Las casi quince horas de viaje, fueron infinitas. Aún no salgo del aeropuerto porque me hace falta recoger mi maleta para poder coger el taxi que por cierto tengo que llamar. Con cierto miedo prendí el teléfono para activar el roaming de mi teléfono para poder usar los datos móviles y reinicio el teléfono sin importarme de las infinitas llamadas que tengo por parte de estos dos hombres. Mientras esperaba por mi maleta me puse los audífonos para poner un poco de música, olvidando que tengo que comer o beber un poco de agua. Una media hora más tarde ya tenía mi maleta conmigo así que me senté en la sala de espera para poder buscar el taxi que me lleve a la dirección del hotel que había pedido una reservación y de inmediato le escribo a mi asistente para poder saber si hizo me separo una lista con una terapeuta. Me acomodo la bolsa de mano para irme a la cafetería del aeropuerto para poder buscar algo de comer que el taxi iba a tomar un poco más de tiempo en llegar a la puerta. No iba a
Dos días después de que ella se fue, la extrañé muchísimo. Sabía que ella estaría viendo las cosas con su empresa, así que por esa razón estaba tranquilo.Aunque por las noches me asaltaba la horrible imagen de ella encontrándose con Enzo, sin que yo pudiera saberlo o hacer nada, traté de confiar. Ella me había confesado su amor, algo muy importante para mí. Pero sin embargo, en ese momento, yo no pude decirle nada.¿Qué le diría? Sería un hipócrita si le decía que también la amaba cuando acababa de encontrarme con mi secretaria encima del escritorio, y ella recién llegando del lado de Enzo Donatti, mi peor enemigo jurado. Hace unos años atrás, no me habría interesado en lo más mínimo lo que Mel pudiera sentir, en ese entonces yo era una persona distinta. Estaba cegado por las palabras de mi madre contra mi hermano y mi padre, tratando de crear mi propio criterio y no caer en el odio ni en el resentimiento. Era un hombre totalmente distinto. Del que no me sentía totalmente orgulloso
Retuve el aliento, observando como la mujer sigue haciendo sus anotaciones y mis ojos van directo al reloj redondo que esta justo al frente suyo, redondo de color gris. Ya casi falta nada para terminar los cuarenta y cinco minutos, creo. Ni recuerdo a qué hora es que ingrese aquí pero está mujer se volvió en mi dirección, alzando apenas las cejas, como si deseará decirme algo. ¿O es mi imaginación?—¿Es necesario conocer cómo es la relación conmigo misma para que me ayudes a decidir qué hacer con este embarazo y con estos dos hombres? —frote mis piernas, sintiendo como el coraje iba creciendo en mí—. Vine por ayuda.—¿Qué quieres hacer tú con el embarazo? —no me lo creo, ¿para qué vine?—, ¿qué sientes por estos hombres?—Confusión, siento confusión porque siento muchas cosas por Alex pero, ¿cómo le voy a decir del embarazo? No estaba escrito en el contrato.De verdad, necesito un consejo útil, no solo que me escuché, ¿se supone que ellos te van aconsejar, no?, ¿por qué no está haciend
Seguir a Melina fue muy difícil. Empezando porque el día que se suponía ella debía de irse no se fue, sino que regresó con su prometido y no me respondió más nada. Pensé que luego se tener relaciones las cosas serían distintas, pero me equivoqué al parecer, ya que no volvió a llamarme ni mandar mensajes, o tan solo contestarme alguno.Así que tuve que elaborar de una vez mi plan, mi padre ya me estaba presionando para obtener resultados, y yo ya no podía seguir jugando. Alexei me había prometido una oportunidad pero al parecer contrato espías, lo cual dificultaba mucho las cosas por el tema de las cosas ilegales que hacíamos.Mi padre se dio cuenta. Él no solía meterse mucho en mis asuntos ni yo en los de él, era una especie de tácito acuerdo. Me puso una mano sobre el hombro, e inclino su frente sobre la mía.«Per la famiglia», y yo había asentido, sabiendo exactamente a lo que se refería. Tenía razón.Así que tuve que acelerar el proceso y hacer lo que mejor podía: raptarla. Y lo me
