Vanessa caminó hacia Román, quien no había apartado los ojos de la escena. Su rostro, normalmente sereno, mostraba un destello de pánico por primera vez. La intensidad de lo que acababa de suceder entre Zaira y Amira lo había dejado desconcertado. Amira no sólo había desafiado al Consejo, sino que lo había hecho con tal firmeza y claridad que, por un momento, Román sintió que la estructura misma de su mundo tambaleaba.Pero Vanessa, su compañera destinada, estaba lejos de compartir su preocupación. Ella irradiaba una calma y satisfacción que parecían desentonar con la tensión que se sentía en el aire. Colocó una mano suavemente en el brazo de Román, atrayendo su atención.—Tranquilo, amor —dijo con una sonrisa serena—, ella es nuestra Luna, y no hay lugar para dudas.Román la miró, intentando encontrar algo de la tranquilidad que emanaba de su esposa. Sabía que Vanessa era perspicaz y astuta, pero la confianza que mostraba en ese momento sobrepasaba cualquier comprensión que él pudier
Vanessa llegó al departamento que David y Amira compartían en la ciudad, antes de que el sol se alzara por completo. Sabía que este día marcaba el inicio de algo importante: la preparación de Amira para el duelo que la esperaba. Aunque la guerrera en el corazón de Amira ya se había revelado en sus palabras y acciones, Vanessa entendía que la verdadera prueba física y emocional aún estaba por delante. Solo tenían un mes, y ella tenía la misión de convertir a Amira en la mejor.Al entrar al departamento, Vanessa notó que el ambiente era tranquilo, casi como si el peso de lo que estaba por venir no se hubiera asentado aún. Sin embargo, Vanessa estaba lista. Amira debía estar lista. No solo porque su posición como Luna lo demandaba, sino porque Vanessa creía fervientemente en su capacidad. Sabía que Amira era más que una empresaria talentosa; era una luchadora nata. Y en el próximo mes, debía aprender a pelear no solo con su mente, sino con su cuerpo.Cuando Amira apareció en la sala, aún
Amira asintió, tomando una respiración profunda. Sabía que el camino por delante sería difícil, pero también comprendía que este era su momento de demostrar no solo su valía ante la manada, sino también a sí misma.—Entonces, estoy lista para empezar —dijo con determinación—. ¡Vamos a hacerlo!—Pero tranquila, no te voy a enviar donde él en cero. No estás en forma para soportar al “Tirano Stone.” Entrenar con él te va a recordar al David que conociste el primer día en el ascensor —dijo Vanessa, guiñándole un ojo.Amira soltó un suspiro, recordando aquella primera interacción.—Uff, ni me lo recuerdes —respondió, y ambas estallaron en una sonora carcajada.—Lo sé, lo sé —dijo Vanessa, riendo—. Pero eso fue solo el principio. Ahora tienes que demostrarle que eres mucho más que solo una humana. Tienes que mostrarles a todos, incluida a Zaira, que puedes ser una verdadera gladiadora.Amira asintió, sintiendo cómo la risa las había liberado un poco de la tensión que se acumulaba en su pech
-Los asaltos son largos para ti, pero cortos para ella, así que tu resistencia tiene que ser inquebrantable. Aguanta esos tres minutos como si fueran 30 segundos y controla tu respiración, economiza energía. Zaira buscará desgastarte con su superioridad física, pero aquí es donde entra nuestra primera clave: no agotes tus energías en intentar superarla en velocidad o fuerza bruta. Eso lo hará ella, y ahí es donde vas a darle el golpe en su punto débil: su paciencia.-Nuestra estrategia principal es, desarmarla primero. El guerrero que desarme primero a su contrincante, gana el control del duelo, ya que la decisión de cómo continuará la pelea estará en tus manos. Lo que sea que ella elija como arma será irrelevante después de esto. Porque ese es el momento donde pasarás a tu verdadera fortaleza: la pelea cuerpo a cuerpo sin armas y ella está obligada a utilizar tu elección. ¿Ves por qué es vital? Aquí, tu fuerza y técnica de golpes van a brillar. Tienes que recordar que no es lo mismo
