El ambiente en la mansión había cambiado desde que Amira llegó a la vida de David. Cada noche se convertía en una nueva aventura, un recordatorio de que el amor que compartían iluminaba incluso los días más oscuros. La servidumbre, ahora familiarizada con la dinámica entre el Alfa y su Luna, había aprendido a anticipar sus deseos y necesidades, preparando todo con discreción y eficiencia.David entró en la mansión con Amira en sus brazos. Amira, aún medio dormida, se abrazó a él, acercándose a su oído. Su voz era un susurro suave, casi como un secreto compartido solo entre ellos. -Todavía no me sacio de ti, quiero más. ¿Nos bañamos hoy en la tina? -La risa de David estalló, un sonido profundo y genuino que resonó en el espacio. Pero no fue solo él quien escuchó; los demás lobos de la casa también estaban atentos, y su reacción no se hizo esperar. Algunos intercambiaron miradas cómplices y sonrisas, conscientes de que su Luna había comenzado a tomar un lugar especial en sus corazones.
La mañana siguiente Vanessa llegó a la arena con una sonrisa reluciente, cosa que todos advirtieron, no era que ella fuera la más seria, pero ese día literalmente brillaba, saludó como de costumbre y comenzó el entrenamiento, sólo una cosa llamó la atención de Amira, fue que esta vez su maestra, no entrenó con ella, si no que fue una de las lobas quien combatió. - ¿Vane te pasa algo? – preguntó Amira.La aludida solo movió la cabeza en señal de negación y agregando. -Todo está perfecto conmigo, sólo quiero ver tu pelea desde fuera para poder corregirte mejor. -Fue la escusa que dio, y por su lógica, nadie dudo de que fuera cierto.Al mediodía Román se acercó para compartir todos juntos el almuerzo en la casa de la manada. Justo en ese momento llegaron también otros miembros de la manada para darle a su Alfa una noticia que había estado esperando en lo más profundo de su ser. Seis lobas de la manada, junto con otras diez de las manadas aliadas, anunciaron con alegría que estaban embar
En medio de los vítores y la planificación de la fiesta de celebración, Astra, la hechicera de la manada, se acercó al Alfa con un aire de solemnidad, invitándolo a que se apartara un poco del bullicio, para decirle unas palabras en privado.—Alfa Stone, —comenzó con voz profunda—, su Luna es muy especial. ¿No le causa curiosidad ver cómo una humana ha avanzado tanto y tan rápido en todos los sentidos? ¿A pesar de no tener su marca? Con el primer apareamiento entre ustedes, se rompió el sello de esterilidad de las manadas.David la miró con interés, consciente de la profundidad de sus palabras. La transformación de Amira no había pasado desapercibida para él, pero escuchar la perspectiva de Astra le dio una nueva visión sobre la situación.—Si desea algunas respuestas, —continuó Astra, su mirada fija en él—, visíteme la próxima luna nueva.David asintió, sintiendo la urgencia de la invitación de la hechicera. La luna nueva siempre traía consigo misterios y revelaciones, y en este caso
La noche antes del Duelo, la atmósfera era tensa y solemne. David había decidido invitar a Amira a su rincón especial del bosque, un lugar que había sido testigo de momentos cruciales en sus vidas. La luz de la luna iluminaba el camino mientras se adentraban en la oscuridad, creando un contraste mágico entre la serenidad del bosque y la tensión que se sentía en el aire.David le entregó a Amira una mochila que había preparado con cuidado, guardando también allí su ropa. Esta vez su Luna no hiso ninguna broma, porque el momento, se sentía solemne, como si algo especial fuera a suceder. Ella miró la mochila, preguntándose qué más podría contener.—¿Qué es esto? —preguntó, con curiosidad ante la idea de que David había preparado algo especial.Sin responder, David se transformó en Zeus, el Alfa emergió majestuoso acariciando con su gran cabeza a su Luna. Se agachó, invitándola a subir a su lomo. Sin dudarlo, Amira se montó, sujetándose del pelo del lobo con confianza. El poder de Zeus la
