Salí del hotel, sintiéndome el hombre más jodidamente afortunado del mundo. La noche que había pasado con ella fue asombrosa, justo como lo esperaba. No se comparaba con nada, ni nadie. Ella me eclipsa a los sentidos de una manera increíble, me llevaba a la cúspide del placer sin siquiera esforzarse.Manejé cuidadosamente sobre las calles de mi ciudad, no podía sacar de mi mente esos ojos almendrados mirándome mientras la llenaba, o sus gemidos cuando succionaba sus pezones. Esas piernas sedosas envueltas alrededor de mi y atrayéndome más y más cerca.Traté de meter esos recuerdos muy al fondo de mi mente, necesitaba pensar en otras cosas. Por ejemplo, ahora mismo debía ver la obra, ya que deseaba que cuando regresemos de la Luna de miel, esté perfectamente bien para habitar, para formar el hogar que debíamos crear ella y yo.Y claro, llevar a cabo los negocios que no podía cuando era soltero, disfrutar de mi estatus de hombre casado.Sonreí al pensar en eso.Al llegar a mi hogar, lo
¿Y ahora qué hago?Me removí en mi lugar al oír la puerta abrirse, de inmediato fui al baño para poder coger la bolsa de basura para que esa prueba de embarazo no sea descubierta por Alexei ni por casualidad. Solamente .e faltaría que aún no he podido procesar la información para mí sola, y ya me cachen con la noticia.Primero tengo que hacerme a la idea, ir al ginecólogo, tener unas cuantas crisis existenciales, escoger el nombre del bebé... Y entonces sí, quizás estaré lista para decirle al mundo que el linaje Sandoval seguía creciendo.Pero, ¿dónde esconderlo?Carajo. Miré en todos lados, optando por dejarlo nuevamente en el basurero, corriendo a la habitación para poder comunicarme por el telefonillo para pedir que alguien venga a limpiar la habitación lo antes posible, corriendo al baño de regreso cuando escuché los pasos salir del pequeño salón fuera de la habitación.Por primera vez agradezco a Dios que la habitación sea lo suficientemente grande como para no ser descubierta y
Si tuviese que elegir no estaría llevando esta bendita venda de ojos, me tiene loca, quiero saber qué está pasando, a dónde me está llevando y tengo un hambre que me comería una vaca entera. Pero no puedo reclamar, aunque, ¿por qué no? Creo que tengo la suficiente confianza como para hablar con él, bueno, ya, veamos.—¿Ya estamos llegando? No entiendo porque me tienes que vendar los ojos si estamos en el auto.No pude escuchar su voz pero si su risa, suave y tan bonita que me dio ganas de sacarme la venda para poder verle, pero me quedo en silencio, mirando en la oscuridad todavía. Mis manos fueron directamente a su rostro, al menos eso creo, porque mis manos comenzaron a tocar su mentón, sus labios, sus cejas.Él llevó sus manos a mis propias manos, guiandolas a sus propios labios, que me dejo unos cuantos besos en la palma de mis manos, algo que me hizo sonreír ampliamente y me mordí los labios, exhalando un suspiro bastante despacio, ligero.Sus labios me besaron y seguí este beso,
Ya cuando lo hizo pude distinguir por primera vez los árboles iluminados de luces navideñas, los arbustos de flores y una mesita para dos con platos, cubiertos, copas... Todo se veía bastante bien. Alcé la mirada hacía Alexei con una sonrisa, para después mirar lo que está alrededor y me acerque a una silla pero él me apartó para abrir la silla para mí. Todo un caballero.Me encanta, es tan lindo que sea así de considerado pero a pesar que disfrute mucho de esta situación no puedo ilusionarme porque el bebé que tengo en mí, es un problema. Es un problema por tantas cosas.El contrato. Lo que sentía por Alexei. Nuestra extraña relación que poco a poco se transforma en algo que no tenía ni idea de cómo llamarlo. Y para colmo de males, yo misma no estaba lista.Todo era simplemente una locura sobre otra.—¿A qué se debe esta sorpresa?Él me miró con diversión, pero se limitó a sonreír mientras encoge sus hombros. ¿Me dirá? Hice una pequeña mueca, bajando la mirada hacía mi copa.—No tien
