El rugido de las detonaciones del arma resonaba en la sala de disparos de la casa de Demian Morgan, un espacio que habían mandado a diseñar en los planos de la nueva casa que ordeno a construir. Pensó habilitar un sitio donde todos pudieran practicar para entrenar o bien sea para aliviar el estrés. Esa tarde Violeta Morgan mantenía sujeta un arma la cual descargaba en segundos sobre la figura de un hombre de papel.
Ese día la joven se sentía frustrada ya que su adorado profesor no había ido a clases, ¡Era un idiota! Pensaba mientras disparaba repetidas veces el arma entre sus delicadas manos. Se preguntaba ¿Porque demonios no había ido a dar clases ese día? Era tanta su molestia que cuando supo que el tipo faltaría se saltó las demás materias, no le interesaba asistir a ninguna más si Dylan no estaría en la universidad.
El cartucho se vacío, lo que la llevo a recargar nuevamente el arma para apuntar sobre su objetivo nuevamente. Estaba furiosa, hasta llego a pensar que el beso que le había robado el día anterior tenía mucho que ver con su ausencia ese día. De solo pensar que a Dylan le causaba incomodidad o molestia que ella lo besara la enfurecía, frunció el ceño cuando la sangre comenzó a hervirle… descargo el cartucho del arma una vez más hasta que la misma comenzó a expulsar humo por el caño.
—¡Que idiota! ¿Cómo se le ocurre hacerme ese desplante?—Exclamaba mientras recargaba velozmente el arma—.Ya vera que conmigo no se juega, ni mucho menos me hacen una insolencia como esa.
Refunfuñaba, al levantar la mirada se da cuenta que la figura masculina de papel estaba completamente destruida es más estaba cayéndose en pedazos… de pronto el sonido del aparato que mueve las imágenes se mueve acercándola hasta ella para cambiarla, la joven mira de reojo, la imponente figura de su padre quien había presionado el botón para cambiar la figura de papel. Su padre se acercaba a ella hasta quedar a su lado.
—Lo has destrozado por completo, ¿Acaso estas enojada, Violeta?
—Hola padre, ¿Qué estás haciendo aquí?
—Esa pregunta debería hacértela yo, si no me equivoco a esta hora deberías estar en clases y en vez de eso aquí estas destruyendo todas estas figuras ¿Puedo saber el motivo?—Pregunta de forma impasible mirando al frente.
—No es nada papá, sabes que no me gusta que me estés espiando.
—Es mi deber saber el paradero de todos mis hijos y nietos.
—Eres muy controlador, ¿Mamá nunca te lo ha dicho?—A Demian se le escapa una leve sonrisa.
—¡Desde el día que me conoció!
La joven a su lado niega mientras cambia la figura de puntería. Realmente el papel estaba hecho trizas. Vuelve a mirar a su padre a su lado provocándole un poco de incomodidad, no era usual en él estar muy cerca de ella, por lo general siempre le daba su espacio. Pero desde que comenzó las clases parecía muy intenso.
—¿Por qué te has metido en el baño de hombres el día de ayer, Violeta? —Por supuesto, eso era toda la intimidación de su padre, los idiotas guardias le habían ido con los chismes ¡Malditos guardias! Siempre estaban metidos en todo, masculla para sus adentros.
—No quiero que me pongas guardias, son molestos.
—Eso no responde mi pregunta, y por tu bien será mejor que la respondas con sinceridad. De sobra sabes que siempre descubro las cosas.
¡Demonios! su padre era abrumador, no podía hacer nada fuera de lo normal porque todos sus movimientos estaban siendo vigilados. Como si no tuviera más hijos a los que atormentar. Niega apretando el botón rojo para alejar la figura de puntería.
—Papá, tienes que dejar el empeño de estar detrás de mí a todas horas. Invades mi privacidad y sabes que eso me irrita.
—Violeta…—Advierte en tono amenazador.
—Demonios papá—Rueda los ojos—.Solo seguía a una persona, es todo ¿Estas contento?
—¿A quién?—En esa oportunidad la observa.
—Eso no puedo decírtelo todavía, y espero que te conformes con la información que te estoy suministrando. Odiare pensar que me vas a espiar a fondo.
—Eres una Morgan sabes los peligros que hay allá afuera. Si no se de tus movimientos ¿Qué clase de padre seria?, Violeta.
—No es necesario que me lo recuerdes a cada rato—Demian se da la vuelta para marcharse.
—Tendré los ojos puestos en ti, recuérdalo.
No era preciso que se lo recordara, ella sabía muy bien de lo que era capaz su padre. No era el jefe de la mafia por nada. Ella suspiro dejando a un lado las advertencias de su papá, no necesitaba estar concentrada en él. Su único objetivo en esos momentos era Dylan, levanto el arma contra la figura de papel.
—Tú vas a ser mío Dylan Dallan, se lo que quiero y lo que deseo es que tú seas mío—Finaliza disparando el arma contra su objetivo.