Son las diez con cincuenta y nueve minutos de la noche del tercer día de luna llena, y todos los presentes aguardan en silencio. La tensión en el aire es palpable, como si el mismo bosque contuviera el aliento. La señal de la luna está por llegar, en un instante marcará el lugar preciso donde se materializará la arena "Ascenso de Luna".Cuando el reloj dio las once en punto, los animales nocturnos del bosque comienzan a moverse nerviosamente, sus instintos le alertaban de lo que está por suceder. Un silencio profundo recorre el lugar, cesa el crujir de las ramas bajo el peso de las criaturas, los susurros del viento entre las hojas se hacen presente. De repente, una niebla espesa surge de entre los árboles, expandiéndose por el bosque como un velo fantasmal hasta los límites. La niebla, fría y densa, parece tener un propósito. Se derrama sobre cada rincón del bosque, envolviendo todo a su paso, antes de comenzar a retroceder, recogiendo sus filamentos hacia un único punto en el corazó
El viento aullaba a través de los árboles, como si la misma naturaleza estuviera llorando por el destino de los dos amantes. Los lobos reunidos alrededor de la arena observaban en absoluto silencio, conscientes de la gravedad de la situación. Nadie se movía, todos estaban a la expectativa, esperando el desenlace.Amira, con sus ojos fijos en Zaira, respiró profundamente. Las cadenas en Zeus eran un recordatorio de lo que estaba en juego. Cada segundo que pasaba, su determinación crecía más este duelo no era solo por ella, sino por la manada, por su futuro junto a David, por el legado que construirían. Sitió el peso de la historia sobre sus hombros, pero también la fuerza de las guerreras que habían luchado antes que ella en esa misma arena.Zaira, viendo la emoción en los ojos de Amira, esbozó una sonrisa cruel. Ella sabía que Amira estaba herida emocionalmente, pero subestimaba la fuerza interna que la movía.—Tu amor no te salvará esta vez, humana —escupió Zaira, preparándose para e
Zeus seguía en posición amenazadora junto a su Luna, impidiendo que alguien se le acercar, su ira era tal que bloqueaba su propio análisis. Sólo David, mediate su vínculo se comunicó con él.-Zeus, por favor déjame salir, sólo yo puedo ayudarla ahora, recuerda que ella es también mi compañera, es nuestra Luna. - El lobo la pensó un instante, estaba renuente a dejar el control a David- Humano yo puedo salvar a nuestra Luna, yo la protejo. - dijo el Alfa salvaje que no entraba en razón.David respiró profundamente, sintiendo la resistencia de Zeus atravesar su vínculo. La presencia del lobo era intensa, como una tormenta que amenazaba con arrasar todo a su paso. Pero David sabía que, si no lograba calmarlo, la situación empeoraría. Manteniendo su tono sereno, insistió:—Zeus, confía en mí. Sé que, harás todo por protegerla, pero no puedes sanarla de esta manera. Ella necesita más que fuerza; necesita control y delicadeza, y eso solo yo puedo dárselo ahora. Déjame ayudarla, somos un equ
Amira no pudo hablar, sólo abrió los ojos para tranquilizarlos a todo, incluidos Zeus y David. Pro a penas este último, trató de estrecharla con más fuerza, un grito de dolor agudo salió de los labios de su Luna. El momento de alivio que David había sentido al ver a Amira abrir los ojos se desmoronó en el instante en que su grito de dolor atravesó el aire, desgarrando la calma que había traído la bendición de Selene. Su corazón se apretó, y el miedo se coló en su mente con fuerza renovada. Sabía que algo andaba terriblemente mal, pero no quería soltarla, como si al hacerlo la pudiera perder.Cuando Vanessa se acercó con urgencia, David apenas podía escucharla sobre el ruido ensordecedor de su propia preocupación. Pero las palabras de su atravesaron su confusión, de forma claras y precisas:—La Luna estaba herida, necesitamos llevarla al hospital de inmediato. Alfa, por favor, déjala ir. Necesita atención médica urgente, —insistió Vanessa, manteniendo la calma a pesar de la gravedad de