Ava Janssen
Londres
—Todo pasó tan rápido, no me di cuenta, Ava, yo, no lo pensé.
— ¿Mientras tú me engañabas, sabes que pensaba yo, grandísimo estúpido? Que era la única en tu vida, que nunca me podrias engañar, y lo más estúpido de todo esto, pensaba, que valia algo para ti.
Estaba enojada y cuando lo estaba mi vocabulario podía ser el más hiriente y brutal de todos y no me importaba, pocas personas sabían que mi mal humor podía cambiar en fracciones de segundos si algo no me parecía o si las actitudes de las personas estaban rebasando el límite de mi paciencia y en estos momentos estaba a punto de estallar.
—Me importas y te amo, Ava.
Sus lágrimas no dejaron de correr por sus mejillas. Sequé las mías con rabia, porque no se merecía ni una de ellas, nadie se merecía que lloraran por ellos. Era un hipócrita al decir que me amaba, era una vil mentira, pero esto se acabó, ni una lágrima más.
— ¡Si me amas! como es que te marchas, explícame eso ¿Cómo puedes decirlo y hacer una cosa diferente?
Le doy una bofetada y su rostro se hace hacia el lado contrario, empiezo a golpearlo en el pecho y mi fuerza es tal que se mueve del sitio donde se encontraba parado, toma mis brazos y los pone a un lado evitando que siga golpeándolo, quiero partirle la cara, de mi nadie se iba a burlar y menos alguien que decía amarme.
—Lo siento, amor.
—No digas que lo sientes, llegas a hacer tu maleta y me dices que tienes un amorío con otra, ¡No lo sientes maldito! ¡No sientes nada!
Mis gritos se escuchan por toda la habitación, estoy histérica, nuestra casa queda retirada de las de nuestros vecinos aun así no me importa si llegasen a escuchar nuestra pelea, espero que alguien escuche y se dé cuenta de la clase de calaña con la que me casé, de la escoria rastrera.
—No era mi intención lastimarte, Ava, lo siento tanto.
— ¡Suéltame m*****a sea, Bruno Cobbs, suéltame!
Me lleva contra su pecho y me abraza, cuando ve que ya me he calmado se sienta conmigo en la cama, se lleva las manos a la cara y se las pasa por su pelo. Quisiera abrazarlo y pedirle que no me deje, que lo volvamos a intentar, que seamos la pareja que antes éramos, pero de mi boca salen otras palabras.
— ¿En verdad la amas?
Su respuesta será el fin de nuestros días, eso lo tengo por seguro, porque no va a haber vuelta atrás, si se va, que se vaya para siempre, la puerta está abierta y cuando salgo por ella, no me volverá a ver nunca más en su vida, soy capaz de cambiar de nombre si es necesario.
—Sí.
— ¿Quién es?
Pregunto, se queda callado y me dispongo a golpearlo de nuevo, es que me hierve la sangre, fui una tonta, me vieron la cara y no se lo voy a perdonar nunca.
—Ahora no es importante.
—Tengo el derecho de saberlo.
—Charlotte Hamilton.
— ¿La hermana de tu mejor amigo?
—Así es.
— ¿Desde cuándo?
—Tres meses.
—Genial.
Tres meses es mucho tiempo, nunca sospeché que me podría estar engañando, las visitas a casa de su amigo Marcelo, eran una costumbre desde la universidad, es más, Marcelo venia también a la casa, pasaban el día hablando de sus respectivas ocupaciones, tomando cerveza y viendo algún programa de televisión, jamás se me hubiera pasado por la cabeza algo así, cómo podría sospechar siquiera en algo parecido.
—Nunca debí confiar en ti.
—Lo siento de verdad, Ava, lo siento mucho.
—Lárgate y que sea para siempre, no te quiero volver a ver en mi vida
Y ahora si toma su maleta y sale por la puerta de la habitación, llevándose con él todos mis sueños, todo mi amor y todas las ganas de formar una familia con él. Me deja sola con tantas ganas de romperle la cara a mucha gente, empezando por él mismo, pero dejo que se marche, no voy a arrastrar por el piso mi dignidad. No le iba a rogar a nadie y mucho menos a alguien que había jurado amarme y me había sido infiel.
Me había roto el corazón y pisoteado de la manera más vil. Me había traicionado y no solo una vez, llevaba meses con ella, con la hermana de su mejor amigo, malditos fueran todos. Me da tanta impotencia, que no sé cómo describirlo. Cómo echas siete años de tu vida a la basura, como entierras este dolor que te taladra hasta los huesos, cómo le dices a tu corazón que el amor de tu vida se va para siempre, que llena sus maletas para no volver, ¿alguien me puede decir cómo se hace?
