Violeta era decidida y el simple hecho de que Dylan se lo pusiera difícil la encendía. Era el primer hombre que ansiaba tenerlo, y no pensaba dejar que se le escapara solo porque era su profesor. Así que en un ágil movimiento alcanzo el cuerpo de Dylan quedando prácticamente sobre sus brazos, el profesor intento separarse de ella pero sus delicados brazos se enroscaron de su cuello.
—¿Me tienes miedo, Dylan? —Susurra muy junto de su boca.
—¡No! lo único que quiero es que se mantenga alejada de mí.
—¿Por qué? ¿Acaso tienes temor que de que termines enamorándote de mí?
—No albergaría sentimiento por una niña mimada como tú—Contesta de manera fría.
—¿De verdad?
Sin previo aviso Violeta abalanza sus labios contra los de su profesor invadiendo su boca con la lengua, no es que fuese muy experta en la materia pero estando cerca de Dylan la llevaba a cometer actos que ni ella misma creía poder hacer. Lo besó con voracidad, comiendo la carne de sus labios con afán. Por suerte para ella, había sido correspondido aquel roce tan placentero.
Es que la muy condenada besaba como los mismos dioses, ¿Dónde carajos había aprendido a besar de esa manera? Tan buena era haciéndolo que le era imposible separarla, lo problemático de la situación era que si continuaba unido a esos carnosos labios la erección de sus pantalones sería tan grande que no conseguiría bajarla solo con un baño, iba a tener que requerir de algo más poderoso para aplacar sus deseos más primitivos.
Dylan no estaba dispuesto a dejarse someter por Violeta, reuniendo su fuerza de voluntad tomo la cintura de su alumna volviendo su cuerpo en un giro para terminar pegándola contra la pared, el impacto hizo que la muchacha abriera los ojos para mirarlo sorprendida. Dylan tomo sus muñecas y con una leve presión la hizo girar con ambas manos detrás de su espalda.
—¿Qué haces? —Pregunta al sentir la presión en sus manos y el pesado cuerpo de Dylan aplastando el de ella.
—¿Te gusta jugar? —Susurra Dalton sobre su oído—Te crees muy ruda, pero solo eres una cría.
—¿Y qué piensas hacer al respecto? —Lo reta sonriéndole de medio lado.
No se lo podía creer, parecía como si ella estuviera disfrutando que la tratara de ese modo. Por más que intentara entenderla no lo conseguía, estaba frita de la cabeza… entonces dada esa fracción de minuto de distracción que tuvo Violeta la utilizo para voltear las cartas a su favor. Rápidamente se liberó de las garras de Dylan para empujarlo con fuerza hasta que cae sobre el sofá.
Sin perder esa oportunidad, Violeta lanza su cuerpo quedando a horcajadas sobre el regazo de Dylan. Y para esta joven Morgan fue agradable descubrir que había logrado obtener que su preciado y reservado profesor tuviera una erección. Eso le produjo satisfacción, después de todo no le era indiferente.
—He conseguido ponerte duro, ¿Qué tienes que decir al respecto? —Pregunta restregando su cuerpo contra el de Dylan de manera seductora—Porque no dejas de hacerte el duro conmigo.
Pero el profesor no tenía nada que decir, la verdad es que las palabras se habían esfumado de su cerebro para ese entonces. Su erección ya era más que enorme, estaba casi que desnudo con esa mujer que no paraba de frotar su cuerpo con lo que lograba derrumbar las pocas defensas que le quedaban contra sus intentos de manipulación. Si se podía ser más valiente que eso para aguantarse las ganas de no revolcarla en el suelo hasta hacerla gritar que se detuviera entonces, entonces necesitaba que le dieran clases urgentes porque sospechaba que no resistiría por mucho más tiempo.
Para el momento en el que Violeta acerco su lengua a la comisura de los labios de Dylan, la joven saboreo la boca de su profesor de manera tentativa. Se aseguraba de mantenerlo expectante a sus próximos movimientos, era divertido para ella jugar con él. Porque aunque negara que no estaba cómodo con sus actos ella muy en el fondo sabía que lo estaba disfrutando.
Eso era demasiado, el juego de Violeta era muy peligroso para su lívido quien ya no resistiría un juego más. Era un hombre adulto, no estaba para esos juegos. Guiado por sus instintos Dylan termino quedando encima Violeta encarcelando su cuerpo con sus brazos.
—No juegues con fuego cuando sabes que te puedes quemar, niña—Rugue con voz gruesa.
—¡¿Qué?! —Pregunta la castaña atónita por su contesta.
Sin recibir una respuesta a cambio los labios de Violeta fueron tomados de manera salvaje por Dylan quien dejo todo el peso de su cuerpo sobre el de ella, las manos de Violeta quedaron reposando sobre su pecho y por un momento sintió como si ella intentase apartarlo. Pero era muy tarde para eso, se había metido en la boca del lobo así que tendría que atenerse a las consecuencias.
