Son las diez con cincuenta y nueve minutos de la noche del tercer día de luna llena, y todos los presentes aguardan en silencio. La tensión en el aire es palpable, como si el mismo bosque contuviera el aliento. La señal de la luna está por llegar, en un instante marcará el lugar preciso donde se materializará la arena "Ascenso de Luna".Cuando el reloj dio las once en punto, los animales nocturnos del bosque comienzan a moverse nerviosamente, sus instintos le alertaban de lo que está por suceder. Un silencio profundo recorre el lugar, cesa el crujir de las ramas bajo el peso de las criaturas, los susurros del viento entre las hojas se hacen presente. De repente, una niebla espesa surge de entre los árboles, expandiéndose por el bosque como un velo fantasmal hasta los límites. La niebla, fría y densa, parece tener un propósito. Se derrama sobre cada rincón del bosque, envolviendo todo a su paso, antes de comenzar a retroceder, recogiendo sus filamentos hacia un único punto en el corazó
El viento aullaba a través de los árboles, como si la misma naturaleza estuviera llorando por el destino de los dos amantes. Los lobos reunidos alrededor de la arena observaban en absoluto silencio, conscientes de la gravedad de la situación. Nadie se movía, todos estaban a la expectativa, esperando el desenlace.Amira, con sus ojos fijos en Zaira, respiró profundamente. Las cadenas en Zeus eran un recordatorio de lo que estaba en juego. Cada segundo que pasaba, su determinación crecía más este duelo no era solo por ella, sino por la manada, por su futuro junto a David, por el legado que construirían. Sitió el peso de la historia sobre sus hombros, pero también la fuerza de las guerreras que habían luchado antes que ella en esa misma arena.Zaira, viendo la emoción en los ojos de Amira, esbozó una sonrisa cruel. Ella sabía que Amira estaba herida emocionalmente, pero subestimaba la fuerza interna que la movía.—Tu amor no te salvará esta vez, humana —escupió Zaira, preparándose para e
Zeus seguía en posición amenazadora junto a su Luna, impidiendo que alguien se le acercar, su ira era tal que bloqueaba su propio análisis. Sólo David, mediate su vínculo se comunicó con él.-Zeus, por favor déjame salir, sólo yo puedo ayudarla ahora, recuerda que ella es también mi compañera, es nuestra Luna. - El lobo la pensó un instante, estaba renuente a dejar el control a David- Humano yo puedo salvar a nuestra Luna, yo la protejo. - dijo el Alfa salvaje que no entraba en razón.David respiró profundamente, sintiendo la resistencia de Zeus atravesar su vínculo. La presencia del lobo era intensa, como una tormenta que amenazaba con arrasar todo a su paso. Pero David sabía que, si no lograba calmarlo, la situación empeoraría. Manteniendo su tono sereno, insistió:—Zeus, confía en mí. Sé que, harás todo por protegerla, pero no puedes sanarla de esta manera. Ella necesita más que fuerza; necesita control y delicadeza, y eso solo yo puedo dárselo ahora. Déjame ayudarla, somos un equ
Amira no pudo hablar, sólo abrió los ojos para tranquilizarlos a todo, incluidos Zeus y David. Pro a penas este último, trató de estrecharla con más fuerza, un grito de dolor agudo salió de los labios de su Luna. El momento de alivio que David había sentido al ver a Amira abrir los ojos se desmoronó en el instante en que su grito de dolor atravesó el aire, desgarrando la calma que había traído la bendición de Selene. Su corazón se apretó, y el miedo se coló en su mente con fuerza renovada. Sabía que algo andaba terriblemente mal, pero no quería soltarla, como si al hacerlo la pudiera perder.Cuando Vanessa se acercó con urgencia, David apenas podía escucharla sobre el ruido ensordecedor de su propia preocupación. Pero las palabras de su atravesaron su confusión, de forma claras y precisas:—La Luna estaba herida, necesitamos llevarla al hospital de inmediato. Alfa, por favor, déjala ir. Necesita atención médica urgente, —insistió Vanessa, manteniendo la calma a pesar de la gravedad de
