Eryx DeCostello
New York
Como veo que a mi madre le ha valido lo de mis desplantes con las pobres chicas, esta vez va a ser diferente, el evento benéfico del día de hoy tendrá una nueva anfitriona, he contado a una dama de compañía, es hermosa, distinguida, elegante, así como le gustan a mi madre, pues no puede negar el buen gusto que tengo.
Que si no fuera porque la he contratado para esto tal vez la invitaría a salir, a cenar y si se diera la ocasión, tal vez, solo tal vez, la invitaría a la cama. Pero como no es el caso, tendremos que regirnos a lo que negociamos, tiene que mostrarse cariñosa, así como si estuviera enamorada de mí, yo también actuaré mi parte. Debemos convencer a los demás que somos una pareja que se quiere y se respeta.
La recojo puntual, Jazmín tiene porte de participante al concurso de reina de belleza, su tono de voz es melodioso, cuando le llamé por teléfono para concertar la cita me gustó lo calmado de su tono, pues quería ver a quien estaba contratando, no quería malos entendidos después yo estaba buscando una profesional, además el contrato solo especificaba presentarse y actual como una novia.
—Hola, Jazmín, soy Eryx DeCostello.
—Mucho gusto Eryx.
—Vayamos a tomar algo en lo que planeamos lo de la función benéfica, ¿te parece?
—Me parece bien, vamos.
La guie hacia donde se encontraba el auto, abrí la puerta del copiloto y le permití entrar, el sitio a dónde íbamos no estaba muy lejos, así que llegamos en menos de veinte minutos, la calles de new york un martes por la tarde era regular, todavía no estábamos en hora pico. El sitio era discreto, adentro habían ejecutivos
—Pide lo que quieras.
—Un vino tinto de la casa por favor.
—Enseguida, señorita.
—A mi igual y algo para acompañar.
—Desde luego, señor, en un momento se los traemos.
No fue mucho el tiempo que esperamos. Nos trajeron unas t***s españolas, muy sofisticadas, con queso de cabra, arándanos y ajonjolí, muy recomendadas y acompañadas del vino, excelente.
—Te explico cómo está la situación, creo que con la hoja que te envié sabrás de que se trata todo.
—Bueno, sí la leí, pero aun no me queda claro lo de anfitriona, pensé que era representar el papel de tu novia.
—Si no puedes no hay problema, será como tú te sientas, era que pudieras estar conmigo en la entrada ya que es una obra benéfica que organicé. Casi siempre la anfitriona es mi madre.
—Ya te entendí, quieres que tu madre se sienta en la obligación de cederme el lugar.
—Exactamente.
—Muy bien, entonces seré la anfitriona.
—Además no quiero que todos te empiecen a abordar y a hacer preguntas, tengo tres hermanos que son bastante cotillas, que también se preguntaran de donde saliste.
—Por eso no te preocupes, tengo una lista de empleos diplomáticos que puedo sacar, todos son verificables.
—Vaya, que profesional.
—No es mi único trabajo.
— ¿Entonces si eres diplomática?
—Lo fui por un tiempo.
—Bueno, creo que eso te sumara puntos con mi madre, dejémosla que te presuma un rato.
—Tengo fotos de los lugares que he recorrido, suelo tomar trabajos en el extranjero, casi siempre por la misma razón.
— ¿Tienes novio, eres casada?
—No a ninguna de las dos.
—Mira te voy a ser sincero, no tengo ningún interés por una relación en estos momentos, pero si se llegara a presentar que tengo que contactarte de nuevo, no me gustaría que representara un problema para ti.
—Por supuesto que no, este es mi trabajo y yo sé lo que hago.
—Muy bien, entonces prosigamos.
Nos pusimos de acuerdo en toda la escena que estábamos a punto de iniciar el día sábado. Le dije que fuera a una de las mejores boutiques de la quinta avenida, quiero que luzca mejor que las hijas de las amigas de mi madre. Podía acudir y escoger lo que quisiera. En esto no iba a escatimar en gastos.
—Bueno, la mejor parte es cuando te quiera dar un beso y tú me esquivas, mi madre se dará cuanta que estoy loco por ti, que no estás contenta con todas esas niñas tontas a las que me quiere emparejar.
—Pero tu madre no creo que se deje engañar, pues sino me habías presentado antes.
Tiene razón, pero todo está calculado, ella no tiene por qué saberlo, nosotros no le tenemos que dar santo y seña de todo lo que nos pregunte, porque esa va a ser la parte que debemos ensayar.
—Porque somos muy discretos y al ver que ella no quería desistir en sus intentos, te tuve que traer, para que viera que lo nuestro va en serio.
—Suena lógico.
