Si tuviese que elegir no estaría llevando esta bendita venda de ojos, me tiene loca, quiero saber qué está pasando, a dónde me está llevando y tengo un hambre que me comería una vaca entera. Pero no puedo reclamar, aunque, ¿por qué no? Creo que tengo la suficiente confianza como para hablar con él, bueno, ya, veamos.—¿Ya estamos llegando? No entiendo porque me tienes que vendar los ojos si estamos en el auto.No pude escuchar su voz pero si su risa, suave y tan bonita que me dio ganas de sacarme la venda para poder verle, pero me quedo en silencio, mirando en la oscuridad todavía. Mis manos fueron directamente a su rostro, al menos eso creo, porque mis manos comenzaron a tocar su mentón, sus labios, sus cejas.Él llevó sus manos a mis propias manos, guiandolas a sus propios labios, que me dejo unos cuantos besos en la palma de mis manos, algo que me hizo sonreír ampliamente y me mordí los labios, exhalando un suspiro bastante despacio, ligero.Sus labios me besaron y seguí este beso,
Ya cuando lo hizo pude distinguir por primera vez los árboles iluminados de luces navideñas, los arbustos de flores y una mesita para dos con platos, cubiertos, copas... Todo se veía bastante bien. Alcé la mirada hacía Alexei con una sonrisa, para después mirar lo que está alrededor y me acerque a una silla pero él me apartó para abrir la silla para mí. Todo un caballero.Me encanta, es tan lindo que sea así de considerado pero a pesar que disfrute mucho de esta situación no puedo ilusionarme porque el bebé que tengo en mí, es un problema. Es un problema por tantas cosas.El contrato. Lo que sentía por Alexei. Nuestra extraña relación que poco a poco se transforma en algo que no tenía ni idea de cómo llamarlo. Y para colmo de males, yo misma no estaba lista.Todo era simplemente una locura sobre otra.—¿A qué se debe esta sorpresa?Él me miró con diversión, pero se limitó a sonreír mientras encoge sus hombros. ¿Me dirá? Hice una pequeña mueca, bajando la mirada hacía mi copa.—No tien
La mañana siguiente otra vez desperté sola pero él hombre romántico de la noche anterior parecía estar en la ducha porque a lo lejos escuché el caer del agua. Mis ganas de levantarme son muchas pero estoy tan floja que me removí en la cama, dando unas cuantas vueltas antes de ver entre mis pestañas a ese hombre que lentamente se iba acercando a mí, al menos yo veía que se acercaba lentamente porque no podía ver bien. Froté mis ojos, quitándome el sueño, sonriendo cuando se acercó para dejarme un beso en mi frente y otro en mis labios. Tan lindo.Y ahí van de nuevo las náuseas que parecía ser mi fiel compañera a partir de ahora, eran incómodas y molestas. Yo amaba comer.Quitandose la toalla se metió conmigo en la cama, abrazándome con fuerzas, como si no quisiera que me mueva, que me marche y a mí que me dio tanta ternura que quise respondí a esos besos que me iba dando, me abracé a él, hundiendo mi rostro en el espacio de su cuello, subiendo encima suyo para quedarme ahí. Él es tan
Tomé el licor del vaso que tenía entre mis dedos. Miraba a mis hermanas escoger vestidos para la cena que habría con unos socios de mi padre, necesitábamos exportar la mercancía a otros países y él busca a hacer alianzas con sus mejores contactos, de esa manera evitaríamos caer en problemas con el control de aduanas y con mafias rivales.Esperé pacientemente a que mi padre terminase si llamada. Lenna y Sienna, mis hermanas gemelas, saludaron a mi padre cuando volvió del balcón, se miraron entre ellas y salieron de la habitación con prisa, sabían que cuando nuestro padre y yo hablábamos de negocios, tenían que darnos espacio y cero problemas.—Bueno, mio figlio, he conseguido lo que tanto necesitamos. Mañana mismo enviamos todo ese cargamento para Irak, es un hecho el negocio —anunció con regocijo.Se sirvió su propia copia de licor, y se sentó a mi lado para observar las vistas de nuestra casa temporal en Grecia, ya que ahora teníamos operaciones aquí. Sobretodo la más importante: Mel
