Tomé el licor del vaso que tenía entre mis dedos. Miraba a mis hermanas escoger vestidos para la cena que habría con unos socios de mi padre, necesitábamos exportar la mercancía a otros países y él busca a hacer alianzas con sus mejores contactos, de esa manera evitaríamos caer en problemas con el control de aduanas y con mafias rivales.Esperé pacientemente a que mi padre terminase si llamada. Lenna y Sienna, mis hermanas gemelas, saludaron a mi padre cuando volvió del balcón, se miraron entre ellas y salieron de la habitación con prisa, sabían que cuando nuestro padre y yo hablábamos de negocios, tenían que darnos espacio y cero problemas.—Bueno, mio figlio, he conseguido lo que tanto necesitamos. Mañana mismo enviamos todo ese cargamento para Irak, es un hecho el negocio —anunció con regocijo.Se sirvió su propia copia de licor, y se sentó a mi lado para observar las vistas de nuestra casa temporal en Grecia, ya que ahora teníamos operaciones aquí. Sobretodo la más importante: Mel
Eran las seis de la tarde.La calle se estaba llenando de personas ya que es hora punta para muchos, la cafetería poco a poco se iba abarrotando y aunque eso a mí me llena de nervios, porque me siento observada, salgo bien cubierta al exterior de la misma, mirando la espalda de Enzo, viendo para donde se iba para poder seguirle. Su automóvil no era una limusina como tal, era más que todo una camioneta grande de cuatro puertas, y eso me confirma aún más que está en cosas turbias.Pero me quede callada, dudando si subir o no al automóvil, pero las personas seguían yendo de un lado a otro, caminando cerca de mí, empujándome, inclusive y esto me estaba poniendo más nerviosa, así que cuando la puerta de atrás de la camioneta fue abierta, me subí de inmediato, volviendo a sentir calma cuando la puerta se cerró con él adentro.—¿A dónde nos vamos?Sujeto mi cabellera suelta en una coleta alta, sintiendo que de esta manera pudiera respirar un poco, sintiéndome más en calma, aunque eso, precis
Di un par de vueltas en el pad antes de enviar el último correo, por suerte el automóvil se detuvo frente a un bonito restaurante, no estaba vestida para el lugar pero al parecer tampoco Enzo, aunque se ve fantástico en esos pantalones grises y esa camisa blanca con tres botones abiertos. Le di un pequeño empujoncito a lo que él se ríe, le di una sonrisa rápida antes de apagar la laptop y guardarla en mi bolsa. Abrió la puerta pero antes se volvió a mí con una sonrisa pequeña. —¿Lista? —No, creo que no estoy vestida para la ocasión, pero tengo hambre, ya podemos bajar. —Estás perfecta. Y su mano fue directo a mí abdomen que no había crecido ni siquiera un poco pero eso a él parecía no importarle ni un poco. Por primera vez pude ser consciente de un modo positivo del bebé que está creciendo dentro de mí, aunque no lo quiera admitir es algograndioso. Sin embargo, ¿cómo es que le voy hablar de esto a Alexei? Es demasiado complicado, y el contrato... Dios, esto es un grave problema qu
Un quejido escapó de sus labios justo al instante en que abrí mis piernas, tocando mis rodillas con las sábanas, sintiendo como su dedo se iba deslizando por el largo de mis labios inferiores y finalmente hundirse a la entrada de mis paredes que lo recibieron como brazas ardiendo, esos gestos suyos es un poema completa que por más que son duros se veían tan perfectos desde la distancia en que estamos ahora mismo. Un poema que me dio ese impulso de atraerlo desde la camisa hacía mí para besar esos labios tan deliciosos que hace poco estaban besando el interior de mis muslos.Bese esos labios, mordiendo su labio inferior mientras esos dedos suyos se adentraron en mí, creando un murmullo pegajoso, pero tan divino que empuje contra esos dedos gruesos, esa mano que cubría cada espacio que iba palmeando para hacer ese murmullo más audible, en donde el eco solo amplifica la música que creamos juntos. El beso se intensificó con fiereza mientras mis dedos rápidamente iban abriendo los botones
