81. Estoy loca

Heinz la miró, a merced de su poder. Sus mejillas estaban calientes, ruborizadas y un poco sudadas, con mechones de su cabello oscuro despeinado. Sus rostros estaban tan cercanos que apenas podían contener las respiraciones entrelazadas. En ese momento, él era consciente de que Ha-na estaba completamente en sus manos, de que su vulnerabilidad en ese lugar tan cerrado dependía únicamente de su voluntad de continuar. Podía ver en sus ojos la mezcla de nervios y deseo, y esa combinación de emociones solo servía para aumentar la determinación en él. Su virtud estaba tan dura que se le marcaba en el pantalón y le generaba una consistente incomodidad. Giró su rostro hacia la puerta y respondió a Erik con una severidad que bordeaba la frialdad. En ese momento no aceptaría interrupción de nadie, y menos del hombre que le estaba coqueteando a su mujer.

—Sí. Termina y puedes retirarte. Iré en unos minutos —dijo él.

Así, volvió a darle otro beso a Ha-na, mientras Erik estaba allí afuera. La sost
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo