Dylan subía las escaleras para ingresar a la universidad ocupado con algunas carpetas en los brazos, cuando desde lejos detecta una figura femenina que ya conocía. Violeta se encontraba en la entrada de brazos cruzados mirándolo con aquellos ojos tan peligros, parecía irritada pero eso le tenía sin cuidado. Continúo avanzando sin darle importancia a su manera de mirarlo tan desafiante, paso a un lado de ella sin dedicarle una sola mirada pero claramente podía sentir su enojo.
El profesor se encamino en busca de su salón, uno que justamente era de la clase de Violeta… en toda la clase se sintió un poco intimidado por la manera en que esa mujer lo miraba, no era algo normal. En todos sus años nunca había conocido a una mujer como ella, con razón se corrían muchos rumores de que liarse con las hijas de Demian Morgan era como cavarse su propia tumba. Dylan alejo esos pensamientos absurdos de su cabeza concentrándose en la clase.
Para cuando la clase concluyo, la manada de estudiantes se pusieron en pie para salir del salón desesperadamente. El cierra las carpetas dando por finalizada esa clase, al ponerse en pie escucha como alguien pasa el pestillo de la puerta que lo lleva a levantar la vista en dirección a la misma. Se topa con la mirada de Violeta
—Al fin te dignas en venir a dar clases—Suelta con voz de reproche—.Ayer estuve esperando tu clase y para que, ni te apareciste ¿Se puede saber cuál fue tu razón?
—No tengo porque responderle eso señorita Morgan, y será mejor que abra esa puerta sino quiere meterse en problemas.
—¿Problemas?—Se ríe con gracias mientras camina hasta el escritorio—.Mi familia es el infierno en persona, ¿Crees que me importa ganarme un problema en la universidad?
—A mí sí me importa no ganarme un lio, y menos por una chiquilla como tú—Musita mortalmente serio, pero la sonrisa de Violeta no se borró, sino más bien se ancho.
—Así que eres de esos profesores bien portados—Contesta deslizando un dedo por el borde del escritorio, Dylan observa sus movimientos cuidadosamente y luego mira hacia la puerta—.Debe ser por eso que me encantas—Termina diciendo mientras lo mira fijamente.
—Señorita Morgan, yo soy su profesor entre nosotros no puede existir nada.
—Si tanto te preocupa esa situación, yo puedo resolverlo. Es muy fácil para mí hacer que te echen de aquí, de ese modo estarás libre para mí.
Dylan aprieta la mandíbula con fuerza hasta el punto que la vena de su cabeza palpitaba. Esa mujer estaba dispuesta a ir con todo con tal conseguir lo que se proponía.
—No estoy interesado en usted. Y espero que esto no se vuelva a repetir, porque no estoy dispuesto a tolerar su comportamiento tan infantil—El profesor contesta sin inmutarse, imagino que ella lo quería intimidar pero no le iba a funcionar.
La sonrisa de Violeta se borró inmediatamente, y entonces en una fracción de segundos la joven se abalanzo sobre Dylan terminando ambos sentados sobre el escritorio. Todo fue muy rápido, ella era veloz y ágil que lo dejo con la boca abierta.
—Señorita Morgan, ¿Qué demonios está haciendo?—Intenta quitársela de encima de la manera más delicada posible, si lastimaba a esa muchacha estaría en serios problemas.
—Tu no me hablaras de ese modo, ni mucho menos me harás un desplante como este—Gruñe muy cerca de sus labios, estaba a nada de besarlo—.Ya te lo dije, ¡Tú eres mío!—Frota su cuerpo contra el de Dylan de una manera tan seductora y excitante.
El profesor lucho contra sus impulsos primitivos, era hombre y por su venas corría sangre. Era excitante que una mujer le restregara su cuerpo de esa manera, sino se controlaba podría cometer un grave error del que estaba seguro que se arrepentiría. Así que reunió de todas su fuerza de voluntad, agarro la muñeca de su alumna y en un habilidoso giro la hizo darse la vuelta. Violeta se encontraba de espaldas y pegada contra el pizarrón.
—¿Qué diablos crees que haces?—Despotrica furiosa.
—Deja de acosarme, no estoy interesado en usted. Así que por favor evite acercarse a mí, no quiero perder mi empleo—Le dice sobre su oído mientras la sujetaba con fuerza ya que ella se estaba resistiendo.