—Otra cosa, te va a preguntar de dónde eres, hasta que jabón usas para bañarte, espero que estés preparada para el interrogatorio.
—Por esa parte no hay problema, me sé todas las respuestas.
—Creo que no es la primera vez que hace este papel.
—Hace unos dos años, me llevaron a Rusia a hacer el mismo papel.
— ¿Tan lejos?
—Sus padres le exigieron que querían ver si yo me podía desempeñar como su esposa en su país de origen.
— ¿Y qué pasó?
No les quiero mentir, soy tan cotilla como mi hermana, me interesaba el tema del ruso, pues veo que a todos los solteros nos pasaba lo mismo, los padres jubilados que quieren nietos y nueras a sus gustos.
—Los convencimos, ahora él vive libre aquí en New York y cuando hay la necesidad de ir a visitar a los suegros, allá vamos.
—Por ese lado no hay problema, cuando sienta que te necesite para que vuelvas a representar el papel, te llamo.
—Sin problema alguno, podemos tomarnos una foto para que la pongas de fondo de pantalla.
—Te lo iba a sugerir, la primera que se dará cuenta es mi hermana y le dirá a nuestra madre.
Tomamos dos copas de vino, a pesar de que su departamento quedaba cerca, no me podía exceder al límite permitido de alcohol, era un hombre responsable.
—Si quieres algo más, lo pedimos, yo ya no puedo tomar más.
—Por mi está perfecto.
—Entonces así quedamos, te recojo el sábado a las cinco de la tarde.
Ava JanssenNew YorkEl vuelo hacia la ciudad de New York, es reconfortante, escogí esta ciudad porque me pareció la más idónea, además nadie se puede imaginar que me fui del país, estaba teniendo unos días de descanso de lo más placenteros, después de haber pasado el jet lag, me dedique a visitar museos, conocí las mencionadas calles de la gran manzana y el famoso parque central, estaba teniendo un par de días de lo más gratificantes, pero tenía que concentrarme en la búsqueda de empleo, no contaba con cartas de referencia, es más estuve actualizando el Curriculum Vitae y no mencionaba mi relación con Cobbs y asociados, no vale la pena seguir teniendo contacto con ellos.A mis padres les hablé desde el hotel donde me encontraba, antes de venir había hecho un cambio en mi número de móvil, no podrían rastrear donde me encontraba, ya que el número salía como si me encontrara todavía en Londres, les dije que tomaría unas pequeñas vacaciones y que pronto me pondría en contacto con ellos.
Ava JanssenNew YorkMe quedé con la duda, por la diferencia de horario, pero si él lo decía no tenía por qué cuestionárselo. La hora de comida en Londres era puntual y si aún se encontraba el director o su secretaria en la oficina, podría ser posible que lo hayan atendido.—Desde luego, si necesitas alguna recomendación, la tendré en una par de días, no pedí en mi anterior trabajo ¿podría ser de índole personal?—Como te dije anteriormente, no serán necesarias, lo que necesitamos, es la mente de una persona que reaccione rápido ante cualquier situación, estoy buscando a la mejor asistente, tu perfil encaja a la perfección y me interesa mucho.—Me parece perfecto, acabo de llegar a la ciudad, tengo una semana de haber llegado, me puede dar la dirección y con gusto mañana nos vemos.—Ya te la enviamos a tu correo electrónico, mañana, pasaras a RR.HH. a firmar el contrato, quiero que leas muy bien todo, hasta estar segura lo firmaras, te daremos una capacitación por tres días y después
Ava JanssenNew York Saliendo de uno de los almacenes de mayor renombre a nivel mundial, las bolsas en mis manos hablan de lo bien que me la pasé, he comprado de todo, vestidos, faldas, blusas, zapatos y uno que otro accesorio, por lo menos en las dos o tres primeras semanas no tendré que hacer uso de mi cuenta, lo bueno es que puedo combinar las piezas que compré. Pienso caminar hasta el hotel, sigo la ruta que me he aprendido de memoria en estos días, casi llegando al cruce peatonal, un hombre que al parecer lleva prisa, con celular en mano, viéndolo, no se ha percatado que el auto que viene va directo hacia él, dejo caer las bolsas, corro apresurada hacia donde se encuentra, lo tomo de un brazo y jalo hacia el lado contrario, caemos al piso y el auto frena rechinando las llantas. Escucho los pasos de varias personas y nos ayudan aponer de pie. Unos hombres vestidos de negro lo protegen en cuanto está levantándose — ¿Se encuentra bien