Las manos de Dylan descendieron hasta sus muslos los cuales apretó con fuerza, mientras que su boca se comía la de Violeta sin permitirle tomar una bocanada de aire o quizás quejarse. Prontamente sus expertas manos subieron hasta la pretina de sus pantalones buscando el botón de los jean el cual aflojo de inmediato hasta consiguió bajar la cremallera. Metió ambas manos por el borde de la pretina y de un solo jalón los bajó dejándola expuesta de cintura para abajo.
Dylan no supo descifrar con exactitud la expresión de Violeta, pero sea lo que fuese no le importaba. Si ella quería jugar rudo, le enseñaría que no debía jugarse con hombres mayores… que alguien de vez en cuando le diera una sopa de su propio chocolate a una Morgan no quería decir nada… abrió las piernas de Violeta de par en par.
—¿Qué… que haces? —Tartamudea.
Pero Dylan no le responde, solo inclina su cabeza hasta la feminidad de Violeta una que no mas al verla quedo prendado de ella. Por todos lados tenia escrito inocencia, era obvio que esa chica jamás había estado con un hombre ¡claro! Hasta ese momento… acerco su boca a los pliegues de su sexo y con sumo cuidado lamió el interior de la misma con delicadeza, ella se arqueo ante el roce aferrándose del sofá.
—¡Demonios! —Exclamo al experimentar aquella sensación tan nueva.
Dylan seguía lamiendo su sexo cada vez con más ambición, proporcionándole ese placer que ella tanto deseaba. Hasta que lo consigue, ya que justo unos minutos después Violeta comenzaba a estremecerse abriendo más las piernas para él, de sus labios solo se oía ese gemido tan erótico que encendería la sangre de cualquier hombre… su boca se estaba llenando de su esencia la cual se dispuso a absorber por completo, era tan dulce y empalagosa, difícilmente un hombre podría separarse al probar un néctar tan cándido.
Al separarse de los muslos de Violeta, Dylan se fijó en el rostro sonrojado de la joven. Se imaginó que ella no se esperaba nada como eso esa noche, era muy chica pero también era una mujer… se puso en pie ajustando la toalla de su cintura, al menos no la había perdido. Se fija que Violeta abría los ojos para observarlo, la ayuda a ponerse torpemente en pie y luego empieza a vestirse. Ella le dedica una sonrisa que ocasiona que Dylan frunza el ceño.
—Ya obtuviste lo que querías, ahora ya te puedes ir de mi casa. Y espero no volver a verte, y con respecto a tu propuesta. Te diré una cosa, no me puedes chantajear, no pienso convertirme en tu juguete.
—¿Qué? —Pasmada por su respuesta, Violeta no paraba de parpadear.
—Te di lo que querías, ya no tendrás más de mí. Eso es todo, ahora vete ya conoces la salida.
Violeta observa como Dylan se guarda en su habitación cerrando la puerta detrás de él, el corazón de la joven latía rápidamente pero no era precisamente por la nueva experiencia que había experimentado minutos antes, sino por la desfachatez que le había hecho ese sujeto en dejarla como la dejo. La sangre no paraba de hervir dentro de su cuerpo, ¿Por qué diablos le hizo eso? La humillo de la peor manera posible. Conteniendo el aire se dio la vuelta hasta tirar la puerta del apartamento de Dylan.Hecha una furia abandono el edificio de su profesor pero con la convicción de que su desplante no se quedaría así, si pensaba que podía usarla de esa manera y salir bien librado no le traería repercusiones estaba muy equivocado. Al parecer no sabía con quién demonios se estaba metiendo… la joven se subió a su coche sabiendo que los guardias qu
Violeta conducía su coche a toda prisa yendo del lado contrario de la vía, los coches se hacían a un lado mientras ella aceleraba. Se preguntó quién demonios querría lastimarla, hacía mucho tiempo que ningún integrante de su familia era amenazado. Llevaban muchos años de tranquilidad, pero ese atentado era una clara evidencia que esos tiempos se habían terminado. Ya no podía salir sin estar armada, ese ataque no lo debía pasar por alto si lo hicieron esa vez no dudarían en volverlo hacer.La joven dio una vuelta brusca pasando a su lado del carril, se preguntó dónde demonios estaban los idiotas que la seguían. Los muy infelices no hicieron nada, si no hubiera sido por Dylan esos desgraciados le hubieran volteado el coche y terminado con ella. Violeta golpea el volante por haber sido tan descuidada y confiada, pero no volverían a tomarla por sorpresa &ie
