Ava Janssen
New York
El vuelo hacia la ciudad de New York, es reconfortante, escogí esta ciudad porque me pareció la más idónea, además nadie se puede imaginar que me fui del país, estaba teniendo unos días de descanso de lo más placenteros, después de haber pasado el jet lag, me dedique a visitar museos, conocí las mencionadas calles de la gran manzana y el famoso parque central, estaba teniendo un par de días de lo más gratificantes, pero tenía que concentrarme en la búsqueda de empleo, no contaba con cartas de referencia, es más estuve actualizando el Curriculum Vitae y no mencionaba mi relación con Cobbs y asociados, no vale la pena seguir teniendo contacto con ellos.
A mis padres les hablé desde el hotel donde me encontraba, antes de venir había hecho un cambio en mi número de móvil, no podrían rastrear donde me encontraba, ya que el número salía como si me encontrara todavía en Londres, les dije que tomaría unas pequeñas vacaciones y que pronto me pondría en contacto con ellos. Ya se habían enterado del divorcio, me imaginaba, pero no estaba dispuesta a recordar ese hecho con ellos, así que le podían preguntar a Bruno, él tendría todas las respuestas a todas sus preguntas.
Después de tomar un baño y pedir el desayuno, entré a una página digital en busca de empleo, me topé con un encabezado de lo más ingenioso, se veían las referencias y comentarios de algunas personas hablando en buenos términos del conglomerado el que estaba en busca de una secretaria ejecutiva.
“Se busca secretaria ejecutiva, la necesitamos para ayer” interesadas presentarse en el domicilio señalado, no importa si no tienes experiencia, nosotros valoramos el esfuerzo de la gente que quiere progresar y trabajar con nosotros. Ponían una página del correo electrónico donde podías mandar tu Curriculum Vitae, También un número de contacto y me decido a marcar en el acto.
Espero a que contesten la llamada, del otro lado contesta una voz de hombre, de seguro es asiste del presidente, se escucha muy educado.
—Buenos días ¿en qué le podemos ayudar?
—Hola, buenos días, soy Ava Janssen, llamo por lo del anuncio de empleo, quisiera saber si me pueden atender el día de hoy.
—Buenos días, señorita Janssen, por supuesto, si puede mandar su Curriculum Vitae a la dirección del correo que aparece en el anuncio y presentarse en la dirección mencionada, la atenderá personalmente el señor Tommaso DeCostello.
—Muchas gracias, ahí estaré.
Cuelgo, mando el CV y pido un taxi que me lleve a la dirección, el lugar no está lejos de donde estoy hospedada, nos hacemos aproximadamente media hora de camino, al llegar noto que no son las oficinas de la empresa, más bien es una enorme mansión, me bajo del taxi y me encamino hacia la entrada, toco el timbre y hay dos guardias de seguridad.
—Hola, buenos días, tengo una cita con el señor Tommaso DeCostello.
— ¿Su nombre por favor?
—Ava Janssen.
Uno de los guardias teclea en su portátil, ve la información y me mira, de seguro pasaron mi foto que agregué en el CV.
—Puede pasar.
Abren la puerta y hay un joven esperando por mí, vestido muy formal, me sonríe y le devuelvo su atención.
—Buenos días, soy Ava Janssen.
Estiro la mano para saludarlo, él toma la mía y nos damos un apretón de manos.
—Buenos días, señorita Janssen, el señor DeCostello, está atendiendo a otra de las aspirantes, en cuanto termine se encontrará con usted, sígame por favor.
La casa estaba llena de lujo, era casi igual a la de mis padres, desde los pisos de mármol, hasta las paredes decoradas con cuadros de pintores famosos. Seguí sus pasos y nos adentramos a una sala de estar. Sabía que encontraría el trabajo que estaba a mi nivel, esta familia exudaba dinero por todas partes, era lo que necesitaba y sé que ellos me darían el anonimato que requería.
— ¿Quiere algo de tomar?
—Un vaso con agua estaría bien, muchas gracias.
—En un momento lo traen, póngase cómoda en lo que llega el señor Tommaso.
Mientras el empleado se iba, me supuse que era un empleado, por la forma en cómo se refería al señor DeCostello, me siento en un sillón de piel muy suave, la decoración es formidable, la chimenea abarca gran parte de la pared, está encendida y le da una calidad reconfortante a la habitación, es como si te encontraras en tu propio hogar. Llega una encargada con el vaso con agua, le agradezco y se retira.
—Buenos días, señorita Janssen, siento haberla hecho esperar.
Entra un señor muy elegante de aproximadamente unos cincuenta o cincuenta y cinco años de edad a la sala, me levanto del sillón y espero a que se acerque, me extiende su mano y la tomo saludándolo con un leve apretón.
