CAPÍTULO 90: ATAQUE A TRAICIÓNEl rey Alaric regresó al castillo con un rugido de furia que resonó por los pasillos como el trueno antes de una tormenta. Su loba virgen, el sacrificio que tanto ansiaba, había escapado de sus garras. La mujer vieja a quien había enviado a perseguirla no pudo detenerla, lo cual solo añadía más leña al fuego de su rabia. La pérdida de la joven significaba mucho más que un simple fallo en sus planes. Era una afrenta directa a su poder y control, algo que Alaric no estaba dispuesto a tolerar.Sus pasos sonaron pesados sobre los pisos de mármol mientras avanzaba hacia la sala del trono, sus manos estaban apretadas en puños y las uñas largas arañaban la piel hasta dejar marcas sangrientas. A su alrededor, los sirvientes se escondían en las sombras, temerosos de su ira desatada.Al llegar a las puertas del gran salón, el rey se detuvo en seco. Un olor a sangre y metal flotaba en el aire. Algo no estaba bien. Empujó las puertas con fuerza. Lo que vio lo dejó a
CAPÍTULO 91: ENTRENAMIENTOEl aire del bosque estaba lleno de la fragancia de hojas húmedas y tierra fresca mientras Akira y Thane avanzaban entre los árboles, las sombras alargadas por el sol de la tarde se proyectaban sobre sus figuras. La brisa suave acariciaba sus pieles, y aunque el ambiente era sereno, ambos sabían que se acercaba el momento decisivo.Akira sentía cómo su poder latía en su interior, creciendo con cada día que pasaba. Desde que recuperó su voz, su conexión con la luna se había intensificado. Pero controlar ese poder no era tarea fácil. Thane había insistido en que debían entrenar, y ella aceptó, consciente de que aún había mucho por aprender.—Estás mejorando —dijo Thane, su voz era baja y suave, pero con el mismo tono de autoridad que siempre le había caracterizado.Akira lo miró, sus ojos brillaron con un destello plateado, reflejando el poder que había despertado en ella. Aunque no podía hablar en ese momento, pues guardaba su voz para el momento en que más la
CAPÍTULO 92: ME DEJÓ POR ELLAEl aire en el castillo estaba denso, cargado con una tensión que se extendía por cada rincón. Seraphine sentía una creciente inquietud mientras caminaba con pasos rápidos por los pasillos sombríos. Las sombras de las antorchas que iluminaban el lugar se alargaban a su alrededor como si fuesen espectros, y el frío que siempre parecía acompañarla se le metía hasta los huesos. Algo andaba mal, muy mal.Thane había desaparecido, Akira con él, y los rumores sobre su supuesta traición al rey se extendían como un incendio por la manada. Pero eso no era lo único que la angustiaba; el nombre de Kael también había surgido en susurros entre los sirvientes, y cada vez que Seraphine intentaba obtener respuestas, las puertas se cerraban ante ella. El palacio estaba en caos, pero lo peor de todo era no saber la verdad.Finalmente, llegó a las puertas de la sala del trono. Dos guardias la miraron con ojos fríos, sin moverse. Seraphine, furiosa, levantó la barbilla, su au
CAPÍTULO 93: UN ÚLTIMO HECHIZOSeraphine caminaba por los senderos del bosque, su respiración era entrecortada y su corazón golpeaba con fuerza en su pecho. La oscuridad era densa, apenas iluminada por la luna menguante que colgaba en el cielo. El crujido de las ramas bajo sus pies o las sombras que se movían entre los árboles solo aumentaban su frustración. Llevaba días buscando a Thane y a esa maldit4 loba, pero los rastros se esfumaban como si jamás hubieran existido.Había revisado el pueblo cercano, hablado con todos los lobos leales, interrogado a cazadores, y recorrido cada rincón de los bosques aledaños. Pero nada. Akira y Thane parecían haberse desvanecido en el aire. La ira y la desesperación la carcomían por dentro, cada segundo que pasaba sin resultados la acercaba más al borde de la locura.«No puedo volver sin haberlos encontrado», se repetía una y otra vez. No podía presentarse ante el rey sin una respuesta. Sabía que su fracaso lo enfurecería, y aunque Seraphine no a t
