Melina Sandoval sabe cómo volverme loco, la sola idea de no poder dormir con ella esta noche me volvía loco, mis ganas de salir de esta comisaría son muchas, pero si no presentó cargos por Enzo, su estadía sería demasiado breve y eso no lo voy a permitir después de lo que hizo, lo quiero ver en esas cuatro malditas paredes sin ser capaz de ver la luz del sol hasta el día en que muera, aunque sé que eso es imposible puesto que seguramente con la influencia de su familia sería una condena reducida.No es que le desee la muerte como tal, simplemente deseo que se haga justicia porque Melina al fin de cuentas está yendo a terapia para sanar lo que vivió esos días encerrada con los matones de Enzo. Jamás le voy a perdonar el daño que le pudo hacer a mi mujer. Mi mujer. Se escucha de hermoso llamarla así. Vamos a llegar al altar, así tenga que mover cielo y tierra, nosotros vamos a estar juntos, sea como sea. Me pone un poco nervioso, pero al recordar las palabras que usó para mí esa mañana
No había pasado ni veinticuatro horas desde que le conté a toda mi familia que estaba esperando un hijo de Alexei, y la emoción que todos estaban desprendiendo me estaban sofocando porque mi madre esa misma noche llamó a mi ginecólogo para que pudiera revisarme, a pesar que le dije que no era necesario.Pero, tanto como estaba emocionada por la idea, también decepcionada porque quería que me case primero, esto se encargó de decirme cuando nos mandó a dormir a todos, hizo que me quedará un momento más para solo decirme esto y personalmente felicitarme como jamás había hecho en su vida, o al menos en un largo tiempo. Motivada me acercó a ella para abrazarla con fuerza, acurrucandome en sus brazos como niña pequeña, esperando que me metiera en la cama como hace muchos años no puede hacer, o no lo hace, lejos de quejarme, me acomodo de tal manera para que me pueda mimar como hace mucho tiempo no hace. Lista para despedirse se levanta de su sitio para tomar mi mano y subir las escaleras c
Meses después-Cuando amaneció, Melina de verdad no tuvo ganas de despertar en lo absoluto. Gruño en señal de protesta, pero supo que tenía que hacerlo.Hoy era el día.Así que se desperezo poco a poco, se sentó en la cama y estiró su cuerpo lo más cuidadosa que pudo. Estaba embarazada de ocho meses y medio, casi en la recta final. Las cosas no podían ser mejores al lado de su esposo, su dulce y domado esposo, Alexei.Sonrió. Si hace seis meses le hubieran dicho lo mandilon que podía ser, y lo sexy que eso lo hacía ver, probablemente se habría reído.Pero ahora, luego de medio año de matrimonio, estrías en las caderas, mucho sexo y otras tantas revelaciones después, podía jurar que no había mejor esposo sobre la tierra que él.Se dedicaba a hacerla feliz, a complacerla, mimarla y amarla tanto que no podía creerse la suerte que tuvo para lograr estar en la cúspide de la felicidad; al fin tenía la familia que toda su vida quiso.Sus padres eran más cercanos que nunca con ella, su herma
Una mujer puede dejarse pisotear una vez por amor, pero no habrá segunda ocasión, aprenderá de su lección y cuando renazca del daño que le hiciste, deberás tener cuidado... ━─━────༺༻────━─━Beth despertó temprano en la mañana envuelta en una nube de felicidad. Hoy era el día más esperado de su vida. Por fin se casaría con el hombre del cual estaba enamorada desde hace tantos años. Y mejor aún, trabajaría como su secretaria, así que juntos serían una mancuerna de los negocios.—Nana, ¿me preparas el baño?Su nana entró apenas escucho su voz apareció en la habitación, todos en la casa sabían que ya era el día de su matrimonio. Aunque su familia deseaba que ella se fuera de una vez por todas de sus vidas, algunos sirvientes le tenían cariño.—Ya te lo preparo señorita.Beth sonrió mirando su mano. La sortija en su dedo brillaba como nunca, era redondo y grande, de color azul cielo con un intrincado de serpiente alrededor, el emblema de la familia Blake, imponiéndose sobre ella.Pront
