Román ya esperaba en la sala de reuniones de la compañía cuando David y Amira llegaron juntos, justo a tiempo para esa reunión previa. Amira expuso al Beta los puntos principales de su conversación con el Sr. Wood, para que él pudiera evaluar las posibles opciones.—Sería bueno tener una investigación más completa de la negociación, y sería mejor si fuera de la carpeta de los Straks; eso nos arrojaría más luces sobre por qué no prosperó —comentó Román, evaluando los datos compartidos por Amira.Justo cuando el Beta terminaba de intervenir, un suave toque en la puerta llamó la atención de los tres ejecutivos. Ronny entró con una sonrisa que parecía haber encontrado un tesoro.—Señores, buenos días. Mi Canela, para ti también, buenos días. Sabes, querida, tenías razón: esa negociación está en cero y archivada, al menos de parte de los Straks —anunció Ronny, logrando captar toda la atención de los presentes.Román se inclinó levemente hacia adelante, mostrando interés en las palabras de
El almuerzo se transformó en una íntima celebración. Incluso Vanessa, con su avanzado embarazo, llegó acompañando a los padres de Amira. La alegría se sentía en cada rincón de la mesa, y la pareja recibió una ola de felicitaciones y buenos deseos.Al cabo de un rato, el Sr. Wood, con la excusa de otros compromisos, se despidió discretamente y abandonó el restaurante. Aunque aparentemente nadie pareció notarlo, David soltó una risa satisfecha, disfrutando el desenlace de su victoria. Amira lo observó, con gratitud y diversión. Agradecía que, esta vez, David hubiera preferido resolver la situación con elegancia y sin escándalos. Con una bofetada sutil y elegante, el Alfa había marcado su territorio sin necesidad de palabras.La celebración continuó en un ambiente relajado y feliz, donde la familia y amigos disfrutaron de los planes futuros de la pareja y brindaron por el amor que había unido a David y Amira de manera tan inesperada.----Esa noche, los enamorados optaron por una escapad
En la tarde, el Alfa llevó a Amira a pasear por el territorio de la manada. Para ella, parecía un pueblo común, aunque su ubicación era especial: un lugar casi oculto en el corazón del bosque. Lo que más le llamó la atención fueron las miradas de los habitantes. Mientras recorrían las calles adoquinadas y las casas, Amira notó cómo todos los ojos se posaban en David con un respeto profundo, y en ella con simpatía y admiración. Era como si supieran algo que ella no. Sus miradas eran cálidas y llenas de significado, como si quisieran decirle algo importante, aunque ninguno rompía el silencio. En su lugar, le dedicaban sonrisas amables, dejando en el aire una sensación de misterio que la envolvía. Amira sentía que, de alguna manera, pertenecía allí.La noticia de que la Luna había regresado corrió como pólvora por toda la manada. A pesar de la orden estricta del Alfa de no referirse a Amira como Luna, algunos no pudieron evitar hablar de lo ocurrido, en susurros y a escondidas, lejos de
En su habitación, Amira se sentía como atrapada en un laberinto sin salida. Por más que intentaba encontrar lógica en lo que había escuchado, algo dentro de ella se resistía a aceptar que David pudiera ser tan cruel, con ella, ni tampoco con la mujer de la Casa de Visitas. Sabía que había algo que le faltaba, algo fundamental, pero su memoria seguía siendo una neblina impenetrable.Pensó en buscar a alguien que pudiera darle respuestas, pero no tenía la suficiente confianza en nadie de allí. Vanessa, aunque era su amiga, era también la esposa de Román, el mejor amigo de David; si le preguntaba a ella, probablemente no obtendría una respuesta totalmente sincera, sólo para no lastimarla.Con desesperación, intentó recordar algún detalle más, algún momento o conversación que le diera claridad. Cerró los ojos y se concentró, esforzándose hasta el límite para que su mente revelara lo que estaba oculto. Pero en lugar de respuestas, un agudo dolor de cabeza la golpeó, una punzada intensa que