No me derrumbo, soy más fuerte que eso. Empezaré una nueva vida, si era preciso cambiaré de ciudad, de país, de continente, donde nadie me conociera y poder entablar amistad con personas nuevas, sin que supieran por lo que estaba pasando. Ya tenía todo calculado, dejaría la empresa de Bruno y buscaría otro trabajo, no eran las únicas empresas que necesitaban a una secretaria ejecutiva con estudios de primer nivel.
Quito los anillos de mi dedo, esos ya me sirven, ya no significan nada para mí, conforme me los voy quitando camino hacia la caja fuerte, tecleo el número de seguridad, la abro y los deposito en el lugar, te devuelvo tus promesas.
Tomo el móvil y hago una llamada, la que nuca pensé que haría, me tiemblan las manos y mi corazón retumba en el pecho, me siento al borde del colapso, mis padres se van a enterar cuando ya haya firmado el acta de divorcio, no hay vuelta atrás. Reúno todo el valor y oprimo el botón de llamada.
—Hola.
—Hola, Ava ¿cómo estás?
Evito entrar en detalles, ya a estas alturas no importan, de cómo fueron las cosas y de quién lo provocó, me ahorro el saludo formal.
—Harold, necesito que redactes una demanda de divorcio.
— ¿A nombre de quién?
Ava Janssen LondresSu pregunta estaba agotando mis últimas reservas de paciencia, estaba a punto de mandar a la mierda a todos, que nadie se atreviera a cruzarse en mi camino, en estos momentos odiaba a todos los hombres sobre la faz de la tierra, sin excepción. Tenía tantas ganas de fumarme un cigarrillo, llevaba casi un año sin una gota de nicotina en mi sistema, estaba limpiando mi cuerpo para poder embarazarme.— ¿Cómo qué de quién? De Bruno y mío, no quiero nada y no lo voy a pedir, puede que exista un acuerdo de bienes mancomunados y unas capitulaciones, anúlalos, quiero algo simple y conciso, no hay hijos, no hay compromisos, solo pon incompatibilidad. ¿En cuánto tiempo lo tienes listo?—Me tomas por sorpresa, Ava, voy saliendo de la oficina.Al parecer no me ha conocido en el tiempo que llevamos tratándonos, era imposible que la situación pudiera empeorar, soy directa.—Lo necesito para hoy, para eso te pago.Estaba dejando salir toda mi frustración, el corte de cabezas iba
Eryx DeCostelloNew YorkPor quinta vez me encuentro en una de las cenas organizadas por mi madre, no se cansa de estar exponiendo a estas mujeres, sé que no tienen la culpa, de igual manera sus madres están de acuerdo con esto, ellas son las que organizan sus banquetes y presentan a sus hijas como si fueran ingredientes para un festín, para escoger cual queda mejor.Me encuentro sentado en la mesa que me asignaron, donde puedo ver a los demás, van llegando los demás invitados, hasta mis otros hermanos llegan, pero no los mandan a la mesa en que me encuentro, me rodearan de chicas casamenteras, como si nos encontráramos en la edad media, mantengo mi postura, todas serán rechazadas, sin excepción.—Cariño, te presento a Natalie Murphy.Mi madre llega con una de las susodichas. Me levanto de la silla, hago una inclinación de cabeza. Madre sabe que el contacto con gente desconocida no es de mi agrado.—Un gusto señorita Murphy.—Igualmente Eryx, puedes llamarme Natalie.Espero a que se s
Eryx DeCostelloNew YorkComo veo que a mi madre le ha valido lo de mis desplantes con las pobres chicas, esta vez va a ser diferente, el evento benéfico del día de hoy tendrá una nueva anfitriona, he contado a una dama de compañía, es hermosa, distinguida, elegante, así como le gustan a mi madre, pues no puede negar el buen gusto que tengo.Que si no fuera porque la he contratado para esto tal vez la invitaría a salir, a cenar y si se diera la ocasión, tal vez, solo tal vez, la invitaría a la cama. Pero como no es el caso, tendremos que regirnos a lo que negociamos, tiene que mostrarse cariñosa, así como si estuviera enamorada de mí, yo también actuaré mi parte. Debemos convencer a los demás que somos una pareja que se quiere y se respeta.La recojo puntual, Jazmín tiene porte de participante al concurso de reina de belleza, su tono de voz es melodioso, cuando le llamé por teléfono para concertar la cita me gustó lo calmado de su tono, pues quería ver a quien estaba contratando, no q
Ava JanssenNew YorkEl vuelo hacia la ciudad de New York, es reconfortante, escogí esta ciudad porque me pareció la más idónea, además nadie se puede imaginar que me fui del país, estaba teniendo unos días de descanso de lo más placenteros, después de haber pasado el jet lag, me dedique a visitar museos, conocí las mencionadas calles de la gran manzana y el famoso parque central, estaba teniendo un par de días de lo más gratificantes, pero tenía que concentrarme en la búsqueda de empleo, no contaba con cartas de referencia, es más estuve actualizando el Curriculum Vitae y no mencionaba mi relación con Cobbs y asociados, no vale la pena seguir teniendo contacto con ellos.A mis padres les hablé desde el hotel donde me encontraba, antes de venir había hecho un cambio en mi número de móvil, no podrían rastrear donde me encontraba, ya que el número salía como si me encontrara todavía en Londres, les dije que tomaría unas pequeñas vacaciones y que pronto me pondría en contacto con ellos.