Besar esos labios carnosos es más embriagador que el mismo vino tinto, por esto es que la bese un par de veces más antes que sus dedos se escurran de mi mano. Esta noche la vería, aunque una sensación extraña tengo en el corazón, como si ella pudiese siquiera desaparecer. ¿Cómo podría? Mentí muy bien como para que se crea que el hijo que crece en ella es mío. Jugué muy bien mi papel, le hice ver mi interés... por eso es que se entregó a mí finalmente. Dios sabe que esa mujer sacó mi lado más pasional, ni siquiera Akela, que me tenía loco conoce está faceta mía. Nadie.—Erick, sigue a Melina, dime cada uno de sus pasos y a donde es que se va.Colgué la llamada, dejando el teléfono a mi costado antes de abrazarme a las sábanas que aún tienen su olor, ese perfume embriagante que anhelo volver a tener cerca mío. ¿Debería decirle a Alexei lo que está ocurriendo? No, mejor que esto pase cuando oficialice mi relación con ella. Con la pesadez que me invade me salí de la cama para poder ir a b
¿Cuántos días más voy a estar en está situación?Estar tanto tiempo a oscuras me pone muy nerviosa porque no sé cuanto tiempo voy a poder aguantar. Apenas puedo ir al baño, me dan de comer y me dan de beber agua, nunca antes había experimentado esto. ¿Por qué ahora? No sé si me quieren matar, o ¿qué?Quiero dormir en mi cama, no en este poste, mis manos necesitan una manicura, mi cuerpo un maldito masaje porque lo único que siento es un dolor insoportable y lo más horrible es que la última vez que pude interactuar con alguien fue justo con una psicóloga. Y esa última discusión con el idiota de Alexei... no, es que yo ya no puedo estar en está situación. No quiero, no puedo y me rehuso completamente a someterme a esta situación en la que me tienen en una situación bastante asfixiante. Sin olvidarme de esas preguntas exhaustivas que no saben más que preguntarme para que vine. ¿Por qué les importa? No entiendo porque me tienen atada aquí, ¿qué hice o que hicieron para qué me tengan así?
Me quitaron la tela que cubría mi rostro, y aunque no podía ver con claridad, intente ver más allá, cosa que no fue nada fácil porque me costó que mis ojos se pudieran acomodar a la luz del día.Quitaron las cuerdas de mi mano y me froto mis muñecas con mucho cuidado que me duelen demasiado, pude ver estas que estaban completamente rojas, hasta parece que están lastimadas porque están tan rojas que parecía que sangre saldría de mi piel.¿Qué está pasando?—¿Por qué me hiciste esto?Ni siquiera podía mover las manos bien, las lágrimas siguieron cayendo despiadadas y el dolor fue aumentando en todo mi ser. No me puedo creer lo que esta sucediendo, estar frente a este hombre. Realmente me había secuestrado?—¿Por qué me hiciste esto? —exijo.Me alcé del asiento, acercándome a él para golpearlo con fuerza con mis puños adoloridos y agitar su chaqueta, sintiendo ese escalofríos recorrer todo mi cuerpo.—¿Por qué me hiciste esto? Se supone que eres el padre de mi hijo, ¿por qué me hiciste e
¿Cuánto tiempo se supone que estaría fuera? Si tan solo le hubiera preguntado, si tan solo pudiera saber en qué lugar está. No tuve necesidad de hablar con Tinna para que pida al hombre que me dio estas fotografías, que también la siga en México. ¿Ya habrá llegado Melina? Esta pregunta no deja de dar vueltas en mi cabeza, ya le dejé una infinidad de mensajes de texto, llamadas, pero ni una sola vez me respondió. ¿Seguirá molesta conmigo y por eso no me escribe? Volví a llamar, pero otra vez me llevó al buzón. ¿De verdad me habrá elegido a mí o es que volvió con Enzo? No entiendo que está sucediendo, y todo esto me está desesperando al punto de enloquecer. ¿Y si mejor voy a México? Dudo que sea una mala idea, además, ¿qué puedo perder? Nada, puede que ahí descubra si de verdad me eligió, o si cambio de opinión.Esto es inquietante. No saber nada, cuando usualmente tengo la seguridad de todo lo que pasa a mi alrededor.Pedí a Tinna que compre un boleto de avión, también pregunte si tie