El ambiente se sentía inusualmente pesado, Rachel podía intuir que era una de esas noches extrañas donde el castillo parecía estar poseído.Miró a Alexander con disimulo, notando la evidente tensión en su cuerpo, aunque este trataba de ocultarlo con todas sus fuerzas.—Creo que debería ver lo que ocurre allá afuera —habló él luego de unos segundos, haciendo ademán de levantarse—. No tardaré, volveré a tiempo para…—¿Es algo malo? Parecen ser animales en el bosque —lo interrumpió Rachel, sintiendo de pronto que su pecho se oprimía—. Puede ser peligroso…Se detuvo de pronto, porque no quería sonar preocupada y menos por él, pero lo cierto era que no le gustaba la idea de que Alexander se acercara a bestias salvajes.—Estamos preparados para este tipo de situaciones —dijo él con tono impasible, ocultando su alegría al notar la preocupación de Rachel—. Pueden continuar cenando. Si me disculpan…Sin más preámbulo salió del lugar, seguido por la mirada de Rachel, quien tragó saliva cuando e
—Alteza… —musitó Rachel, intentando alejarse de esa enorme mano que le quemaba la piel.Un gruñido salió de la garganta del hombre, intensificando sus sensaciones.—No seas tan formal conmigo, Rachel —su tono de voz le pareció más grave—. Trátame como a tu igual, como a un hombre…—No puedo hacer eso —se negó ella de manera obstinada, sintiendo que era una barrera que no podía traspasar—. Si ya se siente mejor, lo mejor es que…—Ven, siéntela —tomó la temblorosa mano de la chica, que soltó un jadeo al sentir que la herida estaba casi cerrada—. Te dije que no iba a necesitar sutura.—Es imposible… —Rachel frunció el ceño y se olvidó momentáneamente que la mano de Alexander todavía sostenía la suya—. Yo la vi y parecía muy abierta.Tarde se dio cuenta del movimiento que hizo el duque, haciendo que su grácil cuerpo cayera sobre él, sintiendo choques eléctricos recorrerla al sentir su caliente respiración.—Tiene fiebre… —susurró ella, aunque incapaz de apartarse.—No, tengo ganas de ti —
El castillo de Blackmore estaba sumido en una agitación sin precedentes.Los pasos de Rachel eran rápidos y torpes, pero no se atrevió a mirar atrás. Su corazón desbocado retumbaba en sus oídos, y las palabras que había escuchado momentos antes no dejaban de rondar su mente.“Mate… he visto esa palabra antes. ¿Dónde? Sé que significa algo…”Su respiración dolía con cada bocanada de aire. No sabía a dónde estaba corriendo, pero en medio de la confusión en el castillo y la oscuridad de la noche, el rumbo era lo de menos.“¿Cómo pude dejarme llevar de esa forma? Nunca me había pasado antes, la cordura parece abandonarme con cada minuto que permanezco en este lugar. Tengo que salir, tengo que escapar de aquí.”Tumultos y estruendos comenzaron a escucharse en el bosque, y Rachel se preguntó por una fracción de segundo qué ocurría. Parecía una noche muy agitada en todos los sentidos.Un aullido agudo y tormentoso resonó en el aire, helándole la sangre. Era un sonido lastimero que encogió su
Lyall estaba devastado, su cuerpo temblaba de dolor y no podía evitar aullar de manera estruendosa y dolorosa por la pérdida de su Mate.Por su parte, Alexander sentía el peso de la culpa aplastar su pecho. Se dijo que ella había huido abrumada por las sensaciones que había experimentado con él en aquella habitación.“No debí presionarla de esa manera, acorralarla así solo fue contraproducente,” pensó con rabia de sí mismo.Al momento de saber de su desaparición, había perdido el control y ahora Lyall, su forma lobuna, merodeaba los alrededores del castillo.Su estado de agitación casi rozaba la crisis.«Hay que encontrarla, tenemos que ir tras ella» pensó Lyall, comenzando a correr. Pero Alexander lo detuvo.«Los cazadores… han penetrado el castillo. Si ellos la encuentran, podrán usarla para destruirnos.»«¡Lo estaremos si no está a nuestro lado!» protestó Lyall con voz rota, su corazón dolía con cada latido. «No puedo perderla, no dejes que eso pase.»«No lo haré, vamos a buscarla»
