Capítulo 2; Cara a cara con la Bestia.

Ethan estaba concentrado en su partida mientras maldecía internamente, pues las cartas una vez más no le favorecían, así que las arrojó sobre la mesa rindiéndose a aquella partida, en aquel momento dos hombres se acercaron a él.

—Señor Müller, ¿nos haría el favor de acompañarnos?— el hombre los miró confundidos y quizás un poco asustado, sabía que debía mucho en el club y era obvio que no tardaría en aparecer el dueño exigiendo el pago, ahora mismo su cabeza trabajaba mil por segundo intentando comprender cómo podía convencer al hombre de darle tiempo.

—¿A dónde quieren que les acompañe?— preguntó aunque ya sabía la respuesta.

—Usted solo debe seguirnos, créame que le interesa— dijo el hombre, Ethan incapaz de negarse, pues sabía que hacerlo solo complicaría las cosas pidió disculpas a sus contrincantes que estaban en la mesa y se puso de pie para seguir aquellos caballeros, lo llevaron directamente al segundo piso tocaron una puerta y esta se abrió dándoles acceso a una elegante oficina, allí sentado frente al escritorio en una silla y con postura intimidante se encontraba un hombre... Un hombre realmente intimidante, evidentemente alto muy alto con mucha masa muscular y una expresión impenetrable.

—Adelante señor Müller, tome asiento por favor. ¿ desea beber algo?

— No señor, estoy bien— respondió el hombre mientras tomaba asiento— estos hombres me han traído aquí. Me gustaría saber, ¿quién es usted y que desea de mí?— Nikolay sonrió con malicia.

—Creo que ya conoce la respuesta a esas preguntas, resulta demasiado obvio.

—Pagaré señor, juro que pagaré cada centavo que debo en este lugar— Nikolay sonrío, pero lo hizo de una manera lenta escalofriante y hasta siniestra.

—Eso es exactamente lo que espero de cada uno de mis deudores, que se pongan al día con los pagos ya que de lo contrario me obligarían a hacer cosas que por lo general no quiero... aunque las disfruto mucho— Ethan tembló internamente mientras abría un poco los ojos ante la clara amenaza que le estaba haciendo aquel hombre.

—Lo siento... yo...— tartamudeaba poniéndose nervioso y removiéndose inquietamente en la silla en donde estaba sentado.

—Usted... usted me debe mucho dinero— dijo Nikolay mientras recargaba su peso sobre el respaldo de la silla y observaba al hombre directamente a los ojos manteniendo una mirada intimidante.

—Lo sé señor, pero prometo que se lo pagaré muy pronto, solo necesito un poco de tiempo.

—Tiempo... tiempo— dijo Nikolay— no siempre podemos tener lo que necesitamos señor Müller, el tiempo es dinero por lo tanto yo odio perder el tiempo ,porque perder tiempo es perder dinero.

—¿Volvió a irse?— preguntó a Aimara quién llegaba hasta la cocina donde se encontraba su hermana mayor.

—Como cada noche— le respondió agotada— he conversado con él y asegura que pronto tendremos la solución a todos nuestros problemas.

—Quisiera creer que es verdad— dijo la joven entristecida— hoy me han llamado a la coordinación del instituto, la rectora me ha dicho que padre aún no paga mi semestre y que de no ponerse al día pronto, las cosas podrían complicarse para mí.

—No debes preocuparte Aimara, padre dijo que lo solucionará.

—Eso es lo que realmente me preocupa, que no creo que sea capaz de solucionarlo, ¡Vamos Amaia!, tú sabes tan bien como yo que padre está haciendo consumido por el juego y la bebida. No creo que encuentre una solución a todos nuestros problemas y me preocupa porque sabes cuánto me he esforzado por conseguir las mejores notas, de hecho se negaron a darme entrada en mis prácticas de natación, el profesor me ha dicho que solo podrán recibirme cuando me ponga el día con el pago, afortunadamente lo dijo solo para mí y no me expuso la vergüenza frente a mis compañeros, hubiese sido horrible— Amaia se sintió muy mal por su pequeña hermana, y maldijo internamente.

—Lo siento mucho cariño— le dijo con expresión perturbada, realmente le dolía escuchar aquello porque sabía cuánto disfrutaba su hermana de las diversas actividades que tenía en la institución.

—Yo también lo siento, Amaia y creo que voy a sentirlo aún más cuando me prohíban la entrada a las clases de danza y a las clases de música.

—Eso no sucederá— le dijo con los ojos llenos de angustia— estoy segura de que encontraremos una solución para esto y si debemos hipotecar la casa para evitar que eso ocurra, entonces lo haremos, si debemos venderla y comprar una propiedad más pequeña, entonces lo haremos Una venta que nos permita un margen de ganancia para cubrir lo que se adeuda en el instituto, así que no te preocupes Aimara.

Amaia, rogó internamente porque pudiste tener la razón, que pudiesen salir de aquella situación bien libradas, que pudiesen pagar la escuela de Aimara, así como todas sus actividades correspondientes, porque no le perdonaría a su padre que los sueños de su hermana se viesen interrumpidos solo por su falta de compromiso y su amor al juego y al vino.

—Solo le estoy pidiendo un plazo, señor, asegurándole que en ese plazo podré ponerme al día, tenga compasión. Soy un fiel usuario de este lugar, un cliente digno de su confianza— Nikolay, sonrío con burla.

—¿Confianza?, no le parece esa es una palabra demasiado grande y especial, usted no es digno de mi confianza— le dijo secamente— porque yo no confío en absolutamente nadie, ni en mi sombra, porque en la oscuridad me abandona— Ethan Müller pasó saliva sintiendo como el líquido en su boca se volvía espeso y su garganta se resecaba, era obvio que aquel no era un hombre que andaba con rodeos y que si no sabía manejar bien la situación podría terminar bastante mal.

—Un plazo señor, un pequeño plazo y le conseguiré su dinero.

—Bien, usted gana señor Müller—le dijo con un enorme sonrisa— voy a darle un plazo.

—Se lo agradezco Señor, se lo agradezco muchísimo, no va a arrepentirse, le prometo que me pondré el día.

—No me halagues demasiado Müller, que no estamos hablando de un tiempo de gracia a cambio de nada.

—No lo entiendo señor, entonces ¿qué es lo que usted quiere?

—Quiero algo muy sencillo, estoy dispuesto a otorgarte un plazo, pero no es por gracia debes ganártelo.

—¿Qué?, ¿ ganármelo?, No entiendo— dijo el hombre asustado— No entiendo señor, ganármelo, ¿como?

—Jugando conmigo— respondió de inmediato— pero no al póker, ni a la ruleta, ni nada por el estilo, vamos a jugar un juego bastante conocido y particular que a los rusos nos encanta— Nikolay extendió una mano a Igor, quién se acercó a él y colocó un revólver en sus manos, Ethan Müller que observaba aquella situación casi podría jurar que aquel había sido el momento exacto en el que el color había abandonado su cuerpo, así mismo como el calor, pues de pronto se sintió frío... Una gota de sudor fría resbaló por su frente mientras que un frío terrible le recorrió la espina dorsal.— así están las cosas, Müller— le dijo Nikolay con una expresión de tranquilidad— o me pagas a más tardar en veinticuatro horas o te ganas ese tiempo de gracia que tanto necesitas— le dijo mientras colocaba el revólver sobre el escritorio.

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