Los días se sentían muy extraños. Yo sabía lo que sucedía, y aún así, dejaba que siga su curso. Como bien le dije a Enzo, le iba a permitir hacer su jugada. Yo mismo le di la oportunidad de estar con Melina, y me tendría que aguantar, con la esperanza de que ella lograse elegirme.Conforme pasaban los días, pude entender lo que ella significaba para mí. ¿Si fue buena idea hacerla mi esposa mediante una venganza? Quizás no tanto. Es probable que ella misma me esté odiando por lo que le hice, y no la juzgo. La hice pasar por una situación horrible en medio de todos sus problemas, le ate a una vida conmigo que ella nunca quiso. La hice sufrir. Pero cómo me encantaba esa mujer, apesar de que seguramente se acercó ese día del bautizo a propósito y haya olvidado mencionar en Grecia que ya había perdido su virginidad antes, conmigo, aunque ella parezca ignorar ese detalle.Además, ésta es mi karma. Yo sabía perfectamente que hice cosas erróneas, jugué con muchos corazones y ahora mismo estab
Las casi quince horas de viaje, fueron infinitas. Aún no salgo del aeropuerto porque me hace falta recoger mi maleta para poder coger el taxi que por cierto tengo que llamar. Con cierto miedo prendí el teléfono para activar el roaming de mi teléfono para poder usar los datos móviles y reinicio el teléfono sin importarme de las infinitas llamadas que tengo por parte de estos dos hombres. Mientras esperaba por mi maleta me puse los audífonos para poner un poco de música, olvidando que tengo que comer o beber un poco de agua. Una media hora más tarde ya tenía mi maleta conmigo así que me senté en la sala de espera para poder buscar el taxi que me lleve a la dirección del hotel que había pedido una reservación y de inmediato le escribo a mi asistente para poder saber si hizo me separo una lista con una terapeuta. Me acomodo la bolsa de mano para irme a la cafetería del aeropuerto para poder buscar algo de comer que el taxi iba a tomar un poco más de tiempo en llegar a la puerta. No iba a
Dos días después de que ella se fue, la extrañé muchísimo. Sabía que ella estaría viendo las cosas con su empresa, así que por esa razón estaba tranquilo.Aunque por las noches me asaltaba la horrible imagen de ella encontrándose con Enzo, sin que yo pudiera saberlo o hacer nada, traté de confiar. Ella me había confesado su amor, algo muy importante para mí. Pero sin embargo, en ese momento, yo no pude decirle nada.¿Qué le diría? Sería un hipócrita si le decía que también la amaba cuando acababa de encontrarme con mi secretaria encima del escritorio, y ella recién llegando del lado de Enzo Donatti, mi peor enemigo jurado. Hace unos años atrás, no me habría interesado en lo más mínimo lo que Mel pudiera sentir, en ese entonces yo era una persona distinta. Estaba cegado por las palabras de mi madre contra mi hermano y mi padre, tratando de crear mi propio criterio y no caer en el odio ni en el resentimiento. Era un hombre totalmente distinto. Del que no me sentía totalmente orgulloso
Retuve el aliento, observando como la mujer sigue haciendo sus anotaciones y mis ojos van directo al reloj redondo que esta justo al frente suyo, redondo de color gris. Ya casi falta nada para terminar los cuarenta y cinco minutos, creo. Ni recuerdo a qué hora es que ingrese aquí pero está mujer se volvió en mi dirección, alzando apenas las cejas, como si deseará decirme algo. ¿O es mi imaginación?—¿Es necesario conocer cómo es la relación conmigo misma para que me ayudes a decidir qué hacer con este embarazo y con estos dos hombres? —frote mis piernas, sintiendo como el coraje iba creciendo en mí—. Vine por ayuda.—¿Qué quieres hacer tú con el embarazo? —no me lo creo, ¿para qué vine?—, ¿qué sientes por estos hombres?—Confusión, siento confusión porque siento muchas cosas por Alex pero, ¿cómo le voy a decir del embarazo? No estaba escrito en el contrato.De verdad, necesito un consejo útil, no solo que me escuché, ¿se supone que ellos te van aconsejar, no?, ¿por qué no está haciend