[…]
Despierta sobresaltado de una pesadilla en la que él era el centro de atracción, todo su cuerpo estaba cubierto por perlas de agua de sudor. Dylan descubrió su cuerpo de la pesada cobija para ponerse en pie siendo natural en él la desnudez que cargaba en esos momentos. Total vivía solo… encamina sus pasos hasta el frigorífico para sacar una cerveza, el sonido creado al destapar la lata le produjo una insaciable sed. Ansioso por darle un sorbo a la bebida por cuyo orificio burbujeaba una importante cantidad de espuma blanca, el muchacho llevo sus labios hasta el hueco de la lata deleitándose con el sabor amargoso de la cerveza.
De inmediato sintió como todo su cuerpo se refrescaba, de un solo trago se bebió el contenido de la lata para luego estrujarla y tirarla al cesto de b@sura. De inmediato regreso hasta su habitación yendo directamente hasta el baño, necesitaba una ducha ya que todo su cuerpo se encontraba pegostoso… para cuando se hallaba debajo del chorro de la regadera Dylan no dejaba de pensar en esa muchacha, su alumna, era un problema para él en vista de que no deseaba involucrarse con una estudiante.
No obstante, ella parecía tener otros planes para con él. Unos en lo que no estaba interesado en participar, solo causaría inconvenientes en su vida. Eleva el rostro dejando que el agua se llevara la pesadez de su cuerpo, abrió los ojos y de inmediato recordó aquellos ojos marrones. ¿Por qué justamente tenía que ser esa chica? La hija de un mafioso poderoso, podrían cortarle la cabeza y desaparecer su cuerpo si llegan a enterarse que tuvo un roce con esa muchacha en el baño de los hombres.
Dylan aprieta los puños con fuerza hasta que sus nudillos blanquearon, no la podía dejar hacer lo que quisiera. Solo era una niña malcriada, la última hija del mafioso más poderoso que existía, el jefe de los jefes. No era para menos que se sintiera incomodo con que ella lo haya elegido a él para ser su capricho del mes o la semana.
—¡Maldita sea!—Mascullo irritado.
Inclino un poco la cabeza, de su cabello caía una cortina de agua que terminaba en el piso volviendo un rio fluir entre sus pies. Quería volver a la universidad pero con Violeta siguiéndole los pasos como podría trabajar, ella era una amenaza andante. Cerró el grifo, lo único que se escuchaba era el sonido de las gotas de agua que caían de su cuerpo. Al salir del baño secándose el cabello inmediatamente sus ojos enfocaron aquellas bragas sobresalientes del bolsillo de su saco, unas que ella misma metió en su boca el día anterior. Dylan frunce el ceño con evidente molestia.
—Solo es una cría que necesita que su padre le dé un buen escarmiento. Soy muy grande para ella, a su edad ni sabrá lo que quiere. Seguramente solo es la hija mimada de papi, debo mantenerla alejada de mí.
Dicha aquellas palabras toma las bragas de Violeta para deshacerse de ellas tirándolas al cesto de b@asura. No necesitaba a una chiquilla acosándolo por todas partes, mañana regresaría a dar sus clases y le pondría fin a esa caza absurda que esa mujer pensaba montarle.
nota: actualización diaria. Bienvenidas...
Dylan subía las escaleras para ingresar a la universidad ocupado con algunas carpetas en los brazos, cuando desde lejos detecta una figura femenina que ya conocía. Violeta se encontraba en la entrada de brazos cruzados mirándolo con aquellos ojos tan peligros, parecía irritada pero eso le tenía sin cuidado. Continúo avanzando sin darle importancia a su manera de mirarlo tan desafiante, paso a un lado de ella sin dedicarle una sola mirada pero claramente podía sentir su enojo.El profesor se encamino en busca de su salón, uno que justamente era de la clase de Violeta… en toda la clase se sintió un poco intimidado por la manera en que esa mujer lo miraba, no era algo normal. En todos sus años nunca había conocido a una mujer como ella, con razón se corrían muchos rumores de que liarse con las hijas de Demian Morgan era como cavarse su propia tumba. Dylan alejo esos pensamientos abs
Frena el coche de golpe para luego salir del mismo. Violeta ingresaba en su casa decidida hacer algo para tener al profesor a sus pies, y solo podía recurrir a una persona que sabía que no le haría tantas preguntas al respecto. Camino hasta la habitación de cámaras para dar con ella, hasta que la encontró en el jardín. Encamino sus pasos hasta ese lugar.Danielle se encontraba en el jardín con su madre Aurora quien plantaba algunas rosas, cuando de repente ambas voltean en la misma dirección al escuchar el sonido de unas fuertes pisadas de tacón. Aurora mira el reloj de su muñeca y frunce el ceño.—¡Deberías estar en clases!—Reprocha su madre.—Salí antes, tengo mejores cosas en la que ocuparme madre—Contesta deteniéndose delante de ambas mujeres.—A tu padre no le agradara que te saltes las clases, Violeta&mda