Eryx DeCostelloNew YorkEra inaudito que mi secretaria se fuera sin decir una palabra, sí bien yo me consideraba un hombre con mal carácter, nunca tuve ningún incidente con ella, Marla Montesco era una dulce niña cuando entró a trabajar a la empresa, mi padre fue su jefe antes que yo y siempre la tratamos como a una más de la familia, pero el que dejara el trabajo tirado, estaba hablando muy mal de ella.Me urgía una asistente y me urgía para ayer. Salgo de la oficina, tengo que despejarme aunque sean diez minutos, la junta que se viene va a durar todo el día, necesito un café.—Señor Eryx, ya están listas las señoritas que serán entrevistadas para el puesto de secretaria ejecutiva.Soy interceptado por una de las secretarias de mi hermano Dante, es una chica rubia y menuda, es muy eficiente, pero en estos momentos no sabe el humor que me traigo. Me ha estado ayudando en todo lo referente a la agenda de actividades que llevaba Marla.— ¿Y? Contesto sin medir mi frustración. Con eso
Eryx DeCostelloNew York Apenas estoy teniendo un poco de control, cuando entra mi madre, no me aguanto. — ¡Qué haces aquí! Digo en cuanto se acerca a la cama, estoy perdiendo la poca paciencia que me queda, no ha hecho más que estar respirándome en el oído, cada dos segundo, haciendo sus planes a mi costa; con cada una de las hijas de sus amigas que me ha citado, en menos de cinco minutos las estoy despidiendo, No me agradan y por nada del mundo pasaría el resto de mi vida con ninguna de ellas. —Soy tu madre y vine a ver cómo estabas ¿no me lo puedo permitir? —Estoy bien, así que ya te puedes regresar por donde viniste. Veo que sus ojos se ponen rojos por aguantarse el llanto, no me interesa lo que le pase, soy libre, soy mayor de edad y no puede obligarme a estar con alguien que ni siquiera me cae bien, todas son remilgadas y prepotentes, que miran a los demás como si fueran unas princesas intocables.
Eryx DeCostelloNew York Me levanto para ir al baño, coloco la bolsa del suero en el triángulo, doy dos pasos y tengo a Ariana a mi lado, no escuché cuando se despertó. — ¿Se puede saber que intentas hacer? Toma el triángulo y empiezo a caminar, no es para tanto, ya me encuentro bien, las horas que he dormido han servido mucho, ya estuviera en mi departamento durmiendo con normalidad. —Voy al baño. — ¿Por qué no me llamaste? Me sorprende que esté despierta, Ariana poder dormirse en cualquier lugar y a cualquier hora, o a lo mejor si estaba preocupada por mí, pero, no era necesario que se quedara. —Pensé que estabas dormida. —Aún es temprano para que esté dormida. —Creí escucharte roncar. —Yo no ronco. —Eso dices tú, tus ronquidos se pueden escuchar de aquí a cuatro pisos hacia arriba y hacia abajo. —Llevo tres horas yo a ti escuchándote ronca
Eryx DeCostelloNew York — ¿Fuiste hoy a la empresa? —Solo un rato, los accionistas de la agencia de publicidad pidieron un receso para estudiar el caso Peterman, aproveché y me fui al spa. — ¿Y cuéntame cómo va el caso? —Es algo complicado, Peterman, quiere que vayamos a filmar el comercial a Canadá y los modelos que quiere están en otros proyectos y no se encuentran en el país, están en Milán y de ahí pasan a París, ya hablamos con sus agentes publicitarios y tenemos que esperar a que se desocupen. — ¿De casualidad no pidió cambio de modelos? —No, dijo que son esos o son esos, pero se tiene que esperar. —Yo no es nuestra culpa, cuando estuvieron libres no quiso hacer el comercial. —Mira, desde un comienzo dijo para que fecha lo quería, porque quiere aprovechar las luces de las auroras boreales, pero ya no se va a poder, está por terminarse el periodo más probable de que se den.
Ava Janssen New YorkLa alarma me despierta a las 7:00 am, la dirección a la que voy es prácticamente al frente del hotel donde me hospedo, es mucho mejor que la distancia que tenía en Londres cuando trabajaba. Falda negra, blusa blanca y zapatos negros, bolso gris, estoy lista después de haberme bañado y arreglado, paso al restaurante del hotel, un desayuno ligero, café, jugo de naranja, pan tostado y mermelada, lo que llaman un desayuno americano.Cruzo la acalle y literalmente a solo tres edificios se encuentra la empresa del conglomerado DeCostello. Llego donde se encuentran las recepcionistas, voy con la que está desocupada, le entrego la hoja que imprimí antes de salir. La toma, revisa y me ve con ojos que me escanean por completo.—Buenos días, señorita, me presento para el puesto de secretaría ejecutiva.—Debe pasar primero a RR.HH. ahí la recibirá la encargada de dar las capacitaciones.—Muchas gracias, ¿me puede indicar cómo llegar, por favor?—Desde luego, tome el ascensor