CAPÍTULO 94: UNA CONFESIÓN OLVIDADAEl bosque se extendía ante ellos, susurros de hojas y ramas se movían al compás del viento. Akira y Thane caminaban en silencio, ambos en sus formas de lobos andaban a pasos ligeros sobre la tierra. Durante días, habían entrenado juntos, perfeccionando cada movimiento y en especial la transformación. Para Akira, aprender a dominar el poder de la loba que llevaba dentro no era solo una cuestión de supervivencia, sino de destino.Thane, como siempre, la observaba con admiración, pero también con una intensa preocupación. Sabía que Akira era fuerte, pero también, que no podían subestimar a sus enemigos, especialmente a Seraphine.—No debes subestimar a Seraphine —le advirtió mientras ambos avanzaban hacia un claro en el bosque—. Ella no es una loba cualquiera. Era la princesa de la segunda manada más poderosa después de la del rey. Por eso estaba en el castillo para casarse conmigo, aunque las cosas no salieron como esperaba.Akira se detuvo un momento
CAPÍTULO 95: PERSECUSIÓNSeraphine corría en silencio junto a dos de sus Betas más confiables. Habían estado siguiendo el rastro de Thane y Akira, el hechizo que había invocado la estaba guiando a la ubicación exacta donde se escondían. Seraphine sabía que no podría enfrentarse sola a Thane, por eso los Betas eran su seguro, sus mejores hombres, capaces de enfrentarse a cualquier enemigo si ella lo ordenaba.«Esto será rápido», se repitió a sí misma aferrándose el amuleto que colgaba de su cuello, el cual pulsaba con una energía siniestra. El plan estaba claro: los Betas distraerían a Thane, y ella aprovecharía para acabar con Akira. Pero una duda persistente flotaba en su mente. Sabía que Thane era fuerte, aun así, Seraphine estaba decidida. Akira era solo una Omega, una loba muda. Sería pan comido distraerlo y acabar con esa estupidez. Solo duraría unos segundos.Finalmente, llegaron a la cabaña escondida entre los árboles. Los ojos de Seraphine brillaban con un odio profundo mientr
CAPÍTULO 96: NO HAY SALIDAEl viento cortaba el aire mientras Akira corría a través del bosque, su respiración era errática, y su mente giraba con la confusión. Los pasos de Thane, ahora su perseguidor, retumbaban en el suelo detrás de ella. Sabía que algo había cambiado en él, algo oscuro lo había poseído. Él ya no la reconocía como su Mate, ni siquiera como persona, era como si se hubiese olvidado de quién era o viese a alguien más.Con los ojos desorbitados, Akira miró hacia atrás, vio la silueta de Thane y los dos Betas acercándose rápidamente. «Qué le ha hecho Seraphine?» pensó, el miedo le apretaba el pecho. Sabía que la princesa había lanzado un hechizo, algo lo suficientemente fuerte como para borrar los lazos que compartían. Pero ¿cómo podía enfrentarse a alguien que no solo era su Mate, sino también uno de los lobos más fuertes que había conocido?El sol comenzaba a ocultarse en el horizonte, las sombras del crepúsculo se extendían sobre el bosque, haciendo que los árboles p
CAPÍTULO 97: CIEGOThane sintió la sangre fluir entre sus dedos mientras sus garras se hundían en el lomo del lobo que lo atacaba. Su mente estaba completamente nublada, el sonido de la lucha era ahogado bajo una rabia visceral que quemaba en su pecho. Los Betas, antes leales a él, ahora yacían muertos a sus pies, víctimas de su furia. Apenas comprendía lo que acababa de hacer. Solo sabía que debía seguir adelante, que alguien debía pagar por lo que había sucedido.Seraphine lo observaba desde una distancia prudente, con una sonrisa triunfante que apenas podía disimular. El hechizo que le había lanzado estaba funcionando a la perfección. Thane, el guerrero fuerte y orgulloso, ahora era una marioneta en sus manos. No reconocía la manipulación a la que estaba siendo sometido, y su visión de la realidad estaba completamente distorsionada.—Thane, no te detengas —le susurró Seraphine, su voz fue como un veneno dulce—. Akira es la culpable de todo esto. Ella mató a Kael. Tú lo viste, ¿recu