Vanessa quedó sorprendida cuando, sin previo aviso, Amira esquivó su ataque con una agilidad inesperada. Incluso Amira se sorprendió de sí misma. Sabía que no era un desastre en combate, pero no recordaba que sus reflejos fueran tan rápidos ni que su cuerpo respondiera de forma tan precisa.—¡Increíble, Luna! —exclamó Vanessa, deteniendo momentáneamente el entrenamiento—. ¿Cómo lo hiciste? No todas logran esquivar un ataque como ese tan pronto en su primer día.Amira, con la respiración acelerada, sonrió, sacudiendo la cabeza con asombro.—No lo sé —dijo, sin aliento—. Simplemente... reaccioné. Mi cuerpo se movió antes de que siquiera lo pensara.Vanessa la miró con una mezcla de orgullo y curiosidad. Sabía que había algo especial en Amira desde el principio, pero esto superaba sus expectativas. Aun así, su instinto la llevaba a pensar en algo más.—Sabes, Luna —dijo Vanessa, pensativa mientras le lanzaba una mirada significativa, esto no es sólo habilidad humana. Tus reflejos son dem
David bajó del jeep con Amira profundamente dormida en el asiento del copiloto. Sus movimientos eran cuidadosos, casi reverentes, mientras la tomaba en brazos con una delicadeza que rara vez mostraba en su día a día. Zeus, su lobo interior, emitía un suave ronroneo de satisfacción. Ambos sabían que ella necesitaba descansar. Había sido el primero de muchos días de entrenamiento intensivo, y aunque su desempeño había sido excepcional, su cuerpo aún no estaba acostumbrándose a las exigencias de su nueva realidad.Amira, ajena a todo, descansaba con una paz inusual en su rostro. Zeus instaba a David a mantenerla cómoda, asegurándose de que su descanso fuera profundo. Era crucial que durmiera bien, no solo para que su cuerpo se recuperara, sino también para que su mente asimilara lo que había experimentado durante el entrenamiento. Los próximos días no solo serían físicamente desafiantes, sino también mental y espiritualmente.David la llevó en brazos hasta su habitación, el lugar donde e
El segundo día de entrenamiento fue un verdadero desafío para Amira. Cada músculo de su cuerpo dolía de una manera atroz, producto de la intensa sesión anterior. David había hecho lo posible por cuidarla durante la noche, pero, aun así, su naturaleza humana la hacía mucho más vulnerable al agotamiento físico que cualquier lobo. Vanessa, al ver el estado de Amira, decidió optar por una rutina menos agresiva.—Hoy vamos a enfocarnos en estiramientos y movilidad, para que tus músculos se relajen y no te agotes más de lo necesario —dijo con su tono calmado, pero firme.Amira, aunque todavía adolorida, asintió. Sabía que el descanso y la recuperación eran tan importantes como el entrenamiento en combate. Durante la mañana, Vanessa guio a Amira en una serie de estiramientos suaves, acompañados de ejercicios de respiración para oxigenar los músculos tensos.Después de los estiramientos, Vanessa sugirió algo que Amira no esperaba. —Vamos a hacer yoga y luego meditaremos durante una hora. Eso
Quince días después de haber comenzado estos entrenamientos, se había hecho evidente que no eran sólo compañeros en la vida, sino también en la lucha, capaces de empujarse mutuamente hacia sus límites más extremos.Román, intrigado, por los comentarios que le hacía su esposa en casa, sobre el avance de Amira y lo que sucedía entre ella y el Alfa cada vez que se enfrentaban. Se animó a visitar de manera furtiva la arena de entrenamiento, para ver en primera fila de lo que le estaban hablando.El martes a las cuatro y media de la mañana, Román llegó junto con Vanessa a la arena de entrenamiento. Sin hacer mucho ruido, él se acomodó en un lugar apartado, lo suficientemente discreto como para pasar desapercibido desde la arena, pero con una vista perfecta de todo lo que sucedía. Román sabía que lo que estaba a punto de presenciar sería interesante.Pocos minutos después, David y Amira hicieron su entrada. Vanessa los saludó y se unió a ellos en su rutina de entrenamiento, ella dirigía tod