—No llevo mucho tiempo esperando, señor DeCostello, acabo de llegar, gracias por haber aceptado entrevistarme tan pronto, de verdad lo aprecio.
—Dejémonos de formalismos, puedes llamarme Tommaso, el placer es mío y te agradezco el que hayas venido.
No sabía cómo reaccionar a tan efusivo anfitrión, apenas estábamos presentándonos y ya quería que nos tuteáramos.
—Está bien, en ese caso puedes llamarme Ava.
—Perfecto, ahora que dejamos a un lado el formalismo ¿te ofrezco algo de tomar?
El señor se encontraba muy animado, algo que no era común de encontrar en un entrevistador, siempre te encontrabas con gente muy seria y este señor casi le brillaban los ojos por tenerme al frente.
—Ya me trajeron el vaso con agua que pedí, gracias, con eso está bien.
—Perfecto, ya leí tu curriculum y desde ya estás contratada.
Lo mire dubitativa, no era normal que se comportaran como si les estuviera cayendo del cielo o era precisamente eso, ya que su anuncio decían que la necesitaban con urgencia, pero también me supongo que ya había entrevistado a otras postulantes, se me hacía raro su entusiasmo, tanto que hasta he llegado a pensar que hay algo oculto en todo esto.
— ¿Aún sin las recomendaciones de mi trabajo anterior?
—Eso es lo de menos, tus calificaciones son lo más importante para mí, la llamada que hice fue para saber de tu historial académico y es asombroso, puedes iniciar desde mañana si es posible.
Ava JanssenNew YorkMe quedé con la duda, por la diferencia de horario, pero si él lo decía no tenía por qué cuestionárselo. La hora de comida en Londres era puntual y si aún se encontraba el director o su secretaria en la oficina, podría ser posible que lo hayan atendido.—Desde luego, si necesitas alguna recomendación, la tendré en una par de días, no pedí en mi anterior trabajo ¿podría ser de índole personal?—Como te dije anteriormente, no serán necesarias, lo que necesitamos, es la mente de una persona que reaccione rápido ante cualquier situación, estoy buscando a la mejor asistente, tu perfil encaja a la perfección y me interesa mucho.—Me parece perfecto, acabo de llegar a la ciudad, tengo una semana de haber llegado, me puede dar la dirección y con gusto mañana nos vemos.—Ya te la enviamos a tu correo electrónico, mañana, pasaras a RR.HH. a firmar el contrato, quiero que leas muy bien todo, hasta estar segura lo firmaras, te daremos una capacitación por tres días y después
Ava JanssenNew York Saliendo de uno de los almacenes de mayor renombre a nivel mundial, las bolsas en mis manos hablan de lo bien que me la pasé, he comprado de todo, vestidos, faldas, blusas, zapatos y uno que otro accesorio, por lo menos en las dos o tres primeras semanas no tendré que hacer uso de mi cuenta, lo bueno es que puedo combinar las piezas que compré. Pienso caminar hasta el hotel, sigo la ruta que me he aprendido de memoria en estos días, casi llegando al cruce peatonal, un hombre que al parecer lleva prisa, con celular en mano, viéndolo, no se ha percatado que el auto que viene va directo hacia él, dejo caer las bolsas, corro apresurada hacia donde se encuentra, lo tomo de un brazo y jalo hacia el lado contrario, caemos al piso y el auto frena rechinando las llantas. Escucho los pasos de varias personas y nos ayudan aponer de pie. Unos hombres vestidos de negro lo protegen en cuanto está levantándose — ¿Se encuentra bien
Eryx DeCostelloNew YorkEra inaudito que mi secretaria se fuera sin decir una palabra, sí bien yo me consideraba un hombre con mal carácter, nunca tuve ningún incidente con ella, Marla Montesco era una dulce niña cuando entró a trabajar a la empresa, mi padre fue su jefe antes que yo y siempre la tratamos como a una más de la familia, pero el que dejara el trabajo tirado, estaba hablando muy mal de ella.Me urgía una asistente y me urgía para ayer. Salgo de la oficina, tengo que despejarme aunque sean diez minutos, la junta que se viene va a durar todo el día, necesito un café.—Señor Eryx, ya están listas las señoritas que serán entrevistadas para el puesto de secretaria ejecutiva.Soy interceptado por una de las secretarias de mi hermano Dante, es una chica rubia y menuda, es muy eficiente, pero en estos momentos no sabe el humor que me traigo. Me ha estado ayudando en todo lo referente a la agenda de actividades que llevaba Marla.— ¿Y? Contesto sin medir mi frustración. Con eso
Eryx DeCostelloNew York Apenas estoy teniendo un poco de control, cuando entra mi madre, no me aguanto. — ¡Qué haces aquí! Digo en cuanto se acerca a la cama, estoy perdiendo la poca paciencia que me queda, no ha hecho más que estar respirándome en el oído, cada dos segundo, haciendo sus planes a mi costa; con cada una de las hijas de sus amigas que me ha citado, en menos de cinco minutos las estoy despidiendo, No me agradan y por nada del mundo pasaría el resto de mi vida con ninguna de ellas. —Soy tu madre y vine a ver cómo estabas ¿no me lo puedo permitir? —Estoy bien, así que ya te puedes regresar por donde viniste. Veo que sus ojos se ponen rojos por aguantarse el llanto, no me interesa lo que le pase, soy libre, soy mayor de edad y no puede obligarme a estar con alguien que ni siquiera me cae bien, todas son remilgadas y prepotentes, que miran a los demás como si fueran unas princesas intocables.