Ava JanssenNew YorkMe quedé con la duda, por la diferencia de horario, pero si él lo decía no tenía por qué cuestionárselo. La hora de comida en Londres era puntual y si aún se encontraba el director o su secretaria en la oficina, podría ser posible que lo hayan atendido.—Desde luego, si necesitas alguna recomendación, la tendré en una par de días, no pedí en mi anterior trabajo ¿podría ser de índole personal?—Como te dije anteriormente, no serán necesarias, lo que necesitamos, es la mente de una persona que reaccione rápido ante cualquier situación, estoy buscando a la mejor asistente, tu perfil encaja a la perfección y me interesa mucho.—Me parece perfecto, acabo de llegar a la ciudad, tengo una semana de haber llegado, me puede dar la dirección y con gusto mañana nos vemos.—Ya te la enviamos a tu correo electrónico, mañana, pasaras a RR.HH. a firmar el contrato, quiero que leas muy bien todo, hasta estar segura lo firmaras, te daremos una capacitación por tres días y después
Ava JanssenNew York Saliendo de uno de los almacenes de mayor renombre a nivel mundial, las bolsas en mis manos hablan de lo bien que me la pasé, he comprado de todo, vestidos, faldas, blusas, zapatos y uno que otro accesorio, por lo menos en las dos o tres primeras semanas no tendré que hacer uso de mi cuenta, lo bueno es que puedo combinar las piezas que compré. Pienso caminar hasta el hotel, sigo la ruta que me he aprendido de memoria en estos días, casi llegando al cruce peatonal, un hombre que al parecer lleva prisa, con celular en mano, viéndolo, no se ha percatado que el auto que viene va directo hacia él, dejo caer las bolsas, corro apresurada hacia donde se encuentra, lo tomo de un brazo y jalo hacia el lado contrario, caemos al piso y el auto frena rechinando las llantas. Escucho los pasos de varias personas y nos ayudan aponer de pie. Unos hombres vestidos de negro lo protegen en cuanto está levantándose — ¿Se encuentra bien
Eryx DeCostelloNew YorkEra inaudito que mi secretaria se fuera sin decir una palabra, sí bien yo me consideraba un hombre con mal carácter, nunca tuve ningún incidente con ella, Marla Montesco era una dulce niña cuando entró a trabajar a la empresa, mi padre fue su jefe antes que yo y siempre la tratamos como a una más de la familia, pero el que dejara el trabajo tirado, estaba hablando muy mal de ella.Me urgía una asistente y me urgía para ayer. Salgo de la oficina, tengo que despejarme aunque sean diez minutos, la junta que se viene va a durar todo el día, necesito un café.—Señor Eryx, ya están listas las señoritas que serán entrevistadas para el puesto de secretaria ejecutiva.Soy interceptado por una de las secretarias de mi hermano Dante, es una chica rubia y menuda, es muy eficiente, pero en estos momentos no sabe el humor que me traigo. Me ha estado ayudando en todo lo referente a la agenda de actividades que llevaba Marla.— ¿Y? Contesto sin medir mi frustración. Con eso
Eryx DeCostelloNew York Apenas estoy teniendo un poco de control, cuando entra mi madre, no me aguanto. — ¡Qué haces aquí! Digo en cuanto se acerca a la cama, estoy perdiendo la poca paciencia que me queda, no ha hecho más que estar respirándome en el oído, cada dos segundo, haciendo sus planes a mi costa; con cada una de las hijas de sus amigas que me ha citado, en menos de cinco minutos las estoy despidiendo, No me agradan y por nada del mundo pasaría el resto de mi vida con ninguna de ellas. —Soy tu madre y vine a ver cómo estabas ¿no me lo puedo permitir? —Estoy bien, así que ya te puedes regresar por donde viniste. Veo que sus ojos se ponen rojos por aguantarse el llanto, no me interesa lo que le pase, soy libre, soy mayor de edad y no puede obligarme a estar con alguien que ni siquiera me cae bien, todas son remilgadas y prepotentes, que miran a los demás como si fueran unas princesas intocables.