58: Un instante.

Elian.

—Buscaré la forma —le digo a Ámbar desde el tomo de la puerta, con Gabriel mirándonos.

—Elian.

—Dime, Ámbar.

—Cuídate.

—Tu igual, pequeña.

Y salgo, junto a Gabriel, por suerte no llamando la atención de las chicas que van camino al baño y tampoco los que nos ven al salir del pasillo y llegar a la sala de juegos.

—¿Te conozco?

Contengo el rodar los ojos por quizás haber sido pillado. Dios, esto es casi imposible.

—Carly, la asesora…

—¿Eres Elian? El mesero ¿verdad? —La morena me inspecciona—. ¿Qué haces aquí?

—Soy... voluntario.

—Oh... —Ella ve a mis espaldas y aunque abre los ojos sorprendida y vuelve a verme, sacude la cabeza y sonríe un poco nerviosa—. Bye.

La veo pasar con Ámbar por nuestro lado segundos después cuando sigo allí, esperando que Gabriel salga de su trance o qué sé yo.

—Es mejor que vayamos a otro lugar —dice por fin, y lo sigo.

Caminamos juntos hasta una sala de gimnasia en donde no hay nadie, y se lleva las manos a la cabeza cuando tomo asiento, puesto que a
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