La mañana siguiente otra vez desperté sola pero él hombre romántico de la noche anterior parecía estar en la ducha porque a lo lejos escuché el caer del agua. Mis ganas de levantarme son muchas pero estoy tan floja que me removí en la cama, dando unas cuantas vueltas antes de ver entre mis pestañas a ese hombre que lentamente se iba acercando a mí, al menos yo veía que se acercaba lentamente porque no podía ver bien. Froté mis ojos, quitándome el sueño, sonriendo cuando se acercó para dejarme un beso en mi frente y otro en mis labios. Tan lindo.Y ahí van de nuevo las náuseas que parecía ser mi fiel compañera a partir de ahora, eran incómodas y molestas. Yo amaba comer.Quitandose la toalla se metió conmigo en la cama, abrazándome con fuerzas, como si no quisiera que me mueva, que me marche y a mí que me dio tanta ternura que quise respondí a esos besos que me iba dando, me abracé a él, hundiendo mi rostro en el espacio de su cuello, subiendo encima suyo para quedarme ahí. Él es tan
Tomé el licor del vaso que tenía entre mis dedos. Miraba a mis hermanas escoger vestidos para la cena que habría con unos socios de mi padre, necesitábamos exportar la mercancía a otros países y él busca a hacer alianzas con sus mejores contactos, de esa manera evitaríamos caer en problemas con el control de aduanas y con mafias rivales.Esperé pacientemente a que mi padre terminase si llamada. Lenna y Sienna, mis hermanas gemelas, saludaron a mi padre cuando volvió del balcón, se miraron entre ellas y salieron de la habitación con prisa, sabían que cuando nuestro padre y yo hablábamos de negocios, tenían que darnos espacio y cero problemas.—Bueno, mio figlio, he conseguido lo que tanto necesitamos. Mañana mismo enviamos todo ese cargamento para Irak, es un hecho el negocio —anunció con regocijo.Se sirvió su propia copia de licor, y se sentó a mi lado para observar las vistas de nuestra casa temporal en Grecia, ya que ahora teníamos operaciones aquí. Sobretodo la más importante: Mel
Eran las seis de la tarde.La calle se estaba llenando de personas ya que es hora punta para muchos, la cafetería poco a poco se iba abarrotando y aunque eso a mí me llena de nervios, porque me siento observada, salgo bien cubierta al exterior de la misma, mirando la espalda de Enzo, viendo para donde se iba para poder seguirle. Su automóvil no era una limusina como tal, era más que todo una camioneta grande de cuatro puertas, y eso me confirma aún más que está en cosas turbias.Pero me quede callada, dudando si subir o no al automóvil, pero las personas seguían yendo de un lado a otro, caminando cerca de mí, empujándome, inclusive y esto me estaba poniendo más nerviosa, así que cuando la puerta de atrás de la camioneta fue abierta, me subí de inmediato, volviendo a sentir calma cuando la puerta se cerró con él adentro.—¿A dónde nos vamos?Sujeto mi cabellera suelta en una coleta alta, sintiendo que de esta manera pudiera respirar un poco, sintiéndome más en calma, aunque eso, precis
Di un par de vueltas en el pad antes de enviar el último correo, por suerte el automóvil se detuvo frente a un bonito restaurante, no estaba vestida para el lugar pero al parecer tampoco Enzo, aunque se ve fantástico en esos pantalones grises y esa camisa blanca con tres botones abiertos. Le di un pequeño empujoncito a lo que él se ríe, le di una sonrisa rápida antes de apagar la laptop y guardarla en mi bolsa. Abrió la puerta pero antes se volvió a mí con una sonrisa pequeña. —¿Lista? —No, creo que no estoy vestida para la ocasión, pero tengo hambre, ya podemos bajar. —Estás perfecta. Y su mano fue directo a mí abdomen que no había crecido ni siquiera un poco pero eso a él parecía no importarle ni un poco. Por primera vez pude ser consciente de un modo positivo del bebé que está creciendo dentro de mí, aunque no lo quiera admitir es algograndioso. Sin embargo, ¿cómo es que le voy hablar de esto a Alexei? Es demasiado complicado, y el contrato... Dios, esto es un grave problema qu