La noticia del accidente de Amira y David, como era de esperar, se regó cual pólvora por todo el país. La mañana del domingo se presentaba nublada en Seattle, reflejando la angustia de los acontecimientos recientes. Ronny llegó a la ciudad temprano, su corazón acelerado y su mente llena de preguntas. Sólo habían pasado dos días desde el "accidente", pero el tiempo parecía haberse detenido.Al entrar al hospital, Ronny sintió un nudo en el estómago. Las paredes, impregnadas de un ambiente frío, parecían retumbar con el eco de su ansiedad. Al llegar a la habitación, en una pequeña sala independiente encontró a David, y se sintió abrumado al verlo, un hombre que solía irradiar confianza y seguridad, ahora se veía desconsolado y agotado. Su cabello despeinado y las ojeras bajo sus ojos delataban el desvelo y el dolor que lo acompañaban.—¿Cómo está ella? —preguntó Ronny, directo al grano, sin tiempo para saludos ni formalidades. La preocupación en su voz era palpable, como una ola que lo
Habían pasado dos semanas desde que cayó en su estado de coma. Con cada instante, la conciencia empezaba a abrirse camino en su mente, y el mundo exterior comenzaba a cobrar vida nuevamente. La luz a través de los párpados cerrados se sentía intensa, y los sonidos se filtraban, suaves al principio, como el murmullo de un río lejano.Amira abrió los ojos lentamente, parpadeando ante la luz suave que se filtraba por la ventana. Respiró hondo, tratando de reconocer el lugar, pero su mente estaba en blanco. No tenía idea de cómo había llegado allí ni por qué su cuerpo dolía como si hubiera sido arrollada por un tren.Al mirar a su alrededor, se dio cuenta de que había dos hombres a su lado. Uno era Ronny, su querido amigo y hermano de corazón, que dormía en una silla con la cabeza reclinada. El otro, sin embargo, era un misterio, sujetaba su mano con cariño, y aunque se veía cansado, su belleza era innegable. Aun así, esa familiaridad en su toque le resultaba incómoda.La sequedad en su ga
Ya los dos en la habitación Amira miró a Ronny y sin más le dijo, -Llévame a Cuba, extraño a mami y papi, esto del accidente me asustó mucho Ronny, por favor me quiero ir.David, se quedó sin habla, su cabeza comenzó a funcionar a mil por segundo. "Ella no podía irse, no ahora que lo había olvidado" -pensó.Ronny pareció leer su mirada de desespero y dijo. -Cariño, no podemos viajar, así como estas, el medico no te va a dejar. ¿Qué te parece si traemos al tío Pago y a la tía Tersa aquí y así conocen la ciudad? ¿Sí?Amira observó a Ronny, procesando la sugerencia. Su expresión, que había estado tensa y preocupada, se suavizó un poco al escuchar la idea de ver a su familia sin tener que viajar. Pero aún se notaba que estaba asustada, su mente tratando de encontrar un punto de estabilidad en medio del caos.- ¿De verdad crees que ellos vendrían? - preguntó Amira, con su voz quebrándose un poco. -No quiero que se preocupen por mí, pero... quiero verlos.Ronny se acercó a ella y le tomó la
David tomó una decisión, y no había nada que pudiera desviarlo de ella.—La voy a conquistar de nuevo —dijo, con firmeza, sus ojos dorados brillaron con una intensidad feroz—. Ya hice que se enamorara de mí una vez, y lo puedo lograr nuevamente. Quizás ahora deba ir más despacio, pero lo voy a conseguir.Román, que conocía bien el corazón de su amigo, asintió en silencio. Sabía que cuando David se proponía algo, nada ni nadie podía detenerlo. Había liderado a su manada durante siglos con la misma tenacidad, y ahora usaría esa fuerza para recuperar a Amira.—Si su memoria no vuelve, entonces crearé nuevos recuerdos para ella y para mí —continuó David, con voz suave, pero cargada de emoción—. Mientras tanto, guardaré por los dos los recuerdos que ya vivimos. Ni siquiera su falta de memoria me va a impedir que la ame.Ronny esbozó una pequeña sonrisa, complacido con las palabras de David. Había temido que el Alfa se derrumbara ante la pérdida y desistiera da su amiga. Pero en lugar de es