Rachel sintió una ola de temor recorrer su cuerpo. Jamás había visto a Lucas comportarse de esa manera. —Lucas, no es lo que piensas —intentó explicarse, pero sus palabras parecían caer en oídos sordos.—¿No es lo que pienso? ¿Qué más podría ser? —Su voz estaba cargada de una furia contenida, sus sentidos agudos captaron algo que la traicionaba—. Puedo olerlo en ti, Rachel. No me mientas.Ella retrocedió sorprendida y asustada, las lágrimas comenzaban a nublar su visión. —Por favor, déjame explicarte. No fue así…—¿Qué quieres decir? ¿Que no estuviste con él? ¿Que no te entregaste a ese monstruo? —La voz de Lucas estaba cargada de dolor y celos—. Pensé que podíamos confiar el uno en el otro.Rachel sintió su mundo desmoronarse.Recordaba con bastante claridad los besos y caricias que había compartido con Alexander en esa cálida habitación y también todas las sensaciones que todavía parecían recorrer cada célula de su cuerpo.Quizás no se había entregado completamente a él, pero sí h
Thomas llegó al castillo y encontró a Alexander en su despacho, revisando mapas y planes para proteger el territorio. Su expresión estaba marcada por la preocupación y la fatiga.—Alexander —dijo Thomas, adoptando un tono grave—, necesito hablar contigo. Es urgente.El duque levantó la mirada, notando la seriedad en los ojos de su Beta.—¿La encontraste? —preguntó, dejando a un lado los mapas.—Así es —comenzó diciendo, saboreando cada palabra—. La encontré en el pueblo, en la casa de su novio. No sé cómo decirte esto, pero... la situación se salió de control entre ellos. La preocupación en el rostro de Alexander se intensificó, transformándose luego en una furia contenida. Se levantó de golpe, su mirada estaba fija en Thomas.—¿Qué dijiste? ¿Estaban juntos? —su voz temblaba de rabia y dolor.Thomas asintió solemnemente, aunque por dentro disfrutaba del caos que estaba sembrando.—Sí, Alfa. Tu compañera estaba besándose e intimando con otro hombre —habló Thomas, omitiendo deliberad
La prioridad del duque Alexander era encontrar a Rachel sana y salva, así que rápidamente se dirigió al pueblo junto con sus hombres.Aunque sentía una ira avasallante de solo pensar en ella con Lucas, tenía que cumplir la promesa que le había hecho a Lyall… ya después vería la manera de convencerlo para romper el lazo con ella.No sabía bien lo que pasaría, muchos lobos morían de tristeza al no tener a su pareja destinada, pero se dijo que quizás podría aguantar el dolor si sabía que ella era feliz amando a otro hombre.Debía guardar esos pensamientos para sí mismo hasta que supiera de su paradero.«La esencia del novio está fresca por este rumbo, señor», escuchó la voz de Thomas a través del enlace.«Quizás está con él», respondió Alexander.El Beta no dijo nada, porque sabía bien a quién se refería. De hecho, sabía bien que ella no estaría con Lucas, porque había huido quién sabe a dónde, adentrándose en el bosque.La esencia los llevaba a una taberna, algo que hizo que Alexander f
Rachel sintió una oleada de emociones difíciles de manejar.No podía seguir negando la existencia de la magia y que era muy probable que él fuera un hombre lobo. Sentía su corazón latir agitado cuando este le dijo que Alexander debía estar en alguna parte de la criatura, aunque no sabía cómo.“Olvida toda la lógica que te enseñaron toda tu vida, Rachel,” pensó con los nervios a flor de piel.Lyall se acercó lentamente a ella, su comportamiento era sereno y no amenazante. Rachel respiró hondo y decidió dejar que se acercara más. Cuando el lobo estuvo a su lado, extendió la mano temblorosa y acarició su pelaje suave. Lyall ronroneó con satisfacción, una señal de confianza y consuelo.Rachel se sintió conmovida. La presencia de Lyall, tan cercana y reconfortante, le daba un atisbo de esperanza. Se arrodilló y rodeó al lobo con sus brazos, sintiendo el calor de su cuerpo y el latido de su enorme corazón. Las lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas mientras acariciaba el pelaje de