—Les mostrare a todos lo muy vulnerable que puedo ser.—Violeta, te prohíbo que cometas alguna tontería —Sentencia su padre dando un paso hacia ella.—No me intimidas padre, sabes bien que eso no funcionara conmigo.—No me cabrees jovencita, no sabes de lo que puedo ser capas —Los ojos del mafioso brillaron no más al pronunciar aquellas palabras.—Al contrario, se muy bien de lo que eres capaz padre —La joven también lo reta con una mirada idéntica a la de su padre —. Veras que no soy ninguna niña —Termina de decir para subir las escaleras.—¡Violeta! ¡Violeta! Estoy hablando contigo, con un demonio.—Se me hace conocido ese carácter, mi querido amigo —El rubio sonríe al ver el aprieto en el que se encontraba su compañero.—Cállate, Daniels…—De todos
La joven tira la puerta de un azote dejando atrás a Dylan, Violeta pensaba que si estaba creyendo que podría salir con otra mujer estaba muy equivocado. Él le pertenecía solo a ella y no a esa estúpida profesora de quinta. Tendría que aplicar métodos drásticos con esa mujer para sacarla del camino… anduvo por los pasillos en busca de esa profesora hasta que la encontró hablando con un grupo de estudiantes, Violeta la estudio con gran detenimiento. Ambas eran muy diferentes, mientras que ella era una mujer hecha y derecha Violeta solo era una joven que apenas alcanzaba la adultez. Se sintió un poco intimidada, bajó la mirada un momento mientras mordió su labio.—No se lo voy a poner tan fácil —Termina por levantar la vista nuevamente para ver a esa mujer —¡Dylan es mio!La joven toma otro camino sacando su móvil para realizar una llamada
El silencio en el coche era sepulcral, Violeta miraba por la ventanilla completamente furiosa con su padre, había llegado muy lejos yendo hasta allá solo para ponerla en ridículo delante de Dylan. Si él pensaba que ella era una princesita de papá, ahora con la presencia del mismo después de un tiroteo la convertía en un bebé. Es que acaso nadie se nada cuenta que ella era una mujer hecha y derecha, una que podía defenderse por sí sola. Violeta mira a su padre por el rabillo del ojo, iba realmente serio.Frente de ella se encontraba su tío Daniels y Liam, era un coche tipo limusina. Eran muchos hombres en esa familia con los que tendría que lidiar. Suspiro pensando en Dylan, lo había dejado solo, pensó si esos sujetos regresarían y si lo atacaban podrían matarlo estaba preocupada por él.—No volverás a ver a ese sujeto —Fue la voz de
La mirada de Violeta se hizo peligrosa, un Morgan cabreado no era para tomárselo a la ligera eran de temer. Pero aun así Dylan no se inmuto ante su carácter, podía lidiar con ella. Además estaría perdido si le demostraba temor a ella o a su familia. Pero lo que no vio venir aquel profesor era que aquella mujer tan pequeña y de complexión inocente se abalanzara sobre él propinándole un puñetazo en la cara. El rostro de Dylan giró lo que lo llevo a pasar una mano sobre la comisura de sus labios.Bueno, eso sí que le dolió para ser el golpe de una mujer. Al regresar la mirada, observa a Violeta mirándolo con rencor era la primera vez que ella lo miraba de esa manera y para ser sincero no le agrado para nada.—¡Maldito! ¿Cómo te atreves acusarme? Tienes pruebas de que he sido yo.—Eres la única que tenía un mal entend
Un coche estacionado a unos cuantos kilómetros del edificio de Dylan vigilaba la entrada de profesor, en cuanto un taxi aparco delante de la edificación el sujeto que estaba dentro del automóvil echo un vistazo para ver quien bajaba del mismo y de este justamente descendió Dylan. El extraño no aparto la mirada del profesor hasta que ingreso dentro de la residencia. Segundos después sacó el móvil y realizo una llamada.—El chico acaba de llegar a su apartamento, ¿Qué quiere que hagamos?—Sigan vigilándolo hasta que yo les de órdenes.—Entendido—El hombre del coche cuelga la llamada, acomodándose en el asiento.Mientras que del otro lado de la línea el teléfono pagaba las culpas del mal genio que estaba generando Dylan. No tenía idea en lo que se estaba metiendo, pero muy pronto se las haría conocer y se arrepentir&i
Es que ni siquiera podía concentrarse en el trabajo por andar pensando en Violeta Morgan. Estaba frustrado, porque era lo que había querido pero ahora que lo obtuvo ya no estaba tan seguro de que ella le fuera indiferente. Dylan se puso en pie, recogió sus cosas y abandono el aula… al salir de la universidad automáticamente reconoció a Violeta quien caminaba directo hasta donde dejo aparcado su automóvil. Y él, tendría que tomar un m@ldito taxi porque esa desequilibrada destruyo el suyo.En cuanto violeta abrió la puerta de su coche levanto la mirada observando que Dylan salía de la universidad, estaba tan molesta con él. Chasqueo la lengua subiéndose al coche, al pasar el encendedor del auto Violeta automáticamente escucho el sonido de algo muy familiar.—Mi3rda—Vocifera tirándose rápidamente del coche conjuntamente cuando el mismo exploto.<