—Esto me lo vas a pagar, nadie me trata de esta manera.
—Solo eres una niña malcriada, aun no tienes en claro lo que quieres. Así que te recomiendo que te enfoques en tus estudios y luego cuando seas mayor buscas a otra víctima a la que acosar con tu infantilismo.
Después de aquellas frías palabras Dylan la soltó, tomó sus cosas y se dirigió hasta la salida terminando por cerrar la puerta con violencia… Violeta sobaba su muñeca mientras no apartaba la vista de la entrada, estaba tan enojada pero a la vez tan excitada. La presencia de ese hombre destapaba ciertas emociones en su interior que no creyó tener, aunque la tuviera contra la pared se excito no más al escucharlo hablarle en el oído.
—¡Me gusta! Me encanta ese hombre, definitivamente será para mí—Muerde sus labios mientras que una sonrisa se hace presente ya que empieza a maquinar un plan para poner a su profesor a sus pies—.No se me escapara.
[…]
Rabioso, Dylan ingresa en la sala de maestros, de momento allí no tendría visita de su loca alumna. No debía permitir quedarse a solas con ella, era peligrosa y muy decidida. Lidiar con una Morgan no le sería un trabajo fácil, negó, se sirve una taza con café deseando en eso momentos una copa de whiski. Le sentaría mejor que una taza con café, pero era lo que había.
Al sentarse en la mesa los frescos recuerdos de lo sucedió en el aula llegaron a su mente, esos carnosos labios pintados con aquel rosa pálido la hacía ver tan inocente y vulnerable. Una joven dulce y tierna que no podía matar ni a una mosca, pero todo era una fachada, Violeta era peligrosa de armas tomar. ¡Debía recordarlo! Ni mucho menos olvidar de dónde provenía.
Frena el coche de golpe para luego salir del mismo. Violeta ingresaba en su casa decidida hacer algo para tener al profesor a sus pies, y solo podía recurrir a una persona que sabía que no le haría tantas preguntas al respecto. Camino hasta la habitación de cámaras para dar con ella, hasta que la encontró en el jardín. Encamino sus pasos hasta ese lugar.Danielle se encontraba en el jardín con su madre Aurora quien plantaba algunas rosas, cuando de repente ambas voltean en la misma dirección al escuchar el sonido de unas fuertes pisadas de tacón. Aurora mira el reloj de su muñeca y frunce el ceño.—¡Deberías estar en clases!—Reprocha su madre.—Salí antes, tengo mejores cosas en la que ocuparme madre—Contesta deteniéndose delante de ambas mujeres.—A tu padre no le agradara que te saltes las clases, Violeta&mda
Violeta era decidida y el simple hecho de que Dylan se lo pusiera difícil la encendía. Era el primer hombre que ansiaba tenerlo, y no pensaba dejar que se le escapara solo porque era su profesor. Así que en un ágil movimiento alcanzo el cuerpo de Dylan quedando prácticamente sobre sus brazos, el profesor intento separarse de ella pero sus delicados brazos se enroscaron de su cuello.—¿Me tienes miedo, Dylan? —Susurra muy junto de su boca.—¡No! lo único que quiero es que se mantenga alejada de mí.—¿Por qué? ¿Acaso tienes temor que de que termines enamorándote de mí?—No albergaría sentimiento por una niña mimada como tú—Contesta de manera fría.—¿De verdad?Sin previo aviso Violeta abalanza sus labios contra los de su profesor invadiendo su boca con la lengua, no es que
Violeta observa como Dylan se guarda en su habitación cerrando la puerta detrás de él, el corazón de la joven latía rápidamente pero no era precisamente por la nueva experiencia que había experimentado minutos antes, sino por la desfachatez que le había hecho ese sujeto en dejarla como la dejo. La sangre no paraba de hervir dentro de su cuerpo, ¿Por qué diablos le hizo eso? La humillo de la peor manera posible. Conteniendo el aire se dio la vuelta hasta tirar la puerta del apartamento de Dylan.Hecha una furia abandono el edificio de su profesor pero con la convicción de que su desplante no se quedaría así, si pensaba que podía usarla de esa manera y salir bien librado no le traería repercusiones estaba muy equivocado. Al parecer no sabía con quién demonios se estaba metiendo… la joven se subió a su coche sabiendo que los guardias qu