CAPÍTULO 94: UNA CONFESIÓN OLVIDADAEl bosque se extendía ante ellos, susurros de hojas y ramas se movían al compás del viento. Akira y Thane caminaban en silencio, ambos en sus formas de lobos andaban a pasos ligeros sobre la tierra. Durante días, habían entrenado juntos, perfeccionando cada movimiento y en especial la transformación. Para Akira, aprender a dominar el poder de la loba que llevaba dentro no era solo una cuestión de supervivencia, sino de destino.Thane, como siempre, la observaba con admiración, pero también con una intensa preocupación. Sabía que Akira era fuerte, pero también, que no podían subestimar a sus enemigos, especialmente a Seraphine.—No debes subestimar a Seraphine —le advirtió mientras ambos avanzaban hacia un claro en el bosque—. Ella no es una loba cualquiera. Era la princesa de la segunda manada más poderosa después de la del rey. Por eso estaba en el castillo para casarse conmigo, aunque las cosas no salieron como esperaba.Akira se detuvo un momento
CAPÍTULO 95: PERSECUSIÓNSeraphine corría en silencio junto a dos de sus Betas más confiables. Habían estado siguiendo el rastro de Thane y Akira, el hechizo que había invocado la estaba guiando a la ubicación exacta donde se escondían. Seraphine sabía que no podría enfrentarse sola a Thane, por eso los Betas eran su seguro, sus mejores hombres, capaces de enfrentarse a cualquier enemigo si ella lo ordenaba.«Esto será rápido», se repitió a sí misma aferrándose el amuleto que colgaba de su cuello, el cual pulsaba con una energía siniestra. El plan estaba claro: los Betas distraerían a Thane, y ella aprovecharía para acabar con Akira. Pero una duda persistente flotaba en su mente. Sabía que Thane era fuerte, aun así, Seraphine estaba decidida. Akira era solo una Omega, una loba muda. Sería pan comido distraerlo y acabar con esa estupidez. Solo duraría unos segundos.Finalmente, llegaron a la cabaña escondida entre los árboles. Los ojos de Seraphine brillaban con un odio profundo mientr
CAPÍTULO 96: NO HAY SALIDAEl viento cortaba el aire mientras Akira corría a través del bosque, su respiración era errática, y su mente giraba con la confusión. Los pasos de Thane, ahora su perseguidor, retumbaban en el suelo detrás de ella. Sabía que algo había cambiado en él, algo oscuro lo había poseído. Él ya no la reconocía como su Mate, ni siquiera como persona, era como si se hubiese olvidado de quién era o viese a alguien más.Con los ojos desorbitados, Akira miró hacia atrás, vio la silueta de Thane y los dos Betas acercándose rápidamente. «Qué le ha hecho Seraphine?» pensó, el miedo le apretaba el pecho. Sabía que la princesa había lanzado un hechizo, algo lo suficientemente fuerte como para borrar los lazos que compartían. Pero ¿cómo podía enfrentarse a alguien que no solo era su Mate, sino también uno de los lobos más fuertes que había conocido?El sol comenzaba a ocultarse en el horizonte, las sombras del crepúsculo se extendían sobre el bosque, haciendo que los árboles p
CAPÍTULO 97: CIEGOThane sintió la sangre fluir entre sus dedos mientras sus garras se hundían en el lomo del lobo que lo atacaba. Su mente estaba completamente nublada, el sonido de la lucha era ahogado bajo una rabia visceral que quemaba en su pecho. Los Betas, antes leales a él, ahora yacían muertos a sus pies, víctimas de su furia. Apenas comprendía lo que acababa de hacer. Solo sabía que debía seguir adelante, que alguien debía pagar por lo que había sucedido.Seraphine lo observaba desde una distancia prudente, con una sonrisa triunfante que apenas podía disimular. El hechizo que le había lanzado estaba funcionando a la perfección. Thane, el guerrero fuerte y orgulloso, ahora era una marioneta en sus manos. No reconocía la manipulación a la que estaba siendo sometido, y su visión de la realidad estaba completamente distorsionada.—Thane, no te detengas —le susurró Seraphine, su voz fue como un veneno dulce—. Akira es la culpable de todo esto. Ella mató a Kael. Tú lo viste, ¿recu