CINCO AÑOS DESPUÉS....—Isabella está embarazada.Cuando escucho esas palabras, fue como si unas dagas se hubieran incrustado dentro de su ya débil corazón.—¿Por qué? —susurró.Él alzó una ceja.—¿Por qué, qué? ¿Te parece extraño? Pensé que ya lo esperarías.Ella negó con la cabeza, frustrada —Eso no es lo que digo. Te pregunto a ti, ¿por qué me hiciste esto? ¿por qué ella y no yo?Odiaba estar sumergida en el dolor justo frente a él, dejándole ver cuánto le afectaba su rechazo.—Jamás te ame, parece que no lo recuerdas con claridad, pero jamás te ame, Annabeth. Ni siquiera como mi secretaria pudiste hacer un buen trabajo, todo el tiempo solo deseaba reemplazarte por alguien más eficiente.Sus piernas no pudieron soportarlo más y cedieron, llevándola al frío suelo inmediatamente. No podía mirarlo más a la cara, no podía enfrentar más su odio y desprecio.Tras cinco años de matrimonio, al fin podía darse cuenta de la realidad... Su esposo jamás la amó, y nunca lo haría, porque siem
La casa estaba en silencio cuando volvió. Le costaba respirar con cada paso que daba, pero al menos ya tenía más conocimiento que hace unas horas. Ahora quizás ya podría enfrentarse a su nueva vida.Una vida en la cual su matrimonio estaba casi oficialmente acabado.Al acercarse, divisó una luz en medio de la sala todavía encendida. Era algo extraño, ya que él solía no estar por las noches.De pronto, su voz llenó el vacío.—¿En dónde estabas, Beth? —había algo de dureza en su tono, pero lo desestimó.—Salí a caminar, Dominik. ¿No crees que eso es algo normal, teniendo en cuenta la situación? Estuvieron cara a cara cuando ella se paró enfrente de él. Sus ojos fríos como el hielo la taladraron en su sitio.—No puedes dar de qué hablar en los medios, aunque dejemos de ser marido y mujer debes mantener una imagen intachable.Alzó una ceja, inquisitiva.—¿Es esa una orden o una sugerencia? —preguntó con ironía.No se esperaba que él se levantara tan rápido, así que trastabillo para ale
Tan solo unos días después comenzó a organizar la que sería su nueva vida. Investigó todo lo que pudo y decidió que en ese mismo día, llevaría a cabo lo que había estado ideando en silencio.El joyero detrás del mostrador le sonrió admirado.—Señorita, debo decirle que esta pieza es exquisita. Totalmente original. ¿Está segura de que quiere venderla? Sería una pena... —comenzó a decirle. Alzó una mano para interrumpirlo.—Estoy segura, puede proceder con la venta.Después de la valuación, le dieron poco más de un millón y medio de dólares por el collar, sobre todo por las piedras preciosas que tenía incrustadas. Ella sabía que se podía obtener mucho más, pero era un buen inicio.Perteneció a la abuela de Dominik. Se remontaba a una herencia de siglos atrás, pero ahora sería su boleto a la independencia.Una hora después, el banco ya había depositado a su cuenta el dinero del cheque.Salió rumbo a una boutique de ropa y gastó miles de dólares en ropa de lujo que siempre había queri
Los padres de Dominik parecían mantener una charla agradable con su hijo. Era posible que en ese momento su suegra estuviera culpándola por su retardo. ¿Pero qué podía hacer? Todavía temblaba del coraje y el frío.Rebuscó en su armario hasta que encontró un vestido que su marido odiaba con el alma. Era el vestido que usó en su noche de bodas, pensaba que sería una noche inolvidable... pero la dejó sola en la cama. Trató de apartar de su mente aquellos malos recuerdos. Ella era tan joven que le dolía haber sido una tonta ilusionada.Después de ducharse rápido y secarse el cabello, sacó el vestido de su funda.El vestido era blanco y le llegaba debajo de los muslos, decentemente escotado pero dejando su espalda al aire libre. La parte de las piernas era muy pegada al cuerpo, así que decidió no usar ropa interior, justo como el día en que pensó tendría la noche de bodas más mágica del mundo. Un lazo le rodeba el cuello y caía por la espalda. Se calzó unos tacones también blancos y tomó su