Violeta conducía su coche a toda prisa yendo del lado contrario de la vía, los coches se hacían a un lado mientras ella aceleraba. Se preguntó quién demonios querría lastimarla, hacía mucho tiempo que ningún integrante de su familia era amenazado. Llevaban muchos años de tranquilidad, pero ese atentado era una clara evidencia que esos tiempos se habían terminado. Ya no podía salir sin estar armada, ese ataque no lo debía pasar por alto si lo hicieron esa vez no dudarían en volverlo hacer.La joven dio una vuelta brusca pasando a su lado del carril, se preguntó dónde demonios estaban los idiotas que la seguían. Los muy infelices no hicieron nada, si no hubiera sido por Dylan esos desgraciados le hubieran volteado el coche y terminado con ella. Violeta golpea el volante por haber sido tan descuidada y confiada, pero no volverían a tomarla por sorpresa &ie
—Les mostrare a todos lo muy vulnerable que puedo ser.—Violeta, te prohíbo que cometas alguna tontería —Sentencia su padre dando un paso hacia ella.—No me intimidas padre, sabes bien que eso no funcionara conmigo.—No me cabrees jovencita, no sabes de lo que puedo ser capas —Los ojos del mafioso brillaron no más al pronunciar aquellas palabras.—Al contrario, se muy bien de lo que eres capaz padre —La joven también lo reta con una mirada idéntica a la de su padre —. Veras que no soy ninguna niña —Termina de decir para subir las escaleras.—¡Violeta! ¡Violeta! Estoy hablando contigo, con un demonio.—Se me hace conocido ese carácter, mi querido amigo —El rubio sonríe al ver el aprieto en el que se encontraba su compañero.—Cállate, Daniels…—De todos
La joven tira la puerta de un azote dejando atrás a Dylan, Violeta pensaba que si estaba creyendo que podría salir con otra mujer estaba muy equivocado. Él le pertenecía solo a ella y no a esa estúpida profesora de quinta. Tendría que aplicar métodos drásticos con esa mujer para sacarla del camino… anduvo por los pasillos en busca de esa profesora hasta que la encontró hablando con un grupo de estudiantes, Violeta la estudio con gran detenimiento. Ambas eran muy diferentes, mientras que ella era una mujer hecha y derecha Violeta solo era una joven que apenas alcanzaba la adultez. Se sintió un poco intimidada, bajó la mirada un momento mientras mordió su labio.—No se lo voy a poner tan fácil —Termina por levantar la vista nuevamente para ver a esa mujer —¡Dylan es mio!La joven toma otro camino sacando su móvil para realizar una llamada
El silencio en el coche era sepulcral, Violeta miraba por la ventanilla completamente furiosa con su padre, había llegado muy lejos yendo hasta allá solo para ponerla en ridículo delante de Dylan. Si él pensaba que ella era una princesita de papá, ahora con la presencia del mismo después de un tiroteo la convertía en un bebé. Es que acaso nadie se nada cuenta que ella era una mujer hecha y derecha, una que podía defenderse por sí sola. Violeta mira a su padre por el rabillo del ojo, iba realmente serio.Frente de ella se encontraba su tío Daniels y Liam, era un coche tipo limusina. Eran muchos hombres en esa familia con los que tendría que lidiar. Suspiro pensando en Dylan, lo había dejado solo, pensó si esos sujetos regresarían y si lo atacaban podrían matarlo estaba preocupada por él.—No volverás a ver a ese sujeto —Fue la voz de
La mirada de Violeta se hizo peligrosa, un Morgan cabreado no era para tomárselo a la ligera eran de temer. Pero aun así Dylan no se inmuto ante su carácter, podía lidiar con ella. Además estaría perdido si le demostraba temor a ella o a su familia. Pero lo que no vio venir aquel profesor era que aquella mujer tan pequeña y de complexión inocente se abalanzara sobre él propinándole un puñetazo en la cara. El rostro de Dylan giró lo que lo llevo a pasar una mano sobre la comisura de sus labios.Bueno, eso sí que le dolió para ser el golpe de una mujer. Al regresar la mirada, observa a Violeta mirándolo con rencor era la primera vez que ella lo miraba de esa manera y para ser sincero no le agrado para nada.—¡Maldito! ¿Cómo te atreves acusarme? Tienes pruebas de que he sido yo.—Eres la única que tenía un mal entend