Apenas David salió de la habitación de Amira, Ronny despertó. Había escuchado la conversación, pero fue lo suficientemente discreto como para fingir que no sabía nada.—Canelita, cariño, ¿estás despierta? A ver, ¿quién soy? —bromeó, con una sonrisa que provocó una risa en Amira, aligerando la tensión en el ambiente.—Ya, Ronny, déjate de bromas y llama al doctor —respondió ella divertida y segura de que David no lo había hecho.El médico no tardó en llegar para revisarla y darle los resultados de los últimos análisis realizados. Luego de hacer el examen de rutina dijo:—Sra. Stone, está usted bien. Su desmayo no fue sólo por el episodio que experimentó, también porque usted está embarazada. ¡Felicidades!Amira quedó asombrada, no solo por la noticia, sino también por el modo en que el médico la había llamado: "Sra. Stone". Pero al procesarlo, se sintió abrumada por una mezcla de emociones. Saber que esperaba un hijo de David era la mejor y, al mismo tiempo, la más complicada noticia q
Esa tarde, David y Amira retomaron sus actividades, regresando a la compañía. Román y Ronny ya habían reunido la información necesaria para la nueva propuesta de negocio que iban a presentar a Harry Wood. Tanto el Beta como Ronny estaban alineados en no permitir que Wood y su empresa ingresaran directamente en el acuerdo. En su lugar, la estrategia era que ellos operaran como mediadores.Dado que Wood era socio de La FIRMA y esta tenía un amplio alcance en el mercado, podía invertir en la compañía de Wood y crear una filial en Seattle sin que él estuviera directamente involucrado en la operación. No obstante, como dueño de la empresa, Wood tendría un alto nivel de decisión y la mayor parte de las ganancias. Por otro lado, esta estructura permitiría que tanto La FIRMA como ALFA CORPORATION negociaran directamente con la Naviera Straks, facilitando el proceso de expansión que David había planeado desde el inicio cuando decidieron ir por La FIRMA.—Bueno, señores, creo que estamos listos
Ronny GonzálezHoy me levanté con una mezcla de nervios y desconcierto. ¿Qué carajos me pasa? Sigo dándole vueltas a esa foto de César Straks, como si me hubieran hechizado, como en las películas. Pero esto es aún peor, ¡sólo fue una foto! No tiene sentido que me esté sintiendo así. Tal vez la falta de sexo, las tensiones por lo del accidente de Canela y todo lo que ha pasado últimamente me estén pasando factura.De todas formas, no tengo más remedio que ir a ese bendito almuerzo con él. Tengo que comportarme y hacer lo que se espera de mí. En última instancia, si no me puedo contener, supongo que tendré que encontrar un compañero de ocasión para desquitarme mientras sigo pensando en él. No sé qué me está pasando, pero esto está fuera de lugar.Salí media hora antes, con el corazón acelerado y la cabeza llena de pensamientos dispersos. Tenía que llegar al restaurante con tiempo, organizarme y, sobre todo, calmarme. El lugar era lujoso, pero no era el ambiente lo que me tenía nervioso.
Ronny sintió el calor subiéndole por el rostro hasta las raíces de su cabello, y aunque intentó disimularlo, el rubor lo delataba. Esa respuesta de César lo había dejado sin palabras, algo muy raro en él, y para su sorpresa, había visto cómo la mirada del hombre se volvía más intensa, más fija en él. ¿Cómo podía alguien despertar ese deseo y, al mismo tiempo, transmitir tanta seguridad?Justo cuando Ronny abrió la boca para responder, el camarero llegó a su mesa, interrumpiendo el momento.—Disculpen, caballeros, ¿ya están listos para ordenar?César sonrió y le dirigió una última mirada a Ronny antes de volverse hacia el camarero.—Claro, creo que sí. ¿Tú qué dices, González? —preguntó, su tono sugerente apenas disimulado, como si aún estuviera saboreando ese sutil coqueteo de hace un momento.Ronny, sintiendo el corazón acelerado, respiró profundo y, con la mejor sonrisa profesional que pudo reunir, asintió.—Sí, estamos listos.Ambos pidieron su almuerzo y, una vez que el camarero se