, el peligro seguía latente. La montaña parecía contener la respiración, como si supiera que el desenlace estaba cerca.—No dejaré que la lastimes —gruñó Thane, con los ojos inyectados en furia. Su cuerpo comenzó a cambiar, los huesos crujieron y su piel se rasgó, dando paso a su forma de lobo. La bestia en él emergió completamente: musculoso, poderoso, lleno de rabia.Alaric no perdió el tiempo. También se transformó, dejando ver la magnitud de su poder, algo que Thane no había anticipado. El rey era más grande, más fuerte, más antiguo. Había pasado siglos absorbiendo la vitalidad de las lobas vírgenes, y ahora esa fuerza lo convertía en una bestia descomunal.Thane lanzó el pr
CAPÍTULO 84: MI ERROREl rugido de Thane resonó por toda la montaña cuando vio cómo Akira cayó al suelo, el zarpazo de su padre había dejado una herida profunda en su vientre, y la sangre que brotaba de ella parecía interminable. Su corazón se rompió al ver cómo su Mate se retorcía de dolor. Era como si él mismo hubiera recibido el golpe, un dolor punzante que lo atravesaba desde lo más profundo de su ser.El lobo dentro de Thane se desató por completo. La furia lo consumía, su visión se nubló y todo lo que pudo sentir fue el deseo de acabar con la vida de su padre, el monstruo que había causado tanto sufrimiento. Sin pensarlo dos veces, se lanzó contra Alaric con las garras extendidas y su fuerza potenciada por el odio y la desesperación.Thane rugió mientras lo atacaba, golpeando con toda su energía. Por un breve instante, superó a su padre en fuerza. Sus garras se hundieron en el pecho de Alaric, desgarrando la carne y rompiendo huesos. El rey gruñó de dolor, pero no parecía realme
CAPÍTULO 85: MI VERDADERO PROPÓSITOLas aguas frías del lago envolvieron a Akira mientras sentía que su vida se escapaba. Su cuerpo se estremeció, incapaz de sanar como debería. El dolor era insoportable, pero mientras la sangre burbujeaba de su herida, algo extraño ocurrió. El frío comenzó a cambiar, ya no era una sensación física, sino que parecía penetrar en su mente, separándola de la realidad.Su respiración se volvió superficial, y de pronto su consciencia se desligó de su cuerpo. Ya no estaba en la montaña, ni sentía la fría presión del agua. En su lugar, una vasta oscuridad la rodeaba, pero no era opresiva; era tranquila, como el espacio antes del amanecer.De repente, una ráfaga de imágenes inundó su mente. Recuerdos que no reconoció pasaron frente a sus ojos, como si estuviera viendo la vida de otra persona. Sin embargo, conforme cada escena se desarrollaba, Akira se dio cuenta de algo inquietante: era ella en cada una de esas imágenes. Corría por bosques, su pelo ondeando e
CAPÍTULO 86: MI VOZLa revelación de que era hija de una deidad la había sacudido hasta lo más profundo, pero ahora, algo más oscuro la corroía. Había estado toda su vida sin voz, incapaz de comunicarse plenamente con el mundo, de defenderse o expresar sus sentimientos más profundos. Atrapada en un silencio forzado por las brujas, se había sentido impotente. Ahora, frente a su madre celestial, esa sensación de injusticia se hacía más fuerte.—¿Por qué no hiciste nada para salvarme? —preguntó, su voz aún se escuchaba frágil, como si temiera que el sonido se desvaneciera—. Sabías lo que me habían hecho, sabías que me silenciaron. ¿Por qué no hiciste nada para detener mi destino cruel?La diosa Luna, brillante y majestuosa en su forma etérea, pareció suspirar, aunque no era un sonido, sino más bien una vibración en el aire alrededor de ellas.—No podía, Akira —respondió la Luna con una serenidad que contrastaba con la furia silenciosa de su hija—. Hay destinos que ni siquiera yo puedo ca
CAPÍTULO 87: HUYE CONMIGOLa voz de Akira rompió el silencio con una dulzura desconocida, su tono era melodioso y al mismo tiempo imponente, como si cada palabra que pronunciaba hiciera vibrar la tierra bajo sus pies. Thane, aun abrazándola, sintió un escalofrío recorrer su espalda. El lobo en su interior se agitó de inmediato, impulsado por una necesidad instintiva de inclinarse ante ella, de reconocerla como una Alfa. Jamás había experimentado algo así, y la magnitud del poder que emanaba de Akira lo dejó inmóvil, completamente abrumado por lo que acababa de suceder.—Akira... —murmuró con voz entrecortada, incapaz de apartar los ojos de ella—. Tu voz… ¿Cómo es posible? Siempre pensé que eras muda de nacimiento... ¿Cómo puedes hablar ahora?Akira lo observó con una mirada serena, pero había en sus ojos un brillo de determinación que no había estado ahí antes. Con cada palabra que pronunciaba, su voz parecía volverse más poderosa, más clara.—Yo también lo pensé —respondió con una ca
CAPÍTULO 88: TE ACEPTO COMO MI MATEEl bosque que rodeaba la cabaña oculta estaba en completo silencio, como si la naturaleza misma entendiera que en ese momento no debía interrumpir. La luz de la luna se filtraba a través de las ramas de los árboles, creando sombras alargadas en el suelo y en las paredes de la pequeña construcción de madera. Thane y Akira, después de tanto caos, habían encontrado un breve respiro. El aire dentro de la cabaña estaba cálido, contrastando con la fría noche que los envolvía afuera.Akira se sentó cerca del fuego que crepitaba suavemente, sus ojos estaban fijos en las llamas mientras trataba de calmar su interior. Desde que había recuperado su voz y ahora que sabía su destino como hija de la luna, todo se había vuelto más tangible, más real. Sabía lo que tenía que hacer, pero esa noche, en ese instante, no quería pensar en el dragón ni en la misión que le esperaba. Sólo quería encontrar un poco de paz, aunque fuera solo por unas horas.Thane estaba de pie
CAPÍTULO 89: LA UNIÓNEl aire en la cabaña se volvió espeso, cargado de algo más que la simple unión física. Era como si el mismo bosque que los rodeaba participara en el momento, con las hojas susurrando en un idioma antiguo que solo ellos podían entender. El fuego en la chimenea parpadeaba, como si fuera testigo de un ritual milenario que estaba a punto de cumplirse.Akira, recostada sobre la suave manta, sintió el peso de Thane encima de ella, pero no era solo su cuerpo, era la esencia salvaje de su lobo, el poder contenido que finalmente se liberaba. Su respiración se aceleró, pero no por miedo, sino por una conexión primigenia que corría entre ambos. Los latidos de sus corazones se sincronizaron, creando un ritmo único que parecía resonar no solo en sus cuerpos, sino en el aire que los envolvía.Thane la miraba con una intensidad que la hizo temblar. Sus ojos, normalmente oscuros y reservados, brillaban con una luz que parecía provenir de la misma luna. Akira sintió que todo el p