Violeta era decidida y el simple hecho de que Dylan se lo pusiera difícil la encendía. Era el primer hombre que ansiaba tenerlo, y no pensaba dejar que se le escapara solo porque era su profesor. Así que en un ágil movimiento alcanzo el cuerpo de Dylan quedando prácticamente sobre sus brazos, el profesor intento separarse de ella pero sus delicados brazos se enroscaron de su cuello.—¿Me tienes miedo, Dylan? —Susurra muy junto de su boca.—¡No! lo único que quiero es que se mantenga alejada de mí.—¿Por qué? ¿Acaso tienes temor que de que termines enamorándote de mí?—No albergaría sentimiento por una niña mimada como tú—Contesta de manera fría.—¿De verdad?Sin previo aviso Violeta abalanza sus labios contra los de su profesor invadiendo su boca con la lengua, no es que
Violeta observa como Dylan se guarda en su habitación cerrando la puerta detrás de él, el corazón de la joven latía rápidamente pero no era precisamente por la nueva experiencia que había experimentado minutos antes, sino por la desfachatez que le había hecho ese sujeto en dejarla como la dejo. La sangre no paraba de hervir dentro de su cuerpo, ¿Por qué diablos le hizo eso? La humillo de la peor manera posible. Conteniendo el aire se dio la vuelta hasta tirar la puerta del apartamento de Dylan.Hecha una furia abandono el edificio de su profesor pero con la convicción de que su desplante no se quedaría así, si pensaba que podía usarla de esa manera y salir bien librado no le traería repercusiones estaba muy equivocado. Al parecer no sabía con quién demonios se estaba metiendo… la joven se subió a su coche sabiendo que los guardias qu
Violeta conducía su coche a toda prisa yendo del lado contrario de la vía, los coches se hacían a un lado mientras ella aceleraba. Se preguntó quién demonios querría lastimarla, hacía mucho tiempo que ningún integrante de su familia era amenazado. Llevaban muchos años de tranquilidad, pero ese atentado era una clara evidencia que esos tiempos se habían terminado. Ya no podía salir sin estar armada, ese ataque no lo debía pasar por alto si lo hicieron esa vez no dudarían en volverlo hacer.La joven dio una vuelta brusca pasando a su lado del carril, se preguntó dónde demonios estaban los idiotas que la seguían. Los muy infelices no hicieron nada, si no hubiera sido por Dylan esos desgraciados le hubieran volteado el coche y terminado con ella. Violeta golpea el volante por haber sido tan descuidada y confiada, pero no volverían a tomarla por sorpresa &ie
—Les mostrare a todos lo muy vulnerable que puedo ser.—Violeta, te prohíbo que cometas alguna tontería —Sentencia su padre dando un paso hacia ella.—No me intimidas padre, sabes bien que eso no funcionara conmigo.—No me cabrees jovencita, no sabes de lo que puedo ser capas —Los ojos del mafioso brillaron no más al pronunciar aquellas palabras.—Al contrario, se muy bien de lo que eres capaz padre —La joven también lo reta con una mirada idéntica a la de su padre —. Veras que no soy ninguna niña —Termina de decir para subir las escaleras.—¡Violeta! ¡Violeta! Estoy hablando contigo, con un demonio.—Se me hace conocido ese carácter, mi querido amigo —El rubio sonríe al ver el aprieto en el que se encontraba su compañero.—Cállate, Daniels…—De todos
La joven tira la puerta de un azote dejando atrás a Dylan, Violeta pensaba que si estaba creyendo que podría salir con otra mujer estaba muy equivocado. Él le pertenecía solo a ella y no a esa estúpida profesora de quinta. Tendría que aplicar métodos drásticos con esa mujer para sacarla del camino… anduvo por los pasillos en busca de esa profesora hasta que la encontró hablando con un grupo de estudiantes, Violeta la estudio con gran detenimiento. Ambas eran muy diferentes, mientras que ella era una mujer hecha y derecha Violeta solo era una joven que apenas alcanzaba la adultez. Se sintió un poco intimidada, bajó la mirada un momento mientras mordió su labio.—No se lo voy a poner tan fácil —Termina por levantar la vista nuevamente para ver a esa mujer —¡Dylan es mio!La joven toma otro camino sacando su móvil para realizar una llamada
El silencio en el coche era sepulcral, Violeta miraba por la ventanilla completamente furiosa con su padre, había llegado muy lejos yendo hasta allá solo para ponerla en ridículo delante de Dylan. Si él pensaba que ella era una princesita de papá, ahora con la presencia del mismo después de un tiroteo la convertía en un bebé. Es que acaso nadie se nada cuenta que ella era una mujer hecha y derecha, una que podía defenderse por sí sola. Violeta mira a su padre por el rabillo del ojo, iba realmente serio.Frente de ella se encontraba su tío Daniels y Liam, era un coche tipo limusina. Eran muchos hombres en esa familia con los que tendría que lidiar. Suspiro pensando en Dylan, lo había dejado solo, pensó si esos sujetos regresarían y si lo atacaban podrían matarlo estaba preocupada por él.—No volverás a ver a ese sujeto —Fue la voz de