Eryx DeCostelloNew York Me levanto para ir al baño, coloco la bolsa del suero en el triángulo, doy dos pasos y tengo a Ariana a mi lado, no escuché cuando se despertó. — ¿Se puede saber que intentas hacer? Toma el triángulo y empiezo a caminar, no es para tanto, ya me encuentro bien, las horas que he dormido han servido mucho, ya estuviera en mi departamento durmiendo con normalidad. —Voy al baño. — ¿Por qué no me llamaste? Me sorprende que esté despierta, Ariana poder dormirse en cualquier lugar y a cualquier hora, o a lo mejor si estaba preocupada por mí, pero, no era necesario que se quedara. —Pensé que estabas dormida. —Aún es temprano para que esté dormida. —Creí escucharte roncar. —Yo no ronco. —Eso dices tú, tus ronquidos se pueden escuchar de aquí a cuatro pisos hacia arriba y hacia abajo. —Llevo tres horas yo a ti escuchándote ronca
Eryx DeCostelloNew York — ¿Fuiste hoy a la empresa? —Solo un rato, los accionistas de la agencia de publicidad pidieron un receso para estudiar el caso Peterman, aproveché y me fui al spa. — ¿Y cuéntame cómo va el caso? —Es algo complicado, Peterman, quiere que vayamos a filmar el comercial a Canadá y los modelos que quiere están en otros proyectos y no se encuentran en el país, están en Milán y de ahí pasan a París, ya hablamos con sus agentes publicitarios y tenemos que esperar a que se desocupen. — ¿De casualidad no pidió cambio de modelos? —No, dijo que son esos o son esos, pero se tiene que esperar. —Yo no es nuestra culpa, cuando estuvieron libres no quiso hacer el comercial. —Mira, desde un comienzo dijo para que fecha lo quería, porque quiere aprovechar las luces de las auroras boreales, pero ya no se va a poder, está por terminarse el periodo más probable de que se den.
Ava Janssen New YorkLa alarma me despierta a las 7:00 am, la dirección a la que voy es prácticamente al frente del hotel donde me hospedo, es mucho mejor que la distancia que tenía en Londres cuando trabajaba. Falda negra, blusa blanca y zapatos negros, bolso gris, estoy lista después de haberme bañado y arreglado, paso al restaurante del hotel, un desayuno ligero, café, jugo de naranja, pan tostado y mermelada, lo que llaman un desayuno americano.Cruzo la acalle y literalmente a solo tres edificios se encuentra la empresa del conglomerado DeCostello. Llego donde se encuentran las recepcionistas, voy con la que está desocupada, le entrego la hoja que imprimí antes de salir. La toma, revisa y me ve con ojos que me escanean por completo.—Buenos días, señorita, me presento para el puesto de secretaría ejecutiva.—Debe pasar primero a RR.HH. ahí la recibirá la encargada de dar las capacitaciones.—Muchas gracias, ¿me puede indicar cómo llegar, por favor?—Desde luego, tome el ascensor
Eryx DeCostelloNew YorkDespués de haber terminado la junta que nos incumbía a Dante y a mí, llegamos a la empresa con bastante tiempo de sobra, los documentos me esperaban cual fuente desbordante, se habían acumulado lo de un día y medio. Pero es algo por lo cual no me dejo avasallar. Bien aquí estamos sacando lo que se había postergado, con interés, por así decirlo.Tocan la puerta, levanto la vista de la cantidad de papeles que tengo que revisar y firmar, está en la entrada Michael Davis y una joven de por lo menos unos veintitantos años. Se nota lo nerviosa que está. Tiene su bolso abrazado a su pecho como si le temiera a algo.—Hola, Eryx, te traigo a Marissa Jones, será tu ayudante por el día de hoy — la presenta Michael — Marissa él es Eryx, el presidente del corporativo DeCostello.Al presentarse Michael con una linda chica, muy joven para rematar, estoy seguro que es la que padre ha elegido, sabe de sobra que no estoy para juegos, pensé que eso era parte del papel de mamá, l