Eran las seis de la tarde.La calle se estaba llenando de personas ya que es hora punta para muchos, la cafetería poco a poco se iba abarrotando y aunque eso a mí me llena de nervios, porque me siento observada, salgo bien cubierta al exterior de la misma, mirando la espalda de Enzo, viendo para donde se iba para poder seguirle. Su automóvil no era una limusina como tal, era más que todo una camioneta grande de cuatro puertas, y eso me confirma aún más que está en cosas turbias.Pero me quede callada, dudando si subir o no al automóvil, pero las personas seguían yendo de un lado a otro, caminando cerca de mí, empujándome, inclusive y esto me estaba poniendo más nerviosa, así que cuando la puerta de atrás de la camioneta fue abierta, me subí de inmediato, volviendo a sentir calma cuando la puerta se cerró con él adentro.—¿A dónde nos vamos?Sujeto mi cabellera suelta en una coleta alta, sintiendo que de esta manera pudiera respirar un poco, sintiéndome más en calma, aunque eso, precis
Di un par de vueltas en el pad antes de enviar el último correo, por suerte el automóvil se detuvo frente a un bonito restaurante, no estaba vestida para el lugar pero al parecer tampoco Enzo, aunque se ve fantástico en esos pantalones grises y esa camisa blanca con tres botones abiertos. Le di un pequeño empujoncito a lo que él se ríe, le di una sonrisa rápida antes de apagar la laptop y guardarla en mi bolsa. Abrió la puerta pero antes se volvió a mí con una sonrisa pequeña. —¿Lista? —No, creo que no estoy vestida para la ocasión, pero tengo hambre, ya podemos bajar. —Estás perfecta. Y su mano fue directo a mí abdomen que no había crecido ni siquiera un poco pero eso a él parecía no importarle ni un poco. Por primera vez pude ser consciente de un modo positivo del bebé que está creciendo dentro de mí, aunque no lo quiera admitir es algograndioso. Sin embargo, ¿cómo es que le voy hablar de esto a Alexei? Es demasiado complicado, y el contrato... Dios, esto es un grave problema qu
Un quejido escapó de sus labios justo al instante en que abrí mis piernas, tocando mis rodillas con las sábanas, sintiendo como su dedo se iba deslizando por el largo de mis labios inferiores y finalmente hundirse a la entrada de mis paredes que lo recibieron como brazas ardiendo, esos gestos suyos es un poema completa que por más que son duros se veían tan perfectos desde la distancia en que estamos ahora mismo. Un poema que me dio ese impulso de atraerlo desde la camisa hacía mí para besar esos labios tan deliciosos que hace poco estaban besando el interior de mis muslos.Bese esos labios, mordiendo su labio inferior mientras esos dedos suyos se adentraron en mí, creando un murmullo pegajoso, pero tan divino que empuje contra esos dedos gruesos, esa mano que cubría cada espacio que iba palmeando para hacer ese murmullo más audible, en donde el eco solo amplifica la música que creamos juntos. El beso se intensificó con fiereza mientras mis dedos rápidamente iban abriendo los botones
Los días se sentían muy extraños. Yo sabía lo que sucedía, y aún así, dejaba que siga su curso. Como bien le dije a Enzo, le iba a permitir hacer su jugada. Yo mismo le di la oportunidad de estar con Melina, y me tendría que aguantar, con la esperanza de que ella lograse elegirme.Conforme pasaban los días, pude entender lo que ella significaba para mí. ¿Si fue buena idea hacerla mi esposa mediante una venganza? Quizás no tanto. Es probable que ella misma me esté odiando por lo que le hice, y no la juzgo. La hice pasar por una situación horrible en medio de todos sus problemas, le ate a una vida conmigo que ella nunca quiso. La hice sufrir. Pero cómo me encantaba esa mujer, apesar de que seguramente se acercó ese día del bautizo a propósito y haya olvidado mencionar en Grecia que ya había perdido su virginidad antes, conmigo, aunque ella parezca ignorar ese detalle.Además, ésta es mi karma. Yo sabía perfectamente que hice cosas erróneas, jugué con muchos corazones y ahora mismo estab