CAPÍTULO 98: TODO ERA UNA TRAMPAAkira jadeaba, sintiendo cada músculo de su cuerpo arder mientras subía por el sendero empinado hacia la cueva en la montaña. Sabía que no podía detenerse, que Thane estaba justo detrás de ella, cegado por el hechizo de Seraphine, dispuesto a matarla. El aire frío le cortaba la piel, y la oscuridad creciente a su alrededor solo intensificaba su desesperación.Cuando finalmente llegó a la entrada de la cueva, sus piernas temblaron de cansancio. No tenía otra opción, a pesar de saber que algo más oscuro y peligroso la esperaba dentro.Akira se adentró en la penumbra de la cueva, esperando poder esconderse o encontrar alguna salida. Sentía el peso de la montaña sobre sus hombros, como si todo el lugar estuviese observándola, esperando a que cometiera un error.Pero no estaba preparada para lo que encontró al entrar más profundo en la cueva.Allí, de pie entre las sombras, con una postura tan fría y autoritaria como siempre, estaba el rey. Sus ojos la obse
CAPÍTULO 99: LA BATALLA FINAL ILos gritos de Akira parecieron atravesar el hechizo de Seraphine como un rayo. Thane dio un paso atrás, su cuerpo se sacudió por espasmos mientras las imágenes en su mente se desmoronaban, revelando la verdad detrás de la mentira.—Akira... —murmuró, con los ojos llenos de confusión y dolor—. ¿Qué... qué he hecho?Akira sintió que las lágrimas llenaban sus ojos. Sabía que había logrado romper parte del hechizo, pero no tenían mucho tiempo. El dragón podría aparecer en cualquier momento, y Seraphine y la bruja estaban al acecho.Thane bajó lentamente sus garras, aun temblando por el esfuerzo que le había costado luchar contra la magia oscura. Sus ojos, ahora claros y llenos de culpa, buscaron los de Akira, pero no había tiempo para disculpas.Ambos se giraron al unísono, enfrentando al rey que los observaba con una sonrisa burlona, imperturbable ante la tensión que llenaba la cueva. Sabían que estaban en la cueva del dragón, y aunque la criatura no se ve
CAPÍTULO 100: LA BATALLA FINAL IILa cueva resonaba con los gruñidos y los golpes que sacudían las paredes. Thane, en su forma de lobo negro, se lanzó una vez más hacia su padre, el rey Alaric, con una furia nacida de años de traición y mentiras. Las garras de ambos se encontraron en el aire, chocando con un impacto que hizo vibrar la piedra a su alrededor. Eran dos lobos poderosos, cada uno con la fuerza de un alfa, luchando no solo por sus vidas, sino por el futuro del reino.Thane gruñó mientras intentaba someter a su padre, pero Alaric era más fuerte de lo que había anticipado. El rey, aunque mayor, no había perdido ni un ápice de su habilidad o poder. Sus movimientos eran rápidos y precisos, y cada golpe que Thane lanzaba parecía desvanecerse ante la experiencia y la astucia del rey.—¿Esto es lo mejor que puedes hacer, Thane? —se burló Alaric mientras esquivaba otro ataque—. Siempre has sido débil, igual que tu hermano.El comentario sobre Kael hizo que la ira de Thane creciera
CAPÍTULO 101: LA BATALLA FINAL IIIAkira jadeaba, su cuerpo estaba cubierto de sudor y sangre mientras enfrentaba a la extraña criatura frente a ella. El dragón era una mezcla aterradora de humano y bestia, y la miraba con una sonrisa cruel. Nunca había imaginado que el hijo del sol, el enemigo al que la luna la había destinado a destruir, tendría una apariencia tan bizarra: su cuerpo esbelto y alargado estaba cubierto de escamas negras, su rostro humanoide pero deformado por colmillos que sobresalían de su boca, y una cola afilada como una cuchilla sobresalía de su espalda.La loba plateada ya estaba agotada, pero no podía rendirse. Sabía que la batalla aún no terminaba, y que el destino del reino, de su pueblo, y su propia vida dependían de lo que sucediera en esos momentos. Su cuerpo estaba herido, y aunque sus habilidades regenerativas luchaban por mantenerla en pie, sentía cada golpe como si la estuviera rompiendo por dentro.El dragón lanzó un rugido que sacudió la cueva, sus oj